Esta es la traducción/adaptación de la entrevista que Andreu Buenafuente hizo a Mark Knopfler en el programa de TV3 - Televisió de Catalunya La cosa nostra, el día 25 de Septiembre del 2.000, fecha de lanzamiento del Sailing to Philadelphia.
He pretendido ser lo más fiel posible a la entrevista, pero hay que comprender las diferencias entre un texto escrito y una conversación distendida y natural, además de las dificultades que tuve a la hora de entender ciertas traducciones (al mezclarse la voz de Mark en inglés y la del traductor, Enric, en catalán, a veces era difícil entender la frase). Para cualquier corrección, mándame un correo.
Se abre la puerta y Mark entra. La banda toca el "Going Home", Mark los señala, saluda a Andreu y al público. Se sienta en el sillón de vaca mientras aún se oyen los aplausos entusiastas.
Mark Knopfler: Gracias. Muy buena la banda; los he escuchado antes.
A.B.: ¿Sí? No está mal; es la única que
encontramos para estas horas.
M.K.: ¿Cuánto les ha costado aprenderla?
A.B.: (Mirando a la banda) Puf... ¿diez minutos?
M.K.: Me lo imaginaba... no, ha estado muy bien.
A.B.: Entre ustedes los músicos siempre hay ese fondo de
amabilidad, de confraternidad. Si a usted le dieran a elegir entre cenar con
un músico o con un político, ¿qué elegiría?
M.K.: Creo que me iría con el político, porque los
músicos son personas de poca confianza, no tienen gusto, son más
bien vagos, demasiado sensibles... no me gustan; creo que sí, me
iría con el político, son gente fantástica.
A.B.: De todas formas, gracias por venir y por haber escogido este
humilde programa. Su presencia es algo que justifica muchas horas de trabajo.
Nos enorgullece que haya venido Mark Knopfler, se lo debe imaginar...
M.K.: No te pases...
A.B.: Si usted es un mito.
M.K.: (No entiende la traducción) ¿Perdón?
¿Un mito?
A.B.: "A miz"
Se produce un juego de palabras entre A.B., M.K. y el traductor por medio que escapa a mi comprensión.
M.K.: No, no me debes decir estas cosas, de verdad.
A.B.: Bien, pues le diré otra: usted ha sido el culpable de que
cambiásemos de tararear estribillos a cantar solos de guitarra; vas por
la calle (hace como que toca la guitarra; risas del público)...
M.K.: Cuando no sabes cantar... es como una extensión; cuando no
sabes cantar alguna vez es como si la guitarra tuviera que hacer tu faena
¿no? Sí, a veces, cuando la voz no me llega, dejo que la guitarra
cante, que hable.
A.B.: El otro día le oí una cosa curiosa; le preguntaron
si se atrevería usted con la guitarra española, y dijo que no,
que le daba mucho respeto, ¿no?
M.K.: No, es demasiado inteligente para mí. Aprendo muy
lentamente. Tardo mucho en aprender cualquier cosa. Ahora mismo estoy
aprendiendo a escribir una canción que me guste escuchar.
A.B.: ¡Qué dice! No me lo creo.
M.K.: No, no, es verdad. Escucho discos, y si los escucho demasiado me
pongo triste, casi trágico.
A.B.: Es un hombre modesto, como podemos ver, que dice que no le gusta
verse en televisión, que es como si se viera en un espejo para comprarse
un vestido... no se gusta.
M.K.: (Con cara de desagrado) No, la verdad... si me veo en un
vídeo, por ejemplo... (se gira y se ve en un monitor, y se ríe
mientras se tapa la cara) ¡Si me estoy viendo!
A.B.: ¡Girad los monitores!
M.K.: No pasa nada... Si voy a un restaurante y hay un espejo, me siento
de espaldas a él. ¿A ti te gusta verte?
A.B.: (Con gesto de que es evidente) A mí sí.
(Risas del público)
M.K.: Pues yo puedo verme limpiándome los dientes, y me cuesta...
A.B.: Tiene razón, y no me gusta comer solo; cuando comes solo
es muy triste.
M.K.: Sí; a mí me duele el corazón cuando veo comer
sola a la gente... ¿o te pones delante del espejo cuando vas al
restaurante?
