CURIOSIDADES
Hay historiadores
que dicen que bajo el pontificado del papa de Aviñón Juan XXII,
empezaron los cocineros a usar los altos y blancos gorros. En la
época de este papa, muy aficionado a la mostaza, era visitado
por gente de su país natal y lejanos parientes rouergueses,
poseedores todos de la ciencia de la mostaza y se pusieron por
escalafón en la mostacería, hilos de oro, según su
antigüedad, en los gorros que empezaron a usar. Otros autores
dicen que la primera mención que se hace del gorro de cocinero
la hace el abate Coyer, jesuita, preceptor del príncipe de
Turena, capellán de la Real Caballería, autor de libros de
viajes, quien describe al cocinero como hombre que viste
ricamente, lleva espada al cinto, luce diamantes en sus dedos y
saca de vez en cuando una caja de oro de rape, se distingue del
duque de Orleans por el gorro que usa y no mas. El abate fue
amigo de La Varenne, el cocinero del marques de Uxelles, autor de
la biblia de los estofados "L´école des Ragouts".
Hay cocineros que se dejaron pintar con su gorro, como fue el
caso del gran imaginativo Laguipiére, que por cierto es
también conocido como "El gran turco".
Careme, el cocinero de Talleyrans, el sabio entre los sabios en
la cocina del congreso de Viena, 1814-1815, tenía un gran
gorro de raso con pequeñas flores de oro, y no se lo quitaba
ante nadie en sus dominios, ni ante Alejandro de Rusia, sobre
quien ejerció derecho de preferencia.
El zar pregunto ¿Quién es ese insolente? La cocina le
respondió Talleyrans. Si, era toda la cocina, dentro de aquella
cabeza privilegiada que fue la del gran Careme. (algún día os
contaré la historia de este Grande entre los Grandes de la
cocina el cual sin saber leer, ni escribir, a sus diez años su
padre lo puso en las calles de París abandonado a su suerte,
este gran hombre a parte de aprender cocina, aprendió a
escribir, dibujar, arquitectura etc.). El zar que no era ningún
estúpido lo contrato para que estuviese durante algún tiempo a
su servicio.
Otro que se retrato con su gorro fue Noel, (cocinero de Federico
el Grande de Prusia), que discutía de poesía con Voltaire. Noel
fue el primero que añadió chocolate a una salsa de perdiz. Noel
con la autorización de Federico, puso una pluma de faisán en el
gorro con el escudo de armas de Prusia. Por lo leído hasta ahora
lo que si es cierto que los gorros ya eran de uso corriente en el
siglo XVIII y que se generalizaron a partir del Congreso de
Viena.
De este congreso, proceden gran número de platos y salsas, pero
lo dejaré para otro día el publicar notas de estos nuevos
platos.
En una gran
recepción, ocurrida en Versalles el 25 de agosto de 1785, un
hombre se abre paso trabajosamente entre cortesanos y parásitos
que jaleaban al rey Luis XVI con motivo de su cumpleaños,
apretando contra su pecho un ramito de flores malvas.
Costosamente llega hasta el rey, ya que tuvo que ser protegido
por algunos cortesanos amigos, le tiende las flores y dice
<<Señor, quiero ofreceros un ramo digno de su majestad: la
flor de una planta que puede solucionar la alimentación de los
franceses>>. El rey que ya ha leído sus estudios sobre la
patata, toma el ramo, lo contempla un momento y dice
<<Monsieur Parmentier, hombre como vos no pueden
recompensarse con dinero. Pero hay una moneda quizá digna de
ellos. Dadme la mano y acompañadme a besar a la reina.>>
Estas palabras son rigurosamente históricas. La reina se pone el
ramito en el generoso escote y Parmentier emocionado, dice
<<Señor, a partir de ahora el hambre es imposible.>>
Así empieza la segunda historia, la rigurosamente culinaria y
popular, de la patata. La patata es, científicamente, una
dicotiledónea de la familia de las solanáceas. En Europa la
única solanácea conocida antes del descubrimiento de América,
era la berenjena que nos llegó de Asia.
La patata es conocida en España desde el siglo XVI, procedente del Perú y Chile ya que en el año 1565 hay constancia de este hecho, pero desde que se consume masivamente solo han pasado 200 años mas o menos.
Al principio hay cierta confusión, ya que con el nombre de Patata en el siglo XVII se comía el boniato, batata o patata de Málaga, otra solanacéa que los españoles encontraron en Haití, que en taino, lengua de los haitianos, la llamaban batata.
Sobre la batata hay noticias de la mano del cronista italiano Pedro Mártir de Angleria, escribía en latín y viajando por España en 1516 habla de este tubérculo <<dulce apellam boniatum acre nuncupant caribe>>.
En el segundo tercio del siglo XVI escribe el historiador español Agustín de Zarate Cosat, en su "Historia del descubrimiento y conquista de la provincia de Perú" <<Las viandas que en aquellas tierras comen los indios son maíz cocido y tostado en lugar de pan y carne de venados cocinada a la manera de mojama y pescado seco y unas raíces de diversos géneros que ellos llaman yucas, agís, zamotes y papas>> Esta es la primera vez que hay una referencia en España y, por ende, en Europa sobre este universal alimento.
En 1550 Pedro de Cieza en sus "Crónicas del Perú" dice <<De los mantenimientos naturales, fuera del maíz hay otros dos que se tienen por principal bastimento entre los indios; al uno le llaman papas, que es a manera de turmas de tierra, el cual, después de cocido queda tan tierno por dentro como castaña cocida, que no tiene cáscara ni cuero más de lo que tiene una turma de la tierra; porque también nace debajo tierra como ella; produce este fruto una hierba mas ni menos que la amapola>> La turma a que se refiere, para el que no lo sepa, se refería a la trufa o criadillas de tierra.
Parece ser que tanto la batata, como la patata o papa se cultivaron en España, pero la batata, tal vez por ser dulce, tuvo mayor aceptación que el tubérculo peruano.
Felipe II envía como presente al Papa en 1565 algunas plantas de patata.
Los primeros que experimentaron en Europa la patata como alimento fueron los españoles en 1573, la comunidad religiosa que regia el hospital de Sevilla, pasaba por unas desafortunadas circunstancias económicas. El ecónomo compró patatas ya que al no ser apreciadas y más usadas en el alimento de animales, eran baratas, la experiencia dio buenos resultados, pero la patata a pesar de esto no fue aceptada en la dieta de los españoles.
La madre Teresa de Jesús, en carta dirigida a la madre María de San José, priora del convento del Carmen de Sevilla, fechada en Avila, en 19-XII-1577, escribe: <<Jesús sea con vuestra reverencia siempre, mi hija,. La suya recibí, y con ella las patatas y el pipote y siete limones. Todo vino muy bueno, mas cuesta tanto traer, que no hay para que me envíe vuestra reverencia mas cosa ninguna que es conciencia>>
Durante el siglo XVII la palabra patata de Málaga o patata sola aparece en la literatura española, pero no en los recetarios de la época. Así por ejemplo en "Guzmán de Alfarche" de Mateo Alemán (1599), uno de los personajes pondera los productos españoles <<Allí estaba la pera bergamota de Aranjuez, la ciruela ginovista, melón de granada, cidra sevillana, naranja y toronja de Plasencia, limón de Murcia, pepino de Valencia, tallos de las islas, berenjena de Toledo, orejones de Aragón, PATATA de Málaga>>
D. Francisco de Quevedo en el "Poema heroico de las necedades y locuras de Orlando" escribe: <<Portugueses hirviendo de guitarras arrastrando capuces, vienen listos compitiendo la solfa y las guitarras y con todas las botas muy bien quistos.
Vinieron muy apreciados de sus garras, Los castellanos con sus votoacristos, Los andaluces, de valientes, feos, Cargados de patatas y ceceos>>
Quevedo se refiere a la patata de Málaga ya que no aparece en los grandes libros de gastronomía del barroco castellano como los de Diego Granado y Martínez Motiño.
La batata debió de ser muy popular ya que Quiñones de Benavente en su "Entremés y Baile del invierno y verano" dice: <<Tendré invierno en Sevilla, y veranito en Granada, en Motril, la caña dulce y en Málaga, la patata>>
Lope de Vega, es el primero que nos da una idea de cómo la oficiaban en la época, 1632, me refiero a la patata de Málaga, aunque el no lo especifique, pero es admitido por todos los eruditos del tema. En su comedia "El hijo de los leones", Lope de Vega además de ofrecernos la mas opípara descripción de la olla podrida, escribe:
<<Flora, más bella que natas y que guindas y pernil, que truchas con perejil y en vino asadas patatas>>
Insiste en como se comen las patatas en su comedia "La esclava de su galán"
<<Que tu la verás más tierno que una cocida patata>>
Parece sobreentenderse que la patata de Málaga era un plato popular ya que los entremeses, novelas picarescas y comedias iban dirigidas al pueblo y no a los gourmets de la época.
No obstante un poeta barroco de la época, Pedro Soto de Rojas, escribe
<<Porque el gusto recrea traeré la caña de azúcar madre, al palmito, de muchos higos padre, y la patata fea, que ha de menester comerla quien la crea.>>
La patata de Málaga o batata, parece estar claro que se cultivaba en Andalucía, porque en la pragmática de tasas de 1660 editada en Sevilla indica: <<La patata, a seis reales y medio>> El boniato o batata empezó a denominarse de esta manera en el siglo XVIII, así que debía ya de ser muy popular y lo mas probable para distinguirlo de la patata que ya empezaba a usarse, con fines alimentarios, ya que como rancho de cerdos era utilizada.
Hasta ahora no he hablado mas que de la batata, ya que como se ve hay una confusión al menos en las noticias que tenemos, ya que la mayoría habla de patatas y los eruditos creen que se refieren a la patata de Málaga. No se comía la papa o patata en esta época?. Cosa un poco difícil de creer ya que cultivar, se cultivaba, con fines ornamentales y en pequeñas cantidades para alimento de animales y en estas épocas los gañanes a veces disputaban la comida a los animales, lo que sí parece cierto es que no era popular y nada aparece en recetarios. No obstante un testigo excepcional de la época William Borolo, un naturalista que vivió y murió en España, escribió en su "Historia natural de España" (1775), hablando de la comida dice >>la patata alimento natural, acompañadas de carne se comen diariamente>>. Alvaro Cunqueiro tan erudito, dice que el cultivo de la patata se extendió en Galicia hacia el año 1750.
Los monasterios feudales de Galicia central obligan a sus colonos a plantarla y consumirla para quitar la hambruna de 1730/1735, ya que en esta época los castaños tuvieron la epidemia de un hongo, no había producción de castañas y estas eran básicas en la alimentación, son años de peste y hambre, en la época había quien atribuía a la patata, también llamada raíz del diablo como la causante de la peste y otros males .
Otra zona donde la patata entra, es en la provincia de Álava, introducción que viene de mano de la Real Sociedad Vascongada de amigos del país, a finales del siglo XVIII (1772), al traer esta sociedad el tubérculo desde Irlanda, en un principio se empezó a usar como planta ornamental. Un insigne estudioso y promotor del cultivo de este tubérculo en Álava, fue Prudencio María Verástegui, miembro de la Real sociedad Vascongada. En 1776 en Álava se publicaron instrucciones para su cultivo, divulgando las cualidades de las patatas y los beneficios que podían reportar a los labradores y a toda la población. No se debió tener muy en cuenta las cualidades y beneficios de la patata, ya que en el año 1817, en las Juntas Generales, se obliga a cada agricultor alavés a sembrar patatas, en al menos tres celemines de tierra.
Una cosa llama mi atención, que estas dos zonas españolas, Galicia y Álava, que fueron pioneras, (por obligación), en el sembrado masivo de patatas sean actualmente unas áreas donde la producción de patata es superior al de otras regiones. Algún estudioso tendrá la solución?. Álava cuenta con el "monopolio" en el suministro de patata de siembra. Tal vez sus tierras son las más idóneas para este tipo de cultivo?.
En 1817 una real orden insta a las autoridades civiles y párrocos a que propaguen las excelencias de las patatas, los párrocos desde el púlpito lo hacían en las misas dominicales.
En cuanto a la introducción de la patata en Europa, lo hace por dos frentes, una la española, a través de Italia y luego llevada por los soldados a Flandes y Alemania y el otro frente es el ingles donde es traída de Virginia en 1597 por el corsario Francis Drake, al servicio de la corona Inglesa y regalada al botánico Gerard, que la cultiva en su huerto de Londres El Navegante Walter Raleigh, en 1584, trata de aclimatarla en Irlanda, donde a partir del siglo XVIII es el alimento fundamental de los irlandeses.
Se sabe que la patata hizo una tímida entrada en la mesa real de María de Medicis, ya viuda de Enrique IV de Francia, en 1616, pero se le consideraba manjar raro e insípido.
En 1630 se planta en algunas zonas de Francia para usarla como forraje de animales.
Pero el espaldarazo a la patata, a parte del dado por Monsieur Permatier, fue la revolución francesa, con sus hambres y las guerras napoleónicas la impusieron en todaEuropa.
Cuentan que Luis XVI, para incentivar a los agricultores franceses, planto cerca de París un campo con patatas y desde su siembra lo tuvo estrechamente vigilado por soldados y nadie podía acercarse a este campo, era un secreto de estado. Todos los agricultores de la zona estuvieron muy atentos a lo que pasaba en ese campo y se preguntaban "que habrá de tanto valor para tener tanta gente armada a su cuidado?", ya cuando las patatas estaban a punto de ser recogidas, una noche desapareció la vigilancia repentinamente y para la mañana siguiente el campo fue saqueado y no quedo un solo tubérculo. Dicen que a raíz de este suceso se empezaron a plantar masivamente las patatas en Francia.
En el tercer año de la república aparece un recetario <<La cuisiniere republicaine>> que aunque es anónimo, parece que fue escrito por madame Merigot, esposa del editor del libro. Una cosa curiosa de este libro es que en el aparecen casi todas las preparaciones hoy conocidas de la patata, desde las patatas al rescoldo, en ensalada, con mayonesa (lo escribió un francés), o salsa blanca, pasando por el puré de patatas hasta las patatas a la polaca. Es de resaltar que por vez primera se indica lo perfectas que pueden ser las patatas como lecho de un cordero, tal como se hace hoy en día en Castilla o como acompañamiento de pescado, tal como en Cataluña hacen pescados al horno. No procederán todas estas recetas de los recetarios manuscritos que las tropas francesas al mando del general Junot saquearon de los monasterios españoles?.
