¡KUWABARA, KUWABARA!

        El kami de rayos tiene la incómoda costumbre de querer comerse los ombligos de los niños y estos, cuando hay tormenta con gran aparato eléctrico y ven un relámpago, se cubren el ombligo y gritan !kuwabara, kuwabara!,  conjurando el peligro de ser alcanzado por los rayos.