Del
ser y el parecer anarquista
El anarquismo ha tenido entre sus teóricos y
pensadores una notable característica. Se ha podido condensar en
una frase posiciones cuya exposición sistemática requeriría
cientos de páginas. Así, tenemos expresiones como "Ni Dios
ni amo" de Bakunin, "La propiedad es un robo" de
Proudhon, o "La pasión de destruir es una pasión
creadora", del mismo Bakunin, que nos dicen más que librs y
libros de sesudos análisis. Esto no es casualidad. Las razones
son varias. La primera es la capacidad de una persona brillante
de plasmar, de darle forma a la frase. Lo logra gracias a que es
capaz de superar todo el complejo de palabras y de acciones
individuales y sociales, de las motivaciones mediatas e
inmediatas de cada uno, del peso y los prejuicios de la historia,
llegando así a definir sistemáticamente el núcleo de un
complejo problema.
Pero hay algo más, ya que no es gratuito que
esto lo logren en su más alto grado los anarquistas. La razon es
que son los anarquistas un conjunto de personas que buscan
rescatar lo esencial de cada ser humano, su libertad e igualdad.
Es por ello que son capaces de enfrentarse a la visión de la
historia presentada por los sistemas de interpretación
dominantes, en tanto que los anarquistas enfocan la espontaneidad
creativa de la humanidad. Son y serán eternos buscadores, pues
reconocen que por encima de cualquier doctrina acerca de la vida
está la vida misma. No intentan ser creadores de sistemas
inmodificables o proyectos perfectos de sociedad, que obliguen a
cada quien a ser teórico conocedor antes que practico que
participe.
Los anarquistas no temen el desorden pues
confían en la fertilidad que conlleva y la rica armonía en que
desemboca, armonía que no es solo de la razón, sino de la
totalidad del hombre. Por eso mismo, su objetivo es una sociedad
abierta, un estado de mutación permanente por la viva
interacción entre el individuo y la sociedad, sin autoridad ni
gobierno. Solo así es posible para un gran intelecto individual
llegar a ese núcleo, definiendo en pocas palabras un rasgo de la
naturaleza humana concreta y de su aspiración.
Intentaremos aclarar lo que entendemos por
anarquismo, tarea pertinente cuando la palabra ha tenido
significaciones tan equívocas. Así, anarquismo es respetar el
individuo y su libertad, asumir el socialismo, luchar contra el
Estado y su opresión, ser crítico e irreverente; pero la
inversa no necesariamente es cierta y expliquemos por qué.
Respetamos al individuo y su libertad, pero no
todo individualista es anarquista. Pensamos que una persona libre
no puede dejar de asumir su compromiso social pues es inherente a
la condición humana vivir en comunidad. Un individuo que niegue
este compromiso o que se aproveche egoístamente de lo colectivo
no es anarquista.
Por esto es también que somos socialistas, pero
no todo socialismo es anarquismo. Ese socialismo que en nombre de
lo colectivo somete, anula, sacrifica al individuo negando su
libertad, impidiendo la expresión de todas sus capacidades, no
es anarquismo.
Nos enfrentamos contra el Estado, pero no todo
el que protesta contra el Estado es anarquista. Nuestra lucha
contra el Estado es un aspecto de nuestra lucha contra todo poder
permanente, cualquiera que sea. Por ello, luchar contra el Estado
sin luchar contra otras formas de poder com el económico, el
social, el político, el religioso, el de las costumbres y
prejuicios, el de la educación, no es anarquismo. Nuestra lucha
contra el Estado no es coyuntural, ni contra el partido del
gobierno, ni hasta lograr el "poder", sino que es un
aspecto en la busquedad de una sociedad autogestionaria, fruto de
la libertad e igualdad de sus miembros.
Somos irreverentes contra los ídolos que nos
tratan de imponer, sean políticos, históricos, religiosos,
estéticos o filosóficos. Pero no todo irrreverente, tremendista
o de verbo audaz, con ropas y actitudes de protesta es
anarquista. Nuestra actitud es la de rechazo a toda imposición
por la fuerza, sea física, de hábito, de la educación o del
chantaje moral, y por ello asumimos actitudes irreverentes. Pero
la intención es construir una sociedad mejor. Sin el aspecto
constructivo, el desenfado y el tremendismo no pasan de ser modas
vacías, que no pocas veces ocultan la pretensión de disfrutar
de ese poder contra el que dicen luchar.
Entonces, como en muchas otras ocasiones, ni son
todos los que parecen, ni parecen todos los que son, aunque es
fácil confundirse, porque de anarquista y de loco todos tenemos
un poco. Aunque por ahora ese poco no sea suficiente.
por Douglas García