EL PARO EN JAPON
 

        Según una información de de la sección de Economía del periódico El Mundo, 26/12/98, el paro en Japón había llegado en noviembre del pasaso año a una cifra histórica del 4,4 % sobre el total de población activa. Era la cifra más alta que se registraba desde 1953, cuando se iniciaron las estadísticas de empleo. Pasar de un 1 % en 1992, al final del Periodo de la Economía de la Burbuja, a las cifras actuales, es un duro golpe no solo para la economía sino también para el orgullo nacional.

        El pasado año el gobierno del Primer Ministro Ryutaro Hashimoto aun era reacio a hablar de crisis económica y las medidas que se aplicaban parecían obviar la evidencia de su existencia real. Tras la caida de Hashimoto, su sucesor, Keizo Obuchi, ha puesto en marcha un paquete de actuaciones para remontar el bache, cuyo resultado no está claro todavía, como advierte el director de la Agencia de Planificación Económica, Taichi Sakaiya.

        En el borrador de los Presupuestos del Estado para 1999 se contempla una partida de 81,86 billones de yenes destinados a reactivar la economía. El ministro de Trabajo, Akira Amari, hacía hincapié en la inversión inmobiliaría,  de construcción y servicios como motor para la recuperación de puestos de trabajo.

        Según organismos oficiales japoneses el paro se cifraba en 2,9 millones de personas, con un incremento absoluto de 630.000 en un año y de las cuales un tercio habían perdido el empleo por quiebra o reducción de plantilla en las empresas, como es el caso de las grandes corporaciones de telecomunicaciones, electrónica e industria pesada. El mito de la Empresa-Familia y el empleo de por vida se está resquebrajando por momentos. El paro entre los jovenes se elevaba a un 8% y en el tramo 25-35 años, afectaba a un 6,8 % de los varones.

        Hace un año unos 200.000 cabezas de familia estaban sin empleo, pero esa cifra se ha multiplicado por cuatro llegando a casi 850.000 en este invierno.

        Los préstamos personales se están restringiendo notablemente al tiempo que crece el volumen de impagados que ha llevado a la quiebra técnica a varios bancos como el de Credito a Largo Plazo o el Banco de Crédito de Japón. Los pequeños inversores han perdido un enorme volumen de sus ahorros en acciones y bonos así como en operaciones con empresas de seguros.

        Habrá que esperar todavía varios meses para ver el efecto de las medidas aplicadas, algunas descaradamente proteccionistas respecto al comercio exterior y  la evolución de la economía asiática en general y japonesa en particular, y en que forma nos llega repercute la situación.