TRANSTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
Trastorno Obsesivo-Compulsivo
D�cada del Cerebro
El trastorno obsesivo-compulsivo (OCD) [siglas corresponden el nombre
en ingl�s], uno de los trastornos de ansiedad, es una condici�n que es
potencialmente debilitante y que puede perdurar a trav�s de la vida de una
persona. El individuo que padece de OCD se vuelve atrapado en un esquema
de pensamientos y conductas repetitivas que carecen de sentido y que son
angustiantes, pero que son muy dif�ciles de vencer. OCD ocurre dentro de
una gama de leve a severo, pero si es severo y no se trata, puede destruir
la capacidad de una persona para funcionar en el trabajo, la escuela, o
hasta en la casa.
Los historiales en este panfleto son t�picos para aquellos que padecen
del trastorno obsesivo-compulsivo -- un trastorno que puede ser tratado
efectivamente. Sin embargo, estos personajes no son reales.
(Estos historiales ser�n entremezclados en el folleto, cada uno en una
p�gina, con una foto relevante y una declaraci�n corta escrita en primera
persona.)
Isabel es inteligente, pero no est� aprobando su clase de biolog�a a
primera hora porque llega tarde o falta a la clase. Se despierta a las
cinco de la ma�ana con la esperanza de llegar a tiempo a la escuela. Usa
las siguientes tres horas tom�ndose una ducha larga y luego cambi�ndose
de ropa repetidamente hasta que le "sienta bien." Finalmente, ella guarda
y vuelve a guardar sus libros hasta que est�n perfectamente bien, abre la
puerta, y se prepara para bajar las escaleras. Pasa por un ritual de hacer
una pausa en cada escal�n por un intervalo espec�fico. A pesar de que
reconoce que sus pensamientos y conducta carecen de sentido, se siente
forzada a completar sus rituales. Una vez que los ha completado, se
precipita locamente hacia la escuela y llega cuando la primera clase ha
casi terminado.
El embarazo de Meredith fue un per�odo de expectaci�n julibosa. Si
sinti� algunos momentos de duda acerca de cuidar un beb� peque�o, �stos se
pasaron r�pidamente. Ella y su esposo orgullosamente trajieron un beb�
var�n, bello y perfecto, del hospital a la casa. Meredith ba�� al beb� y
le dio de comer, lo consol� cuando estaba inquieto y llego a ser una madre
joven y competente. Entonces empezaron los pensamientos obsesivos; ella
tem�a que iba a lastimar a su hijo. Una y otra vez se imaginaba que
estaba acuchillando a su beb�. Se ocupaba de sus tareas en la casa y
trataba de pensar en otras cosas, pero el pensamiento angustiante
perduraba. Se volvi� aterrada de usar los cuchillos de cocina o sus
tijeras de coser. Ella sab�a que no quer�a lastimar a su hijo. �Por qu�
entonces ten�a estos pensamientos angustiantes y ajenos?
Durante su �ltimo a�o universitario, Juan se dio cuenta de que le
estaba tomando cada vez m�s tiempo para prepararse para sus clases, pero
trabaj� intensamente y se recibi� dentro del primer diez por ciento de su
clase con un t�tulo en contadur�a. Acept� un trabajo con una contadur�a
prestigiosa en su ciudad natal y empez� a trabajar con muchas visiones
aspirantes del futuro. A las pocas semanas, la firma empez� a tener dudas
acerca de Juan. Cuando se le daba trabajo que deber�a llevar dos o tres
horas, �l revisaba y volv�a a revisar los n�meros, verificando y volviendo
a verificar. Una tarea le llevaba una semana o m�s. El sab�a que le
estaba llevando demasiado tiempo para completar una tarea, pero se sinti�
forzado a revisar continuamente. Cuando se cumpli� su intervalo de
prueba, la compa��a lo despidi�.