A.B.: (Como justificándose) Soy soltero. (Mark y el
público ríen) Tenemos que hacer tantas cosas los solteros.
Mark, hablemos del disco. Usted es una persona que se toma los trabajos con
calma, y de este ha dicho cosas como que ha hecho las canciones que le ha dado
la gana, que no tienen un gran significado, sobre temas que le gustaban, que
son muchas y muy personales, y que gustarán al seguidor de Knopfler.
M.K.: Bueno, eso espero. Las canciones vienen de todas partes; y soy
malo. Una de estas canciones la empecé con diecinueve años y
me ha costado... (duda en decir un número exacto) la tira de
años sacarla en un disco. Eso es ser lento, me lo reconocerás.
A.B.: A los diecinueve, usted que ahora tiene veinticuatro...
M.K.: Sí, cinco o seis años me ha costado,
aproximadamente. Pero todos los que escriben canciones lo saben: tienes como
una especie de cuarto trastero... (señala a la banda) Vosotros
que sois músicos lo sabréis perfectamente, ¿no? (De
nuevo a Andreu) ¿Escriben canciones estos chicos tuyos?
A.B.: Sí, sí... tienen una muy bonita que se llama
"Toda, toda" (risas del público) ... Llevamos año y medio
juntos, Mark; lo llevamos mal; qué le voy a explicar (más
risas). Hablando de convivencia, es usted uno de los pocos músicos
a los que le he oído decir "Me gusta mucho ir de gira; me lo paso muy
bien". Dire Straits hizo en su momento la gira...
M.K.: (Cortándole) Sí, me gusta escribir, grabar...
es una de las razones por las que estoy aquí; me gusta entrar a una
plaza de toros, por ejemplo...
A.B.: ¿A tocar?
M.K.: Sí... ¡a lo otro no! ¡ Lo otro no me gusta
hacerlo! (Risas) Mira, es fantástico; tocas en cualquier
sitio... y parece como si todo subiera, que todos suben. Tocas de una manera
o de otra, y la gente dice "¡Olé!"... a veces, no siempre.
(Risas)
A.B.: De todo esto se nota que es una persona enamorada de su oficio,
y es muy bonito oirlo de una persona tan importante en el negocio.
M.K.: Sí, me encanta lo que hago, de verdad, absolutamente. Es
que pienso que soy la persona con más suerte del mundo; es tener suerte.
Por ejemplo, salgo con la moto, voy rápido, no mucho pero bastante,
porque tengo ganas de llegar al trabajo. Pero a veces debes hacer bandas
sonoras... porque si hiciera sólo eso (discos) me costaría
aún más... las bandas se deben hacer rápido.
A.B.: Es más ágil, ¿no? Sin embargo, usted hizo
con los Dire Straits las giras más maratonianas que se recuerdan.
Corríjame si me equivoco, pero llegaron a estar año y medio de
gira, casi dos años, sin pasar por casa...
M.K.: Doscientas cincuenta actuacciones al año, sí
señor. Es una locura; era como correr... Aún me gusta ir de gira,
aunque estoy un poco más civilizado. Pienso que dos semanas sí
y una de descanso sería lo bueno... o quizás una de trabajo y dos
de descanso, dos y una.
A.B.: Eso lo hacen los bomberos.
M.K.: Sí exacto; más o menos. (Risas del
público)
A.B.: Perdón por el ejemplo. Me acuerdo cuando se ponía
aquella cinta, aquellas muñequeras... ¿usted se acuerda de
aquella época?
M.K.: Si miras estas luces modernas, estas que se mueven, las
"barn-lights" (?) les llaman, no generan nada de calor; así que cuando
salieron ya no necesitaba nada de eso. Pero antes, es que no veía nada
de lo que sudaba...
A.B.: Era como ver un tenista; tenemos una imagen de Mark Knopfler de
tenista. Hablando de tenistas...
M.K.: (Cortándole) De hecho cuando era pequeño
empecé con la raqueta de tenis (hace como si tocara con la
zurda).
A.B.: Yo también. (Risas del público).
M.K.: A tocar la guitarra; como soy zurdo la tocaba así, y ella
me obligó a cambiarla, mi madre (hace como si tocara con la
diestra).
A.B.: De hecho creo que todos los niños del mundo han hecho
así (hace como que toca) "Mira, mira, Mark Knopfler"; ahora hacen
(hace lo mismo) "Mira, mira, Mark Knopfler". Claro...
