HITLER, ADOLFO

       (Braunan, 20 abril 1889-Berlín, 30 abril 1945).
 

Político Alemán. Nace en la ciudad de Braunan, 20 abril 1889 siendo hijo de un modesto empleado de aduanas, desde niño dio muestras de su carácter pues desde muy temprana edad  entró en conflicto con su padre, ya que él no permitía sus aspiraciones artísticas y pretendía que fuera un funcionario estatal. Pero no tardaron en morir sus padres y entonces Hitler se trasladó a Viena para poder dedicarse a la pintura.

Sin embargo, no fue admitido en la escuela de Bellas Artes y tuvo que ganarse la vida como jornalero y trabajando también de forma eventual como dibujante.

.. Esos cinco años que pasó en Viena, él confesó que fueron los más tristes de su vida. Ya aquí manifestó su resentimiento e insatisfacción del provinciano ante la sociedad moderna y la gran ciudad industrial.
 

En Viena, ciudad que Hitler odió, porque era uno de los grandes obstáculos para la realización de sus sueños pangermánicos, odió la socialdemocracia y ya se hizo un antisemita enfermizo. Los dos representantes más destacados del antisemitismo austríaco fueron sus ídolos: el pangermanista Georg Schonerer y el burgomaestre de Viena, Karl Luger. En 1912 se trasladó a Munich. Ya odiaba profundamente a los judíos; pensaba que alegando que era una religión, el judaísmo era, en realidad, un Estado dentro del Estado, una potencia influyente y amenazadora. Consideraba también que el marxismo era el resultado directo del judaísmo, y que habría que eliminarlo.
 
 
 
 

Participó en la Primera Guerra Mundial como voluntario, resultando herido en dos ocasiones confirmándole más su idea de que había que liquidar a los enemigos. Más tarde, Hitler se adhirió al partido de Harrer y Drexler, movimiento de poca importancia y desprestigiado pero él se convertiría en el propagandista más hábil, dedicándose a la agitación de masas con gran vehemencia y entusiasmo. Su fórmula era: antisemitismo y antiparlamentarismo. Después, entre 1921 y 1922 el partido inicia su transformación en movimiento paramilitar y toma ya la denominación «Obrero Nacional-Socialista Alemán»

Hitler se empapó de la doctrina que había llevado a Mussolini al poder. Adoptó, como él, los emblemas y gestos del fascismo italiano: camisa parda, saludo romano y como distintivo, la cruz gamada, surgida de la mitología racista nórdica. También estableció una férrea disciplina militar y organizó un cuerpo de protección del partido: las Secciones de Asalto. De acuerdo con el mariscal Ludendorff, Hitler preparó para el mes de noviembre de 1923 un golpe de Estado en Munich, al estilo fascista. La manifestación fue disuelta y Hitler fue condenado a cinco años de prisión, pero sólo cumplió 9 meses. El partido fue prohibido.

En la cárcel redactó la primera parte de su Mein Kampf (Mi lucha), obra que codificarla el patrimonio político e ideológico del NSDAP En 1925 llegaría la paz a nivel internacional; además se produjo una recuperación interna y económica, gracias a la ayuda de EE.UU. e Inglaterra. En 1925 ganó las elecciones presidenciales el mariscal Hindenburg, y las del Reichstag de 1928 dieron mayoría a los partidos de coalición de Weimar. La democracia parecía consolidada, incluso ese mismo año se levantó la suspensión que pesaba sobre el partido nazi. Pero, al sobrevenir la crisis de 1929, se destruyeron todas las expectativas. En poco meses hubo 2.500.000 parados y la miseria y el hambre llegaron a muchos sectores de la población. Los partidos más extremistas recobraron fuerzas. En 1927, los seguidores de Hitler eran sólo unos 72.000 afiliados, pero en pocos años y estimulados por la propaganda de Hitler, Göring y Göbbels fueron creciendo de forma alarmante.

La ideología del partido era confusa: odio al catolicismo, al judaísmo y a la masonería, junto a un patriotismo espectacular, pero encajó en aquel momento de depresión colectiva. Hitler, que nunca había ocultado sus propósitos, divulgó en infinidad de discursos que pronunció por toda la geografía germana los objetivos del movimiento nacionalsocialista, apelando a la ignorancia de las masas: «La gran masa es ciega y estúpida y no sabe lo que hace», decía. Las posiciones políticas se fueron radicalizando y el mariscal Hindenburg tuvo que gobernar por decreto. La crisis económica no se superaba, los sacrificios eran necesarios y los alemanes fanatizados, se afiliaron a los nazis o a los comunistas. En las elecciones de septiembre de 1930, los nazis obtuvieron 6.500.000 votos. El conservadurismo alemán claudicó ante Hitler y se ofrecieron enormes subvenciones. Hindenburg intentó asimilar el nazismo a la obra gubernamental. Pero tras algunos avatares, Hindenburg acabaría confiando, en 1933, la cancillería a Hitler. Con ello se instauraba la dictadura hitleriana. En pocos días se adueñó de la Administración y la Policía, detuvo en masa a los jefes socialdemócratas y comunistas, estableció los primeros campos de concentración y organizó el incendio del Reichstag, con el que justificó, achacándoselo a los comunistas, la suspensión de las garantías constitucionales y la ocupación por los nazis de los gobiernos desafectos.

El 24 de mayo, con poderes excepcionales en la mano, se desentendió del legalismo y su dictadura fue un hecho. Disolvió los partidos, y el 14 de julio estableció el partido único. La actuación de la Gestapo, policía de seguridad del Estado, ya empezó a dar sus primeros frutos. El régimen inició sus depuraciones y en la llamada «noche de los cuchillos largos». (30 de julio de 1934) fueron asesinados el excanciller Schleicher y el jefe de las S.A. Desde entonces un cuerpo de hombres escogido, las S.S., dominarían la situación. A la muerte de Hindenburg, Hitler se hizo proclamar presidente. Las masas vieron en él al constructor de la gran Alemania que les ayudaría a superar la crisis.
 
 
 
 

Adolfo Hitler dictó medidas económicas y sociales se lanzó a importantes inversiones oficiales, como el plan de autopistas. Alemania llegó a ser una gran potencia.
Por otro lado, llevó a cabo una gran política expansionista, Polonia fue su inicio. Preparó luego una gran ofensiva contra Occidente, la derrota de Francia fue su primer gran triunfo político y militar. En la URSS sin embargo, los ejércitos alemanes sufrieron su primer gran fracaso, que fue el preludio de la derrota final de Alemania. Tras la Conferencia de Yalta y la formación de la coalición antinazi, muchos dirigentes vieron con buenos ojos la rendición de Alemania.

Hitler ya había manifestado que no sobreviviría a la derrota del lll Reich. Así fue, y el día 30 de abril se suicidó junto con su esposa Eva
 


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