"En la cima de la colina, en medio del poblado, Nobunaga ha edificado su palacio y castillo que, en lo que dice relación a la arquitectura, poderío, riqueza y majestuosidad, bien puede compararse con los mayores edificios de Europa. Sus fuertes y sólidas murallas de piedra alcanzan los 60 palmos de altura e incluso los superan en varios puntos; detrás de los muros, abundan las casas hermosas y exquisitas, todas ellas decoradas en oro y tan cuidadas y distinguidas que parecen llegar al cenit de la elegancia humana.En el centro hay una especie de torre, a la que llaman tenshu, cuya nobleza y apariencia espléndida supera con mucho a las nuestras. Consta de siete plantas, todas ellas, por dentro y fuera, de maravilloso diseño arquitectónico; tanto por dentro como por fuera, es decir, por dentro, las paredes están ricamente decoradas con pinturas doradas y de colores variados, mientras que la parte exterior de las plantas está pintada en vivos colores...
En resumen, el edificio todo es hermoso, magnífico y brillante. Al estar situado a gran altura y ser de por sí elevado, te queda la sensación de que toca las nubes, pudiendo ser visto desde varias leguas de distancia. El hecho de que el castillo esté enteramente hecho de madera no resulta evidente ni de fuera ni de dentro, ya que da la sensación de haber sido construido con sólidas piedras y argamasa".
Luis Frois (1532-1597), misionero jesuita, portugués.
(Oda Nobunaga se trasladó al castillo de Azuchi haciéndolo su cuartel general hacia 1576. El castillo fue destruido en 1582, año de su muerte)