Por muchos a�os, los profesionales de salud mental pensaron que el OCD
era una enfermedad no muy com�n porque s�lo una peque�a minor�a de sus
pacientes ten�an esta condici�n. El trastorno frecuentemente no era
reconocido porque aquellos que padec�an de OCD no buscaban tratamiento para
as� poder ocultar sus man�as y pensamientos repetitivos. Esto llev� a
subestimar el n�mero de personas con la enfermedad. Sin embargo, una
encuesta hecha a principios de los a�os ochenta por el Instituto Nacional
de Salud Mental (NIMH) -- la agencia federal que apoya investigaciones a
nivel nacional sobre el cerebro, enfermedades mentales, y salud mental --
proporcion� nuevos conocimientos acerca del predominio de OCD. La encuesta
de NIMH mostr� que OCD afecta m�s del 2 por ciento de la poblaci�n, lo cual
significa que OCD es m�s com�n que enfermedades mentales severas, tales
como esquizofrenia, trastorno bipolar, o trastorno de p�nico. OCD afecta
personas de todos los grupos �tnicos. Hombres y mujeres son afectados por
igual. Se estim� en 1990 que los costos sociales y econ�micos de OCD son
de $8,4 billones (DuPont et al., 1994).
A pesar de que los s�ntomas de OCD t�picamente empiezan en la
adolescencia o en la edad adulta temprana, investigaciones recientes
muestran que algunos ni�os desarrollan la enfermedad a edades m�s
tempranas, a�n durante los a�os preescolares. Los estudios indican que al
menos una tercera parte de los casos de OCD en adultos empez� durante la
ni�ez. El padecimiento de OCD durante las etapas tempranas del desarrollo
de un ni�o puede causar problemas severos para el ni�o. Es importante que
el ni�o reciba evaluaci�n y tratamiento por un m�dico informado para evitar
que el ni�o no pierda oportunidades importantes a causa de este trastorno.
Obsesiones
Estas son ideas o impulsos no deseados que surgen repetidamente en la
mente de la persona con OCD. Temores persistentes que pueda ocurrirle mal
a uno o a un ser querido, una preocupaci�n sin raz�n de contaminarse, o una
necesidad excesiva de hacer cosas correctamente o perfectamente son
comunes. Una y otra vez el individuo siente un pensamiento inquietante,
tal como "Mis manos deben estar contaminadas -- me las debo lavar" ; "Puedo
haber dejado el gas prendido" ; o "Voy a causarle da�o a mi hijo". Estos
pensamientos son intrusos y desagradables y producen un alto nivel de
ansiedad. A veces las obsesiones son de naturaleza violenta o sexual o
est�n relacionadas a enfermedad.
Compulsiones
Muchas personas con OCD recurren a conductas repetitivas llamadas
compulsiones a ra�z de sus obsesiones. Las m�s comunes de �stas son
lavando y verificando. Otras conductas compulsivas incluyen contar (muchas
veces a la vez de desempe�ar otra acci�n compulsiva tal como lavarse las
manos), repetir, guardar, y arreglar objetos infinitamente de manera que
est�n en alineamiento preciso los unos con los otros. Problemas mentales,
tales como repetir frases mentalmente, hacer listas, o verificar tambi�n
son comunes. Estas conductas son destinadas a defender a la persona con
OCD o a otros contra da�o. Algunas personas con OCD tienen rituales
regimentados mientras que otros tienen rituales que son complejos y
cambiantes. Desempe�ar rituales puede darle a la persona con OCD alg�n
alivio de ansiedad, pero s�lo es temporario.
Percepci�n
Personas con OCD tienen alg�n grado de percepci�n acerca de la falta
de sentido de sus obsesiones. A menudo, especialmente cuando no est�n
teniendo una obsesi�n, pueden reconocer que sus obsesiones y compulsiones
no son realistas. Otras veces pueden estar inseguros acerca de sus temores
o creer profundamente en su validez.
Resistencia
Muchas personas con OCD luchan para desterrar sus pensamientos no
deseados y compulsivos y para evitar entrar en conductas compulsivas.
