Lunes por la mañana, 8 de Mayo.
Nuestro héroe se levanta con su característico dinamismo..... ¡mierda!, me he vuelto a confundir con una historia de Superlopez. Empiezo de nuevo: Lunes por la mañana, 8 de Mayo. Me levanto alegre despues de despegarme las sabanas que, como cada mañana aparecen sembradas de una misteriosa plasta blanca, y me dirijo a decirle a mi abuela que no me eche mas nivea mientras duermo, que no estoy quemado. Después de esto me lavo el huevo izquierdo (pues es el que tocaba ese día) y mientras me como las tostadas, me voy cepillando los dientes. Agarro mi carpeta y me dirigo a la puerta cuando suena el timbre. Abro, y OH!, es Carmen Sevilla que, como otras tantas veces venía a visitarme para acabar en un lío de sabanas del cual nos tenían que sacar los bomberos. Pero todo esto era mi imaginación, en realidad Carmen venía para un asunto mucho mas serio.
Llegado a este punto me pregunto (rima consonante) si en realidad te interesa mi historia o simplemente la lees para ampliar tu vocabulario... bueno, sigo: Carmen me hace un gesto con la cabeza y me indica que me siente en el falo-sillon que utiliza mi abuela. Lo hago como puedo (o como me permite mi culo) y me dispongo a escuchar lo que mi vieja amiga tenía que contarme. "Pako" - dijo con un gesto de preocupacion - "me encuentro en un serio problema del cual espero que te hagas partícipe". Yo asentí con gesto serio sin saber los peligros a los cuales nos ibamos a enfrentar. Carmen continuó: "Estaba en el bosque dejando pastar a mis ovejitas - (esta es la nota humoristica de la historia)- cuando de repente un caballero vestido con un estraño uniforme parecido a los medievales y con un escudo que portaba con un falo como simbolo, me entrego un sobre lacrado y desaparecio en el horizonte, no sin antes pararse a hechar un cagarro que atrajo mariposas de múltiples colores". Cuando dijo esto, Carmen se quito la peluca y con gesto preocupado me dijo: "Lee la carta".
Cual fue mi sorpresa al coger la carta cuando note que mis manos se pringaban de algo pastoso. "¡Que es esto!?" pregunté. A lo que Carmen respondió: "El caballero me pidio algo de papel cuando termino de cagar". Una vez sabido esto, me quedé más tranquilo y procedí a leer la carta, cuyo contenido era el siguiente:
Y después se veía un intento de firma que había acabado en una mancha de tinta.
¿Por qué no lavó las sabanas?
¿Me suspenderán el examen de física que ese día tenía?
¿Por qué a Carmen Sevilla y no a Leticia Sabater?
¿Quien era ese extraño caballero?
¿Por qué escribo tal cantidad de chorradas?
Todas estas incógnitas y alguna más (con un error de +-3 incógnitas) serán descifradas en el siguiente capítulo de: