ENFERMEDAD DE ALZHEIMER |
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MARIA DEL PILAR YAG�E, R.N.
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ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
�Qu� es la enfermedad de Alzheimer?
El diagn�stico de la enfermedad de Alzheimer
La b�squeda de la causa de la enfermedad de Alzheimer
El tratamiento de la enfermedad de Alzheimer
Esperanzas para el futuro a trav�s de la investigaci�n
�Qu� es la enfermedad de Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es el t�rmino que se usa para describir un trastorno de demencia indicado por ciertos cambios en el cerebro, a cualquier edad en que comienza la enfermedad. La enfermedad de Alzheimer no es una parte normal del envejecimiento-no es algo que ocurre inevitablemente en la vejez. Mejor dicho, es uno de los trastornos de demencia, un grupo de enfermedades del cerebro que llevan a perder las funciones f�sicas y mentales. El trastorno, cuya causa se desconoce, afecta un peque�o pero significante porcentaje de estadounidenses ancianos. Una muy peque�a minor�a de pacientes con la enfermedad de Alzheimer tienen menos de 50 a�os de edad. La mayor�a tienen m�s de 65 a�os.
La enfermedad de Alzheimer es la excepci�n, no la regla, de la vejez. S�lo entre el 5 y el 6 por ciento de ancianos sufren de la enfermedad de Alzheimer o de una demencia relacionada--pero esto significa que aproximadamente 3 a 4 millones de americanos tienen uno de estos trastornos debilitantes. Las investigaciones indican que el 1 por ciento de la poblaci�n entre 65 y 74 a�os de edad tiene demencia severa, lo cual sube al 7 por ciento para aquellos entre las edades de 75 y 84, y al 25 por ciento para aquellos que tienen 85 a�os o m�s. Por lo menos la mitad de la poblaci�n de las recidencias de ancianos en los EE.UU. tienen la enfermedad de Alzheimer o un trastorno relacionado; en 1985, el costo anual del cuidado de individuos con la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas en sitios institucionales y comunitarios fue estimado entre $24 billones y $48 billones s�lo para costos directos. Hoy d�a es probablemente m�s alto. En tanto que nuestra poblaci�n envejece y el n�mero de pacientes con la enfermedad de Alzheimer aumenta, los costos de su cuidado aumentar�n igualmente.
A pesar de que la enfermedad de Alzheimer no tiene cura o esperanza de ser reversible, hay maneras de aliviar los s�ntomas y el sufrimiento y hay maneras de asistir a las familias afectadas. No toda persona con esta enfermedad tendr� necesidad de mudarse a una recidencia de ancianos. Miles de pacientes-especialmente aquellos en las primeras etapas de la enfermedad-son cuidados por sus familias en la comunidad. En efecto, uno de los aspectos m�s importantes del cuidado m�dico es la educaci�n familiar y los servicios de apoyo familiar. Cuando, o si se debe, transferir a un paciente a una recidencia de ancianos es una decisi�n que deber� ser considerada cuidadosamente por la familia.
�Qui�n contrae la enfermedad de Alzheimer?
Algunos investigadores, al describir un esquema familiar de la enfermedad de Alzheimer, sugieren que en algunos casos la gen�tica puede influenciar su desarrollo. Se ha identificado una base gen�tica a trav�s del descubrimiento de algunos marcadores gen�ticos en los cromosomas 21 y 14 para un peque�o subgrupo de familias en el cual la enfermedad ha ocurrido con frecuencia a edades relativamente jovenes (empezando antes de los 50). Alguna evidencia indica que el cromosoma 19 est� implicado en ciertas otras familias que a menudo han tenido la enfermedad a edades m�s tard�as.
Al mismo tiempo, la informaci�n indica que la probabilidad de que un pariente cercano (hermano, hijo, o padre) de un individuo con la enfermedad tambi�n contraer� la enfermedad de Alzheimer es baja. En la mayor�a de los casos, el riesgo de un individuo tal s�lo es un poco m�s alto que el de alguien en la poblaci�n general donde el riesgo de por vida es menos del 1 por ciento. Y, por supuesto, muchos trastornos tienen un potencial gen�tico que no se expresa nunca-que, a pesar de que exista un riesgo para una enfermedad en particular, uno puede pasarse la vida sin jam�s desarrollar ning�n s�ntoma de la enfermedad.
�Qu� se puede esperar cuando alguien tiene la enfermedad de Alzheimer?
El comienzo de la enfermedad de Alzheimer es por lo general muy lento y gradual, casi nunca sucediendo antes de los 65 a�os. Con el pasar del tiempo, sin embargo, sigue un curso cada vez m�s serio. Entre los s�ntomas que t�picamente se desarrollan, ninguno es �nico a la enfermedad de Alzheimer en sus etapas varias. Es esencial, por lo tanto, que se eval�en cambios sospechosos exhaustivamente antes de que se clasifiquen inapropiados o negligentemente como la enfermedad de Alzheimer.
