La cacería

Primer programa
26 de Octubre de 1.995

Presentación
Programa de reinserción de asesinos en masa con secuelas de la guerra del Vietnam.
Dedicatoria
A todos los ex-combatientes que han sufrido en todos los conflictos, en todos los espacios y tiempos de universo, estén vivos o muertos.
La película de la semana: El hijo secreto de la justicia
Una de las actividades del proyecto de reinserción es ver y criticar películas de diversa índole. En este caso, es una película protagonizada por Charles Bronson, insigne actor él.

Esta película no ha llegado a España debido a su escaso éxito en los USA. En ella, Charles Bronson hace de un padre de familia viudo, veterano del Vietnam, con una sola hija joven (aunque la tía aparentaba más de 40 años). La hija se engancha a la droga y muere por sobredosis.

Charles Bronson decide vengarse y coge el arsenal que tiene en su casa tras la bandera americana. Coge al camello que pasaba el material a su hija, el cual le confiesa el nombre y la dirección del capo que se la pasa a él, y se lo carga. Va a casa del capo, con el bazooka tumba la puerta, se carga a los guardaespaldas y va a por el capo, y le dice que él tiene la culpa de la muerte de su hija. El capo le responde que la culpa fue de C.B. por no haber educado a su hija para que no se metiera en la droga, y C.B. se emociona, mira a la cámara y hay un fundido al negro.

Aparece C.B. en un diván de su psiquiatra contando sus recuerdos del Vietnam y le pregunta por qué es tan mal padre. El psiquiatra le convence:
"¿Usted le dijo a su hija que la droga era mala?"
"Sí."
"¿Y usted no le dijo a su hija que no se metiera en la droga, porque era mala?"
"Pues sí."
"Entonces es usted un magnífico padre."

A C.B. se le ilumina el rostro, y para darle las gracias le pega un tiro al psiquiatra.

Coge el arsenal de su casa y se va a la casa del capo, que tiene una fiesta montada. Se infiltra entre los camareros y empieza a cargarse a los camareros que entran y salen. Se pasa por el jardín de infancia y provoca una escena muy desagradable (para evitar que sean criminales en un futuro, hace justicia sobre ellos). Pasa al comedor principal y a base de bazoocazos se carga mesa tras mesa. El capo estaba en el wáter y se libra de momento, pero C.B. entra y lo pilla con los pantalones a medio subir; escena a cámara lenta: C.B. le lanza un misilazo con el lanzamisiles y sólo queda la hebilla del cinturón.

La policía ha rodeado la casa y cuando ven a salir a C.B. recuerdan que es el hijo secreto de la justicia y por eso no lo matan. C.B. camina hacia el sol poniente con una pistola en la mano y derrama una lagrimita.

Valoración: Johnny le pone un 2, y Jack un 2'1, sobre 10.

Entrevista con: Pepe Cabrera
Presentación: doctor en Psiquiatría por la Universidad Autónoma de Madrid, licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires, en la caza y cultivo de ñus por la Universidad de Serenguetti y en Psicopatología patológica por la Universidad de Beirut. Ha publicado los libros "La alegría del ser superior", sobre la preponderancia de la raza hispánica (y las razas blancas en general) sobre el resto de razas y la traducción al zulú de "Mein kampf". Mantiene la tesis de que la raza hispánica no debe mezclarse con otras razas para mantener su pureza.

¿Qué opina sobre este método de reinserción?
Me alegro de que me haga esa pregunta. Puede ser válido si se aplica dentro de los parámetros válidos para un psiquiatra. Ustedes vienen a la radio, hacen lo que les da la gana sin que nadie les controle, ni les dé un cursillo o seminario, sin ejercicios para casa... es un descontrol. Pero la idea de llevar un programa de radio me parece interesante. Sólo interesante.

¿Conoce a Radovan Karazic? ¿Qué opina de su papel histórico?
El famoso líder serbio, sí. Su papel histórico en la purificación étnica de Bosnia es ciertamente destacado, invidiable. Actualmente, los medios de comunicación tratan muy mal a mi amigo; él no es así. Es una persona sensible consciente de su papel histórico en la lucha contra los moros, como hizo el Cid, el Cid Campeador, nuestro Cid, el héroe de España... ¡guerra a los moros!

