No la paz de papelera de los
periódicos.
No la paz burocrática de los Tratados de paz.
No la paz embriagadora de la Nueva Espiritualidad.
No la paz capitaloconsumista que se acopla como un parche
en el "interior" del que la adquiere.
Ni la paz de best-seller de un
Alquimista.
Ni la paz egoístamente trabajada de un Guerrero Pacífico.
Ni la paz desiderada de un Dios al que poco importa como
concibas.
Ni la paz del estado de derecho de las Personas que hablan de
Paz.
Sino...
La Paz.
Simplemente la Paz.
AN