Problemas de memoria, especialmente con la memoria reciente o de corto plazo, son comunes en la primera fase de la enfermedad. Por ejemplo, el individuo puede, en ocasiones repetidas, olvidarse de apagar la plancha o no recordar cu�les de los medicamentos que le tocan tomar por la ma�ana ya tom�. Tambi�n pueden ocurrir cambios leves de personalidad al principio de la enfermedad, tales como menos espontaneidad o una sensaci�n de indiferencia y una tendencia a retirarse de interacciones sociales. Mientras la enfermedad progresa, ocurren problemas en el pensamiento abstracto o en el funcionamiento intelectual. El individuo puede empezar a tener problemas con n�meros al hacer las cuentas, con entender lo que lee, o con organizar sus tareas del d�a. Tambi�n se pueden observar mayores perturbaciones en esta fase de la enfermedad, como la inquietud, irritabilidad, esp�ritu pendenciero, y capacidad disminuida de vestirse apropiadamente.
M�s adelante en el transcurso del trastorno, los individuos afectados podr�n verse confundidos acerca de qu� mes o a�o es y no poder describir con precisi�n ad�nde viven o nombrar correctamente un lugar donde est�n de visita. Eventualmente podr�n vagar, no ser capaces de entablar una conversaci�n, parecer desatentos y poco constantes en cuanto a comportamiento, parecer poco dispuestos a cooperar, perder el control de la vejiga y del vientre, y en casos extremos volverse completamente incapaces de cuidarse a s� mismos si se alcanza la �ltima etapa. Luego sigue la muerte, quiz�s a causa de pulmon�a o alg�n otro problema que ocurre en estados de salud severamente deteriorados. El transcurso promedio de la enfermedad desde el momento en que se reconoce es de 6 a 8 a�os, pero puede variar entre 2 y 20 a�os. Aquellos en quienes el trastorno se desarrolla m�s tarde en la vida pueden morirse a causa de otras enfermedades (tal como enfermedad del coraz�n) antes de que la enfermedad de Alzheimer alcance su �ltima y m�s seria etapa.
A pesar de que estos cambios representan la gama general de s�ntomas para la enfermedad de Alzheimer, los problemas espec�ficos, as� como la tasa y severidad de la debilitaci�n, pueden variar considerablemente con individuos diferentes. En efecto, la mayor�a de las personas con la enfermedad de Alzheimer pueden funcionar a un nivel razonable y permanecer en la casa durante el transcurso del trastorno. Adem�s, a trav�s de la mayor parte del transcurso de la enfermedad, los individuos mantienen la capacidad de dar y recibir amor, compartir relaciones personales c�lidas, y de participar en una variedad de actividades significativas con la familia y con los amigos.
Una persona con la enfermedad de Alzheimer quiz�s ya no pueda hacer c�lculos matem�ticos pero igual puede leer una revista con placer por meses o a�os. El tocar el piano puede llegar a ser el origen de mucha tensi�n a causa del aumento de errores, pero el cantar con otros puede ser todav�a agradable. Quiz�s haya que guardar el ajedrez, pero uno puede todav�a jugar al tenis. Por lo tanto, a pesar de los numerosos momentos frustrantes en las vidas de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer y sus familias, todav�a hay muchas oportunidades para tener interacciones positivas. Aquellos que trabajan con la persona que tiene la enfermedad de Alzheimer para ayudarles a hacer frente a la enfermedad a veces pueden sentirse ellos mismos con el desaf�o, la frustraci�n, la cercan�a, el enojo, la calidez, la tristeza, y la satisfacci�n que este cuidado trae.
La reacci�n de un individuo a la enfermedad-su capacidad de manejarla-tambi�n var�a y puede depender de factores tales como esquemas de personalidad de toda la vida y la naturaleza y severidad de la tensi�n en el medio ambiente inmediato. Depresi�n, inquietud severa, y paranoia o delirios pueden acompa�ar o ser el resultado de la enfermedad, pero a menudo pueden ser aliviados con tratamientos apropiados. A pesar de que no hay una cura para la enfermedad de Alzheimer, hay tratamientos para aliviar muchos de los s�ntomas que causan sufrimiento.
El diagn�stico de la enfermedad de Alzheimer
Descubrimientos de tejido cerebral anormal.
1. Placas y enredos
Las placas que se encuentran en los cerebros de personas con la enfermedad de Alzheimer parecen ser formadas, en parte, por mol�culas de prote�nas-la prote�na amiloide precursora (amyloid precursor protein - APP)-que normalmente son componentes esenciales del cerebro. Las placas se forman cuando un enzima separa un APP en un lugar espec�fico y deja los fragmentos-beta amiloide-en el tejido cerebral donde se juntan en dep�sitos anormales. Todav�a no se ha determinado definitivamente c�mo se forman los enredos neurofibrilares.