Háblenos de su libro "La alegría del ser superior".
Habla de mis sentimientos al tratar con otras culturas; estas culturas son... podría usar unas palabras que no debería usar. Digamos que la raza hispánica debería mantenerse donde se ha mantenido durante este siglo y dejarse de devaneos con otras culturas que pervierten nuestra pureza. Como la música; por ejemplo, Def Con Dos, que en vez de dedicarse a coplas y sevillanas se dedica a beber de otras fuentes, yo diría que envenenadas. Me parece bien que los americanos lo hagan, pero no los esssspañolessss.

Es usted muy aficionado a salir en la televisión.
Mis detractores dicen que tengo pasión por la imagen. Sólo he salido un par de veces; una vez en Antena 3 Noticias por los asesinatos del rol, comentando lo que todos deben saber, que el rol es una evidente corrupción de la mentalidad hispánica que pertenece a la cultura anglosajona, y que la gente deje esas sandeces, que sólo inducen a la criminalidad, y que se pongan a correr delante de unos toros. También he salido hablando sobre las setas venenosas; no sé por qué me llamaron, quizás porque saben que yo sé de todo. También he salido hablando de la fatiga por horarios nocturnos y en aquel programa de la Primera, que se llamaba "A las diez en casa" y que expresa perfectamente mi filosofía: los jóvenes de hoy a las diez en casa. Creo que hablé sobre los hijos de matrimonios separados... que se aguanten.

¿Qué tratamiento recomendaría a enfermos como nosotros?
Las personas que han sufrido las catástrofes de la guerra, en primer lugar, que dejen de ver películas de Charles Bronson que inducen a la criminalidad; cualquiera que vea una, puede coger un arma y salir a cargarse gente, o coger un cuchillo y matar a sus padres. Lo que tienen que hacer es ver películas de Paco Martínez Soria, en especial "Abuelo Made in Spain" y "La ciudad no es para mí"; he hecho unas experiencias con pacientes, y han respondido muy positivamente.

¿En qué consiste su ponderado tratamiento preventivo de la psique?
Yo tengo una teoría muy personal pero aceptada en todos los rincones del globo que es "prevenir antes que curar". Yo propongo prevenir las enfermedades de la mente; ese es mi método.

¿Por qué no da unos consejos a nuestros oyentes para que no se vuelvan locos majaras?
Voy a hacer una lista. En primer lugar, volver a las tradiciones de nuestra patria; todo lo extranjero, que lo miren con cuidado, que igual que en los ordenadores se meten virus informático, se nos puede meter un virus en nuestra cultura. Deberíamos hacer un cuerpo de vigilancia sobre todas las películas, sobre todos los libros, sobre todo lo que entra en nuestra patria. Y tijeratazo por aquí, tijeretazo por allá, no por todo lo que va contra la moral, sino contra la salud mental.

Yo creo que usted levanta mucho la mano derecha...
No, es un tic, que se me pone rígida, con la palma extendida. También nada de escuchar música heavy, ni rocanrós, na de música makina, na de jugar a rol, ni videojuego, menos películas extranjeras, y a ver que veis.

¿Y las canciones de Rocío Jurado que invitan al acto sexual continuamente no le parecen perniciosas?
Podríamos hablar mucho tiempo sobre ese tema.

Recuerdos animados
Sección dedicada a las series que marcaron nuestra infancia y juventud, dedicada a reavivar la memoria colectiva.

Marco: serie japonesa, que no recuerdo haber visto aunque todos en mi famlia me dicen que la veía; se basa en "De los Apeninos a los Andes", y Marco y su mono Amedio buscan a su madre; comienza en Italia, donde Marco vive con su padre, médico sin título, y luego cruza el charco para buscar a su madre. Serie sentimental y dramática, y todo el mundo de pequeñito lloraba al verla.

