Fuerte llamamiento a la identidad
cristiana europea
Siguen los trabajos en
los Círculos Menores
CIUDAD DEL VATICANO, 17 oct (ZENIT).- Fruto de la discusión en los Círculos Menores son las Relaciones, redactadas como recopilación de las opiniones de la mayoría y de la minoría, que expresan con trasparencia las opiniones convergentes y las eventualmente contrarias. Estas relaciones revisten la máxima importancia, teniendo en cuenta que son la expresión más evidente y elaborada del pensamiento de los padres sinodales. Todas las relaciones consideradas en su conjunto representan en cierto modo la primera síntesis del trabajo sinodal. Han sido muchísimos los temas en discusión. Los Círculos Menores son nueve, divididos en grupos lingüísticos: 3 en italiano, 2 en inglés, dos en francés, 1 en alemán y 1 en español-portugués. Para tratar de hacer una síntesis, traemos algunos puntos destacados que han salido a la luz en las diversas relaciones y que iremos ofreciendo a los lectores de Zenit en días sucesivos.
La identidad cristiana
para unir a Europa
El problema de la división de Europa y la unicidad de la respuesta en Cristo ha sido afrontada por la relación del primer Circulo Menor, Italicus, presentada por monseñor Benigno Luigi Papa, arzobispo de Tarento.
«En la historia de Europa --dice la relación-- debemos recordar las tres divisiones que se han dado y de las que conservamos todavía las heridas: la del 1054 que resolvió la dualidad existente en la única fe entre cultura bizantina y cultura latina en una primera separación; el movimiento de la Reforma que ha lacerado a la misma Iglesia de Occidente; el Iluminismo que ha separado la razón de la Revelación y ha contrapuesto ciencia y fe. A estas divisiones hay que añadir la autolaceración de Europa en las dos guerras mundiales. Europa, que ha nacido y crecido en la posesión de una fe común, hoy sufre la división de los cristianos. Estamos llamados a superar estas divisiones, sin olvidar el buscar relaciones amigables con el Judaismo y el Islam».
Los padres sinodales de este grupo mantienen que «la concepción del hombre, revelada por Jesús, es la respuesta más autorizada a la búsqueda y reconocimiento de la dignidad de la persona humana que está presente en la cultura europea. La esperanza que Cristo nos da no es algo vago o sentimental sino que es una realidad muy concreta y que se puede expresar en las siguientes afirmaciones: la verdad es alcanzable para el ser humano, la existencia de cada ser humano tiene un sentido a los ojos de Dios, la comunión entre las personas es históricamente posible, la diversidad puede convertirse en riqueza, en la historia actúa la fuerza fermentadora del Reino que ayuda a edificar la ciudad del hombre según Dios, la caridad da valor perenne a cada gesto humanizador, el dolor es libremente asumido y hecho instrumento de redención, la vida vence a la muerte, la creación participa en la gloria de los hijos de Dios y será devuelta al Padre por el Señor Jesús».