En el libro/recetario manuscrito por Antonio Salsete, escrito en el siglo XVII/XVIII, no tiene el año, lo que si parece ser que lo escribió en varios años y esta escrito a caballo entre los libros de Martínez Montiño (1641) y Juan Altimira (1745), no viene todavía ninguna receta de patatas y esto que el autor era cocinero de una orden religiosa, parece ser que de Agustinos??., Salsete si usa el tomate y emplea el pimiento, fue uno de los primeros??. Lo que si viene en la obra de Sálsete es una receta de Batatas asadas en cenizas, dice Sálsete <<estas son buenas asadas entre cenizas y también cocidas con vino y azúcar>> y da una formula que más parece un postre. En el "Diccionario de autoridades" de 1737 todavía se confunde la batata y la patata. En el libro "Nuevo arte de cozina sacado de la escuela de sapiencia económica" (1745), no trae ninguna receta de patata.
Es curioso el porque la patata no fue aceptada como alimento de consumo habitual hasta después de haber transcurrido mas de siglo y medio de cultivarse experimentalmente. Si esta solinacea hubiera sido panificable es seguro que su implantación hubiese sido rápida, ya que la base de la alimentación en la época era el pan. También influiría el ser una planta rara y que no se parecía a ninguna hortaliza de las conocidas y según los conocimientos de la época, era tóxica, y de hecho son tóxicos los frutos externos de la planta y también producía extrañas enfermedades.
La patata es el
producto del reino vegetal que más formas hay descritas para su
preparación.
Los españoles lo llamaron "Tomate" de la palabra indígena "Tomalt" los italianos "Poma dóro" y los franceses "Pomme dámour"
Si el maíz y la patata han sido alimentos fundamentales para en su día quitar el hambre en Europa el tomate lo fue en sentido culinario y gastronómico.
A pesar de la gran importancia que tiene el tomate en la cocina, en la que es un elemento indispensable, los cronistas de Indias no le prestaron gran atención. Fernández de Oviedo, en su ¡¡completa¡¡ descripción de los vegetales, no los menciona. José de Acosta se limita a decir <<usan también tomates, que son frescos y sanos, y es un género de granos gruesos, jugosos y hacen gustosa salsa, y por si son buenos de comer>>
El camino del tomate como actualmente se usa, es complejo y lento.
El tomate una solanácea de la familia de la patata llega a Europa en el siglo XVI y la primeras noticias de su cultivo la tenemos en la publicación del medico sevillano Nicolás Monardes "La historia medicinal de las cosas que traen de nuestras islas occidentales" en 1574. Este medico, gran científico e investigador de la época, cultivo el tomate en su jardín y en jardines aledaños muchas de las plantas traídas de Las Américas y da muchos detalles sobre su cultivo. (cultivó entre otras el tabaco del cual publicó el primer grabado, Maíz, piña tropical, cacahuete, la batata, zarzaparrilla e incluso la coca), el tomate lo cultivaba como planta ornamental.
Las primeras noticias que tenemos de su uso en ensaladas lo encontramos en unos versos de la obra teatral de Tirso de Molina "El amor medico" /Oh, ensalada de tomates/qué coloradas mejillas/dulces y a un tiempo picantes/ Este uso del tomate se confirma en unos versos de la hija de Lope de Vega, sor María de San Felix ( Marcela, nacida en Toledo en 1605) que dicen: Alguna cosa fiambre/quisiera, y una ensalada, de tomates y pepinos,/cuantas especies de vinos/
Pero el tomate como condimento tiene que recorrer un camino más largo pues hasta el siglo XVIII no se empezaron a usar en salsas y en toda clase de aderezos.
Juan de la Mata en su libro "Arte de repostería en que se contiene todo género de hacer dulces secos, y en líquido, bizcochos, turrones, natas, bebidas heladas de todos géneros, Rosolís y Mistelas, con una breve instrucción para conocer las frutas y servirlas crudas" que se edito por primera vez en 1747 y es en este libro donde aparecen las dos primeras recetas de la salsa de tomate: una de ellas es "Después de asados tres o cuatro tomates y limpios de su pellejo se picaran encima de una mesa lo mas menudo que se pueda, puestos en su salsera se añadirá un poco de perejil, cebolla y ajo asimismo picado, con un poco de sal, pimienta, aceite y vinagre y todo bien mezclado e incorporado se podrá servir"
La salsa de tomate transformó la cocina española y no digamos la italiana, El tomate llega a Italia el siglo XVI, pero no se usa en alimentación hasta el XVIII, los recetarios italianos hacen mención de salsa de tomate en 1766.
El tomate llega a París de manos de los revolucionarios marselleses que llegan a París dirigidos por el joven Charles Barbaroux y dos cosas duraderas dejaron: la Marsellesa y los tomates que llevaban en sus zurrones.
Uno de los lugares que más tardaron en adoptar guisos con tomates fue Estados Unidos a pesar que la planta era originaria de sus vecinos los mejicanos. En tiempos del presidente Thomas Jefferson se cultivaron en Louisiana, que, por ser francófona era más fácil de introducir esta solanácea ligada con la cocina francesa. En los estados del Norte no se empezó a consumir hasta 1835. No obstante los residentes en Estados Unidos hasta 1900 tenían el temor de que el tomate fuera venenoso como lo son otras solanáceas, de echo las hojas del tomate son tóxicas.
El tomate se usa
crudo, como postre como hacen en algunos lugares de Inglaterra,
en los guisados, sopas, base de muchas salsas e incluso en
mermelada.
En Europa no
existían el maíz, patata, tomate, pimiento, las judías como
las conocemos ahora, el cacao, cacahuete, vainilla, frutas
tropicales como la piña, chirimoya, aguacate, mango etc.
Una cantidad grande de las plantas, -de frutos, hojas o raíces
comestibles- que hoy son frecuentes en nuestros campos eran
totalmente desconocidas antes del descubrimiento del Continente
Americano.
El pimiento en todas sus variedades, desde el pimiento mas dulce a la más feroz de las guindillas vino de América y se aclimato pronto en Andalucía.
Francisco López de
Gómara, en su <<Historia General de las Indias>>,
cuando relata la primera visita que hizo Colón a los Reyes
Católicos para darles cuenta de sus descubrimientos:
<<Probaron el ají, especia de los indios, que les quemó
la lengua>>
El ají, llamado así en las primeras islas que conquistaron, en
lengua del Cuzco "uchu y chili en México, fue conocido
desde los primeros días del descubrimiento. Su uso en la
metrópoli se extendió pronto y empezó a ser un condimento
popular a finales del XVI principios del XVII, ya que D.
Francisco de Quevedo, en su "Epístola satírica y censoria
contra las costumbres presentes de los castellanos escrita a D.
Gaspar de Guzmán, conde duque de Olivares, en su
valimiento" hablando de la obligada sobriedad española
escribe: << Carnero y vaca fueron principio y cabo, y
con rojos pimientos y ajos duros tan bien como el señor, comió
el esclavo>>
Así mismo
Cervantes (m1616) alude a los pimientos en su novela ejemplar
Rinconete y Cortadillo: << Manifestó luego medio queso de
Flandes y una olla de las famosas aceitunas y un plato de
camarones y una gran cantidad de cangrejos con su llamativo de
alcaparrones ahogados en pimientos>> (Para Cervantes
"llamativos" eran lo que hoy en día son las tapas, que
excitaban la colambre, es decir las ganas de beber y pimientos
ahogados se llamaban porque al conservar los alcaparrones en
vinagre se solía cubrir con pimientos para impedir el contacto
de los alcaparrones con el aire"
Hay mas testimonios de la presencia del pimiento, aunque en
recetarios no aparece hasta bien entrado el siglo XVIII.
Al pimiento americano se refería Lope de Vega en su obra
"El sastre del Campillo" \El tocino y el repollo\ y
cuatro o seis pimientos\ que en el picar jugaban a los cientos\
Los viajeros repudian el gusto fuerte del pimiento y pimentón,
Un viajero A. Jovin en su "Viaje a España y Portugal"
en 1672 escribe "Salimos de Madrid para ir a ver la ciudad
de Toledo, y volvemos a Madrid con la galera corriente que marcha
todos los días por Getafe. Desayunamos allí un par de
pimientos, que es un fruto como de un dedo de largo y de un sabor
fuerte como la pimienta" aquí ya se habla claramente del
actual pimiento, ya que anteriormente iba muy unido en el léxico
Pimienta/pimiento.
En el siglo XVIII en el Diccionario de Autoridades editado por la
RAE que data de 1737 diferencia totalmente el pimiento de la
pimienta y define el pimentón.
La primera vez que se cita al pimentón se hace en la
Autobiografía del bufón y pícaro de cocina Estebanillo
González (1646) que escribe "Arrimé al fuego la piñata
(olla) llena de tajadas de bacalao, pensando que en virtud del
ajazo y pimentón" es de remarcar también que por primera
vez aparece la salsa ajada, es decir a base de ajo, aceite y
pimentón, salsa que actualmente esta en uso.
En resumen el pimiento se empieza a usar en España a finales del
siglo XVI, ya que a principios de XVII hay constancia escrita de
su uso y es de uso frecuente finales del XVII.
Lo más probable es
que los hombres primitivos usaran de vez en cuando algún palo
puntiagudo para coger trozos de carne del fuego, y también
conchas o alguna corteza para beber la sopa si es que la
habían inventado ya- o agua.
Ni los griegos ni los romanos conocieron el tenedor. Solo en los
grandes banquetes se ofrecían unos estiletes y punzones, de oro
o de plata, para tomar los pedazos muy pequeños de carne o de
pescado o de frutas de tamaño mínimo.
En general, la comida se despedazaba y se llevaba a la boca con
las manos.
Los alimentos sólidos, antes de ser servidos, eran preparados
por un esclavo scissor, carptor, structor- que los cortaba
ya en pequeñas porciones, lo cual evitaba que los comensales
tuvieran que organizar una carnicería sobre los manteles.
Es obvio que el refinamiento en la mesa solo pudo desarrollarse
ampliamente cuando se incorporaron a ella determinados
utensilios. En este sentido, fue importantísima la aparición
del tenedor, que permitía desterrar definitivamente la fea
costumbre de comer con las manos.
La presencia sistemática del tenedor en Europa suele atribuirse
a los venecianos.
Existe constancia histórica en el siglo XI del primer tenedor
propiamente dicho, Teodora, hija del emperador bizantino
Constantino Ducas, se caso con el dux de Venecia Domenico Selvo.
Esta princesa asombro a los venecianos con sus refinamientos, y
no fue el menor el que se sirviera de un tenedor de oro de dos
púas, con el cual sus eunucos le presentaban los bocados que
habían trinchado.
El uso del tenedor en esta época se tenía por cosa demoníaca y
más a partir que San Pedro Damián apostrofó a la dogaresa
desde el púlpito por el uso del tenedor.
Poco a poco el uso del tenedor fue extendiéndose por Italia y a
finales del siglo XIV el uso del tenedor era corriente en Italia,
incluso en las tabernas para comer las pastas. En un relato de
Franco Sacchetti nos revela cuando pone en escena, enfrentados en
la misma fuente, a dos comilones de macarrones calientes, uno de
los cuales se atraganta porque esta atorado. (tables florentines,
p. 21), por otra parte no será que la rápida utilización del
tenedor en Italia esté vinculada al consumo de las pastas. ¿
Que otro instrumento cabe usar para comer una pasta caliente, si
no hacemos uso de palillos chinos?.
A principio del siglo XVII un viajero ingles, Thomas Coryate,
escribía en su diario: << Los italianos se sirven siempre
de un pequeño instrumento para comer y tocar la carne. La
persona que en Italia toca la carne con los dedos ofende las
reglas de la buena educación y es mirada con sospecha y
criticada. Se come así en toda Italia. Los tenedores son de
hierro o acero, y los nobles usan muy a menudo tenedores de
plata. Es una cosa extraña que no se pueda convencer a un
Italiano de comer con las manos. Y yo he adoptado esta costumbre
y la conservo incluso en Inglaterra. Pero mis amigos se burlan de
mí, me llaman "Furcifer">>
Mr. Coryate introdujo el tenedor en Inglaterra en Octubre de
1609.
En 1463 aparece en el testamento de John Baret de Bury St.
Edmunds "my silvir forke for grene gyngor". Es la
primera vez que documentalmente aparece en Inglaterra. En el
siglo XVII el tenedor no había entrado todavía de lleno en
Inglaterra.
También tardo mucho tiempo en imponerse entre los franceses.
El tenedor en Francia fue introducido sin éxito en varias
ocasiones. Jacques Bourgeaud nos cuenta que reinas extranjeras,
en distintos momentos de la edad Media, usaban tenedores: Juana
de Evreux y la Reina Catalina de Hungría. Pero esta innovación,
considerada una extravagancia considerable, nadie hace el menor
caso.
En el siglo XVI, Enrique III, intenta introducir de nuevo el
tenedor y lo usan el y sus "mignons". Dada la no
injustificada fama de homosexuales que tenían tanto el rey como
sus inmediatos cortesanos, el tenedor fue mas motivo de
abominación que aceptado como instrumento de utilidad. Así en
1545 Jean Sulpice, en su libro "Libellus moribus in mensa
servandis", aconseja: << Toma la carne con los tres
dedos y no llegues a la boca con grandes pedazos>>
Erasmo en 1530 da estos higiénicos consejos <<Guárdate
bien de ser el primero en meter las manos en el plato.......
También es una falta de educación muy grande, cuando se
tienen los dedos sucios de grasa, llevarlos a la boca para
relamerlos, o limpiarlos en el jubón>>. Y añade luego
gravemente: <<Me parece más correcto hacerlo en el
mantel>>.
Y la misma reina Ana de Austria, célebre por sus blancas manos,
comía con los dedos << Y las bellas manos de la reina con
frecuencia se tomaron el trabajo de llevar a su real pico, sea
dicho esto con respeto, muchas sabrosas pitanzas, tanto de carne
como de confitura>>
Su hijo Luis XV comía con las manos a pesar de la regia etiqueta
que presidía sus mesas, solo en sus últimos años usó un
pequeño tenedor. En la época de Luis XVI no era raro ver comer
al rey con la punta del cuchillo.
En España el uso del tenedor no se difundió hasta el siglo
XVIII. Se conocía un utensilio parecido, llamado broca, desde el
siglo XIV, y al él se refiere Enrique de Villena en su libro
"Arte cisoria", redactado hacia 1423: <<...
dicenle tridente, porque tiene tres puntas donde la primera
(broca) tiene dos; esta sirve a tener la carne que se ha de
cortar, o cosa que ha de tomarse, mas firme que la
primera>>, Pero este tridente era solo para trinchar
carnes.