Muchos pueden mantener sus s�ntomas obsesivos-compulsivos bajo control
durante las horas de trabajo y escuela. Pero la resistencia puede
debilitarse con el pasar de los meses o a�os y, cuando esto ocurre, el OCD
puede volverse tan severo que los rituales que llevan tiempo pueden tomar
posesi�n de la vida de los enfermos, lo cual impide que contin�en
desempe�ando actividades fuera del hogar.
Verg�enza y secreto
Los que padecen de OCD muchas veces tratan de ocultar su trastorno en
vez de conseguir ayuda. Muchas veces logran ocultar sus s�ntomas
obsesivos-compulsivos de sus amigos o colegas. Una consecuencia
desafortunada de este secreto es que personas con OCD por lo general no
reciben ayuda profesional hasta a�os despu�s del comienzo de su enfermedad.
Llegado a ese punto, pueden haber aprendido a manejar sus vidas -- y la
vida de sus familiares -- en torno a estos rituales.
S�ntomas duraderos
OCD tiende a perdurar por a�os, incluso por d�cadas. Los s�ntomas
pueden volverse menos severos de tanto en tanto, y pueden haber intervalos
largos cuando los s�ntomas son leves, pero para la mayor�a de los
individuos con OCD, los s�ntomas son cr�nicos.
La antigua creencia que OCD era el resultado de experiencias personales
ha sido debilitada ante la evidencia creciente de que el factor biol�gico
es un colaborador primario al trastorno. El hecho de que pacientes con OCD
responden bien a medicamentos espec�ficos que afectan el neurotransmisor
serotonina sugiere que el trastorno tiene una base neurol�gica. Por esa
raz�n, OCD ya no es atribuido s�lo a actitudes que un paciente puede haber
aprendido durante la ni�ez -- por ejemplo, un �nfasis inusitado en la
limpieza, o una creencia de que ciertos pensamientos son peligrosos o
inaceptables. En vez, la b�squeda de causas ahora est� enfocada en la
interacci�n de factores neurobiol�gicos e influencias ambientales, as� como
procesos cognitivos.
A veces OCD est� acompa�ado con depresi�n, problemas de comer, abuso de
droga, trastorno de personalidad, trastorno de d�ficit de atenci�n, u otros
de los trastornos de ansiedad. Trastornos coexistentes pueden hacer que el
OCD sea m�s dif�cil de diagnosticar as� como de tratar.
Los investigadores apoyados por NIMH han usado un mecanismo conocido
como escansionador de tomograf�a de emisi�n de positrones (PET) [siglas
corresponden el nombre en ingl�s: "positron emission topography scanner"]
para estudiar los cerebros de pacientes con OCD de manera de poder
identificar factores biol�gicos que pueden ser importantes en el comienzo o
en la pertinacia del OCD. Varios grupos de investigadores han obtenido
resultados de las exploraciones PET que sugieren que los pacientes con OCD
tienen esquemas de actividad cerebral que difieren de los de personas sin
enfermedad mental o con alguna otra enfermedad mental. Los estudios de
formaci�n de im�genes cerebrales de OCD que muestran actividad neuroqu�mica
anormal en regiones conocidas por su funci�n en ciertos trastornos
neurol�gicos sugieren que estas �reas pueden ser fundamentales en los
or�genes de OCD. Tambi�n hay evidencia de que tratamiento con medicaci�n o
terapia conductista puede producir cambios en el cerebro que coinciden con
una mejor�a cl�nica.
(Eploraciones PET: Normales y de OCD)
- La actividad cerebral en el cerebro de una persona con OCD (derecha) y
el cerebro de una persona sin OCD (izquierda). En OCD, hay un aumento
de actividad en una regi�n del cerebro llamada la corteza frontal
cerebral.
- FUENTE: Lewis Baxter, UCLA Center for Health Sciences, Los
Angeles, CA.