Mientras avanzan las investigaciones sobre la enfermedad de Alzheimer, los cient�ficos est�n describiendo otros cambios anormales anat�micos y qu�micos asociados con la enfermedad. Estos incluyen la degeneraci�n del n�cleo basalis de Meynert del cerebro y los niveles reducidos del neurotransmisor acetilcolina en los cerebros de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, desde un punto de vista pr�ctico, la placa "cl�sica" y los cambios en los enredos observados en el cerebro durante la autopsia, son t�picamente suficientes como para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer. De hecho, s�lo se puede hacer un diagn�stico definitivo del trastorno mediante el estudio del tejido cerebral de una persona de la cual se pens� que ten�a la enfermedad de Alzheimer.
2. Esc�nes cerebrales
Algunos tipos de instrumentos nuevos est�n permitiendo que los investigadores puedan aprender a�n m�s sobre el cerebro. Tanto la tomograf�a de emisi�n de positrones (PET) [siglas corresponden el nombre en ingl�s: "positron emission tomography scanner"] y la tomograf�a computarizada de emisi�n de un s�lo fot�n (SPECT) [siglas corresponden el nombre en ingl�s: "single photon emission computerized tomagraphy"] pueden trazar el flujo de sangre en el cerebro, la actividad metab�lica, y la distribuci�n de receptoras espec�ficas, as� como la integridad de la barrera entre la sangre y el cerebro. Estos procedimientos pueden demostrar anormalidades caracter�sticas de la enfermedad de Alzheimer. Otro m�todo, im�genes de resonancia magn�tica (MRI) [siglas corresponden el nombre en ingl�s: "magnetic resonance imaging"] sondea el cerebro al examinar la interacci�n de las propiedades magn�ticas de �tomos con un campo magn�tico externo. El MRI proporciona informaci�n tanto estructural como qu�mica y distingue entre sangre que fluye y tejido cerebral est�tico (Taylor, 1990).
Caracter�sticas cl�nicas de la enfermedad de Alzheimer
Algunos cient�ficos creen que los resultados de las investigaciones bioqu�micas pueden llevar a un "marcador" diagn�stico para ciertas personas evaluadas para la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, la investigaci�n ha descubierto una prote�na llamada Prote�na Asociada con la Enfermedad de Alzheimer (ADAP) [siglas corresponden el nombre en ingl�s: "Alzheimer-s Disease Associated Protein"] en los cerebros de autopsia de pacientes con la enfermedad de Alzheimer. La prote�na, que parece aparecer s�lo en personas con la enfermedad de Alzheimer, est� concentrada principalmente en la corteza que cubre las secciones frontales y del costado del cerebro, regiones que est�n involucradas en el funcionamiento de la memoria. Los investigadores han encontrado ADAP no s�lo en el tejido cerebral sino tambi�n en el l�quido espinal. Si pueden perfeccionar una prueba para detectar la enfermedad en el l�quido cerebroespinal, o potencialmente circulando en la sangre, podr�a ser posible usar este m�todo de diagn�stico en pacientes vivientes.
Muchos cient�ficos est�n trabajando para desarrollar otras pruebas o procedimientos que podr�n alg�n d�a identificar personas vivientes con el trastorno, quiz�s en la primera fase de la enfermedad antes de que los cambios de comportamiento sean evidentes. De todas maneras, todav�a no existe un marcador diagn�stico espec�fico para la enfermedad de Alzheimer.
Mientras tanto, la enfermedad de Alzheimer es el trastorno m�s sobrediagnosticado y el m�s mal diagnosticado de funcionamiento mental en los adultos ancianos. Parte del problema, como ya se ha aludido, es que muchos otros trastornos muestran s�ntomas que se parecen a aquellos de la enfermedad de Alzheimer. La diferencia crucial, sin embargo, es que muchos de esos trastornos-a diferencia de la enfermedad de Alzheimer-pueden ser arrestados, revertidos, o curados con tratamientos apropiados. Pero primero deben ser identificados y no descartados como la enfermedad de Alzheimer o senilidad.
Las condiciones que afectan al cerebro y que resultan en disfunci�n intelectual, de comportamiento, y psicol�gica se llaman "trastornos mentales org�nicos." Estos trastornos representan un agrupamiento amplio de enfermedades e incluyen la enfermedad de Alzheimer. Los trastornos org�nicos mentales que pueden causar problemas cl�nicos parecidos a aquellos de la enfermedad de Alzheimer pero que pueden ser reversibles o controlados con diagn�stico y tratamiento apropiados incluyen todos los siguientes:
Por supuesto, no todos los cambios en la memoria o quejas de vejez significan que exista la enfermedad de Alzheimer o un trastorno mental. Muchos cambios en la memoria son s�lo temporarios, tales como aquellos que ocurren con el duelo o con cualquier situaci�n de tensi�n que puede dificultar la concentraci�n. De hecho, se les acusa a menudo a los ancianos, o ellos mismos se acusan, de cambios en la memoria que en realidad no est�n sucediendo. Si una persona en sus treinta pierde sus llaves o billetera, se olvida del nombre de un vecino, o llama a uno de sus hermanos por otro nombre, nadie le da ninguna importancia. Pero ese mismo tipo de olvido en una persona de setenta plantea una preocupaci�n que no es justificada. Por el otro lado, no se deben descartar dificultades serias de memoria como una parte inevitable del envejecimiento normal. Ya que estudios rigurosos sobre la inteligencia en los a�os posteriores demuestran que personas sanas que permanecen activos intelectualmente mantienen una mente �gil a lo largo de la vida, una debilitaci�n notable en anicianos que interfiere con el funcionamiento deber� ser explorado cl�nicamente para ver si existe un problema subyacente.
