filtros
El acceso a los medios de comunicación
de masas se haya terriblemente restringido a la inmensa mayoría
de la población mundial, hoy en día. A decir verdad, son bien
pocos los que gozan del privilegio de camuflar sus opiniones y
propaganda en noticias y sucesos.
A continuación vamos a tratar de explicar cuales sonalgunos de
esos filtros que convierten a los mass media en un instrumento
para nada neutral y objetivo:
En primer lugar, crear un periódico cuesta muchísimo dinero. Sólo un magnate podría permitirse el lujo; o, en todo caso, un bastísimo grupo de personas (1000 millones es lo que hacía falta para reabrir el EGIN, por poner un ejemplo). Citando a Noam Chomsky y a Edward S. Herman:
«...las empresas dominantes en los medios de comunicación son grandes negocios, están controlados por personas muy poderosas o por directivos sometidos a severas limitaciones por parte de los propietarios y otras fuerzas orientadas hacia los beneficios del mercado, y están estrechamente unidas y tienen importantes intereses comunes con otras grandes empresas, con los bancos y con el gobierno.»(pag. 42, Los Guardianes de la Libertad)
Al convertirse la industria de la
información en un negocio, que debe generar el mayor número de
beneficios, etc... y a la vez necesita mejores y más caros
medios, así como mayores infraestructuras para llegar a su
público, ha tenido que recurrir a la publicidad. De esta forma
se ha conseguido abaratar el precio final del producto, pero a la
vez se ha pasado a depender de los intereses del anunciante.
Ningún anunciante en su sano juicio subvencionará a una
publicación que pone al descubierto la, por ejemplo, precariedad
laboral de sus trabajadores (así, y buscando un ejemplo cercano,
el diario El Mundo no osará dar mala imagen de El
Corte Inglés, si no son equivocadas mis informaciones,
principal anunciante).
Por otra parte, el anunciante estará interesado en aparecer en
publicaciones, programas,... en los que el lector/espectador en
cuestión sea un cliente potencial. O, dicho de otra forma, el
anunciante elegirá aparecer en aquellas publicaciones que sean
leidas, al menos en parte, por personajes acaudalados y pudientes
(clase media hacia arriba, preferiblemente derrochadora, diría
yo).
Un claro ejemplo del poder que ostentaba (y hoy en día más si
cabe) la publicidad fue el fuerte debilitamiento de la prensa
obrera en la Gran Bretaña del siglo XIX: al no representar los
intereses de aquellos que la debían subvencionar, éstos
cerraron esa fuente de ingresos, propiciando el no poder reducir
suficientemente el precio final del producto, ni elevar costes
(aumentar la tirada, mejorar la maquetación,...). De este modo
fueron sabiamente apartados del mercado de opinión.
Hoy en día no ya la creación, sino el mantenimiento, de un
periódico abiertamente disidente sería tarea arduo complicada,
debido a las trabas que les pondrían los potenciales anunciantes
al ver peligrar sus intereses. El caso del diario EGIN,
la única publicación diaria con intereses discordantes al
"buen pensar", es significativo: han sido variadas las
maniobras para clausurar este periódico. El Estado español
,primero, y a continuación sus subalternos vascongados y
navarros apostaron por la asfixia económica, negándose a
incluir la publicidad institucional que, por tirada y difusión,
correspondía a EGIN. Por este motivo, la editorial, Orain,
dejó en 1993 de pagar a la Seguridad Social, dada la
desaparición de esa más que sustanciosa vía de ingresos. La
deuda al cierre del EGIN (porque sí consiguieron
cerrarlo sumando otras artimañas), alcanzó los 550 millones,
cifra equivalente a la cuarta parte de lo dejado de ingresar por
vía institucional.
Por otra parte, los medios de comunicación cuentan, básicamente, con dos importantes fuentes de información: las agencias de noticias y las fuentes oficiales.
«Resulta muy difícil llamar embusteras a las autoridades de cuyas informaciones depende uno, aunque éstas nos digan grandes mentiras. Las fuentes de información críticas se pueden evitar no sólo porque estén menos a mano y por los elevados costes para determinar la verosimilitud de las mismas, sino también porque las fuentes de información principales pueden ofenderse e incluso amenazar a los medios de comunicación que se hagan eco de ellas.» (pag. 57, Los Guardianes de la Libertad)
Los expertos podrían ser otro grupo capaz de reflejar su opinión en los media, pero el sistema para nombrar quién es "experto" y quién no fácilmente deja fuera de esta calificación a las opiniones críticas mínimamente serias.
Otro punto discutido en Los Guardianes de la Libertad es el "anticomunismo" como doctrina oficial: a todo aquello que se salga del "bien pensar", investigue las causas y sea crítico, rápidamente se le puede considerar como non grato; y legítimamente podrá ser golpeado y tergiversado por los medios de comunicación para una correcta estirpación del virus. Sobre este filto decir que simplemente se encarga de mantener el orden de cosas reinante, eliminando cualquier amenaza (independientemente de que sea o no comunista).
Quedan muchas cosas en el tintero, lo sé. Estos artículos son tan sólo aproximaciones a la realidad de quiénes, cómo y por qué nos muestran el mundo como nos lo muestran.
Castellón,
a 6 de septiembre de 1999
Molusko, [email protected]