Estudios preliminares recientes usando formaci�n de im�genes de
resonancia magn�tica (magnetic resonance imaging - MRI) mostraron que los
casos con trastorno obsesivo-compulsivo ten�an significativamente menos
materia blanca que los casos normales de control, lo cual sugiere una
anormalidad cerebral ampliamente distribuida en OCD. El entendimiento
acerca del significado de este descubrimiento ser� explorado en mayor
profundidad con estudios neuropsicol�gicos y estudios de formaci�n de
im�genes neurol�gicos (Jenike et al., 1996).
Los s�ntomas de OCD se ven en conjunto con algunos otros trastornos
neurol�gicos. Hay un aumento en la tasa de OCD en personas con el s�ndrome
de Tourette, una enfermedad caracterizada por movimientos y vocalizaciones
involuntarios. Los investigadores actualmente est�n estudiando la
hip�tesis de que existe una relaci�n gen�tica entre OCD y trastornos de tic.
Otras enfermedades que pueden estar ligadas a OCD son tricotiloman�a
(el deseo repetido de arrancarse las pesta�as, cejas, pelo del cuero
cabelludo, o de otras partes del cuerpo), trastorno dism�rfico de cuerpo
(preocupaci�n excesiva con defectos de apariencia imaginarios o exagerados)
e hipocondriasis (el temor de tener una enfermedad grave a pesar de
evaluaciones m�dicas y resultados tranquilizadores). Los estudios
gen�ticos de OCD y otras condiciones relacionadas pueden capacitar a
cient�ficos para concretar la base molecular de estos trastornos.
Otras teor�as de las causas de OCD est�n enfocadas en la interacci�n
entre conducta y el medio ambiente y en creencias y actitudes, y tambi�n en
c�mo se procesa informaci�n. Estas teor�as acerca de conducta y cognici�n
no son incompatibles con explicaciones biol�gicas.
Una persona con OCD tiene conductas obsesivas y compulsivas que son lo
suficientemente extremas como para interferir con la vida diaria. No se
deben confundir personas con OCD con un grupo mucho m�s grande de
individuos que a veces son llamados "compulsivos" porque tienen un nivel
alto de desempe�o y son perfeccionistas y muy organizados en su trabajo y
a�n en sus actividades de recreo. Este tipo de "compulsividad" muchas
veces sirve un prop�sito valioso al contribuir al autoestima de la persona
y su �xito en el trabajo. En este respecto, difiere de las obsesiones y
rituales destructivas de la persona con OCD.
Las investigaciones cl�nicas y experimentos que se llevan a cabo con
animales respaldadas por NIMH y otras organizaciones cient�ficas han
provisto informaci�n que ha llevado a tratamientos tanto farmacol�gicos
como conductistas que pueden beneficiar a la persona con OCD. Un paciente
puede beneficiar significativamente de terapia conductista mientras que
otro puede beneficiar de la farmacoterapia. Algunos otros pueden usar
tanto medicaci�n como terapia conductista. Otros pueden empezar con
medicaci�n para ganar control sobre sus s�ntomas y entonces continuar con
terapia conductista. Cu�l terapia usar debe ser decidido por el paciente
individual en consulta con su terapeuta.