A principios del XVII el tenedor no era habitual en las mesas
españolas, capítulo XXXII de la segunda parte de la novela,
banquete que dan a Don Quijote los duques: <<Llegaron
cuatro doncellas, la una con una fuente de plata y la otra con un
aguamanil asimismo de plata, y la otra con dos blanquísimas y
riquísimas toallas al hombro, y la cuarta descubiertos los
brazos hasta la mitad y en sus blancas manos una redonda paella
de jabón napolitano>> Era este el obligado final de un
banquete en que los comensales habían comido con los dedos.
Habrá que esperar hasta el siglo XVIII para que el uso del
tenedor sea ,general en Europa.
Los tenedores fueron teniendo paulatinamente dos, tres y cuatro
dientes, E.Briffault termina así su "París a la mesa"
1846: <<El tenedor de dos dientes se emplea en el norte de
Europa. En Inglaterra están armados de un tridente de acero con
mango de marfil: el tenedor de tres dientes.
En Francia tenemos el tenedor de cuatro dientes, que es el colmo
de la civilización>>
--- El jabalí ---
Mamífero salvaje,
descendiente del mismo antepasado que el cerdo doméstico, cazado
desde la más remota antigüedad, pero que cada vez abunda menos.
Los ejemplares jóvenes tienen una carne delicada, cuyo sabor se
acentúa con la edad.
Horacio ya elogiaba al jabalí como un manjar noble y de acusado
sabor: <<Cuando un jabalí de Umbría, alimentado con
bellotas de encina, comba vuestra mesa con su peso es que no os
gusta la carne insípida...>> Y también Marcial:
<<Que tu glorioso husmo llegue a mis penates, que la leña
arda en mi cocina como en un día de fiesta. Pero mi cocinero
deberá hacer uso de un montón de pimienta y despilfarrar el
falerno y el misterioso garum.>>
En la edad media, y durante los siglos siguientes, la carne de
jabalí continuó siendo muy apreciada, en especial los
"rabos de jabalí en salsa caliente" (Ménagier de
París, ver nota histórica al final), la cabeza, la paletilla en
ragú y el lomo asado, así como los patés.
Transcribo esta admirable página del gran escritor gallego
Alvaro Cunqueiro: ""Al entero sabor del jabalí, hijo
de su ira, de la áspera bilis montaraz y vagabunda, se le
domeña con las oportunas sazones, en todas las cuales entra el
vinagre; en puntos de vinagre, yo no llego a los boticarios de
Monterroso, que los tenían de jerez, de moscatel, de blanco
dulce y de blanco seco, y de tinto y de clarete -¡los vinagres
burgaleses para que empalideciera más sus labios madame
D'Aulnoy!-, y en cada ocasión usaban el más convincente,
asegurándose de que al jabalí le van los vinagres de moscatel y
de blanco dulce. En el adobo del jabalí usad la menta, que es
tan fina y carnosa en los huertos de los pazos ullanos y en las
solanas de las mariñas betanceiras, en su tiesto de barro de
Buño, aquí quizás más breve y fraganciosa. Usad todas las
finas hierbas, desde el perejil hasta el estragón: pero no
uséis las cebollas. Con el griego Sicón, recordado por
Sosipatro, y con el marqués de Armonville en sus Confidencias,
declaro incompatible la cebolla y el jabalí. Pero al cerdo bravo
le reconozco amistad con el laurel, con el limón y la naranja; a
un lomo de jabalí bien asado, seco, y cuando se va a servir,
verterle la poca grasa que le quedó del asado por encima, con el
zumo de dos naranjas de Túy; eso, diría Sicón, que lo hacia
con naranjas de Creta -y aún añadía al asado membrillos de
Samos, membrillos pitagóricos-, eso será comer el jabalí
conforme a números, a música, a la armonía solemne de las
esferas.""
Del monte a la cocina.
Hasta los 6 meses de edad, el jabalí se llama «jabato y tiene
una piel clara rayada con anchas bandas oscuras que van de la
cabeza hasta la cola (por eso se le llama «rayón«). Desde los
6 meses hasta 1 año, los cazadores le denominan «animal rojo«;
de 1 a 2 años, <<animal de compañía>>. Su carne es
entonces excelente para la cocina.
Desde los 2 hasta los 4 años, es un <<cerdo entero>>
y con más de 4 años es un animal solitario«. Puede llegar a
los 30 años. La carne del macho de 8 años, aunque dura y con un
fuerte sabor, sigue siendo consumible.
La carne de jabato, muy delicada, no exige ser marinada. En los
animales rojos y de compañía, la carne deberá permanecer en un
adobo o marinada de dos a tres días, pues así pierde algo del
gusto fuerte y salvaje que tiene y se perfuma con las hierbas
aromáticas y especias que lleva la marinada.
En ejemplares de más edad, la cocción deberá ser prolongada.
Los jabalíes viven en todas las regiones de España: Galicia,
Asturias, Cantabria, Euskadi, Navarra, Aragón, Cataluña, las
dos Castillas, Valencia, Extremadura y Andalucía conocen muy
bien las andanzas nocturnas de estos animales por los maizales,
los encinares, los patatales y las huertas.
La mayor parte de las recetas del cerdo son adecuadas también
para el jabalí, menos el asado en espetón o al horno (salvo
para el jabato). Las chuletas, marinadas o no, se pasan por la
sartén. También se pueden cortar lonjas en las partes más
tiernas y cocinarlas como escalopes. El filete o solomillo del
jabato rayón se albarda y se asa en horno medio (de 20 a 25
minutos por libra, regándolo con frecuencia). El filete o
solomillo de jabalí adulto puede ser preparado en adobo,
previamente dorado, y luego cocido a fuego lento sobre un fondo
de cortezas de tocino y con la marinada (de 30 a 45 minutos por
libra, según la edad). Los trozos buenos se acomodan casi
siempre en civet: hay una variante que se hace con curry,
espolvoreando los trozos con sal cuando han adquirido color,
antes de cocerlos bien tapados con cebollas, zanahorias, ajo y
vino blanco; la salsa puede ser ligada con nata. La carne de
jabato también puede picarse y cocerse en torta o en tarta
(píe) con ciruelas pasas.
Con su carne se pueden hacer chorizos y otra clase de embutidos;
los jamones salados resultan de un sabor excelente, superando a
los del cerdo doméstico, sobre todo hoy en día en que los
cerdos se engordan con piensos y otros productos que no
benefician precisamente el sabor de las carnes
El jamón de jabalí, cocido con vino blanco, tiene un delicioso
sabor. En Galicia se toman los lacones de esta pieza de caza
igual que los del cerdo, con grelos y longanizas preparadas con
la carne del animal.
--- Kasher ---
Palabra hebrea que significa
<<permitido y ritual, conforme con la ley>>. Designa
a todo alimento reconocido apto para el consumo por la religión
judía. (También se encuentran otras ortograftas: kascher;
kosher, casher, cascher, caher y cawcher.) Las frutas y
hortalizas están consideradas como inmediatamente consumibles,
pero ciertos animales son objeto de prohibiciones estrictas. La
Biblia distingue las carnes tahor (autorizadas) y las carnes tome
(prohibidas). Las prescripciones rabínicas prohiben
especialmente el cerdo, la caza, el caballo, los crustáceos, los
moluscos de concha, los peces sin escamas (anguilas) y los
reptiles, sin hablar del camello, del hipopótamo y del oso.
También están prohibidas las bebidas fermentadas, exceptuando
el vino, sometido a otras reglas. Si el alimento autorizado entra
en contacto con una sustancia prohibida, también queda
proscrito. Por consiguiente, los judíos de estricta observancia
sólo compran productos (azúcar, harina, leche, etc.) con
certificados kasher. Además, la kashrut (conjunto de leyes de
purificación) establece dos principios fundamentales: no
consumir sangre y <<no cocer la ternera en la leche de su
madre>>. De ahí que la carne de carnicería deba proceder
de un animal sacrificado con unas reglas estrictas (por
degollación, seguida de salazón y de un lavado). Están vedados
los platos que mezclan la leche (o sus derivados) y la carne,
así como esos dos productos en la misma comida. (Suelen ser
necesarias dos baterías de cocina para que no puedan producirse
los contactos accidentales .)
LA
COCINA JUDIA
La gastronomía judía, íntimamente relacionada con las fiestas
del calendario judio y del descanso sabático, ha integrado, a
pesar de todo, algunas especialidades culinarias de todos los
paises de la Diáspora. Se trata de una cocina familiar cuya
unidad tiene sus raíces en las tradiciones ancestrales. Las
reglas de la kashrut, en lugar de limitar su diversidad,
garantizan un gran frescor de los productos: la carne (vaca y
carnero únicamente) es cuidadosamente lavada, salada y flambeada
para quitar toda la sangre. Es, también, una cocina tradicional:
citemos el pescado preparado el viernes y comido el sábado
(frito entre los judíos orientales, relleno entre los judíos de
Europa); el huevo, símbolo de totalidad y de muerte, que figura
en numerosos platos de fiesta; y la miel, que recuerda la Tierra
Prometida. El pan trenzado, o hallah, sugiere los panes de
sacrificio. Hasta la forma misma dada a los alimentos puede
referirse a un personaje bíblico, como las <<orejas de
Hamán>>, dulce clásico de la fiesta del Purim. Los ayunos
(tres días completos como mínimo a lo largo del año) dan
después pretexto a unas comidas fastuosas, porque, aunque la
religión se manifiesta en contra de la glotonería y de la
embriaguez, nunca condena por los placeres de la mesa. (Muy
inteligentes) La gastronomía de los sefardíes ( judios de
España y de los países mediterráneos) y la de los askenazíes
( judíos de Europa central) brotan de una fuente común: el
tchulend de los segundos y la tfina de los primeros (especie de
pucheros u ollas podridas cocidas al estofado en horno de
panadero) recurren al mismo procedimiento de cocción, que
permite consumirlas calientes el sábado, día en que la
religión prohíbe encender el fuego. Pero las recetas y los
productos locales han tenido una profunda influencia en los
gustos. Los judíos del norte de Africa preparan sin problemas el
alcuzcuz, y los del Irán se han aficionado a la gípa (estómago
de buey relleno de arroz) y al pilaf, mientras que los askenazies
cocinan las patatas, los puddings (krugel), las pastas (lokshen,
tallarines al agua, o kreplach, pastas rellenas de came) y los
platos rusos o austríacos (bortsch, Strudel, Tonen). Sin
embargo, de una manera general, en la cocina judía predomina la
fritura, sobre todo en los postres de cocina, así como las
mezclas de lo dulce con lo salado: así ocurre en la carpa
rellena, en las cebollas con azúcar y con carne (plato servido
en las bodas sefardíes) o en las pastelas marroquíes,
empanadillas de pasta rellenas de carne, miel y hortalizas. Desde
la creación del estado de Israel, se ha desarrollado en ese
país una gastronomía original. Cada oleada de inmigrantes tiene
tendencia a conservar sus tradiciones culinarias; pero, en la
vida cotidiana, los israelíes consumen una alimentación muy
sencilla, en la que las hortalizas crudas (sobre todo los pepinos
y los aguacates), los productos lácteos y los agrios ocupan el
lugar preponderante. Los ciudadanos de Israel comparten con sus
vecinos del Oriente medio algunas especialidades muy corrientes:
purés de legumbres, albóndigas de carne muy especiadas, etc. En
Israel se cría una gran cantidad de pavos y patos, con los que
ha creado una nueva especie.
PLATOS
DENOMINADOS A LA JUDIA
Se llama así, concretamente, una preparación de carpa servida
casi siempre fría. En la receta judía auténtica, la carpa es
tratada con sal, soasada con aceite y luego braseada con un roux
blanco con sus huevas, ajo y perejil. Esta preparación tiene
también una adaptación en la cocina clásica, en la que el
pescado es salteado con cebollas y luego braseado con vino blanco
y plantas aromáticas. Esta segunda preparación tiene algunas
variantes, en las que se añaden al fondo de cocción unas
almendras trituradas y azafrán, o bien perejil fresco e incluso
uvas pasas, azúcar o vinagre. También se denominan <<a la
judía>> unas alcachofas rellenas de miga de pan, menta
fresca picada y ajo, todo ello cocido con aceite.
Recetas no oficiadas por mi, son de libro, aunque ambas no tienen
mala pinta, habra que oficiarlas algun día.
CARPA A LA
JUDIA, receta judia
Descamar, abrir y vaciar una carpa de 1 kg aproximadamente,
reservando cuidadosamente las huevas. Cortar la carpa en trozos y
dejar unos 30 minutos en sal gruesa. Escurrir esos trozos,
secarlos con un trapo y unirlos a las huevas de la carpa.
Preparar una tacita de perejil picado con 2 o 3 dientes de ajo
también picados. Poner en una cazuela 3 o 4 cucharadas grandes
de aceite, soasar y dorar bien los trozos de carpa y las huevas,
y reservarlo todo en una fuente. Desleirr entonces 2 cucharadas
de harina de trigo en agua y llenar con ello la cazuela hasta dos
tercios; salpimentar, agregar el perejil y el ajo, y luego los
trozos de pescado ylas huevas. Cocer a pequeños hervores unos 20
minutos. Retirar los trozos de pescado y las huevas y ponerlos en
una fuente honda. Seguir con la ligera ebullíción para reducir
la salsa en un tercio. Verter sobre el pescado y dejar que cuaje
en gela tina en el refrigerador. La carpa se sirve tibia o fría.
CARPA A LA
JUDIA, receta no judia
Cortar en trozos regulares una carpa de tamaño mediano. Poner
esos trozos en una salteadora con 100 g de cebolla y 50 g de
chalote, ambos cortados en rodajas; fundirlos sin coloración con
2 dl de aceite. Espolvorear con 35 g de harina. Agregar vino
blanco y fumet de pescado (o agua) en cantidad suficiente para
cubrir casi por completo el pescado; salar y añadir una pizca de
pimienta de Cayena, 2 dientes de ajo majados y 1 bouquet garni.
Rociar con algunas cucharadas de aceite, hacer que hierva, tapar
y dejar que cueza suavemente durante 20 minutos. Escurrir los
trozos de carpa y colocarlos en una fuente alargada,
reconstruyendo el pescado. Reducir en dos tercios el fondo de
cocción; montarlo, fuera del fuego, con 2 dI de aceite. Servir
con esta salsa.
