.... Josefa le pegó un tiro en los huevos a Valverde, y todo el local voló en pedazos, y no se salvó ni siquiera el ciego sidoso que vende cupones en la esquina de al lado. Todo comenzó a arder, los camareros maricones, veían que iban a morir , y se daban por culo mutuamente para disfrutar el poco tiempo de vida que les quedaba, una madre lloraba, pues su hijo recién nacido había sido aplastado por la maquina de hacer churros, y el chocolate hirviendo iba quemando poco a poco su craneo hasta llegar al mismísimo cerebro.
Ayudé a la mujer a sarcar el bebe, y cogí su brazo, y con el nerviosismo se lo arranque, quedándome con la extremidad infantil en mi mano. – AGGGGGGGGHHHH !!!! - dijo la madre de buenas a primeras sin ningún motivo. Mojé el brazo en el chocolate y se lo metí en el coño a la madre, para que la próxima vez que su marido le chupara el chocho, no le resultase tan amargo como en otras ocasiones lo había sido.
Mi atención se centro ahora en Josefa, la cual había quedado destrozada por la onda expansiva de la bazoka ACME que había comprado en uno de los muchos todo a 100, que acostumbraba a visitar los viernes por las tardes a falta de un buen polvo. En seguida llegaron los bomberos, los boinas verdes y los boixos nois, escupiendo, potando y orinando en el oído de un anciano que había muerto en un intento de huir de la catastrofe que por culpa de un mal fabricante de bazokas se había producido.
Pedí ayuda a un bombero ciego que se me acerco con tino y con ayuda de un perro lazarillo cojo. Le dije que por favor, me ayudase a desincrustar a Josefa de la pared, y confuerza y tristeza, obtuvimos de la pared los pedazos que de Josefa quedaban, trasladándola inmediatamente al Hospital más cercano.
10 de la noche, Hospital de Saint Pene. Yo esperaba impaciente, cuando de buenas a primeras, salió el doctor y me dijo:
Yo estaba tenso, cabreado, humillado, y frustrao pues esa noche no iba a follar ni de coña, así que mientras Josefa hablaba y me contaba su vida antes de morir (y ya tardaba la muy puta) miré a una ventana que tenia un hacha y una inscripción que ponia "Rómpase en caso de incendio". A mi lado había una botella de Ginebra Thordons que habría sido utilizado para desinfectar el chocho de Josefa. Lo cogí, mientras ella seguía contándome su vida, lo derrame accidentalmente sobre la cama de ella, encendí una cerilla y le prendí fuego.
De repente Josefa comenzó a chillar, AAAAAAGGGGHHHHHHHHHHH!!!!! y rompí el cristal, cogí el hacha, y le partí en dos pedazos la cabeza, quedándome mas tranquilo ahora, pese a que todas sus vísceras habían manchado mi polo Penetton de color amarillo celeste.
Cuando salí de la habitación, fingí lagrimas de semen llorando la muerte de Josefa, y la extraña coincidencia de que cuando entre, la cama ardía y la cabeza estaba troceada en varios pedazos. De todos modos, un comisario de policía, me dijo que se encargaría de la investigación, que no me preocupara y que me llevara a casa a Paca. Cuando llegué a la planta de maternidad, de repente veo un pedestal de estos que sujetan los botes de suero, en movimiento, con un esqueleto colgado ensangrentado. Me acerque a él despacito, y vi como iba soltando pedazos de senos, chocho, etc..... Mire a una insignia que tenia clavada en la frente con una jeringuilla y leí, "Dr Maruja Gomez. Puericultura ." Me acerqué a un guardia de seguridad que mantenía un rutinario tiroteo en pleno hospital, y le pregunté sobre lo ocurrido a la doctora Maruja, y me dijo que se trataba de un bebé, una tal Paca, que la había pillado a traición y por sorpresa agachada para coger una compresa (bella rima) y cogió un bisturí y la desoyó viva. Las tiras del culo de la enfermera las habia calentado para hacerse un bocadillo de bacon. El tiroteo era evidentemente con Paca.
¿Que pasara con Paca?
¿Donde estará Josefa, en el cielo o en Telecinco?
¿Por que todavía no he hecho las fotocopias?
¿Por que no estoy estudiando en lugar de escribiendo chorradas?
¿Por que el depor no gana una puta liga?
¿Por que Sergio es del PP?
todo esto y poco mas, en la cuarta entrega de PUS VAGINAL.