La importancia de una evaluaci�n cl�nica exhaustiva
La b�squeda de la causa de la enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer ha surgido como uno de los grandes misterios de la medicina moderna con un n�mero creciente de pistas pero todav�a ninguna respuesta en cuanto a la causa. La b�squeda para descubrir su causa tiene el aire de una verdadera novela de detective. A pesar de que ninguna de las teor�as principales acerca del g�nesis de la enfermedad de Alzheimer ha resuelto el misterio, cada una ha llevado a ciertos descubrimientos intrigantes que sugieren que se requiere m�s investigaci�n. Es importante examinar estas teor�as, no s�lo para entender el actual pensar sobre la enfermedad de Alzheimer, sino tambi�n para aprender cu�les ideas han sido demostradas como incorrectas. Han habido al menos cinco teor�as prominentes acerca de la causa de la enfermedad de Alzheimer:
1. Teor�as qu�micas (deficiencias y excesos t�xicos)
Una sustancia que ocurre naturalmente en el cuerpo y que es de inter�s es el factor de crecimiento del nervio (NGF) [siglas corresponden el nombre en ingl�s: "nerve growth factor "]. Los experimentos en ratas ancianas indican que los factores espec�ficos de crecimiento del nervio pueden estimular el crecimiento de nuevas conexiones sin�pticas en el hipocampo y, como resultado de esto, pueden restaurar algo de la p�rdida de la memoria. A pesar de que pueden existir efectos neurot�xicos as� como realzar el crecimiento en cuanto al uso de NGF, los cient�ficos est�n investigando m�todos para introducir el NGF en el cerebro con seguridad, posiblemente a trav�s del trasplante de c�lulas creadas a trav�s de la ingenier�a gen�tica.
Otras investigaciones est�n explorando si cambios o un desequilibrio en el metabolismo de ciertos elementos tales como calcio en las c�lulas cerebrales pueden ser parte de este proceso por la cual las c�lulas se degeneran y se mueren en el transcurso de la enfermedad de Alzheimer. B. Deficiencias qu�micas: Una de las maneras en la cual las c�lulas del cerebro se comunican entre s� es a trav�s de sustancias qu�micas conocidas como neurotransmisores. Los estudios de cerebros con la enfermedad de Alzheimer han demostrado niveles disminuidos de varios neurotransmisores que pueden ser responsables por el funcionamiento intelectual y el comportamiento de una persona. Por ejemplo, se han encontrado niveles reducidos del neurotransmisor acetilcolina (ACh) en la enfermedad de Alzheimer. Este descubrimiento ha sido acoplado con las observaciones que drogas cuyos efectos secundarios reducen los niveles de ACh en el cerebro, pueden causar problemas reversibles en la memoria. Estos descubrimientos han llevado a numerosos estudios sobre drogas que usan agentes farmacol�gicos para elevar el nivel de ACh en pacientes. Los tratamientos han incluido lecitina, colina, fisostigmina, deprenil, clorhidrato de tacrina (THA) y otros, cuando se usan solos o en diferentes combinaciones los unos con los otros. Los resultados de estos experimentos son dif�ciles de interpretar. En algunos de estos estudios, unos pocos pacientes con la enfermedad de Alzheimer parecen mostrar una leve mejor�a durante un per�odo breve pero no sostenido. T�picamente, cualquier mejor�a puede ser a lo largo de ciertas medidas angostas de prueba--y por lo general no a lo largo de actividades significativas de vivencia diaria que ser�an m�s importantes para la familia o para el m�dico de la persona. No obstante, el entusiasmo de los investigadores es comprensible debido a que est�n tratando con la posibilidad de modificar el potencial de fen�menos fisiol�gicos subyacentes que influencian los s�ntomas de la enfermedad de Alzheimer. Las drogas que actualmente se est�n estudiando pueden que no s�an las correctas, pero s� pueden indicar la manera de descubrir agentes farmacol�gicos m�s efectivos. Un droga en particular, la THA o tacrina (nombre de marca, Cognex), ha sido estudiada extensivamente. Los estudios iniciales indicaron que la THA pareci� tener un efecto levemente positivo en el funcionamiento del paciente, pero la evaluaci�n de parte de un observador capacitado no demostr� una mejor�a global. Los estudios m�s recientes realizadas con pacientes con la enfermedad de Alzheimer leve o moderada, utilizando una dosis m�s alta de THA que en estudios anteriores, mostraron un mejor�a estad�sticamente significativa, tanto en evaluaciones cl�nicas y de parte del proveedor de cuidado del paciente como en las medidas de calidad de vida. Estos resultados llevaron a que la Administraci�n de Alimentos y Drogas (Food and Drug Administration - FDA) aprobar� la droga en el oto�o de 1993. La THA puede, sin embargo, tener efectos secundarios, incluyendo la elevaci�n de pruebas de funcionamiento