--- La conservación ---
Francois Appert, a quien
conviene no confundir con su hermano Nicolás, lúgubre visitador
de cárceles y autor de libros espesos y humanitarios, nació en
1750 y murió nonagenario y pobre como una rata en 1840.
Aprendió a cocinar en casa de su padre, que era hostelero.
Colocado al servicio del duque de Deux Ponts y luego como oficial
de boca de la princesa de Forbach, se estableció por su cuenta
en 1780, como confitero, en la calle de los Lombards (París).
El gobierno del Directorio ofreció en 1795 un premio de 12000
francos por el descubrimiento de un procedimiento para conservar
los alimentos destinados al ejército.
Inventó, antes de 1804, un procedimiento para la conservación
de las carnes, legumbres y frutos, a base de su calentamiento en
un recipiente herméticamente cerrado, sin que ello destruyera su
sabor.
Appert puso en marcha el método de esterilización que lleva su
nombre: la appertización, que consistía en un principio, en
introducir los alimentos a conservar, previamente calentados a
100 grados C., en frascos de cristal que cerraba herméticamente
con tapones de corcho. Al principio no tuvo mucho éxito con este
sistema, ya que la esterilización no era buena y luego los
corchos empleados eran muy porosos, resolvió estos dos
problemas, fabricando tapones de cinco capas, corriendo los poros
horizontalmente, con lo cual evitaba el problema del sellado de
los frascos y el de la esterilización lo resolvió cociendo el
producto a conservar ya puesto en el frasco, debidamente tapado.
Después de 1804 edificó una fábrica en Massy, en un terreno en
el que se cultivaban guisantes y alubias, y se dedicó a la
fabricación de conservas appertizadas en bocales de cristal.
La primera inspección oficial de las conservas de Mr. Appert
fueron llevadas personalmente por el Ministro de Marina, que
selecciono unas cuantas botellas y las envío a la estación
marítima de Brest.
Las botellas fueron guardadas a temperatura ambiente, durante
tres meses antes de ser abiertas y catadas. El prefecto de marina
mando el siguiente report al Ministeriode Salud: "El caldo
de las botellas esta bueno, El caldo con la carne cocida, en un
recipiente especial, bueno también pero flojo, la carne muy
comestible. Las alubias y los guisantes, preparados ambos con
carne y sin carne, tienen todo el frescor y el agradable sabor de
los recién cortados vegetales"
Consignó su trabajo en una obra clásica: «L'art de tous les
ménages de conserver pendant plusieurs années toutes les
substances animales et végétales» (París, 1810), donde ponía
al alcance de todos, generosamente, el procedimiento.
En 1810, el gobierno reconoció oficialmente su descubrimiento y
le concedió el premio de 12000 francos Su obra se reeditó en
1811 y 1813, con el titulo de Libro de todos los quehaceres. Fue
protegido del emperador. Pero se debatió siempre en dificultades
financieras, puesto que era un pésimo y desordenado
administrador y también carecía de la sinuosidad paciente y
cortesana como para continuar con la protección del emperador.
La caída del Imperio le arruinó. Sin embargo, en 1822, cuando
otros prosperaban gracias a su descubrimiento, la anterioridad de
Appert fue reconocida y el estado le concedió una modesta renta.
En unos locales que le alquilaron, prosiguió sus experimentos
sobre la clarificación de los vinos, la depuración de la
gelatina de los huesos, la conservación en botes de lata etc.
El método Appert se hizo célebre y más todavía cuando los
ingleses encontraron algunas latas en los campos de batalla y
adoptaron su invención.
Peter Durand invento en 1810 la caja de hojalata soldada y la
patentó en Inglaterra y los primeros en usar esta patente para
conservar comida a escala comercial fueron Messrs. Bryan
Donkin & John Hall, que la compraron por 1000 Libras y
fundaron la empresa Donkin & Hall estableciendo la primera
firma de envasado en Blue Anchor road, Bermondsey en 1812.
La empresa Donkin & Hall suministraron por primera vez en
1813 a oficiales de alto rango del ejercito y la armada, comida
enlatada para pruebas. Uno de los catadores fue el Lord
Wellesley, mas tarde Duke de Wellington, cuyo secretario
escribió " Lord Wellesley encontró la conserva de carne
muy buena. Desafortunadamente el no puede escribir por si mismo
ya que se encuentra indispuesto", la indisposición no
debió ser debida a la conserva ya que el gobierno ingles encargo
comida enlatada para suministrar a sus estaciones en el
extranjero.
Los buques de su majestad Isabella y Alexander se suministraron
con comida enlatada para la expedición de la bahía de Baffin
bajo el mando del comandante John Ross en 1814.
Para dar una idea de la aceptación de las conservas, en 1818 la
firma Donkin, Hall & Gamble ( un nuevo socio), suministro a
la intendencia de la armada, un total de 23779 latas de
diferentes preparados de carne de buey, cordero, ternera,
vegetales, sopas vegetales, sopas concentradas.
En la expedición de 1824 dirigida por el Capitán W.E. Parry
para buscar el paso del noroeste, sobraron dos latas, una de 2
libras de zanahorias y salsa de carne y la otra de 4 libras de
ternera asada. Estas latas fueron guardadas hasta 1936 en que
fueron abiertas por científicos del departamento internacional
de investigación y desarrollo, el contenido de la lata de carne
fue dada a comer a ratas jóvenes y a un gato adulto, sin
apreciarse ningún efecto dañino. Las zanahorias tenían el
aspecto de frescas pero tenían un ligero olor y gusto a metal.
Las zanahorias fueron envasadas en su propio jugo, ya que no
encontraron evidencias de la salsa de carne. (pronto empezaron
los conserveros con las adulteraciones y engañoso etiquetado).
Las latas de Donkin, Hall & Gamble eran llenadas por un
orificio en la parte superior de la lata que luego era sellado
por un pequeño disco soldado, esterilizando las latas
posteriormente.
El abrelatas era desconocido en esta época y las instrucciones
impresas en las latas era "Cortar alrededor del borde con un
cincel y martillo" Las latas de conserva aparecieron en las
tiendas inglesas en 1830.
En los Estados Unidos fue: Thomas A. Kenneth quien consiguió la
primera patente en 1825, en pugna con William Underwood de
Boston, fundador de su primera fábrica en 1822. La apariencia
exterior de las latas no era muy atractiva, ya que las que se
vendían en las tiendas eran las mismas que por contrato
suministraban al ejercito.
Fue en USA donde empezaron a darles una mejor apariencia y la
primera etiqueta de colores fue creada por Reckhow & Larne de
Nueva York, hacia 1860, representando unos tomates rojos y verdes
sobre un fondo de cielo azul. La única lata superviviente con el
motivo anterior fue encontrada vacía en una vieja casa de Salem,
Ind. La primera vez que en ingles se uso la palabra
"can" fue como abreviación de "canister" en
1839 .
La industria conservera fue creciendo y perfeccionándose hacia
1850, cuando un tal Faure descubrió un procedimiento que
permitió aumentar la temperatura del agua en ebullición, y en
1852 un sobrino nieto de Appert, el físico Chevalier-Appert,
utilizó por primera vez el autoclave.
Fue en 1860 cuando Louis Pasteur explico científicamente el
proceso de appertizacion.
SPUNTA
Maduración, semitemprana Tubérculo grande y largo, ojos
superficiales, Carne amarilla y clara y piel blanca. Excelentes
resultados en cocción y en frito. Optimos en cocción.
KENNEBEC
Maduración, semitemprana tardía. Tubérculo elíptico achatado,
grueso. Ojos superficiales. Piel amarilla clara y carne blanca.
Calidad excelente resultado en cocción y frito. Optimo en frito.
RED PONTIAC
Maduración, semitemprana a temprana. Tubérculo redondo ovalado,
ojos medianamente profundos. Piel roja y carne blanca. Calidad
excelente en cocción y frito.
MONALISA
Maduracion semitemprana. Tubérculo grueso, uniformes y ovales
alargados. Piel carne amarilla clara. Calidad excelente resultado
en cocción y frito. Buena para asar
JAERLA
Maduración Temprana, tuberizacion muy temprana. Tubérculo
ovalado. Ojos bastante superficiales. Piel y carne amarilla
clara. Calidad. Bastante buena. Buenos resultados en frito y
óptimos en cocción.
BARAKA
Maduración Tardía, tuberizacion precoz. Tubérculo ovalado y
grueso. Ojos bastante superficiales. Piel amarilla y carne
amarilla clara. Calidad excelentes resultados en cocción y
frito.
NAGORE
Maduración semitemprana. Tubérculo de forma oval alargada. Ojos
poco profundos. Piel roja clara y carne amarilla pálida. Calidad
excelente resultado en cocción y frito. Optimo en frito. Buena
para asar
FENIX
Maduración semitemprana. Tubérculo de forma redonda aplastada.
Ojos medios, piel amarilla y carne blanca amarillenta. Calidad
excelente resultado en cocción y frito. Optimos en frito. Buena
para guisados, se mantiene entera.
MAIKA
Maduración semitemprana. Tubérculo de forma oval alargada. De
piel blanca y carne amarilla muy clara. Calidad excelente
resultado en cocción y frito. Optimos en frito.
DESIREE
Maduración semitardia Tubérculo oval alargado, ojos
superficiales, piel roja y carne amarilla. Excelente para freír
y optima para asar. Excelente para asar
DRAGA
Maduración semitardia Tubérculo redondo, ojos semiprofundos,
piel blanca amarillenta, carne de color amarillo claro. Buen
resultado en frito, optimo en cocción.
FLAMENCO
Maduración temprana a semitardia Tubérculo ovalado, ojos
superficiales, piel roja y carne blanca. Muy buena para freír.
TURIA
Maduración tardía o semitardia Tubérculo de forma redonda,
ojos semiprofundos, piel rosada y carne amarillenta. Buen
resultado frito.
BINTJE
Maduración semitardia. Tubérculo ovalado, ojos superficiales,
piel amarilla y carne amarilla clara. Buen resultado en cocción
y frito.
--- Correspondencia entre termostato de horno y temperatura ---
| Termostato | 1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
8 |
9 |
10 |
| º Centigrados | 65 |
90 |
115 |
140 |
165 |
190 |
215 |
235 |
255 |
270 |
| º Fahrenheit | 149 |
194 |
239 |
184 |
329 |
374 |
419 |
455 |
491 |
518 |
La coca-cola como bien lo
sabréis todos fue inventada el 29 de Marzo de 1886 por John
Pemberton en Atlanta Ga. y fue lanzada con el nombre de
"Esteemend brain tonic and intellectual beverage", se
vendía en la farmacia. La "Coca-Cola" en 1894 se
empezó a embotellar en Vicksburg Miss. por Joseph Biedenham y
empezó su expansión. En 1900 el 31 de agosto, la Coca cola
llega a Inglaterra de la mano del hijo del presidente de la
sociedad Howard Chandler que vendió un galón de concentrado a
John Reynolds, propietario americano de la soda Inglesa.
En 1982 la coca-cola lanza el producto bajo en calorías. En 1898
la Pepsi, fue ideada por el propietario de un Drug Store, llamado
Caleb D. Bradham de New Bern NY. como un antídoto a la
Dyspepsia, de donde toma su nombre.
La alimentación del cerdo
ibérico se desarrollaba, hasta no hace mucho, en tres fases:
rastrojera, destrío de la oliva y montanera. Después de la
segunda montanera se le sacrificaba. Hoy la ganadería tiende a
ser intensiva. Tan pronto como terminan la lactancia, los cerdos
son alimentados con piensos sabiamente equilibrados y a los diez
meses acceden a la montanera. (Montanera es el consumo, a pie de
árbol, por parte de estos nobles y afectuosos animales, de las
bellotas procedentes de las encinas, de los quejigos y de los
alcornoques, especies todas ellas pertenecientes al género
botánico "quercus") Para no aburrirte : el cerdo de
bellota es el que se sacrifica -por haber alcanzado su peso
"áureo"- inmediatamente después de la montanera (no
ha comido, por tanto, nada más). El "de recebo" es el
que no ha alcanzado tal peso durante la montanera, así que se le
alimenta con pienso, si bien el peso ganado con este alimento no
puede exceder del 30% del que adquirió hartándose de bellotas.
El tercer -y último- grado en la escala de
"ibéricos", abarca a aquellos animales que ganaron
más de un 30% con la alimentación "pensativa"
respecto a la "bellotera" original.
Puede parecer una tontería pero la calidad del jamón depende de
:
1º.- La raza del bichejo ;
2º - Su alimentación a lo largo de su cochina existencia ;
3º Su curación.
Y en el del cerdo ibérico, la alimentación que hayan recibido
en el semestre inmediatamente anterior a su óbito es
fundamental.
El genero Agaricus comprende a
los tan conocidos y apreciados champiñones. Si no los
encontráis en algún libro probad a buscarlos en el genero
Psalliota pues es su nombre antiguo.
Hay 3 especies: Agaricus campestris (champiñón silvestre) y
Agaricus bisporus (champiñón cultivado) ambos son
parecidísimos y se distinguen principalmente por la forma de sus
esporas y porque el silvestre es mas sabroso y aromático que el
cultivado. El tercero es el Agaricus arvensis (bola de nieve)
mucho menos común y tan bueno o mejor que los anteriores.
Si los recolectais unos consejos:
1) Asegurarse que las laminillas son rosadas, es fácil confundirlos con las mortales Amanitas blancas (A. virosa y A. verna) y con la temible Amanita phalloides (variedades albinas). Si la seta esta cerrada es importante partirla con el cuchillo para ver el color de las laminillas. No olvidéis que un solo ejemplar de A. phalloides es capaz de matar a un hombre de 70 Kg.
2) Ojo con el Agaricus xanthoderma que es el único champiñón tóxico. Se distingue porque amarillea al tocarlo o al cortarlo.
3) Elegid ejemplares jóvenes bien cerrados o bien con laminillas rosadas. Los ejemplares viejos están muy abiertos y tienen las laminillas negras, estas contienen un compuesto llamado ergotina que produce indigestiones y problemas serios en algunos individuos. Esto es válido también para el champiñón cultivado.
4) Para limpiarlos usad un trapito humedecido. Si los metéis en agua pierden sabor.
Es una seta que puede consumirse
cruda. Probad a filetearla en láminas verticales y echarlos a
una ensalada de berros frescos con la vinagreta que mas os guste
(mejor suave).
El Conde de Chateaubriand,
(1768-1848), tuvo una vida azarosa y llena de miserias hasta que
volvió a su patria y publico "El genio del
cristianismo", alcanzando gran notoriedad, pero ante todo
era un gran gastrónomo y un entusiasta del solomillo de vaca,
¡y quien no!.