Mark lo mira medio flipado; el público ríe
A.B.: Su mito...
M.K.: Lo siento por ellos.
A.B.: ¿Cuádo le dijeron, Mark, que su guitarra sonaba
especial? Porque suena especial... pones una guitarra de Knopfler y dices
"este es Knopfler". ¿Hay un momento en el que se da cuenta, que
encuentra una posición? ¿Una fecha en la que se diga "estoy
tocando diferente"?
M.K.: Bien, es un error completo. Yo empecé tocando con un trozo
de plástico, como un plectro, que está pensado básicamente
para atormentar a los padres. Y como no tenía dinero para comprarme un
aplificador, ni convencí a mi padre de que me lo comprara, tenía
una guitarra eléctrica sin nada a qué enchufarla. De manera que
destrocé la radio de casa, ?no fue nada popular?, les pedía las
acústicas a mis amigos, y poco a poco fui entrando en los clubs de
folk y empecé a tocar con los dedos, poco a poco, sin plástico.
Pero no como el flamenco, sino tocando más normal. Y poco a poco, con
los años, comencé a romper algunas reglas, y de repente se
produjo una síntesis, porque comencé a tocar cosas... porque
siempre me perdía (aquí dice algo que no entiendo)...
y acabas haciendo cosas con los dedos de alguna manera, y es como usar un
plectro. De hecho, el plectro es lo que uso yo, lo puedes usar para que haga
este ruido (hace un ruido como de moscardón). Pero en fin, yo
toco como toco, y no sé qué decirte... es un conjunto de cosas
que van saliendo.
A.B.: Y no cambie que nos gusta mucho como toca. Escuche, en este
disco...
M.K.: (Cortando) No sufras, no cambiaré.
A.B.: No cambie, no. Si quiere cambiar, llámeme (risas del
público y de Mark). Mark, es este disco hay grandes colaboraciones,
están James Taylor y Van Morrison. Es un placer, realmente, estar en
casa haciendo una canción y pensar "en esta me gustaría que me
ayudara este otro"; poder escoger tu compañero de juegos un poco,
¿no? Eso también es ser un privilegiado, ¿no?
M.K.: ¡Vaya que si es un privilegio! ¡Vaya que sí!
Cuando escribí estas canciones, con Van, ¡oía su voz!
Ya había trabajado con él antes, en el ochenta y tantos, en San
Francisco. Pero oía su voz en mi cabeza; fue fantástico. Y cuando
entras al estudio de grabación, le oyes, le oyes de verdad cantar...
es fantástico. Siempre me ha gustado Van Morrison, desde que era un
adolescente, pero a James Taylor no lo conocía tanto; recuerdo que
sí conocía algo de su música, la música folk que
hacía, pero pensé que estaría bien que cantara en esta
canción. Es como hacer el casting de una película, en el fondo;
pensé "se ajustará al personaje". Y sí, lo ha hecho.
A.B.: Perfecto. Escuche, después de ciento cinco millones de
discos vendidos, una auténtica... son records, vamos, ¿aún
compone algo presionado sobre si gustará o no? ¿O ha hecho el
disco que le daba la gana?
M.K.: Nunca lo he hecho. Nunca he pensado ni en las ventas, ni en el
mercado, ni en el Top of the Pops (aquí lo traducen por los 40
principales), no... Primero debes complacerte a ti mismo, y lo que te va
en la cabeza parece resonar en los intereses espirituales de otras personas.
Me interesan las cosas que interesan a tantísima gente.
A.B.: Es usted muy normal, yo pensaba que... ¡qué normal
es usted!
M.K.: ¿Estás un poco preocupado?
A.B.: ¡No, no! Estoy muy contento, porque me gusta mucho como
músico, y como persona le encuentro que es alguien con quien ir a
cenar...
M.K.: Creo que tú también me gustas.
Mirada casi azorada de Andreu y risas del público; aplausos; el piano suena con una canción que no identifico
A.B.: No hace falta crear un clima, no hace falta... es una buena
persona, pero está aquí de visita (risas del público
y de Mark) ¿Recuerda Mark Knopfler su...? ¿Ha visto
cómo le reciben en Barcelona? Habrá notado... Le digo yo que me
paso todas las noches aquí que este aplauso no es normal.