del h�gado. La familia del paciente deber� ser concienzuda de que el paciente debe tomar el medicamento 4 veces al d�a, que se debe sacar sangre semanalmente durante la etapa de ajuste de la dosis, y que un tercio de los pacientes sienten efectos adversos significativos. Como es siempre el caso, pero especialmente mientras se est�n desarrollando drogas mejores, los proveedores de cuidado de salud y los pacientes deber�n sopesar los beneficios posibles de la droga disponible contra el costo y los problemas potenciales que pueden ocurrir. C. Excesos t�xicos qu�micos: A pesar de que algunos investigadores han encontrado niveles elevados de aluminio, mercurio, u otros metales en los cerebros de algunas v�ctimas de la enfermedad de Alzheimer, otros no los han encontrado. Y mientras que algunos investigadores han planteado la hip�tesis de que el aluminio puede jugar un papel importante en el g�nesis de la enfermedad de Alzheimer, la mayor�a han visto al aluminio como un efecto del trastorno en vez de la causa. Es decir, no es que el aluminio act�a para provocar cambios en el tejido cerebral en la enfermedad de Alzheimer; es m�s probable que se acumule como consecuencia a tales cambios. La investigaci�n contin�a en un esfuerzo de entender mejor este fen�meno y para determinar si los dep�sitos de aluminio son una causa o consecuencia de la enfermedad. Si es consecuencia y no causa, �contribuyen m�s a�n al da�o ya sufrido?
2. La teor�a gen�tica Varias conexiones entre la enfermedad de Alzheimer y el S�ndrome de Down inicialmente llevaron a que investigadores buscaran factores gen�ticos en la enfermedad de Alzheimer en el cromosoma 21-el cromosoma que se ve afectado por el S�ndrome de Down. Actualmente, se han identificado varios marcadores gen�ticos en los cromosomas 14 y 21 en aquel peque�o n�mero de familias en las cuales la enfermedad de Alzheimer ha ocurrido con frecuencia inusual a edades relativamente jovenes. En cuanto a familias en las cuales la enfermedad se ha desarrollado a edades m�s avanzadas, otros estudios sugieren que la enfermedad de Alzheimer es inusualmente frecuente en personas que tienen una forma particular del gen apolipoprote�na E (ApoE) que se encuentra en el cromosoma 19. S�lo una minor�a de la poblaci�n general tiene esta versi�n (ApoE4) del gen de las variantes que ocurren. A pesar de estos descubrimientos, el alcance de la implicaci�n gen�tica y hereditaria en la enfermedad de Alzheimer no es claro. Hay una gran cantidad de personas con este trastorno y que no son parte de un esquema familiar significativo. Adem�s, los factores gen�ticos asociados con la enfermedad claramente var�an en diferentes familias. Esto ha llevado a que algunos investigadores postulen que pueden existir unos cuantos subtipos de la enfermedad de Alzheimer con diferentes factores de riesgo y diferentes causas. El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) apoya investigaciones para localizar los genes que causan la enfermedad de Alzheimer, esquizofrenia, y depresi�n man�aca. Diez centros diagn�sticos, tres de los cuales estudian la enfermedad de Alzheimer, proporcionan material gen�tico a un banco central de genes. Los cient�ficos en los centros usan pruebas diagn�sticas id�nticas en base a su sensibilidad y fiabilidad para elegir miembros de familias cuya sangre es enviada al banco de genes para procesamiento, almacenaje, y distribuci�n. Las familias participantes deben tener varios miembros que est�n afectados por una de las enfermedades. Los centros que est�n estudiando la enfermedad de Alzheimer son: la Universidad de Johns Hopkins, Baltimore, Maryland; el Massachusetts General Hospital, Boston, Massachusetts; y la Universidad de Alabama, Birmingham, Alabama.
3. La teor�a de autoinmune
4. La teor�a del virus lento
5. La teor�a del vaso sangu�neo La apoplej�a, otro problema del vaso sangu�neo que ocurre m�s a menudo en la vejez, puede causar s�ntomas parecidos a aquellos de la enfermedad de Alzheimer. Pero esta condici�n, llamada demencia multi-infarto, difiere de la enfermedad de Alzheimer. M�s recientemente, la teor�a del vaso sangu�neo ha sido expandida para plantear hip�tesis acerca de defectos potenciales en la barrera entre la sangre y el cerebro, un mecanismo protector semejante a una membrana que protege al cerebro contra cuerpos extra�os o agentes t�xicos que circulan en el flujo sangu�neo fuera del cerebro. Han habido varios informes sobre una posible asociaci�n entre lesiones serias a la cabeza que llevaron a la p�rdida de conocimiento y el posterior comienzo de la enfermedad de Alzheimer. Una teor�a acerca de porqu� podr�a ocurrir esta conexi�n tiene que ver con posibles rupturas en la barrera entre la sangre y el cerebro como resultado de estas lesiones al cerebro.