Farmacoterapia
Pruebas cl�nicas en a�os recientes han mostrado que drogas que afectan
el neurotransmisor serotonina pueden reducir significativamente los
s�ntomas de OCD. El primero de estos inhibidores de la ingesti�n de
serotonina (SRI) [siglas corresponden al nombre en ingl�s: serotonin
reuptake inhibitors] espec�ficamente aprobado para uso en el tratamiento
de OCD fue el antidepresivo tric�clico clomipramina (Anafranil*). Esto fue
seguido por otros SRI llamados "inhibidores selectivos de la ingesti�n de
serotonina" (SSRIs) [siglas corresponden al nombre en ingl�s: "selective
serotonin reuptake inhibitors"]. Aquellos que han sido aprobados por la
Administraci�n de Alimentos y Drogas (Food and Drug Administration - FDA)
para el tratamiento de OCD son fluoxetina (Prozac ), fluvoxamina (Luvox*) y
paroxetina (Paxil*). Otro que ha sido estudiado en pruebas cl�nicas
controladas es sertralina (Zoloft ). Estudios extensos han demostrado que
m�s de tres cuartos de pacientes son ayudados, al menos un poco, por estos
medicamentos. Y en m�s de mitad de los pacientes la medicaci�n alivia
s�ntomas de OCD al disminuir la frecuencia e intensidad de las obsesiones y
compulsiones. La mejor�a por lo general lleva tres semanas o m�s. Si un
paciente no responde bien a uno de estos medicamentos, o tiene efectos
secundarios inaceptables, otro SRI puede dar una respuesta mejor. Se est�n
haciendo investigaciones sobre el uso de un SRI como el medicamento
principal y uno de una variedad de medicamentos como una droga adicional
(un aumentador) para pacientes que s�lo son parcialmente sensibles a estos
medicamentos. La medicaci�n es �til en el control de los s�ntomas de OCD
pero a menudo, si se deja el medicamento, luego habr� una reca�da. De
hecho, a�n cuando los s�ntomas han disminuido, la mayor�a de las personas
necesitar�n continuar con medicaci�n indefinidamente, quiz�s con una
dosificaci�n m�s baja.
Terapia conductista
Psicoterapia tradicional, dirigida a ayudar al paciente a desarrollar
percepci�n acerca de su problema, generalmente no es �til para OCD. Sin
embargo, un m�todo espec�fico de terapia conductista llamada "prevenci�n de
exposici�n y reacci�n" [exposure and response prevention"] es efectivo para
muchas personas con OCD. Este m�todo implica que el paciente se enfrenta,
deliberada o voluntariamente, al objeto o idea temida, ya sea directamente
o con la imaginaci�n. Al mismo tiempo, el paciente es alentado a abstener
de sus rituales con apoyo y estructura provistos por el terapeuta, y
posiblemente por otros que el paciente reclute para asistirle. Por
ejemplo, una persona que se lava las manos compulsivamente puede ser
alentada a tocar un objeto que �l/ella cree est� contaminado y luego la
persona es instada a evitar lavarse por varias horas hasta que la ansiedad
provocada se haya reducido en gran parte. El tratamiento entonces procede
paso por paso, guiado por la habilidad del paciente a tolerar ansiedad y
controlar los rituales. A medida que progresa el tratamiento, la mayor�a
de los pacientes gradualmente sienten menos ansiedad causada por los
pensamientos obsesivos y pueden resistir los impulsos compulsivos.
Estudios de terapia conductista para OCD han encontrado que es un
tratamiento exitoso para la mayor�a de los pacientes que lo completan.
Para que el tratamiento sea exitoso, es importante que el terapeuta sea
totalmente capacitado para proveer este tipo espec�fico de terapia.
Tambi�n es �til que el paciente est� muy motivado y tenga una actitud
positiva y determinada.
Los efectos positivos de la terapia conductista perduran una vez que el
tratamiento ha terminado. Una compilaci�n reciente de estudios de
resultado indica que de m�s de 300 pacientes con OCD que fueron tratados
con prevenci�n de exposici�n y reacci�n, un promedio del 76 por ciento
todav�a demostraba aligeramiento significativo 3 meses a 6 a�os despu�s del
tratamiento (Foa & Kozak, 1996). Otro estudio ha encontrado que el
incorporar componentes de prevenci�n de reca�da en el programa de
tratamiento, junto con sesiones de seguimiento luego de terapia intensiva,
contribuye al mantenimiento de mejor�a (Hiss, Foa y Kozak, 1994).
Un estudio provee nueva evidencia de que terapia cognitiva-conductista
tambi�n puede ser efectiva para OCD. Esta variante de terapia conductista
hace �nfasis en cambiar las creencias y esquemas de pensamiento del enfermo
de OCD. Se requieren otros estudios antes de que la promesa de terapia
cognitiva-conductista pueda ser evaluada adecuadamente. La b�squeda
continua de causas, junto con investigaciones acerca de tratamiento,
promete producir a�n m�s esperanzas para personas con OCD y sus familias.
