Gaijin mo ki kara ochiru®

       Meteduras de pata y deslices de extranjeros en Japón
        El saludo más inocente, siguiendo la costumbre española, puede producir una situación violenta en un japones/a.

        Aportación de José Feli, compañero del dojo Tenshinkan. Practicamos también con su padre, Ramón, un excelente keikonin y de las mejores personas que he conocido. Dos generaciones juntas en el tatami.

      Un día llegué al dojo para entrenar y me encontré a la gente reunida en un corrillo.Tras dar las buenas tardes, Higashio (nuestro maestro) me presentó a su sobrina. Era un chica de mi edad más o menos, con lo que, siguiendo las costumbres de los chaveas de aquí le planté dos besos. La chica en cuestión pasó por varios colores para terminar en un rojo intenso. Tras el cachondeo típico, me explicaron que, lo de los dos besos, no es nada habitual como saludo entre gente de distinto sexo o del mismo ;))))))))) tal y como ocurre aquí.
      Creo recordar que, después de la explicación yo pasé por unos cuantos de colores y me disculpé como pude.
      Personalmente, tengo que decir que comparando con el saludo típico japonés, para las nenas, prefiero los dos besos ;)))))

        Los japoneses no acostumbran  a tocarse en la forma en que lo hacemos en la cultura mediterranea/latina. Los saludos suelen hacerse siempre con una inclinación, ojigi, y nunca van más allá de un apretón de manos al estilo occidental.

        Es de comprender el asombro que experimentan al encontrarse con la profusión de besos y abrazos, hombres incluídos, que son frecuentes en nuestra costumbre diaria. No obstante, advertidos al respecto, se comportan externamente con bastante naturalidad y llegan a encontrarle cierto aliciente a darse un par de besos como saludo, tal como me confesó durante una fiesta una dama japonesa entrada en años, eso sí, relajada su natural reserva con un par de copas de manzanilla de Sanlucar ;-))).