El tratamiento de la enfermedad de Alzheimer Dos encrucijadas cr�ticas alcanzadas en el enfoque hacia el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer fueron: (1) el reconocimiento de la enfermedad de Alzheimer como un trastorno distinto del proceso normal de envejecimiento; y (2) la conciencia de que al desarrollar intervenciones terap�uticas y sociales para una enfermedad o discapacidad importante, el concepto de cuidado puede ser tan importante como el de una cura. Adem�s de los s�ntomas de la enfermedad de Alzheimer que ya se mencionaron, otros s�ntomas y factores agravantes pueden aumentar el problema. Tensiones del paciente, del medio ambiente, y de la familia pueden convergir de manera de exagerar la disfunci�n del paciente y la carga familiar durante el transcurso cl�nico de la enfermedad de Alzheimer. La identificaci�n de estos factores de tensi�n y el hacer cambios apropiados pueden proporcionar el fundamento para un tratamiento m�s efectivo y menores problemas diarios. En el paciente con la enfermedad de Alzheimer, la depresi�n o los delirios pueden agravar la disfunci�n. Estos problemas, que surgen durante el transcurso del trastorno en algunos individuos con la enfermedad de Alzheimer, aumentan el da�o a la memoria; hacen que el individuo afectado empeore m�s de lo que se esperar�a s�lo como resultado de la demencia--lo cual causa condiciones cl�nicas llamadas estados de "minusval�a excesiva." La depresi�n a solas puede imitar la demencia--una condici�n que a veces es conocida como pseudodemencia. Cuando es combinada con la demencia, la depresi�n produce mayor minusval�a y sufrimiento en el paciente con la enfermedad de Alzheimer. Se puede tratar la depresi�n en la enfermedad de Alzheimer. De hecho, esto destaca uno de los fen�menos extraordinarios que se puede observar en la enfermedad de Alzheimer: el aliviar un estado de minusval�a excesiva puede resultar en una mejor�a cl�nica real-aunque el proceso subyacente de la enfermedad est� avanzando. Es decir, en cualquier momento dado, se pueden reducir los s�ntomas del paciente, reducir su sufrimiento, y apoyar su habilidad de manejar la situaci�n lo cual alivia la carga para la familia. Estos son los objetivos tradicionales para todas las enfermedades. Los investigadores en el programa intramural de NIMH han desarrollado y est�n probando una Escala de Evaluaci�n de Estado de Animo en la Demencia (Dementia Mood Assessment Scale), que est� dise�ada como para clasificar el estado de �nimo en los pacientes con la enfermedad de Alzheimer. Esta escala traza los estados de �nimo de los pacientes a trav�s del transcurso de su enfermedad y por lo tanto puede ser �til para probar varios tratamientos antidepresivos. El medio ambiente inmediato del paciente tambi�n puede interferir con el manejo, aumentando el nivel de da�o. El modificar los alrededores puede reducir las tensiones impuestas por los factores del medio ambiente. Est� el asunto de seguridad, como ser la necesidad de proteger a la persona para no deambular hacia una escalera y caerse. Tambi�n est� el asunto de reducir el nivel de frustraci�n del individuo, como estar poniendo diferentes indicadores en el medio ambiente inmediato para combatir la p�rdida de memoria y para reducir la tensi�n y la desorganizaci�n. Est� el asunto de encontrar el medio ambiente m�s protector pero menos restrictivo para proporcionar cuidado que en alg�n momento podr� significar mudarse de la casa a una recidencia de ancianos u otra facilidad de cuidado bien equipado para manejar a aquellos que tienen la enfermedad de Alzheimer. La tensi�n que afecta a la familia puede afectar tanto al paciente como al proveedor de cuidado. Los proveedores de cuidado generalmente son miembros de la familia, ya sea esposos o hijos, especialmente esposas e hijas. A medida que pasa el tiempo y aumenta la carga, no s�lo existe un riesgo para la salud mental de los proveedores de cuidado sino que tambi�n disminuye su habilidad de proporcionarle cuidado al paciente con la enfermedad de Alzheimer. Por lo tanto, se debe considerar obtener asistencia para la familia entera. Mientras progresa la enfermedad, las familias sienten un aumento de ansiedad y de dolor al ver cambios inquietantes en un ser querido y com�nmente sienten culpa por no poder hacer lo suficiente. El predominio de la depresi�n reactiva entre miembros de la familia en esta situaci�n es inquietantemente alta-los proveedores de cuidado est�n sufriendo a causa de tensi�n cr�nica y tienen mucho m�s probabilidad de sufrir depresi�n que la persona com�n. Si los proveedores de cuidado se han visto forzados a retirarse de trabajos afuera de la casa, se sienten cada vez m�s aislados y que ya no son miembros productivos de la sociedad. Un estudio financiado por NIMH muestra que los proveedores de cuidado no s�lo tienen tasas m�s altas de enfermedad infecciosa y depresi�n pero a menudo padecen de supresi�n de sus sistemas inmunes. Otro estudio sobre los proveedores de cuidado encontr� estados de �nimo deprimidos en el 54 por ciento de los proveedores y enojo en el 67 por ciento. Los investigadores est�n planteando la hip�tesis de que los proveedores de cuidado que contienen su enojo pueden tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. La probabilidad, intensidad, y duraci�n de la depresi�n entre los proveedores de cuidado pueden reducirse a trav�s de intervenciones disponibles. Por ejemplo, a nivel que los miembros de la familia pueden ofrecerse apoyo emocional entre ellos y quiz�s obtener ayuda profesional, estar�n mejor equipados como para ayudar a su ser querido a manejar la enfermedad y a reconocer los l�mites de lo que ellos mismos pueden hacer razonablemente.