Si usted piensa que tiene OCD, debe conseguir la ayuda de un
profesional de salud mental. M�dicos de familia, cl�nicas y organizaciones
de mantenimiento de salud pueden proporcionar tratamiento o recomendar
centros y especialistas en salud mental. Adem�s, el departamento de
psiquiatr�a de un centro m�dico importante o el departamento de psicolog�a
de una universidad pueden tener especialistas informados acerca del
tratamiento de OCD y que pueden proporcionar terapia o recomendar otro
m�dico en el �rea.
OCD afecta no s�lo al enfermo sino a la familia entera. La familia a
menudo tiene dificultad aceptando que la persona con OCD no puede abstener
de la conducta angustiante. Los miembros de la familia pueden demostrar su
enojo y resentimiento, lo cual resulta en un aumento de la conducta de OCD.
O, en un intento de mantener la paz, pueden asistir en los rituales o hacer
promesas tranquilizadoras constantemente.
La educaci�n acer ca de OCD es importante para la familia. Las
familias pueden aprender maneras espec�ficas de alentar a la persona con
OCD a cumplir por completo con la terapia conductista y/o programas de
farmacoterapia. Libros de autoayuda tambi�n pueden ser una buena fuente de
informaci�n. Algunas familias buscan la ayuda de un terapeuta de familia
que est� capacitado en el campo. Adem�s, en los �ltimos a�os, muchas
familias se han unido a uno de los grupos de apoyo educativos que se han
organizado a trav�s del pa�s.
Materiales de Lectura Sugeridos
Baer L. Getting Control. Overcoming Your Obsessions and Compulsions.
Boston: Little, Brown & Co., 1991.
DeSilva P y Rachman S. Obsessive-Compulsive Disorder: The Facts.
Oxford: Oxford University Press, 1992.
Foa EB y Wilson R. Stop Obsessing! How to Overcome Your Obsessions and
Compulsions. New York: Bantam Books, 1991.
Foster CH. Polly's Magic Games: A Child's View of Obsessive-Compulsive
Disorder. Ellsworth, ME: Dilligaf Publishing, 1994.
Greist JH. Obsessive Compulsive Disorder: A Guide. Madison, WI:
Obsessive Compulsive Disorder Information Center, rev. ed., 1992.
(Discusi�n a fondo de farmacoterapia y terapia conductista.)
Jenike MA. Drug Treatment of OCD in Adults. Milford, CT: OC
Foundation, 1996. (Contesta preguntas comunes acerca de OCD y tratamientos
con drogas.)
Johnston HF. Obsessive Compulsive Disorder in Children and Adolescents:
A Guide. Madison, WI: Child Psychopharmacology Information Center,
1993.
Matisik EN. The Americans with Disabilities Act and the Rehabilitation
Act of 1973: Reasonable Accommodation for Employees with OCD. Milford,
CT: OC Foundation, 1996.
Neziroglu F. y Yaryura-Tobias JA. Over and Over Again: Understanding
Obsessive-Compulsive Disorder. Lexington, MA: DC Health, 1991.
Rapoport JL. The Boy Who Couldn't Stop Washing: The Experience and
Treatment of Obsessive-Compulsive Disorder. New York: E.P. Dutton,
1989.
Steketee GS y White K. When Once is Not Enough: Help for Obsessive
Compulsives. Oakland, CA: New Harbinger, 1990.
VanNoppen BL, Pato MT y Rasmussen S. Learning to Live with OCD.
Milford, CT: OC Foundation, 1993.
Videocassette
The Touching Tree. Jim Calliner, escritor/director, Awareness films.
Distribuido por el OC Foundation, Inc., Milford, CT (sobre un ni�o con OCD).
Referencias
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