El problema de como transmitir la fe

Un Círculo Menor subraya la importancia de los movimientos y la mujer

 

CIUDAD DEL VATICANO, 17 oct (ZENIT).- El padre Aldo Giordano, secretario general del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) ha presentado la Relación del tercer Círculo Menor Italicus que ha debatido sobre el problema de cómo transmitir la fe.

«No se puede dar como obvio el conocimiento de las verdades fundamentales del cristianismo --dice la Relación--, hace falta un anuncio y una catequesis sistemáticos y permanentes. Una época privilegiada para recibir el Evangelio es la infancia. Sobre todo la tradición oriental testimonia que la experiencia de la fe tiene su culmen en la sagrada liturgia. Una nueva evangelización necesita nuevos apóstoles que puedan narrar la historia de Jesucristo en modo transparente.

La relación de este círculo ha subrayado la importancia de los movimientos, el papel de la mujer en la Iglesia y el desarrollo del diálogo ecuménico. En cuanto a los movimientos, se ha precisado que «en su variedad, son una novedad, fruto claro del Espíritu. El Sínodo que estamos viviendo es el primero que los trae claramente a escena. Son varias las aportaciones de los nuevos carismas. Remiten a la radicalidad de la vida evangélica; responden al derecho de Cristo de estar presente también en la vida pública; son levadura en especial para quien no encuentra de otra manera a la Iglesia; son cuna de vocaciones; son una medicina contra las sectas; aportan impulso y espíritu de fiesta a la Iglesia».

En este contexto, la relación explica que «en la historia de la Iglesia las mujeres han estado siempre en primera fila en cuanto a la catequesis, la solidaridad, la familia y han dado origen a grandes movimientos. No hemos reconocido suficientemente esta aportación. Aparece muy fecunda una comprensión de la Iglesia donde hay una relación recíproca entre la dimensión petrina y la mariana, entre la dimensión paterna y la materna».

Sobre el diálogo ecuménico, los miembros del grupo sostienen las siguientes propuestas: «Incluir en la agenda de la vida de las Iglesias la jornada judeo-cristiana. Crear organismos de diálogo y centros de formación adecuados. Formular por parte del Sínodo un mensaje de apoyo por la histórica firma de la Declaración común luterano-católica sobre la Justificación (Augsburgo, 31 octubre 1999). Apoyar el proceso ya iniciado para la redacción de una Carta Ecuménica para Europa, lanzado por la CCEE y la KEK».

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