Los vecinos de Jorge y Maria Elena se preocupaban m�s y m�s porque era obvio que algo andaba muy mal. Cuando se dieron cuenta de que nadie hab�a entrado el peri�dico un d�a, dos vecinos fueron a la casa. Cuando nadie atendi� la puerta, la probaron, la encontraron abierta y entraron. Jorge estaba en el piso cerca del tel�fono y Maria Elena estaba sentada al piano tratando de tocar una canci�n. Los vecinos llamaron a una ambulancia para Jorge y llamaron a una de sus hijas. Jorge, en el hospital sufriendo de un ataque al coraz�n, comparti� por primera vez con sus hijas los eventos de los �ltimos meses y se dio cuenta de que deb�a hacer planes para el futuro. Una de sus hijas se qued� con �l y Maria Elena por 2 meses despu�s de que le dieron el alta del hospital. Ella hizo los arreglos como para que alguien fuera una vez por semana a la casa a limpiar. Tambi�n llam� a "Meals-on-Wheels" (servicio de comida transportada) para asegurar que hab�a comidas nutritivas para sus padres. A trav�s de la iglesia de sus padres, la registr� a Maria Elena en un programa de cuidado diario para ancianos 5 d�as a la semana. Cada ma�ana viene un �mnibus del centro de cuidado a recoger a Maria Elena y la vuelven a traer a la casa todas las tardes. Jorge, aliviado de la ansiedad constante, se recuper� r�pidamente y empez� a ponerse al d�a en sus proyectos de autor. A pesar de que extra�� la vida social que una vez compartieron con sus amigos, hubieron momentos en que �l y Maria Elena todav�a sintieron una relaci�n cercana. Jorge ahora acept� el hecho de que Maria Elena quiz�s tendr�a que irse a una recidencia de ancianos alg�n d�a, pero con la ayuda de su familia, amigos, iglesia, y comunidad, podr� enfrentarse a cualquier cosa que venga. Debido a que los componentes del problema var�an, tambi�n deber�an variar el enfoque, la naturaleza, y los or�genes de las intervenciones. Las intervenciones deber�an enfocarse en los s�ntomas del paciente, el medio ambiente diario del individuo afectado, y el sistema de apoyo familiar. Intervenciones espec�ficas pueden implicar apoyo familiar, la ayuda de una ama de casa u otro asistencia en la casa, el uso de terapias conductistas, y el uso de medicamentos. Los or�genes de las intervenciones oscilan entre grupos de apoyo para familias tales como aquellos que son disponibles a trav�s de la Asociaci�n de la Enfermedad de Alzheimer (Alzheimer's Association - AA) hasta consultas profesionales para el paciente y la familia con un especialista de salud mental, incluyendo una variedad de programas comunitarios tales como cuidado diario o temporario. Se puede obtener informaci�n acerca de qu� asistencia existe en una comunidad en particular a trav�s de la oficina local sobre envejecimiento (Office on Aging), un centro de salud mental en la comunidad o sociedad m�dica local o una sucursal local de AA. Adem�s, cada estado tiene una agencia sobre envejecimiento que brinda informaci�n sobre servicios y programas. Las agencias estatales sobre envejecimiento, junto con otros recursos de asistencia, est�n listadas al final de este panfleto. A pesar de que actualmente la enfermedad de Alzheimer no puede ser curada, revertida, o arrestada en su progreso, se puede hacer mucho para ayudar tanto al paciente como a la familia a vivir el transcurso de la enfermedad con mayor dignidad y menos molestia. Se deber�n buscar vigorosamente las intervenciones cl�nicas y servicios comunitarios apropiados en b�squeda de este objetivo.
