10 de noviembre de 2002
Disparates y Dislates


Loa al carajo. 
Fisgón: Le propongo que hablemos hoy sobre una de las palabras más empleadas en el Español, para denotar muchos y diversos estados del ánimo, tales como desagrado, impaciencia, disgusto, alegría, ira, etc.

Profe: A mí me parece que éste es un tema ¡del carajo! para nuestra columna. Para comenzar, dejamos constancia de que muchos lectores nos dijeron que ¡por qué carajo! no habíamos vuelto a publicar nuestros artículos.

Fisgón: Yo ya pensaba que si esto continuaba así nos íbamos a ir ¡para el carajo!

Profe: Según el profesor Luis López de Mesa, esta interjección es de origen vascuence, introducida al país, en 1781, por los vascos que conformaban el batallón “Fijo.”

Fisgón: De acuerdo con otros autores, la voz proviene del verbo latino “charaxare” o del griego “karasso”(escribir), que es la misma raíz etimológica de carácter. No queda ninguna duda de que no se trata de un americanismo.

Profe: Carajo es el mismo “cajo”, provenientes ambos del árabe “carail”; ambos vocablos corresponden al italiano “cazzo”(miembro viril).

Fisgón: Precisamente, el DRAE lo define así, en su primera acepción: miembro viril. Sin embargo, en ningún mensaje publicitario se afirma que el Viagra sirve para que “el carajo” se enderece, se reconforte o se ponga enhiesto o rígido.

Profe: Yo creo que en América mandaron ese significado ¡para el carajo! Pero, ¡qué carajo!, continuemos con nuestro tema. ¿Sabe usted, qué carajo significa un “carajito”?

Fisgón: El término “carajito,a” tiene dos significados: se refiere a un niño, un párvulo; es también una persona insignificante.

Profe: Una “carajada” es una necedad, una bobería; también es un asunto, una situación; un engaño; una maldad.

Fisgón: Es decir, Profe, que en toda América Latina, desde tiempos inmemoriales, no hemos hecho más que soportar las carajadas de nuestros políticos y gobernantes.

Profe: ¿Usted se ha tomado un “carajillo” de vez en cuando?

Fisgón: Claro que sí, Profe. Cuando en mi tierra hacía un frío ¡del carajo! le echábamos aguardientito al café caliente.

Profe: Carajear es regañar, insultar a alguien con frases maldicientes, sobre todo a los carajetes (personas despreciables).

Fisgón: Al carajo los carajetes, las carajadas y los carajazos, puesto que no valen un carajo.

Profe: No entiendo por qué carajo todos los días tenemos qué soportar los carajos y las carajadas de nuestros compatriotas, amén de la subida permanente del precio del dólar, que ya ¡vale más que el carajo!

Fisgón: Si la situación económica mundial sigue como va, ¡nos vamos a ir para el carajo!

Profe: ¿Qué carajo será lo que piensan las grandes potencias? Yo creo que los países del Tercer Mundo les importamos un carajo.

Fisgón: ¿Habrá un vocablo más sonoro y significativo que un carajo?

Profe: ¡Qué carajo!, yo creo que no. Hasta pronto.