Heidi: producción japonesa, emitida sobre 1.977, basada en la novela de Juana Espidy (o como se escriba); trata de una niña, Heidi, que es llevada por su hermana, que va a trabajar a Zurich, a vivir con su abuelo; allí conoce a Pedro, a Niebla, a Copo de nieve, Pichí. La primera parte es muy ecológica (vida en la montaña suiza); en la segunda parte se va a la ciudad para acompañar a Clarita, y aparece la señorita Rottemeier y la abuela; en la tercera parte vuelven a la montaña para que Clara se cure de su parálisis. Es muy sentimental y llorona, y aunque la recordamos con cariño no sé si me atrevería a volver a verla.

Llamada de Ernesto
Hola, soy Ernesto. Y aprovecho para llamar a ver si me regalan una moto, que tengo que trasladarme de un punto a otro de la ciudad...
Oiga, esto es compro, cambio, vendo...
Oiga, que necesito que me regalen una moto, perdone que le diga, y voy a insistir lo que haga falta. Una moto, necesito una moto ante todo. ¿De acuerdo? Si alguien quiere regalarme una moto, que se ponga en contacto con el programa que yo les doy ahora mis datos.
Bueno, es esto compro, cambio, vendo; si quiere lo cambiamos por compro, cambio, vendo y quiero que me regalen.
No, a mí me da lo mismo el título; sólo quiero que me regalen una moto.
El monogáfico: recuerdos de los ex-combatientes
Soy el locutor del siguiente programa y me he encontrado aquí dos personajes que me está dejando aturdido por lo que me cuentan. ¿Es cierto que estuviesteis en el Vietnam?
Jack: Sí, nosotros es que somos americanos.
Johnny: Yo me llamo Johnny Benítez; soy un pelín hispano.
Jack: Yo soy Jack Smith, americano del todo.
Pues la verdad es que el acento es asombroso, perfecto del todo.
Johnny: Es que hemos estado en Alcalá-Meco.
¡En Alcalá-Meco!
Jack: Bueno, antes del proyecto de reinserción hemos estado cumpliendo pena.
¿Cuánto estuviesteis en Alcalá-Meco?
Johnny: Un mes.
Jack: Yo estuve creo que tres meses. Eres un enchufao.
¿Y qué tal estuvo la experiencia?
Jack y Johnny: Pse.
¿Qué ocurrió?
Jack: Pues pasó lo de siempre. Nos apuntamos cada uno por una razón distinta. ¿Tú por qué lo hicistes?
Johnny: Bueno, pues yo me saqué el carnet de conducir y lo primero que hice fue... 160... millas por hora. Y se me cruzó el perro del alcalde y lo atropellé.
Jack: El alcalde seguro que se enfadó mucho.
Sí, eso lo leí yo en el periódico. Ya leía yo entonces.
Johnny: Y el tío me dijo "Y ahora... o vas a la cárcel... o te apuntas... a la Legión... o al Ejército..."
Jack: A los Marines, no seas inculto.
Johnny: Claro, me lo decía en inglés y yo soy hispano. Y me apunté.
Jack: Lo mío fue una cosa distinta. Una noche de borrachera, los colegas dijeron "¿Nos apuntamos para el Vietnam?"; y nos apuntamos para el Vietnam. Al día siguiente, no me lo podía creer, pero había un comandante a la puerta de mi casa diciendo: "Muchacho, te necesitamos para el ejército". Ahora comprendo por qué el alcóhol es tan perjudicial para la salud.
Es terrible. ¿Y esto que hacéis ahora?
Johnny: Es un proyecto de reinserción para convertirnos en personas humanas después de lo que hicimos.
¿Y qué hicisteis en el Vietnam?
Johnny: Vamos por partes; primero hicimos una instrucción.
Jack: No nos van a mandar allí sin tener ni idea de manejar un arma.
¿Cuánto hicisteis de instrucción?
Jack: Unos seis meses.
Allí fue donde os conocisteis, ¿no?
Jack: Sí, él estaba en otro barracón...
Johnny: Sí, de vista.
Jack: En la instrucción, lo típico, una novatada bastante salvaje... a mí no fue mucho, pero a este... corren los rumores de una novatada bastante bestia.
Johnny: No, pero los rumores son falsos. Te explico los rumores, pero a mí no me ha pasado.
Jack: Cuenta, cuenta...
Johnny: Dicen que me dijeron que si nos íbamos a cazar gambusinos; yo no sabía qué era, pero dije... bueno, dicen que dije: "Sí, vamos, yo cazaba muchos en mi pueblo."; y fuimos por el gambusino. Pusimos una trampa, nos fuimos a comer y al volver se supone que había caído algo en la trampa y lo habían metido en un saco, y me lo dieron para que lo llevara al cuartelillo. Yo me fui para allí sin mirar qué había dentro, y cuando llego allí me pregunta el sargento qué llevo en el saco y le digo "Un gambusino".
Jack: El sargento cogió y te dió una leche que te quedaste así tirao... al menos eso cuenta el rumor.
Johnny: Sí, porque eso a mí no me pasó... esta cicatriz fue afeitándome; yo me afeito con machete. Y en el saco dicen que había piedras, unos cien kilos. Por eso no pude ser yo, tuvo que ser alguien más fuerte.
Y cuando fuisteis al Vietnam, ¿cómo os lo tomasteis?
Jack: Bueno, pues nos mandaron al frente, y al frente nos fuimos.
Johnny: A servir a la patria. A aplastar el comunismo.
