Presupuesto

El término presupuesto tiene su origen en el derecho inglés, cuando el parlamento se propuso limitar al rey restringiendo los recursos de los que podía disponer. En los países anglosajones se utiliza la palabra budget que originalmente se refería a un “portamonedas” público para recibir y depositar ingresos que se destinarían a los gastos públicos.
La técnica del presupuesto dividido por programas y actividades tuvo su origen en el Departamento de Marina de los Estados Unidos de América en 1946, aprobándose la Ley 863 de agosto de 1956.
El presupuesto que se elaboraba en México con fundamento en la Ley Orgánica del Presupuesto de Egresos de la Federación (en vigor de 1935 a 1976) contenía una clasificación presupuestaria por ramos de actividades.
El presupuesto de egresos es el ordenamiento que expresa de manera anticipada los proyectos de gasto en las distintas tareas, programas y actividades de las unidades administrativas públicas para un determinado ejercicio fiscal. Hoy en día la actividad presupuestaria debe además estar encaminada a cumplir con los objetivos sociales y económicos del Estado.
La Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal en su artículo 15 define al presupuesto de egresos de la Federación como el “que contenga el decreto que apruebe la Cámara de Diputados, a iniciativa del Ejecutivo, para expensar, durante el período de un año a partir del 1o. de enero, las actividades, las obras y los servicios públicos previstos en los programas a cargo de las entidades que en el propio presupuesto se señalen”.
En el llamado presupuesto de egresos se prevén los gastos que realiza el Estado para cumplir con su finalidad, además de que refleja el aumento o contracción de las inversiones, generación de empleos, inflación, producción, comercialización, etc.
Los gastos públicos pueden clasificarse, al igual que los ingresos, en ordinarios y extraordinarios, según estén previstos o no. Los extraordinarios se dividen a su vez en principales (gastos prioritarios como seguridad y agua) y secundarios (gastos de infraestructura, no de vital atención).
Los gastos públicos, según Adam Smith, deben tener por objeto la protección de la sociedad contra violencia e invasiones, la protección del individuo contra la injusticia y la opresión y la realización y mantenimiento de los gastos del soberano o el imperio
El presupuesto debe contener:
* Una descripción clara de los programas, señalando sus objetivos, metas y entidades responsables
* Explicación y comentarios de los programas sobre todo de los que abarquen 2 o más ejercicios fiscales
* Ingresos y gastos reales del último ejercicio fiscal
* Estimación de los ingresos y gastos del ejercicio fiscal en curso
* Situación de la deuda pública en el último ejercicio fiscal y estimación de la que se tendrá al final del ejercicio
* Situación de la Tesorería al final del último ejercicio fiscal y estimación de la que se tendrá al final del ejercicio
* Comentarios sobre las condiciones económicas, financieras y hacendarias actuales y las que se prevén para el futuro
* Información relevante para clarificar la propuesta

 
 
                 
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