Al Conde que tanto le gustaba el solomillo, cortado en bistec, no
le gustaban las partes exteriores, que en contacto con el fuego
quedaban turradas.
Su cocinero Montmirail tuvo la feliz idea, (se ve que su
empleador no andaba ya en esta época flojo de caudales), de
oficiar el bistec, al que denominó Chateaubriand de la siguiente
manera: cortó un generoso trozo de la parte ancha de un soberbio
solomillo y dos trozos delgados, el grueso lo puso, una vez
aderezado, entre los dos delgados, sujetó el conjunto con una
cuerda fina, lo puso sobre la parrilla, debajo de la cual
crepitaban unas buenas brasas de madera de encina. Cuando las
tapas estuvieron bien chamuscadas, las retiró del fuego, quito
las tapas y se encontró con un soberbio trozo de carne rosada,
uniformemente cocida. Lo sirvió con una reducción de chalotes y
vino blanco alargada con media-glasa y adicionada con
mantequilla, zumo de limo y estragón, (yo creo que esta es la
guarnición que se utilizo ya que es de la época y difiero de la
Marquesa de Parabere, seré irrespetuoso con la gran erudita que
fue Dª María Mestayer de Echague).
Sobre la fecha del feliz evento hay cierta confusión, ya que
según unos esta fue posterior a la publicación de "El
Genio del cristianismo" como se ve este dato es muy vago.
Según Pellapart, este evento no tuvo lugar en casa del conde,
sino que el plato se creo en el restaurante Champeaux en 1811
cuando el Conde publicó "Itinerario de París a
Jerusalén", el mencionado restaurante lanzó este asado
compuesto por una tajada gruesa de "Corazón de filete"
(la interpretación que hay que dar a corazón, es el centro del
filete, pues como sabéis al solomillo también se le denomina
filete). En este centenario restaurante en 1900 el precio de este
plato era de 3 francos, francamente caro para la época.
Para la Marquesa de Parabere, al indicar que la primera vez este
plato se sirvió con patatas soufles, deberíamos interpretar que
no nació antes del 26 de agosto de 1837, ya que esta es la fecha
del nacimiento de las mencionadas patatas.
Notas
Otra forma de escribir es la de Chateaubriat y los defensores de
esta ortografía sostienen que el termino viene de la calidad del
ganado criado en esta ciudad del Loira.
En la villa vizcaina de Berriz, se servían, en un restaurante que siento no recordar su nombre, ya que en él estuve en el 1960 y no tengo su nombre en mis notas, unos chuletones, de casi el kilo, asados a la brasa,. Los mencionados chuletones para que no se quemasen se protegían con dos bistecs al estilo que empleo el cocinero del conde.
CHAUTEBRIAND
Partiendo que el Chateaubriand es una tajada de solomillo, de
unos 4 centímetros de grosor y de un peso de entre 300/400
gramos, (aunque algunos cocinologos dicen que debería pesar
alrededor de 800 gramos, la verdad que tan grueso es difícil
emparrillarlo), resulta un plato suculento y como diría el
torero "impresionante" aunque no se use el metodo
original.
Para obtener el corte adecuado para emparrillar un buen
chateaubriand, dividiremos un solomillo entero en cinco partes
mas o menos iguales y empezando por el extremo más grueso
obtendremos: el primer corte para bistecs, el segundo será para
el Chateaubriand que obtendremos como máximo 2, el tercero es
una buena parte para asarla entera, la cuarta la emplearemos para
turnedos y la punta y ultimo corte para medallones. Sobre el
emparrillado y tratándose de una pieza de unos 400 gramos
necesitaremos unos ocho minutos por una cara y unos 6 minutos por
la otra cara.
Aunque para el perfecto oficianmiento de una carne a la brasa te
aconsejo que trates de obtener las instrucciones que en su día
dio el amigo Morter ya que eran a mi modesto entender perfectas,
yo las tengo por algún sitio pero no las encuentro.
Sobre la guarnición, hoy en día se emplea mucho las patatas
Chateau y salsa bearnesa, aunque unas patatas duquesa no le va
nada mal. La salsa Maitre d´hotel, (mantequilla compuesta), le
va bien. La salsa primitiva es tambien muy adecuada para
acompañar este manjar. Para servirlo hay que calentar el plato
para que no se enfríe la carne.
--- Como comían en la antigua Roma ---
Para que vayáis haciendo boca y
tomar algunas ideas os voy a pasar unos platillos que se
sirvieron en el banquete sacerdotal de toma de posesión de un
pontífice Máximo, el banquete en cuestión fue por los años
74/63 antes de Jesucristo.
Los entremeses consistieron en un retablo de erizos de mar,
ostras frescas a discreción, dos clases de almejas, tordos con
espárragos, gallinas cebadas, pastel de ostras y mariscos,
bellotas de mar blancas y negras; Luego venias diversos platos de
mariscos, de pequeños pajarillos (papahigos y hortelanos),
riñones de ciervo y jabalí, aves empanadas; Los grandes platos
eran: Pecho de cerdo, pastel de lo mismo, diversos pasteles de
jabalí y de pescado preparados con diversas sazones, liebres y
aves asadas. En esta referencia no se habla de los postres pero
se dice que estuvo Julio Cesar presente.
Otro plato para tener in mente es <<El escudo de Minerva
Cazadora>> que según el historiador Suetonio era un plato
redondo de enormes dimensiones en el que habia mezclados en él
hígados de escaro, sesos de faisanes, lenguas de flamenco y
huevos de lamprea, entre otras suntuosidades.
Para que estéis mas centrados en el tema os aconsejo que leáis,
(no creo que deba transcribir), la escenificación literaria del
banquete de Trimalcion, relatada en el Satyricon de Petronio, da
una idea muy clara del grado de sofisticación que habían
alcanzado los banquetes en tiempos próximos a los que vivió
Apicio.
Los romanos hacían tres o cuatro comidas al día, la pri-mera el
ientaculum equivalía al desayuno y se tomaba entre las siete y
las ocho de la mañana. Normalmente se trataba de una frugal
comida, algo de pan mojado con vino o frotado en aceite, ajo y
sal. También se tomaba en este desayuno unos bizcochos con vino
llamados passum que los niños llevaban a la escuela. Este
desayuno podía complementarse con fruta fresca o seca, queso,
leche o huevos Hacia el mediodía se tomaba el almuerzo o
prandium, también ligero, y que solía prepararse con los
alimentos sobrantes de la jornada anterior. Como señala Séneca,
esta comida se hace sin preparar la mesa y al terminar no es
preciso lavarse las manos.
La merenda, equivalente a nuestra merienda, era más típica de
los labradores, que así partían la jornada de trabajo en el
campo. También se hacia si por cualquier causa era preciso
retrasar la cena. Por último, la comida principal del día era
la cena, que además de constituir una necesidad básica de
alimentación, tenía una gran importancia social. De hecho no
deja de ser curioso que en algunos tratados sobre la sociedad
romana, los capítulos correspondientes a la alimentación se
incluyan dentro de la «vida pública» y no de la privada.
Cuando se importó la costumbre griega de comer recostados en
divanes, se habilitó en la mansión romana una habitación
especial para la cena, el triclinio. Al principio sólo los
hombres comían recostados haciéndolo sentadas las mujeres y
también los jóvenes. Con el tiempo, el hábito de comer
recostado se extendió a todos.
La comida principal del día -la cena- comenzaba con unos
aperitivos o gustatio, que incluía en primer lugar unos huevos
duros, seguidos por aceitunas, ostras, alcachofas, croquetas,
erizos de mar, espárragos, rábanos y otros alimentos. Esta
comida se acompañaba con vino mielado. Seguidamente venía
laprima mensa que estaba formada por varios platos y constituía
la comida principal, el plato principal se denominaba caput cenae
o fundamentum cenae (cabeza de jabalí, pescados, cabrito, pollo,
habas, albóndigas, jamón etc...).
Por último, la secunda mensa, estaba constituida por los
postres, generalmente frutas y dulces. En cuanto a la vajilla
utilizada en la mesa, se disponía de plato hondo (catinus) y
llano (platella), así como cucharas, (cochlecar/lingula) vasos a
veces de plata (argentum potorium) y copas de cristal (pocula).
Por contra faltaban los tenedores («invento» relativamente
reciente, introducido como elemen-to habitual en la mesa en el
siglo XVII) y los cuchillos -ya que los manjares se servían
convenientemente troceados-, de forma que se tomaban con los
dedos, siendo señal de urba-nidad asirlos con las puntas de los
mismos.
Os doy a continuación tres recetas de Apicio:
<<Plato de Apicio>>
To-mar ubres de cerda y vulvas de cerdas vírgenes, cocidas y
troceadas, carne de pescado, carne de pollo, de pa-pahigos, o
vientres de zorzales cocidos y todo tipo de exquisiteces. Picarlo
todo, excepto los papahígos, y mezclar las carnes con huevos
crudos y aceite. Machacar por otra parte pimienta y angélica.
Empaparlo de <<garum>>, vino y vino de pasas,
calentarlo en una marmita de barro y ligarlo con almidón. Pero
antes meter el picadillo y llevarlo a ebullición. Cuando esté
cocido, quitar la marmita del fuego con su jugo y, con la ayuda
de un cucharón, transportar la farsa por capas a una grasera,
tras haberle añadido granos de pimienta entera y piñones. Sobre
el fondo tapizado de un lecho de em-panada bastante espeso,
derramar un cucharón de farsa; después alternar capas de farsa
delgadas y cucharones de farsa. Recubrirlo todo de una capa de
empanada reducida con el rodillo, cocer la pasta y sazonarla con
pimienta. Previa-mente a introducir las carnes en la marmita,
ligarlas con huevos.»
Mucho se ha hablado de la predilección de los romanos por las
ubres y por las vulvas de cerda virgen. Incluso de su finura se
ha querido que derive etimológicamente de ella la palabra
porcelana
Otra receta compleja es el célebre pollo a la Heliogábalo:
«Pollo de Vario Heliogábalo:
poner a cocer el pollo en una salsa de "garum", aceite
y vino que sazonaréis con un ramillete verde de puerros,
coriandro y ajedrea. Una vez cocido el pollo, machacar en un
mortero pimienta y piñones de piña, derramar sobre estas
especias dos cyathes (unidad de medida equivalente a 45
mililitros, aproximadamente una cucharada) del jugo de cocción,
del que habréis quitado el ramillete. Añadir leche
cuidadosamente; después cubrir el pollo con esta salsa y ponerlo
a hervir. Añadir claras de huevo batidas. Colocar el pollo en
una bandeja y bañarlo con la salsa Esta salsa se llama salsa
blanca.»
En la categoría de postres este pastel de rosas parece de una extraña extrava-gancia: «Pastel de rosas: se toman las rosas y se separan los pétalos que se maceran junto con la salsa de Apicio o licuada (esta salsa era un condimento a base de hierbas aromáticas, especias, vinagre y sobre lodo extracto de diversos pescados marinados según un método bastante complejo). Se clarifica este líquido y se reserva. Luego se toman cuatro sesos que se maceran con los granos de pimienta. A todo esto se añade el zumo anterior y se mezclan con ocho huevos y una taza y media de vino y una taza de aceite. Todo ello se fríe, se espolvorea de pi-mienta y se sirve adornado con pétalos de rosa.»
Como puede verse, la cocina de
Apicio era harto complicada.
Los antiguos egipcios la comían
rebozada en grasa y cocida en papillote. Los griegos de la
antigüedad conocían las trufas y en el si-glo IV a. de J., en
una especie de concurso gastronómico avant la lettre, que se
celebró en Atenas, el primer premio fue otorgado a un timbal al
horno relleno con picadillo de pechugas de faisán y trufas
cortadas en finísimas láminas, aderezado todo ello con sal y
diversas especias.
En Roma se estimaban, como manjar entre los más exquisitos, las
trufas de Libia. (Decía Juvenal, severo y satírico censor del
excesivo lujo de las mesas romanas, pero rendido a las
irresis-tibles delicias de las trufas: Guárdate tu trigo!, ioh
Libia!. ¡Guárdate tus rebaños! ¡ Envíame sólo tus
trufas!").
En la edad media, cuando se solía ver en la trufa una
manifestación del diablo, cayo en el olvido y lo prueba que en
libros antiguos de cocina, donde de ellas ninguna mención se
hace.
Se puso de moda en el renacimiento, para sufrir otro eclipse. De
la resurrección es testigo el siglo que esta acabando,(XVIII),
decía Brillat-Savarin. Por el año 1780, las trufas, raras en
París, solo muy pocas se hallaban en la fonda de los americanos
o en la Provenza; el pavo trufado, objeto de gran lujo, se servia
únicamente en las mesas de poderorisimos señores o en casas de
mancebas. A partir de esta época recupera el favor gracias a los
cocineros reales de la época.
Su nombre proviene del latín
Tuber <<excrecencia>> Sobre la naturaleza
de este misterioso hongo subterráneo, los eruditos han venido
discutiendo, desde encontradas posiciones, hasta nuestros días.
Sorprendió a los antiguos que la trufa creciera y se
multiplicara aun careciendo de raíces: Plinio, investigador poco
escrupuloso, explicó el enigma asegurando simplemente, que los
tuberí eran los "callos de la tierra", y Teofrasto
antes, Plutarco y Juvenal después, coincidieron en la teoría de
que la trufa era el resultado de la condensación de ciertos
minerales del subsuelo previamente fun-didos por efectos del
relámpago.
Más prosaico y concreto, Apicius, en su De Re Coquinaria y en el
libro VII, donde trata de los alimentos qui polyteles appellatur,
es decir, de los alimentos de costo elevado, ya ofrecía seis
recetas para preparar las trufas. Los griegos y los romanos
atribuían a estos hongos un alto valor afrodisiaco, y se mantuvo
la leyenda hasta que llegó Brillat-Savarin y dictaminó con su
lúcida sensatez: "La trufa no es un afrodisiaco
pre-cisamente, pero en ciertas circunstancias puede hacer a la
mujer más afectuosa y al hombre más amable", algunos
atribuyen esta frase a A. Dumas, pero a Dios lo que es de Dios y
a Brillat-Savarin lo que es de Brillat-Savarin, esta frase la
tiene escrita en su reflexión 44 De la virtud erótica de
las trufas
Dice Juan Felipe Vila San Juan en su Ii-bro Alacena y Bodega,
ameno y a la vez riguroso estudio de la personalidad
gastronó-mica de los españoles, que los biólogos no se han
puesto todavía de acuerdo sobre si la trufa es planta,
tubérculo; producto de descomposición de materias orgánicas,
concreción mineral. agalla producida por la picadura de algún
insecto, vegetal vivíparo, etc.