Jack: Lo mejor era los tatuajes que nos hacíamos los compañeros. Me acuerdo que Marcus, Freddy y yo nos hicimos un tatuaje en el brazo de una ballena azul; lo que pasa es que como una ballena azul es tan grande, teníamos cada uno en un brazo una parte de la ballena azul, y teníamos que juntar los tres brazos para que se viera entera. Y ahora me acuerdo yo de Freddy y de Marcus... los pobres caídos... ¡Freddy! ¡¡¡Freddyyyyyyy!!!...
Tranquilo, tranquilo... entiendo por qué hacéis este proyecto porque veo que es positivo... resalta el pensamiento y los sentimientos...
Johnny: Mi amigo Jimmy... estábamos en Saigón... mi amigo Jimmy y yo... Jimmy me decía "Johnny... quiero volver a casa, y comprarme un coche, un Cadillac de esos grandes... iremos tú y yo juntos, y recorreremos todas las autopistas."; y yo le decía "Sí."; y... en ese momento llega un niño... un limpiabotas... y dice "Limpia señó", y yo digo "No"; mi amigo dice "Sí"... y le pone el limpiabotas... y era una bomba... y explota... ¡y yo estaba cubierto de sangre! ¡pedazos de mi amigo por todo el cuerpo!... y él decía, "¡Johnny, las piernas...! ¡Las piernas, Johnny!"; y yo decía "No te mueras... no te mueras..."
¿Se murió?
Johnny: Sí.
Jack: Bueno, pasemos a cosas más alegres. Cuando nos cargábamos a los vietnamitas era lo más placentero que teníamos; muerte y desolación por todo; destrucción infinita de la selva para cargarnos al maldito Charly, la guerra química, el napalm... las colinas cubiertas de napalm olían a victoria, como decía un comandante que tenía yo. ¡Ahhh!
Johnny: Éramos de una unidad especial.
Jack: Pero aquello que más nos gustó fue la misión que tuvimos de aniquilar un poblado vietnamita. Íbamos nosotros dos y diez personas más, éramos una unidad de élite. Dábamos miedo. Fuimos a un poblado que había 7.000 vietnamitas... y nos los cargamos a todos...
Johnny: Yo fui el que más maté.
Jack: También había 500 soldados americanos... que... bueno, luego nos enteramos de que el pueblo vietnamita era amigo, pero a nosotros nos mandaron 500 millas al norte y allí fuimos...
Johnny: ¡Teníamos brújula!
Jack: Yo creo que los polos magnéticos se cambiaron de sitio aquel día y nos fuimos al sur; o eso o no sabemos leer. Pero si hemos estudiado en una escuela americana, tenemos que saber leer.
Johnny: Una brújula... son letras...
Jack: Sí, una X, una Z y una... R?
Johnny: No sé, yo aprendí a leer después...
Jack: ¿Ah, sí?
Johnny: Estooo... no, perdón...
Jack: ¿No eras tú quien dirigía el grupo?
Johnny: No, era mi amigo, el de las piernas.
Jack: Y al final, se acabó la guerra.
Johnny: No nos dejaron ganar. Hicimos todo lo posible para ganar, pero no nos dejaron. ¡No era mi guerra!
Jack: Charly era muy potente, la verdad. Y a volver a casa. Y allí los pacifistas apedreándonos, los niños escupiéndonos a la cara... pero lo que peor me sentó... ¡el coche! ¡Había dejado el coche aparcado delante de una salida de ambulancia del hospital! ¡Y sólo por estar cinco años fuera, la grúa se lo había llevado! ¿Usted cree que se puede tolerar semejante barbaridad?
Increíble, en qué país vivimos.
Jack: Eso digo yo, en qué país vivíamos.
Johnny: Y nada, a buscar empleo; porque Vietnam es como la Universidad: después hay que buscar trabajo.
Jack: Sí, porque si no no puedes sobrevivir, y si no estás mutilado, sueldo del gobierno no tienes. ¿Y qué pasó? Que buscando trabajo, nadie nos daba trabajo, porque éramos veteranos del Vietnam.
Johnny: A dejarnos barba.
Jack: Y al final estallamos.
¿Qué ocurrió en aquel incidente tan horrible?
Jack: ¿Cuántos te cargaste tú?
Johnny: Quinientos y pico.
Jack: Fantasma.
Johnny: Bueno, va, 68.
Eso, creo recordar que era eso.
Jack: Yo fui más moderado, sólo 17. Lo que pasa es que como las cáceles americanas están muy llenas, tienen que dejar a alguien fuera, y me dejaron fuera y recaí. Y me cargué... a 53 en un restaurante, a 15 en una iglesia...
Y los 18 del autobús que no se le olviden.
Jack: ¡Ah, sí! Gracias por recordármelo.
Aquello del autobús fue sanguinario.
Johnny: ¿Lo del autobús fue antes, después o entre medias?
Jack: No lo sé ya; se me nubla la mente cada vez que hago una cosa de esas.
Johnny: A veces cuando me enfado vuelvo a estar allí... los helicópteros, el sargento...
¿Vais a estar mucho tiempo aquí haciendo el programa de radio?
Johnny: Lo que diga el gobierno. Me entrenaron pa servir a mi país.
Jack: Hasta luego muchachos.
Comentarios de los artistas
Nuestro primer programa. Aunque aún no teníamos muy claro qué tipo de programa (en su estructura y demás) íbamos a hacer, en este primer programa se revelaron muchas incógnitas. Creo que decididamente nos gustó el formato que le dimos y por eso se mantuvo durante bastante tiempo.