¿Recuerda el concierto de Barcelona? ¿O con tantos ya se pierde?
M.K.: Oh, sí, sí. Me gusta la plaza de toros porque es
como un sueño. Hay algo como un poco irreal, es muy dramático...
está conectado con la cultura del país, la historia del
país... es como si fuera una pequeña pieza de la historia,
dentro de esta gran cadena, con toda esa gente alrededor. ¡Es
fantástico! No sé por qué, pero me encanta. Lo siento,
pero me encanta.
A.B.: No, no... lo que pasa es que no sé si cuando vuelva le
tocará tocar en un estadio olímpico. ¿Le gustan los
grandes recintos? ¿O los pequeños, de cuando en cuando?
M.K.: Por ejemplo, una plaza de toros es un mejor recinto que un
estadio, el de la Juventus, por ejemplo, con noventa mil personas por todo el
campo. El estadio está bien, pero es más un acontecimiento, y no
tanto una experiencia de las personas. En cambio, en los anfiteatros romanos
o las plazas de toros, existe la sensación de que la gente está
concentrada sobre ti, escuchando lo que haces.
A.B.: Eso es verdad. Los grandes recintos acaban siendo una fiesta,
más que un buen espectáculo musical. Acabas viendo al artista
por la tele, ¿no?
M.K.: Sí, mucha gente te ve en la pantalla. Casi todos.
A.B.: Como ahora, cuando de aquí a un rato Mark amablemente nos
interprete una canción de su último álbum "Sailing to
Philadelphia"; un disco, pensado según Mark en sus múltiples
viajes de continente a continente, a donde a usted le venía de cuando
en cuando la idea del viaje, ¿no?
M.K.: (Esta respuesta la entendí muy mal; ¡que alguien
me eche una mano si la pilló mejor!) Sí, la idea del viaje,
que vas que vuelves, de Europa a América, y volver; es como las ideas,
que van a América y vuelven, que se presentan en el "baloney"... y me
vino la idea de esta canción, es "Baloney again"; tiene unas notas de
un grupo de góspel, y las leí y las notas decían algo
así: podría ser más un bocadillo de "baloney" más
que un entrecot en un restaurante, porque durante los años cincuenta...
"baloney" es una palabra muy especial (pregunta al público)
¿Quién lo sabe? Es como una especie de mentira, es como esta
cosa asquerosa... (sigue el traductor: que es tipo chóped, por decir
algo) (risas del público).
A.B.: ¡Ah! ¡Vale! Un embutido de segunda clase, por decir
algo.
M.K.: Sí, efectivamente.
A.B.: Lo que da el "baloney", ¿no?
M.K.: El traductor se está perdiendo (risas del
público).
A.B.: (Al traductor) ¿Enric? ¿Estás bien?
¿Estáis bien en casa?
Traductor: Sí, sí, gracias. (Risas del público
y de Mark)
A.B.: Es muy buena persona.
M.K.: (Al traductor) ¿Estás en paro?
Traductor: (A Andreu) ¿Sigo teniendo trabajo?
A.B.: Sí, claro. Es muy buena persona. Siempre viene, Mark,
cuando vienen grandes artistas, y claro, cuando veo a Enric ya veo un gran
artista, y es una cosa... que es nuestra señal. Pues estamos muy
contentos de que Mark haya escogido este programa para tocar en directo, sepa
que este es un programa modesto pero que siempre ha apostado por la
música en directo, que pensamos que esta es la única manera de
enseñar la música, el playback se debería acabar ya,
¿no?
M.K.: Bien, eso es. Lo haremos lo mejor que podamos, y tal como
tú quieres. Y no haremos todas las estrofas porque si no no
acabaríamos nunca.
A.B.: ¡Hágalo como quiera, hombre! Sólo una
última pregunta; Mark Knopfler, con toda la carrera que lleva usted,
que ha podido contactar y grabar con muchos artistas, conoce mucha gente, a
Bob Dylan... ¿cuál es el personaje que el Knopfler
mitómano, si lo ha sido alguna vez, más le ha sorprendido? Que
forma parte de su recuerdo más personal, decir "me gustó conocer
a ...".
