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No es casualidad
que Olga Martínez López adoptase ese lenguaje como propio.
La ruptura dramática que supuso la irrupción del existencialismo,
llevó a muchos artistas a refugiarse en el seno de unas emociones
entendidas como más primitivas pero probablemente más humanas,
esperando que de alguna manera el equilibrio de la linealidad histórica
se recupere.
La figura humana como
referente inmediato y alegórico de cuanto ocurre a nuestro alrededor,
la comprensión de lo universal desde lo próximo e inmediato,
es el punto de partida de unas obras que aspiran a traspasar la frontera
del tiempo.
Jesús
Pérez Varela
Conselleiro
de Cultura e Comunicación Social
Xunta
de Galicia
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