La definición científica, entresacada de diversos textos con
frecuencia contradictorios: La trufa pertenece al orden de los
amicetes, comprendido en el tipo de las talofitas. Su micelio
vive en las raíces de ciertos árboles (encinas, avellanos y,
sobre todo, robles). Crece subterránea y parásita, en terrenos
calizos, soleados y permeables, en-tre cinco y treinta
centímetros bajo tierra. Por lo común, estos hongos alcanzan
tamaños desde el de un guisante al de una naranja, aunque se han
dado casos de trufas gigantes, hasta de 700 gramos (Cahors,
Francia, 1958), que es, si no estoy mal informado, récord
mundial.
Existen unas 70 especies de trufas, 32 de las cuales las tenemos
en Europa aunque fundamentalmente, son dos clases de trufas las
mas buscadas. Las blancas (Tuber oestivum). que son los célebres
tartufi del Piamonte, con un lejano sabor a ajo, muy matizado, y
de un colorido gris-perla: se consumen preferen-temente crudas,
cortadas a láminas casi transparentes, y con ellas se aderezan
diver-sos platos de la cocina piamontesa: como la cremosa y
compacta fonduta de las Langhe. los tallarines o el perfumado e
impondera-ble risotto tartufato. Gastronómicamente, la trufa
blanca italiana goza de prestigio más modesto que la negra del
Périgord. la reina de las trufas, a la que Brillat-Savarin
llamó "el diamante negro de la cocina" Se trata del
Tuber melanosporum, de perfume intenso y delicado, de pulpa
blanca al principio, luego gris-marrón, y negra violá-cea, con
venas blancas, cuando ha llegado a su completa madurez. Es ésta
la trufa rotunda e invernal, aristócrata de los manjares.
Los siguientes superlativos han sido dedicados a esta joya
gastronómica: Patata magica-George Sand, Reina negra-Emile
Goudeau, Gema de las tierras pobres-Colette, Olorosa pepita-J. De
Coquet, Perla negra-Fulbert Dumonteil, Sacrum sacrorum de los
gastonomos-A. Dumas, Emperatriz subterranea-Marqques de Cussy,
perfecto gentil-hombre. sabio y ponderado gastrónomo, que tanto
se esforzó absolutamente en vano para enseñar a comer a
Napoleón.
Entre las trufas blancas del Piamonte y las negras de Périgord,
es ocioso hacer distingos y resucitar las enconadas po-lémicas
de la belle époque, mantenidas por la recalcitrante
intransigencia de algu-nos gastrónomos italianos y franceses. En
realidad cada una de estas clases de hongos tiene un campo de
utilización propio en la cocina. Es decir, no creo que mejorara
la fonduta piamontesa, si se sustituyera la blanca trufa de Alba,
por la oscura trufa perigordina. Y me parecería osado
introdu-cir en la clásica receta lionesa de la poularde
demideuil, la irreprochable pularda pochée con las rodajas de
trufas negras en-tre la piel y las carnes blancas del volátil.
Pero esto no significa sentar prioridad de calidad, incluso en
Francia las trufas blancas de Alba son muy apreciadas, y nos
cuenta el autor de La fisiología del gusto que Luís XVIII fue
un goloso devorador de estas trufas, que su solícito embajador
en Turín le enviaba periódica-mente por medio de especiales
estafetas. Su médico, el doctor Portal, le desaconse-jó el
abuso del hongo grisperla, indigesto y excitante. Pero el
monarca, parodiando a Voltaire, le contestó: "Les truffes
no sont point ce qu'un vain peuple pense', Y con-tinuó abusando,
tranquilamente de aquel manjar. Las trufas se descubren por el
aroma que desprenden. Pero el olfato del hombre no puede
percibirlo: por este motivo se ve obligado a recurrir a ciertos
animales que tienen más afinado este sentido; los cerdos y los
jabalíes, que se utilizan en el Périgord, las cabras
amaestradas de Cerdeña, los pe-rros, preferidos en Italia y en
España. De todos ellos, parece que el mejor buscador de trufas
es el cerdo, o mejor dicho, la cerda, que tiene un finísimo
olfato, y puede rastrear una trufa a treinta centímetros bajo
tierra, a diez metros de distancia y con el viento en contra. Una
buena cerda trufera puede extraer en una sola mañana, hasta
quince kilos de trufas; pero este animal pre-senta dos
inconvenientes graves: es golosísimo de este manjar y tiende a
devorar las trufas en cuanto las descubre; y por otra parte, al
tener que recorrer grandes distancias en la recolección, se
necesitan animales jóvenes, de cuatro o cinco meses, y, por
consiguiente, cada año hay que adiestrar un cerdo joven. Este
adiestramiento es bastante lento y complejo. An-tiguamente se
iniciaba a los animales llevándoles a un lugar donde
previa-mente se había enterrado una perfumada trufa natural,
pero hoy se usan, al parecer con igual resultado, ciertos quesos
de fuerte olor, como el roquefort o el gorgonzola, envueltos en
un paño, o bien, tru-fas en conserva. Tras muchos ensayos, el
animal se habitúa a escarbar la tierra en el punto de donde
procede el aroma.
Sujetado con una correa el animal trufero, el
<<cavador>> lo sigue paso a paso y desentierra las
valiosas excrecencias negras en cuanto el animal comienza a hozar
en el suelo. Después coloca en su sitio los terrones de tierra
para no dejar ninguna huella de su paso y no llamar la atención
de otros posibles buscadores.
Una trufa negra de buena calidad debe de ser redonda y de una
sola pieza; solo adquiere todo su valor cuando esta madura, lo
cual hacia decir a Grimod de La Reyniere <<Las trufas
están realmente buenas después de la Navidad.
Dejemos pues a los maestrillos ignorantes, a los glotones
imberbes, a los paladares sin experiencia, la pequeña gloria de
comer las primeras>> La trufa interviene en muchas
prepara-ciones culinarias, sobre todo, como acompañamiento,
aunque mas moderadamente que antaño, dada su escasez y su
precio.
J. L. Vaudoyer escribió <<Hay dos razas de comedores de
trufas: una que cree que son buenas porque son caras, y otra que
sabe que son caras porque son buenas>>
Los cocineros franceses exageran a veces, repitiendo los abusos
que se cometían en la belle époque, cuando se llegó a
considerar que cualquier plato se podía valorizar con la
presencia de la trufa. En realidad, la prodigalidad de aquellos
cocineros producía una excesiva densidad de sabor que anulaba el
gusto del ingrediente principal. Sabiamente dosificada, la trufa
es acompañamiento ideal de infinidad de platos: ilustra
magníficamente los timbales y la caza, califica las gelatinas,
constituye el perfecto complemen-to de otra excelsa especialidad
francesa, el foie gras: tenemos entonces el incompa-rable foie
gras truffé, cuya invención algunos atribuyen, erróneamente,
al composi-tor Rossini que, a su genio de artista, unió una
apasionada vocación de orondo y jovial gastrónomo. A él se
debe la consagra-ción por la académica cocina francesa de un
plato originariamente italiano, los ma-carrones con trufas, que
en el Piamonte se elaboran con trufa blanca.
En cocina, las trufas se utilizan crudas o cocidas, cortadas en
láminas, en rodaji-tas o en dados, en forma de jugo, de fumet o
de esencia y hasta, simplemente, por su perfume: «Cuando
tengáis deseos de comer huevos pasados por agua, si tenéis unas
trufas en casa ponedlas en un cesto con los huevos y al día
siguiente comeréis los mejores huevos pasados por agua de
vuestra existencia gastronómica» (M. des Ombiaux>.
Otras preparaciones en que entra la trufa, a parte de las
reseñadas, preparaciones de huevos y las ensaladas «ricas»,
llevan las denomi-naciones más fastuosas, platos Périgueux o a
la perigordina.
Las salsas: diplomática, financiera, Joinville, Regencia o rica;
las guarniciones banquera, Belle-Héléne, Berny, cardinal,
Chambord, Demidof, favorita, Frascati, Godard, Lorette, Lúculo,
refor-ma o Rohan; el solomillo de buey Prince -Albert, el timbal
Talleyrand, la pularda a la d'Albufera, medio luto o Eduardo VII,
los filetes de lenguado a la imperial o Renacimiento, el
bogavante Victoria, el tournedos Rossini etc. Sin embargo, como
dijo Colette: «a menudo se paga su peso en oro, para hacer
de ella un uso lamentable. Se la envisca con foie gras, se la
inhuma en un ave sobrecargada de grasa, se la sumerge picada en
salsa oscu-ra, se la desposa con hortalizas enmasca-radas con
mayonesa... ¡Pelusa de los pica-dillos, de las laminillas, de
los recortes, de las peladuras de trufa! ¿Es que no es posible
amarlas por sí mismas?» En efecto: los auténticos conocedores
estiman especialmente la trufa entera y fresca, sea cruda, con
mantequilla o en ensala-da, sea asada al rescoldo o estofada, al
vino blanco o al champaña, e incluso en una croúte de hojaldre.
Colette nos dejó también una suculenta receta: «Bañada en un
buen vino blanco muy seco -guar-dad el champaña para los
banquetes, la trufa prescinde muy bien de él-, salada sin
exceso, con escasa pimienta, cocerá en la olla negra bien
tapada. Durante veinticinco minutos danzará en la ebulli-ción
constante, arrastrando en los remoli-nos y la espuma -como unos
tritones jugando alrededor de una Anfitrite ne-gra-, una veintena
de torreznos semigra-sos, semimagros, que estofan la cocción.
¡Ninguna especia más! ¡Y fuera la serville-ta cilindrada con
gusto y relente de cloro, último lecho de la trufa cocida!
Vuestras trufas han de llegar a la mesa en su caldo corto.
Servidlas sin demora: la trufa es aperitiva, digestiva.»
Pero cuando se disponga de unas trufas enteras, el consejo es que
se tomen en pieza, que así gozaremos de toda la su-culencia de
estas criadillas de tierra. Fran-cia tiene dos fórmulas para
cocinar las trufas que son incomparables. Una, majestuosa, es la
de las trufas al champán, (contra la opinión de Colette). La
otra, más humilde pero no menos acer-tada, es la de las
clásicas truffes sous la cendre del Périgord. Su elaboración
es bien sencilla: se sazona la trufa con sal, pi-mienta y otras
especies, se le añade un poco de buen coñac, luego se envuelve
cuidadosamente en papel de barba y, sin más, se coloca en el
rescoldo de leña, A esta fórmula original, diversos maestros de
cocina han aportado algunas modificaciones: los hermanos Rouzier,
de París, susti-tuyeron el papel de barba por un vol au vent con
un relleno de foie gras; Raymond Oli-ver, en cambio. envuelve la
trufa, reboza-da con foie gras, en lonjas de jamón en dul-ce, y
la recubre luego con una pasta de ho-jaldre untada con yema de
huevo batida.
--- La cocina china ---
INTORITO
SOBRE LA COMIDA CHINA
Desde tiempos ancestrales, la alimentación y la cocina han
constituido en China un tema de discusión y reflexión, para
escritores, filósofos y emperadores, Lao Tsé comparaba el arte
de gobernar el imperio chino con el arte de freír un pescadito,
si esto es así los oficiantes en las freidurías gaditanas
serian los mejores gobernantes.
La armonía en los preparados culinarios chinos, se obtiene
mediante los contrastes y la sutileza con que mezclan los cuatro
sabores fundamentales (agrio, salado, amargo y dulce), que es
insuperable. La preparación, la forma de cortar los
ingredientes, la colocación artística en el plato, el uso de
verdaderas tallas vegetales- (zanahoria, tomate, rábanos, etc.)
requieren bastante tiempo y profesionalidad.
Yo suelo definir, (mucha presunción por mi parte, lo leí en su
día), a la cocina china, como la cocina de la economía. En la
manipulación de los alimentos nada se desecha en la cocina
china, todo se utiliza.
Métodos
de cocción:
Los métodos de cocción, generalmente hablando, estuvieron
condicionados por la escasez de combustible, así que tuvieron
que condicionar los tiempos de cocción al buen uso, ecológico
diría, del combustible.
Los chinos preparan los alimentos o bien rápidamente y a fuego
muy vivo o bien lentamente a fuego muy suave, sin apenas
combustible . Los numerosos métodos tradicionales de la cocina
china en todo el mundo son variaciones de estos dos principios
básicos.
La comida fresca y tierna suele guisarse en unos minutos o
incluso segundos con el método del salteado que retiene su sabor
y jugos naturales.
Los ingredientes más duros, sobre todo algunos cortes de carne,
se hacen lentamente para extraer de ellos todo lo bueno y
volverlos tiernos, para que el tiempo de cocción no sea
excesivo, la carne y/o productos "duros" los cortan en
lonchas finas, con lo cual aumentan el contacto con el liquido de
cocción -se cuece mas rápidamente- y se impregnan más con los
sazonamientos que tengan.
El plato así guisado será rico en sabor, con un jugo o una
salsa tan sabrosos que el acompañamiento ideal será el arroz
blanco.
Si la carne tenia grasa o piel, la salsa se convertirá al
enfriar en una suculenta gelatina, también excelente para
acompañar con arroz blanco. Probablemente sea la comida, cocida
lentamente, con su abundancia de sabroso jugo, la que ha hecho a
los chinos tan aficionados al arroz cocido. Esta combinación de
carne y arroz, servida con verduras salteadas, constituye una
dieta saludable y excelente. Muchos de los ingredientes
económicos saben mejor si se cuecen muy lentamente, y muchos son
los platos chinos dentro de este repertorio. El toque final se da
a estos platos en la mesa, al mojarlos en salsas fuertes. La
carne se moja al momento de comerla para darle gracia. Este tipo
de cocción lenta recibe el nombre de ching yen «cocción
sencilla y clara», en chino. Es característica de los
musulmanes chinos y se extiende desde Manchuria en el extremo
oriental de la China, atravesando Mongolia hasta Singiang en el
oeste, pasando por buena parte del norte de China. Los platos de
cocción lenta que llenan bastante, son importantes para afrontar
el largo invierno.