Unas cuantas cosas se definieron en este primer programa que quedaron ya como clásicos dentro de nuestra trayectoria. Por un lado, la película de Charles Bronson, siempre con la palabra "justicia" en su título. Por otro lado, nuestro personaje de psiquiatra loco y fachorra Pepe Cabrera. Y cómo no, el inolvidable Ernesto, que empezó con su llamadita semanal para pedirnos la moto. Y Recuerdos Animados, que fue la única sección, junto con el monográfico final, que se mantuvo durante toda la emisión del programa (por pura cabezonería mía, para que engañarnos). Y por supuesto, la sintonía del programa, la inolvidable canción "De cacería", de Def Con Dos, de su disco "Alzheimer".

También resulta curioso el hecho de que ya fuéramos tomando los nombres de personajes. En un principio, con esto de ser ex-combatiente del Vietnam, yo tomé el de Jack Smith, pero Jorge se quedó con el de Johnny Benítez (herencia de nuestros admirados Faemino y Cansado) para prácticamente toda la eternidad.

Repasando este primer guión resulta curioso ver lo esquemático que resulta al lado de los posteriores; y también una sección que finalmente se nos quedó en el tintero: Nuestras sectas favoritas. En esta sección, la idea era aprovechar el conocimiento de Johnny sobre las sectas y su peculiar forma de narrar las burradas que hacen las mismas para divertir al personal y, de paso, hacer una labor social desvelando los métodos de esos grupitos.

En este programa, y en muchos otros, contamos con la colaboración de José Buzón para entrevistarnos a los dos ex-combatientes. Qué decir de nuestro eterno agradecimiento a este compañero que, aprovechando que hacía detrás de nosotros su programa, nos hacía el favor de enriquecer nuestra actuacción.


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