Ati dijo..... - que le den por culo, ya estoy cansado de ser padre, y además, seguro que cuando llegue a tener 10 años se habra tirado a media escalera y habrá probado todo tipo de drogas, sin olvidar el hecho de que me robe dinero de mi pobre cartera y se pruebe mi ropa sucia mientras se masturba pensando en Joan Manuel Serrat -.
De buenas a primeras se oyeron 3 disparos y el cuerpo de una mujer recien parida callo a los pies de Atilano, con dos disparos en el pecho, y lo mismo sucedio con el bebe (con un curioso agujero en la frente que manaba sangre), cuando callo rebotando hasta una alcantarilla, por la que se sumergio y jamas se le ha vuelto a ver.
- Tiene usted mucha razon -, dijo un chaval de unos 24 años.
- La vida hay que vivirla con tranquilidad, sin tapujos y sin
frustraciones , además el niño era negro y yo soy de abuelos
rusos-.
Pocos meses después este individuo se convertiria en obispo de Córdoba.
Bueno, continuemos con Atilano. Atilano se sintió un poco contrariado y decidió esperar a que volviera Paca. 3 meses y 12 dias después dijo - ¡Hija puta lo que tarda!- y rompió a llorar - aún recuerdo la cara tan bonita que tenía, los patucos con forma de polla que llevaba y la delicadeza con que descuartizaba a las enfermeras de maternidad-. Triste, apesadumbrado y muerto de hambre se metió en un cine de barrio con más mierda que la barriga de una burra, y se sentó con un cartucho de palomitas para ver el último exito de "United Artist". "PENTHANLON". Una vez que se encontraba en la puerta de la sala, sobreponiendose de los insultos que la taquillera alcohólica de turno le habia propinado, se sentó al lado de una mujer ráramente vestida. - ¿Me deja pasar, por favor? -. ¡Quítate de enmedio hijo de la gran puta! - contestó la muchacha con no muy buen tono. El caso es que una vez acomodado, le pregunté - ¿hace mucho que comenzó?. ¡Lleva ya hora y media, bastardo hijo de perra! -, fué su respuesta. Atilano se apercibió de que la muchacha sentia cierta asperera hacia su persona, y pensó en suavizar dichas asperezas. - ¿Puedo tocarle el coño mientras me hago una paja?. Ella contestó - ¡no!, tócale el coño a la zorra de tu madre. Viendo que de nada servian mis intentos de entablar amistad, me limité a ver la bella película.
El tiempo pasaba y yo me aburría como la polla de un cura en Semana Santa, a medida que me venía arcadas y ganas de potar con la puta pelicula que no era más mala porque no la había dirigido Almodovar. De buenas a primeras, la muchacha de al lado se sobresaltó y se agarró de mi brazo, y me dijo - Hijo de puta-. - ¡Pero cooooño!, que coño tanto hijo puta ni tanto hijo puta, es usted una puta guarra verdulera, y además, ¿para que cojones se me abraza a mi brazo?, seguro que lo ha confundido con la polla de su chulo. La muchacha, sin motivo aparente, comenzó a llorar y me pidió perdón entre lágrimas y sollozos. Perdona hijo de puta - dijo ella. Nadie me habia hablado así en mi vida, con ese empuje, con esa fuerza, con ese temple, con ese ....... mientras ella hablaba, Atilano veía que se quitaba las estrañas vestiduras y se le sentaba sobre la polla.
Comenzaron a follar como perros. Ella se contoneaba, y el tenía la verga con más venas que el pescuezo de una cabra...... En el momento cumbre en el que ella iba a rozar el cielo, .... SE ENCENDIÓ LA LUZ.. La película se había acabado, y los espectadores de la fila trasera lo primero que vieron fueron los pezones pequeños y erectos de la muchacha alegre y un poco guarra. Atilano vió como se le encogía lo que todos sabemos como con una ducha de agua fria, y la muchacha sonrojada salió corriendo en pelotas por el pasillo con la ropa en la mano, mientras los acomodadores se hacían pajas.
Atilano la esperó a la salida de los servicios, y cuando salió se le cuajó todo el semen que en sus testiculos clamaban por una buena eyaculación. Era una MONJA. - ¡Sor-presa!, así me llamo yo. Mis compañeras del convento me llaman hermana 103, pero solo cuando estamos bromeando. Atilano se dió media vuelta y salió corriendo... pero ella corría tras él gritando, - te quiero, te quiero, estoy en la parroquia de Santa Marina pero lo dejaré todo por tí, ¡hijo de puta!.
Atilano cogió un taxi a toda prisa y salió a escape, se deshizo de la monja por fin, llorando pues era una nueva sensación. Cuando llegó a casa, se olvidó que no llevaba suelto y tuvo que poner el culo para tranquilizar al taxista, que se conformaba con cualquier forma de pago.
Con el culo como un bebedero de patos y chorreando semen, se sentó en el sofá de su casa. Cuando se tranquilizó un poco, el silencio de su hogar le hizo pensar.... era, era........ sí, ¡por fin!, era amor. Estaba enamorado, pero no un amor sexual, brutal y despiadado, sino un amor inocente lleno de ternura y bla bla bla (no se me da muy bien describir cosas bellas). Lloraba al recordar sus labios sedosos y encarnados que decian - h i j o p u t a - que bellas palabras que llamaban al pensamiento amoroso de dos corazones que se funden y se follan ( sino lo digo, reviento).
Se durmió en el sofá no sin antes cascársela varias veces, y en sueños vió como su futuro estaba escrito en común, como sus hijos iban a ser guapos y con toda la cara del butanero.
Al dia siguiente se levantó temprano, se duchó, se hizo varias pajas con distintos objetos y posturas y se volvió a duchar. Cogió un taxi y dijo - al convento de Santa Marina, si es usted tan amable. El taxista marroquí lo llevó por todos los tugurios de Córdoba e incluso se estreyaron contra un autobús del inserso. Cuando anocheció, el taxista dijo, - mire, la verdad es que no tengo ni puta idea de donde cojones esta el convento, pues hace tres dias llegué a Gibraltar en una patera, y este taxi es robado. El dueño está en el maletero con dos puñaladas en el pecho, pero como veo que ha tenido paciencia le vuelvo a llevar a su casa y echamos un polvete y aquí no ha pasado nada. Atilano contestó, - no me había dado cuenta de que era usted tan ignorante, pero no pasa nada, mañana será otro día.
Asustado se retiró poco a poco porque tampoco tenía suelto en esta ocasión, cuando pisó una cosa rara ... - coño, parece un estómago humano. Efectivamente, era un vendedor de cupones abierto por varios sitios. El perro lazarillo del ciego estaba curiosamente dormido. En la pared había una pintada con la sangre de sus sesos que decia : "PACA was here....".
Atilano lloró emocionado, - mi niña, tan chiquita y tan sensible... Cuando de pronto el argelino lo enculó contra la pared... Toma, toma cabronazo, ¿me sientes en tu culo, me sientessssssssss?!!! - Atilano respondía moviendo el culo a cada una de las arremetidas que metía el negro. Si te violan, lo menos es que lo disfrutes, pensó él...
¿Donde está Paca?
¿Que pasa con Sor-Presa?
¿Por qué la llaman hermana 103?
¿Tendrá que ver algo el convento de Santa Marina, con el anciano
sidoso del capítulo anterior?
¿Estás de acuerdo con el modo de cobro de los taxistas cordobeses?
¿Por qué pierdo tanto tiempo con chorreces?
Todo esto y mucho más en la sexta entrega de PUS VAGINAL.