La cocción al vapor ha tenido y tiene gran importancia, la
mayoría de las cocinas chinas no tienen, ni necesitan hornos. En
todas las casas chinas se cuece gran cantidad de arroz y con esta
cocción se origina mucho vapor, perder estar energía en un
país que era deficitario en combustible, solucionaron el
derroche y aprovecharon esta energía, usando sobre el wok unas
cestas redondas de bambú, (el fondo de estas cestas esta
compuesto de un emparrillado de tiras de bambú y los costados
son varias capas superpuestas de laminas de bambú hasta alcanzar
un grosor de 1 centímetro, con lo cual se tiene un buen
aislante, los cestillos encajan unos sobre otros y el ultimo
tiene una tapa, así mismo de bambú entrelazado, que deja pasar
muy poco vapor), el vapor generado en el wok al pasar por las
cestas cuece los alimentos, (deliciosos unos panes cocidos de
esta manera, por supuesto al ser la temperatura de cocción baja,
son blancos y sin corteza).
Los platos rápidos al vapor son a base de pescado, marisco y
carne tierna que no requieran mucha cocción. El vapor también
se utiliza para cocer la comida lentamente, durante horas, en una
olla tapada. La ventaja de este método es que los alimentos
cocidos al vapor lentamente nunca sobrepasan el punto de
ebullición, por lo que no existe necesidad de controlar la
temperatura. Los alimentos así cocidos nunca se resecan ni se
socarran.
Salteado en
el wok
El estilo de cocina china más popular y también el que más nos
atrae, es el salteado.
Es probable que se originara en China bajo la dinastía Han, en
la época de Cristo, cuando los chinos aprendieron a batir el
metal en hoja fina y fabricar recipientes como el wok.
Anteriormente, la cocina se hacia en calderos Ting, potes grandes
de metal o de barro, con tres patas. que se ponían al fuego. En
ellos se cocían juntos cereales, verduras y carne. El wok es una
sartén grande, de fondo abombado y asas de madera o
refractarias, (los modernos), ya que tengo uno genuino chino y
las asas son metálicas y la verdad que las asas no se calientan
ya que el wok hay que ponerlo en un foco de calor pequeño y al
ser de chapa fina, lo que se calienta es el área del fondo y
hacia los costados se va disipando la temperatura.
Para poder utilizar el wok sobre las placas de cocina, se le pone
un aro debajo, pero lo suyo es sobre una llama. En el wok se van
poniendo los alimentos en el centro y se apartan luego hacía los
bordes cuando están rehogados para mantenerlos calientes, pero
sin que sigan haciéndose. Si no tenéis un wok, se puede usar
una paella o una sartén grande sobre un quemador pequeño. Con
el wok se usa poca cantidad de aceite, comparado con nuestras
frituras, sólo el suficiente para que no se pegue la comida. Los
ingredientes de un plato salteado en el wok pueden hacerse en
tiempos muy distintos y con condimentos o aromatizantes variados,
por lo que el número de estos platos varia casi al infinito. Se
calcula que existen unas 40 ó 50 formas de salteados
tradicionales en China. El salteado consume muy poco tiempo de
cocción y escasa energía. Gracias a la rapidez de preparación,
se pueden hacer varios platos seguidos en el mismo wok o sartén,
ahorrando trabajo de lavado.
Otra razón de la aceptación del salteado es que se aprovechan
cantidades de alimentos que serian insuficientes para una ración
normal: se combinan sobras de comida con ingredientes frescos y
se rehoga todo para formar platos atractivos y sabrosos que
pueden servirse a invitados y familiares.
CÓMO SE
SIRVE LA COMIDA CHINA
Las comidas se desarrollan ateniéndose a un código preciso,
tanto en los banquetes, como en las comidas familiares. La comida
china tradicional no se desarrolla en el mismo orden que por
nuestros lares. El arroz se considera el plato fuerte de la
comida (excepto en el norte de China que comen panecillos cocidos
al vapor). Los platos salados son los acompañamientos del arroz
(al revés de la idea occidental de que la carne o el pescado son
el plato fuerte). El arroz esta puesto en la mesa en tazones
individuales desde el principio de la comida, las buenas maneras
dictan que se debe renovar al final del ágape, pero, por
educación, nadie lo toca (significaría que todavía se tiene
hambre).
No hay un orden establecido para los platos en las comidas
informales, pero que siguen teniendo su rito, se sacan a la mesa
todas las viandas al mismo tiempo, así se elige fácilmente, se
mezcla, no se desperdicia nada y se puede invitar a alguien que
llegue de improviso. En las comidas de fiesta, donde los platos
suelen ser de 12 a 24, las viandas las ponen en la mesa en
tantas, bien armonizadas en sabor, color, olor, temperatura e
incluso el sonido como ocurre con el potaje de gambas o brotes de
bambú guarnecidos con croûtes de arroz, cuyo crujido se puede
percibir nítidamente.
Cada comensal hace sus mezclas en el cuenco que tiene para este
fin. La sopa se suele alternar entre bocados sólidos, en un
menú de fiesta suelen servir de 3 a 4 sopas diferentes, que
maravilla una vez, esto ocurrió en Singapur, una sopa oficiada
dentro de un melón y servida en un recipiente que acomodaba el
melón con su ambarino caldo en su interior un lujo para la vista
y el paladar, creo que tengo la manera de oficiarla, pero sin el
ceremonial no será lo mismo.
La comida se coge con palillos. Los palillos fueron inventados
por la civilización china siglos antes de que los europeos
pensaran en los tenedores.
El cubierto sencillo consta de un tazón, un platito,unos
palillos, taza para el té verde y una cuchara de porcelana. El
de fiesta se incrementa con una taza para alcohol y un segundo
cuenco. Poner un cuchillo en una mesa china es una descortesía
por lo tanto todas las viandas vienen troceadas en bocaditos. Si
alguna vianda es preciso cogerla con la mano o contiene mucha
grasa, nos proveerán toallitas húmedas y muy calientes para
limpiarse los dedos y/o los
labios. Los sonidos producidos
al sorber sopa son habituales. En las comidas informales se come
deprisa y en silencio, la bebida habitual es el te verde-sin
leche ni azúcar ni limón-. Una cosa que siempre me ha
sorprendido y escandalizado a la vez, la costumbre que tienen, no
todos, pero bastante general, en las comidas festivas el beber
durante la comida alcohol fuerte, sobre todo coñac o whisky.
Los invitados en una mesa china, estarán colocados cara al sur y
tendrán al frente la entrada de la estancia, con lo cual
controlaran a todo aquel que entre en la estancia, (esto es una
costumbre ancestral ya que se asesinaba a bastante personal
durante los ágapes).
Antes las mujeres se sentaban a un lado de la mesa y hombres al
otro lado, esta costumbre esta en desuso actualmente entre gente
joven.
Si fue la patata el mejor
alimento que Perú, Chile, Nueva Granada y otras tierras andinas
añadieron al repertorio de la gastrono-mía tradicional Europa,
no cabe duda que la almendra de cacao fue la aportación más
importante que hizo a la mesa española y después a la del resto
de Europa, la región de Nueva España.
El árbol llamado cacao o quacahualt, se cultivaba amorosamente
en Méjico y Nicaragua siendo considerado por los indios co-mo un
verdadero tesoro, tanto que a los propietarios de extensas
plantaciones se les daba el apelativo de calachuní, equivalente
a príncipe. Las semillas de cacao constituían la moneda de los
primitivos mejicanos y todo su sistema monetario se basaba en
ellas, existiendo, como unidades principales, el countle,
constituido por 400 almendras, el xiquipil, formado por 20
countles u 8.000 semillas, y la carga, que representaba 3
xiquipiles o 28.000 almendras. Dice Fernández Oviedo: «De
manera que; en aquella provincia de Nicaragua, un conejo vale
diez almendras déstas, e por cuatro almendras dan ocho pomas o
nísperos de aquella excelente fructa que ellos llaman
munonzapot; y un esclavo vale ciento, más o menos, almendras
déstas, segund es la pieza o La voluntad de los contrayentes se
conciertan.» Pero lo mismo que sucede hoy día, el ingenio de
los desaprensivos se las apañaba para aumentar fraudulentamente
sus lucros. El mismo historiador citado, hablando del cacao,
añade: «Quiero, pues, decir que ninguna cosa hay entre aquella
gente donde esta moneda corre, que se deje de comprar o de vender
de aquella misma manera que entre los cristianos lo sue-len hacer
con buenos doblones o ducados de a dos. Y aun en aquellas
almendras hay sus fraudes para engañar unos a otros, e meter,
entre alguna cantidad dellas, las falsas e vanas. Y esto hácese
quitándoles aquella cortecica o cáscara que tienen aquellas
almendras, como las nuestras, e hinchándolas de tierra o de otra
cosa, e cierran aquel hoyejo, tan sotilmente, que no se conosce,
e para entender el engaño, el que las rescibe, cuando las
cuenta, pásalas una a una, e póneles el dedo index, sobre cada
una, e por bien que esté embutida la falsificada, se entiende en
el tacto, e no está tan igual como la buena».
El padre José de Acosta, al ocuparse del cacao, dice: «El cacao
es una fruta menor que almendras y más gruesa, y la cual,
tostada, no tiene mal sabor. Esta es tan preciada entre los
indios y aun entre los españoles, que es uno de los ricos y
gruesos tratos de La Nueva España porque como es fruta seca,
guárdese sin da-ñarse largo tiempo, y traen navíos cargados de
ella de La provincia de GuatimaLa, y este año pasado, un
corsario inglés quemó en el puerto de Guatulco de Nueva
España, más de cien mil cargas de cacao. Sirve también de
moneda, porque con cinco cacaos se compra una cosa, y con 30 otra
y con ciento otra, sin que ha-ya contradicción; y usan dar de
limosna estos cacaos a pobres que piden. El principal beneficio
de este cacao es un brebaje que hacen que llaman chocolate, que
es cosa loca lo que en aquella tierra le precian, y algunos que
no están hechos a él les hace asco; porque tienen una espuma
arriba y un borbollón como de heces, que cierto es menester
mucho crédito para pasar con ello.
Y en fin, es La bebida preciada y con que convidan a los señores
que vienen o pasan por su tierra, los indios y los españoles, y
más las españolas hechas a La tierra, se mueren por el negro
chocolate. Este sobredicho chocolate dicen que hacen en diversas
firmas y temples: caliente, y fresco y tempLado. Usan echarle
especias y mucho chili; también le hacen en pasta, y dicen que
es pectoral y para el estómago, y contra el catarro. Sea lo que
mandaren, que en efecto los que no se han criado en esta opinión
no le apetecen. El árbol donde se da esta fruta es mediano y
bien hecho, y tiene hermosa copa; es tan delicado, que para
guardarle del sol y que no le queme, ponen junto a él otro
árbol grande, que sólo sirve de hacelle sombra, y a este llaman
la madre del cacao. Hay beneficio de cacaotales, donde se crían
como viñas u olivares en España. Por el trato y mercancía, La
provincia que más abunda es La de Guatimala».
Se comprende que siendo la almendra de cacao la moneda en curso,
el chocolate estuviera considerado como un artículo de lujo que
por su elevado precio sólo estaba al alcance de los poderosos.
Así lo confirma Fernández de Oviedo, al decir: «Destas
almendras, los señores e principales hacen cierto brebaje, como
aquí se dirá, que ellos tienen en mucho, e no lo usan sino los
poderosos e los que lo pueden hacer, porque la gente común no
usa ni puede usar con su gula o paladar tal brebaje; porque no es
más que empobrecer adrece, e tragarse la moneda e echalla donde
se pierda. Pero los señores calachunis e varones principales
usanlo, porque lo pueden hacer, e les dan tributos destas tales
monedas o almendras, demás de las tener de su cosecha e
heredamientos». Al llegar los españoles el cultivo del cacao
estaba muy restringido y las cosechas eran muy escasas y estaban
en manos de unos cuantos privilegiados, pero al ser autorizado el
libre cultivo de los cacaotales la producción aumentó
considerablemente y el uso del chocolate se fue generalizando. El
chocolate que bebían los aborígenes americanos no se parecía
en nada al actual, ya que no entraba en su composición el
azúcar y muy rara vez la miel o determinadas especias, aunque
sí, con frecuencia el ají o pimiento americano, especialmente
cuando se generalizó el uso de esta bebida entre las clases
modestas que abarataban su precio añadiendo grandes cantidades
de harina de maíz y el citado picante para aromatizarlo. La
primitiva técnica de pre-paración del chocolate la reseña
Fernández de Oviedo en su Historia: «Tornando a la fructa del
coco o cacao o cacaguat, porque de todas tres maneras le nombran,
digo que cuando las cogen e están sazonadas las almendras dél,
es en hebrero adelante; e hasta en fin de abril se cogen aquellas
mazorcas o vainas en que se crían, e después que sacan las
almendras de allí, pónenlas al sol algunos ratos del dia, para
que se curen. Tuestan aquellas almendras como avellanas muy
tostadas, e después muélenlo; e como aquella gente es amiga de
beber sangre humana, pa-ra que este brebaje parezca sangre,
échanle un poco de bija, de forma que después se torna
colorado; e molido el cacao sin la bija, pa-resce de color pardo.
E después que está muy bien molido en una piedra de moler
pasado e remolido cuatro o cinco veces, echándole un poco de
agua al moler, fácese una pasta espe-sa, e aquella masa
guárdase fecha un bollo. E cuando lo quieren beber, ha de haber
pasado, después que se molió, cuatro o cinco horas) a lo menos,
para estar bueno, e mejor desde la mañana a la noche, e mejor
está para otro día; e así se tiene cinco o seis días más.
Para beberlo, echan, a la cantidad de 30 almendras molidas, un
cuartillo de agua, e deslíenlo en ella con la mano, trayéndolo
alrededor como puchecilla; e desfecho en aquella agua en una
higüera o taza, toman otra, o el vaso en que lo quieren beber, e
pónenle, vacío, en tierra, e teniendo en las manos la higüera
en que está desleído el cacao, echánlo a chorro desde dos
palmos de alto, o poca más o menos, en el vaso que estaba vacío
en que lo han de beber e levanta una espuma alta por cima, e así
lo beben».
También se consumía el cacao preparado de otras maneras, como
la que describe Fernández de Oviedo, que se utilizaba en el
golfo de Nicoya y en la isla de Chira, ambos en Costa Rica.
Después de tostada la almendra de cacao, se molía sobre una
pie-dra, agregando el agua necesaria para obte-ner una pasta que
se diluía en una olla con agua, mientras se agitaban
continuamente con una varilla, permaneciendo la vasija sobre los
rescoldos de una hoguera. Así se ha-cia cocer a fuego lento,
hasta que se espesa-ba lo necesario para obtener una pella de
pasta que se dejaba cocer durante otro rato y luego se enfriaba.
