"Llegaran los momentos en que el deterioro espiritual y moral de los pastores del reba�o de mi Hijo ser� de conocimiento p�blico. La indiferencia de los Hijos de Dios no le permitir� percibir el gran peligro que acecha. El dolor en mi coraz�n se har� m�s agudo porque estos hijos predilectos me abandonan; esto es se�al de que ha llegado el momento de decir el siguiente mensaje:

Dif�ciles y confusos ser�n esos tiempos. El crecimiento espiritual de los hijos de Dios se har� muy dif�cil y vendr�n otros momentos en que este crecimiento parecer� casi imposible. Hijos nuevos, est�n atentos porque la indiferencia y la confusi�n reinar�n en el camino y en todo el mundo. Extra�os pensamientos y nuevas filosof�as har�n m�s obscuro el camino verdadero. Las ense�anzas de mi Amad�simo Hijo, el orden establecido por el Padre y la verdad ser�n sustituidas por estas nuevas y extra�as creencias. El ego�smo de los hijos de Dios ser� causa de conflictos y divisiones que agudizar�n m�s mi dolor. Reconozcan que los pastores del reba�o tambi�n son hombres. Perdonen sus fallas, ay�denlos, pues ellos representan a mi Hijo. Permanezcan firmes en el Verdadero Camino, en la Iglesia de mi Hijo, pues se acercan los momentos de gran prueba: el sufrimiento ser� necesario, la oraci�n y el sacrificio ser�n mandatarios.

Prot�janse debajo de mi manto y vivan en mis virtudes. Plenitud es lo que quiero porque as� me lo ha encargado mi Hijo. Siete ser�n los reto�os y siete espadas. Siete ser�n las generaciones y despu�s no podr�n ser contadas. Dos caminos se abrir�n ante �stas; destrucci�n y contracci�n, derrota y victoria.

Plenitud y mi promesa, restituci�n del camino.

Plenitud y mi promesa, restituci�n del camino.

Plenitud y mi promesa, restituci�n del camino.

Plenitud y mi promesa, restituci�n del camino.

Plenitud y mi promesa, restituci�n del camino.

Plenitud y mi promesa, restituci�n del camino.

Plenitud y mi promesa, restituci�n del camino.