M.K.: Bien, cuando era pequeño, once años, escuché
a Bob Dylan; mi hermana lo compró y yo tenía once o doce
años. Vino a tocar a Newcastle, de donde soy yo, y a la gente no le
gustó; tocaba guitarra eléctrica y estaban todos
enfadadísimos, y pensaba "¡Están locos!". De manera que la
primera vez que fuimos a América, estábamos de gira, vino a
vernos, tomamos una copa, y hasta empezamos a trabajar juntos. Fue
fantástico, porque me gusta mucho cuando cierras el círculo, el
circuito con el pasado. Y me ha pasado con varias personas; instantes como
estos son fantásticos.
A.B.: Es perfecto; por cierto, qué nervios tocar delante de tu
ídolo, de Bob Dylan, ¿no? Uno debe de estar nervioso ¿no?
¿O usted no se ponía nervioso?
M.K.: No, para nada. Piensa que veníamos de ciudades del norte.
Él quería ser Little Richard y yo quería ser Elvis, no
sé. Pero no podíamos tocar porque no teníamos todo el
material, y tuvimos que hacer música folk mucho tiempo, y eso nos
permitió entrar en las raíces de la música; y cuando
entiendes la música blanca y la música negra es
fantástico. Y después, cuando empiezas a componer, más o
menos, con las raíces tienes más profundidad porque tienes el
folk, tienes el blues, tienes el rock, tienes todas esas cosas a tu alcance.
A.B.: Se acerca un poco a la verdad de la música,
podríamos decir. Pues señor Mark Knopfler, muchísimas
gracias por explicarnos tranquilamente lo que usted piensa de la música.
Creo que somos unos privilegiados los que nos gusta la música, gracias
por seguir enamorado del oficio en activo y con una nueva colección de
canciones, y gracias por venir a explicarlo aquí a unos amigos. Que
sepa que muchas veces, al querer ligar, hemos puesto una canción de
Dire Straits (risas del público).
M.K.: ¿De veras?
A.B.: Sí, claro. Otra cosa es si lo hemos conseguido o no.
M.K.: La verdad es que personalmente nunca lo he hecho yo, sería
bastante trágico. Pero tú lo has hecho, ¿te ha salido
bien?
A.B.: (Con gesto de satisfacción) Sí, sí...
(risas del público)
M.K.: ¿De verdad?
A.B.: Bueno, en mi nivel, "at my level" (risas del
público), pero "Sultans of swing", Mark, funciona.
M.K.: Me tengo que acordar de eso. ¡Qué pensamiento
más terrible!
A.B.: Ahora se pondrá (hace como que toca y que mira a
alguien de abajo) "A ver si liga aquel, a ver si liga..." (risas del
público). Qué tortura, ¿no?
M.K.: Quizás es la guitarra, no sé; de hecho, es muy
sexy la guitarra, es un instrumento fantástico; es muy flexible, te la
puedes llevar a casi cualquier lado... Nunca he dormido con una guitarra, hasta
ese extremo no he llegado.
A.B.: ¿No ha llegado hasta ahí? (Risas del
público) No le ha puesto nombre.
M.K.: Pero probaré. Yo me suelo dormir tocando; te pones a tocar,
y tocar, y si estás en un sillón vas cayendo poco a poco hasta
que llegas al suelo. Me ha pasado más de una vez eso. He conseguido
tocar adormeciéndome... y ahora ya hace rato que no duermo y puede que
me quede dormido ahora mismo. (Risas del público)
A.B.: Si se duerme, dígamelo, que le traeré una guitarra
(risas del público). Mark Knopfler, le dejamos que descanse un
poco para la publicidad y escuchamos al volver un tema de "Sailing to
Philadelphia". Sepa que nos ha hecho felices, muy felices esta noche, y
esperemos que lo siga haciendo en el escenario. Muchas gracias, Mark Knopfler.
M.K.: Yo también me lo he pasado muy bien, estoy muy feliz.
Gracias.
A.B.: Pues yo estoy más feliz de que usted esté feliz.
(Risas del público)
M.K.: ¿Nos damos un besito ahora? (Risas del
público)
A.B.: Como amigos, como amigos...
Ovación de despedida
A.B.: (Despidiendo) ¡Mark Knopfler!
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© Producciones La Obeja Malla & Carlos D. Martínez Hinarejos.