Esta operación se repetía cuantas veces fuera necesario para
obte-ner la cantidad de masa que se juzgaba precisa. En el
momento oportuno, se tomaban de esta pasta cinco o seis
cucharadas que se diluían en agua y se dejaban en reposo, has-ta
que sobrenadaba una capa de aceite, que tomado por las manos de
una india se iba distribuyendo entre los comensales. El aceite de
cacao en su aspecto natural tenía una coloración de amarillo de
oro, por re-gla general se teñía con bija o acicole, planta
tintórea que se adicionaba durante la molienda y que le
hacía tomar un color ro-jo brillante. Dice el cronista, que:
«Cuando los indios principales e los señores beben deste cacao
cocido, es poco a poco, de manera que ninguno da sino un trago o
dos, si es principal; e si más diese en presencia del señor
calachuni, sería habido por vicioso e mal comedi-do. El
calachuni o teite da tres o cuatro tragos, e pónese de aquel
graso por los labrios e toda la barba, e paresce que está untado
con azafrán desleído grueso, e reluce como manteca».
Colón, en el transcurso de su cuarto viaje, durante el año
1502, tuvo ocasión de conocer el cacao en el Yucatán y
escribió a sus soberanos diciendo que los indígenas lo
utilizaban como moneda, pero sin hacer constar que también lo
usaran como ali-mento. Cortés, en 1519, lo probó e hizo saber
al emperador Carlos que era usado por los indios y que tenía una
acción beneficio-sa contra la fatiga corporal. El oidor Palacio,
en una misiva al rey Felipe II, encomia las virtudes de esta
planta, dándose cuenta de la importancia que la almendra de
cacao podría tener para la alimentación en la metrópoli.
En el año 1520, los españoles efectuaron el primer envío de
cacao a España y no tardaron en instalarse fábricas para la
elabora-ción del chocolate con las almendras que se importaban
de las Indias. Estas factorías es-tudiaron muchas técnicas para
perfeccionar la preparación del cacao, tratando de corregir su
sabor amargo, para lo que le adicionaban diversas substancias
aromáticas, pero el éxito no llegó hasta que se utilizó el
azúcar que haciéndole más grato al paladar, contribuyó a
popularizar su consumo.
Durante mucho tiempo, las autoridades españolas mantuvieron un
sigilo absoluto sobre el descubrimiento, adoptando rigu-rosas
medidas para evitar las importaciones no autorizadas. El
chocolate se adoptó con entusiasmo en España pues venía
precedi-do de la fama que alcanzaba en el Nuevo Mundo y de la
gran afición que por él tenían las damas españolas afincadas
en América, que consumían diariamente gran número de jícaras
de esta bebida. Las peninsulares no tardaron en imitarlas y el
chocolate se popularizó durante el siglo XVII, en virtud del
apasionamiento que sen-tían por la bebida las damas y también
los frailes, que acaso fueron los primeros en introducir el
chocolate en Francia como rega-lo que hacían a sus hermanos de
allénde el Pirineo.
Estas circunstancias hicieron que un producto que era de uso
frecuente en España no penetrara en Francia hasta años más
tarde, en virtud de la boda de Luis XIII, con la infanta Ana de
Austria, hija de Felipe III, que puso de moda en la capital de
Francia el tomar chocolate. En Italia fue introducido en 1606 por
el florentino Francisco Carletti que conoció el cacao en sus
explo-raciones como tratante de esclavos. En In-glaterra
funcionó la primera fábrica de chocolate en el año 1657 y en
Alemania fue dado a conocer por los escritos del médico Cornelio
Bontekoé, en el año 1783.
Después de los capítulos
dedicados a la elaboración del croissant y la bollería
hojaldrada en general, recuerdo que amenacé con seguir con los
hojaldres, y ahora estoy pensando que tal vez también podríamos
hablar de panes y panificación cuando terminemos con el
hojaldre, bueno ya se verá.
En su día, cuando empezamos con el croissant, os comenté que
sería mejor conocer previamente el manejo del hojaldre básico,
a ello voy, pero como esta vez no me corre ninguna prisa, voy a
empezar por el principio de todo, la harina, que es la base de
todas las masas y a duras penas conocemos algo sobre ella.
Me he dado cuenta que hay gente que no sabe que existen harinas
de fuerza y harinas flojas, y mucho peor, que no saben cuando se
debe aplicar uno u otro tipo de harina, y así nos encontramos
con gente que te propone hacer el Plum-cake con harina de fuerza
por ejemplo o bollos con harina floja, bizcochos y magdalenas con
harina de fuerza..., pero lo más grave es cuando se trata de
gente que publica libros y no lo tiene demasiado claro. Por
caridad cristiana, como diría tía Lucy, me abstengo de citar
algún ejemplo, aunque los hay, y bastante escandalosos.
Antes de entrar en materia quiero hacer una serie de
puntualizaciones previas
He intentado recopilar todos los datos que poseo y procuraré
exponerlos de la forma más amena posible. Aunque algunos datos
son más técnicos y a lo mejor de no demasiado interés para la
mayoría, también los incluyo, pues estoy seguro que habrá
alguien con más información que yo o más reciente, sobre todo
en el campo de la legislación vigente sobre harinas y
derivados(Los datos que manejo son bastante antiguos, y no los he
podido confrontar, así que si alguien se anima, estaré
encantado de que me ponga al día o me informe de cómo puedo
hacerlo). Si algún apartado lo encontráis demasiado denso o
aburrido, no me importará que os lo saltéis (Total, no me voy a
enterar....;-)))
También en el apartado de composición y propiedades de la
harina tengo que avisaros que no soy bromatólogo ni químico. He
recogido los datos que he ido encontrando en mis libros y que me
han parecido más interesantes. Si alguno sabe más de este tema
y se anima a participar, estaré encantado y desde aquí le
invito a que lo haga. También quiero animar desde aquí, si hay
algún panadero que lea esto, que nos cuente sus experiencias al
respecto, puesto que las masas, sobre todo las fermentadas tienen
muchos misterios y curiosidades, es muy sorprendente como influye
el clima en el desarrollo de las masas, que haga o no haga
viento, la humedad, el tipo de fermentación que hacemos en
bloque o por piezas da o quita aromas...os garantizo que es un
mundo apasionante y más cuanto más te metes en el tema. Y
bueno, sin más preámbulos empezamos con el primer capítulo de
la serie
HARINAS: Entendemos por harina el polvo que obtenemos de la molienda de semillas de gramíneas cómo él maíz, el trigo y el arroz y también el polvo procedente de algunos tubérculos y legumbres.
COMPOSICIÓN: La harina de trigo contiene en su mayor parte almidón, un 70 %, entre un 9 y un 12% de proteínas, un 1,5 % de grasas, hasta un 15% de agua en el momento del envasado y distintos minerales como potasio y ácido fosfórico. Los porcentajes están regulados por ley
ALMIDÓN: Las células del álmidón de la harina están cubiertas por una fina capa de celulosa que se rompe al hincharse estas en contacto con el calor, esto es lo que provoca que las cremas pasteleras a base de harina por ejemplo si cuecen demasiado se pongan correosas. El almidón es el responsable de la consistencia gelatinosa de las masas.
PROTEÍNAS (GLUTEN) Y TASA DE HIDRATACIÓN: Entre las proteínas, las más importantes son las glutámicas, el gluten, cuyo porcentaje esta regulado por ley, y no puede ser inferior al 5%, y entre estas distinguimos dos: La glutenina, que aporta elasticidad a la masa, cuando estiramos tiende a recuperar la forma original, y la gliadina que le proporciona pegajosidad, y al mismo tiempo extensibilidad, la capacidad de extenderse sin fragmentarse. La mayor o menor proporción de proteínas en el porcentaje total de una harina es básicamente lo que distingue una harina de fuerza de una floja. A mayor cantidad de proteínas, la harina tendrá una mayor capacidad de absorber el agua. La harina de "fuerza" o "gran fuerza", tiene hasta un 15% aproximadamente de proteínas, y puede absorber hasta 750 g. de agua por kg.. Una harina floja, en cambio, contiene un porcentaje de proteínas alrededor del 9%, y puede absorber hasta 500g. de agua por kg. Esta capacidad de absorción de agua es lo que se conoce por "tasa de hidratación"
HARINAS DE FUERZA Y HARINAS
FLOJAS: Las harinas de fuerza o gran fuerza provienen de
granos de trigo duro, generalmente de especies exóticas o
especiales. También se les llama harinas de primavera porque es
la época de siembra de estos trigos, o también harina flor,
puesto que necesitan un tipo especial de molienda, en la que solo
se utiliza la parte central del grano (la flor) Las harinas
flojas, también se conocen como harinas de invierno o harinas
candeales, proceden de granos de trigo blanco cuya época de
siembra es el invierno.
¿Cómo distinguimos una harina de otra?
Puede ocurrir,(y de hecho
ocurre) que en un momento dado, no tenemos ninguna manera de
saber si la harina que vamos a utilizar es o no de fuerza. Para
averiguarlo es muy fácil, cogemos con la mano un puñado de
harina y comprimimos con fuerza. Si la harina es de fuerza, por
sus propias características de recia, veremos que se desmorona,
se cae enseguida, los granos no mantienen ninguna unidad. sin
embargo la harina floja se compactará y mantendrá unos
instantes la forma de la mano.
Bueno, os dejo por hoy. Espero no haber sido muy pesado. En los
próximos capítulos hablaremos de las aplicaciones de las
harinas, y también algunos datos técnicos, intentaré explicar
de una manera sencilla lo que es la tasa de extracción y los
criterios que se utilizan para evaluar la calidad de una harina,
y algunas cosas más, pero eso será otro día.
PROPIEDADES Y APLICACIONES DE
LOS DISTINTOS TIPOS DE HARINAS: Empezaremos siguiendo el
mismo orden. Ya hemos visto que las harinas de fuerza tienen un
mayor contenido en proteína y una mayor capacidad de absorción
de líquido y también como característica esencial, y de ahí
deriva el nombre muy bien puesto de fuerza una gran
tenacidad o resistencia al estirado Las harinas flojas por el
contrario tienen menos consistencia que las primeras, sin
embargo, tienen una mayor extensibilidad, es decir, que
admitirán una mayor longitud de estirado sin romperse. Si hemos
comprendido cuales son las diferencias entre ambas, a pesar de
que hay una serie de matices que dejo para próximos artículos
su explicación, nos será bastante fácil, a partir de aquí, y
éste es el propósito de mi artículo, entender porque usamos un
tipo de harina determinado para un tipo de trabajo determinado, y
porque a veces necesitamos hacer una mezcla de ambas harinas como
ocurre en el caso del hojaldre.
Para masas que deban fermentar y que tengan un elevado porcentaje
de azúcar y grasas (los huevos aportan también un componente
graso) usaremos fuerza. Por dos motivos.
Antes de proseguir, me gustaría
puntualizar, que no debemos confundir una masa gasificada por
fermentación (brioche, bollería...) con una masa gasificada por
impulsor químico o por esponjado de huevos (Magdalenas, cake,
bizcocho) este segundo tipo de masas precisa harina
floja puesto que una de fuerza nos impediría un
correcto desarrollo y quedaría un producto correoso y con
demasiada consistencia. Esta es la causa principal de muchos
fracasos en cocina, esas magdalenas que te caen encima del pie y
te lo destrozan, esos cakes que quedan como una piedra y no
sabéis por qué...
Para la bollería hojaldrada ya vimos que también usábamos
fuerza. En este caso la necesidad deriva de que parte de la grasa
que utilizamos para laminar, se va incorporando y entremezclando
con la harina Una harina con poca fuerza acabaría por dejar la
masa sin nervio y no podríamos laminarla bien a partir del
segundo plegado, y tampoco desarrollaría bien con la
fermentación.
Usaremos harinas flojas para todas las masas que no deban tener
correa o elasticidad. Un bizcocho, ya lo hemos explicado antes,
no debe quedar correoso ni encoger, una pasta de te no debe
encogernos al hornear, tampoco debe encoger un fondo para tarta o
tartaleta, a pesar de que la harina por floja que sea siempre
tiene algo de elasticidad que a veces produce estos
encogimientos, esto lo podemos solucionar dando reposo a las
masas. Por eso se recomienda dejar reposar en frigorífico los
fondos de las tartas antes de hornearlos. Dejo pendiente para el
próximo artículo un resumen de los principales tipos de masa
con el correspondiente tipo de harina que se debe aplicar para
cada uno, y nos queda también pendiente la parte más técnica.
Por hoy creo que queda explicada la parte más importante y más
práctica del tema a falta del resumen y conclusiones. Espero que
podáis sacarle alguna utilidad a mis explicaciones, y también
invito de nuevo a todo el mundo, y no solo a los profesionales, a
que si tenéis alguna experiencia interesante os animéis a
contarla y la comentemos aquí.
Principales tipos de masas en relación con el tipo de harina a
utilizar.
A Con harina floja:
Saliendo un poco del tema, y entrando en el capítulo de "Trucos de cocina" creo que es interesante advertir que para las masas dulces de ésta familia obtendremos mejores resultados si utilizamos azúcar lustre(Azúcar glass) El azúcar en grano a veces provoca que la masa sea más frágil y se rompa. Y también si no está bien mezclado, el azúcar al derretirse hace que la masa rezume y quede más pegajosa, por lo cual al trabajarla tendremos que añadir más harina y no nos quedará tan fina. Estas 5 familias son las que utilizan (o deberían utilizar) únicamente harina floja(Harina normal o de repostería). Hay algunas masas más que también la usan.Si sois avispados os habréis dado cuenta también que todas éstas tienen algo en común, y es que ninguna de ellas fermenta ni lleva levadura orgánica..
--- ¿Que es la
salsa de soja? ---
.Es una salsa preparada a partir
de la fermentacion de la soja, leguminosa originaria de China. Se
elabora cociendo al vapor los granos de soja que se mezclan con
la misma cantidad de granos de trigo tostados y molidos.Se añade
moho y esta mezcla se mantiene en un tanque removiendo
constantemente.Tras tres dias, se añade agua salada y se deja
fermentar durante seis meses.Se filtra y embotella finalmente
este producto de color y sabor inimitable tan utilizado en estas
cocinas asiaticas.Para la japonesa, por ejemplo,es un condimento
imprescindible,como lo es la sal y la pimienta para la
cocina occidental.
![]()
Copyright © 1998-2001 Café Galavis. All Rights Reserved.