Esperanzas para el futuro a trav�s de la investigaci�n Mientras que la enfermedad de Alzheimer sigue siendo un misterio, su causa y cura a�n por descubrirse, hay bastante entusiasmo y esperanzas acerca de los nuevos descubrimientos que se est�n desarrollando en numerosas �reas de investigaci�n. Se siguen encontrando las piezas de conexi�n del rompecabezas que es la enfermedad de Alzheimer. Al mismo tiempo, hay m�s y m�s socios involucrados en el esfuerzo, con inter�s nacional e internacional creciente. El gobierno, la industria, personal docente, y el sector voluntario est�n todos volvi�ndose m�s y m�s activos; tambi�n est� creciendo el apoyo federal, estatal, comunitario, corporativo, y de parte de las fundaciones para estudios nuevos y mejores servicios. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. (U.S. Department of Health and Human Services) estableci� una Fuerza de Tareas sobre la Enfermedad de Alzheimer, el cual se reuni� por primera vez en abril de 1983. Esta Fuerza de Tareas, luego asignada legislativamente como el Concilio sobre la Enfermedad de Alzheimer (Council on Alzheimer's Disease), est� compuesta por representantes de las siguientes agencias que tienen programas relacionados a la enfermedad de Alzheimer: el Instituto Nacional de Salud Mental (National Institute of Mental Health), el Instituto Nacional sobre Envejecimiento (National Institute on Aging), el Instituto Nacional sobre Trastornos Neurol�gicos y Apoplej�a (National Institute of Neurological Disorders and Stroke), el Instituto Nacional sobre Alergias y Enfermedades Infecciosas (National Institute of Allergy and Infectious Diseases), el Instituto Nacional para la Investigaci�n de Enfermer�a (National Institute for Nursing Research), la Administraci�n sobre Envejecimiento (Administration on Aging), la Agencia para la Pol�tica de Cuidado de Salud e Investigaci�n (Agency for Health Care Policy and Research), la Administraci�n sobre el Financiamiento del Cuidado de Salud (Health Care Financing Administration), la Administraci�n sobre Recursos y Servicios de Salud (Health Resources and Services Administration), el Centro Nacional sobre Estad�sticas de Salud (National Center for Health Statistics), y el Departamento de Asuntos de Veteranos (Department of Veterans Affairs). El Concilio, cuyos miembros incluyen el Cirujano General as� como el Secretario Asistente de Planificaci�n y Evaluaci�n, est� encabezado por el Secretario Asistente de Salud. Las recomendaciones del Concilio son enviados al Congreso en un informe anual. Adem�s, un Jurado Consultivo no Federal sobre la Enfermedad de Alzheimer (non-Federal Advisory Panel on Alzheimer's Disease) fue establecido por el Congreso. El Jurado, que trabaja muy cercanamente con el Concilio, consta de 15 autoridades nacionales sobre la enfermedad de Alzheimer que han sido elegidos en base a la profundidad y amplitud de su experiencia en esta �rea. El Jurado ha producido cuatro informes para 1988-1989, 1990, 1991, y 1992. Los t�tulos de estos informes se encuentran en la lista de referencias. Las actividades del Concilio as� como del Jurado reflejan el alcance de la preocupaci�n e inter�s del gobierno federal en la enfermedad de Alzheimer.
Acetilcolina - un neurotransmisor que se encuentra en niveles reducidos en los cerebros de las v�ctimas de la enfermedad de Alzheimer. Prote�na asociada con la enfermedad de Alzheimer (Alzheimer's Disease Associated Protein - ADAP) - una prote�na que parece aparecer s�lo en el tejido de las personas con la enfermedad de Alzheimer. Se ha encontrado en el l�quido cerebral y espinal. Prote�na amiloide precursora (amyloid precursor protein - APP) - una sustancia normal y esencial producida por las c�lulas del cerebro que contiene BETA AMILOIDE. En las personas con la enfermedad de Alzheimer, el APP es cortado y libera beta amiloide. El beta amiloide entonces forma bultos llamados PLACA SENIL. Apolipoprote�na E (ApoE) - una prote�na que lleva colesterol a trav�s de la sangre. El gen ApoE tiene tres variantes (o alelos), E2, E3, y E4. Cada persona hereda un alelo de cada padre. El noventa por ciento de la poblaci�n hereda una copia de ApoE3 y el 60 por ciento dos copias. Cortisol - el GLUCOCORTICOIDE natural principal (GC) en los seres humanos. Es la hormona principal afectando la tensi�n. Demencia - la p�rdida significativa de las habilidades intelectuales, tales como capacidad de memoria, lo suficientemente severa como para interferir con el funcionamiento social u ocupacional. Hipocampo - un �rea bien adentro de la parte delantera del cerebro que ayuda a regular las emociones y la memoria. Demencia multi-infarto - demencia provocada por una serie de apoplej�as. Factor de crecimiento del nervio - una sustancia que ocurre naturalmente en el cuerpo y que realza el crecimiento y la sobrevivencia de los nervios colin�rgicos. Neurot�xico - venenoso para los nervios o el tejido nervioso. N�cleo basalis de Meynert - un grupo peque�o de c�lulas nerviosas colin�rgicas en la parte delantera del cerebro y conectado a �reas de la corteza cerebral. Pseudodemencia - una forma severa de depresi�n que resulta de un trastorno cerebral progresivo en el cual los cambios cognitivos imitan aquellos de la demencia.
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