EL CHILE (La verdura, que no el país)
Breve historia del chile en la historia
INTRODUCCION
La historia del
chile está indisolublemente ligada a la historia de América y
comenzó con una desesperanza: las enormes expectativas del
propio Colón y de sus patrocinadores se vieron, en alguna
medida, frustradas ya que el nuevo continente no resultó rico en
especias; sino en vainilla y el chile, al que el propio
Almirante, que iba en busca de la pimienta, bautizó con el
nombre de pimiento. Las tierras que luego se llamarían América
no producían aquellas sustancias que a los europeos se les
habían vuelto indispensables. Con todo, el chile, a diferencia
de otras plantas comestibles provenientes de América,
como el jitomate o la papa, por citar sólo a dos de las más
populares, que tardaron décadas en ser aceptadas por los
europeos, conoció una rápida difusión mundial luego de su
llegada a España. Las plantas de capsicum americanas se
conocieron en la península ibérica al retorno del primer viaje
de Colón, en 1493.
La nueva especia se aclimató con rapidez y pronto se difundió
por toda Europa y el Oriente. A través de dos rutas principales
de diseminación, el chile llegó a los otros continentes. Una,
por el Pacífico, desde Acapulco, vía la llamada Nao de China o
Galeón de Filipinas, hasta el sudeste asiático y luego al
interior de la inmensa China; y otra por el Atlántico: de
América a España y de ahí al resto de Europa. Pero fueron
sobre todo los turcos quienes contribuyeron a la expansión de la
planta del chile. Si habían cerrado los caminos hacia el oriente
europeo, se abrieron en cambio las rutas orientales y
occidentales de Europa y Asia al chile americano. Como en el caso
del guajolote, o pavo, llamado en inglés turkey, o del maíz, al
que durante mucho tiempo se conoció en Europa como "trigo
de Turquía", el chile, llamado igualmente "pimienta
turca", fue difundido en las vastos territorios del Viejo
Mundo por estos aguerridos otomanos luego de un largo periplo.
Se sabe que a mediados del siglo XVI se cultivaban plantas de
chile en Italia, Alemania e Inglaterra y que en Moravia había
chilares (sembradíos de chile) a finales de esa centuria. La
cuenca del Mediterráneo, en sus vertientes europea, africana y
asiática, fue también tierra fértil para la irradiación del
chile. Los marineros griegos que recorrían el Mare Nostrum
pronto entraron en contacto con la nueva especia, a la que dieron
el nombre de peper o pipeti, siempre relacionándola con la
pimienta, y la esparcieron hacia todos los puntos que tocaban.
Durante los siguientes doscientos años el pimiento, pepper,
pipeti, paprika, peperone o piment revolucionaría profundamente
la gastronomía de los pueblos mediterráneos. Las cocinas del
sur de Italia y Francia, Grecia, Yugoslavia, Marruecos, Túnez,
Argelia y otras regiones han incorporado de manera definitiva a
muchas de sus preparaciones culinarias el uso del chile, si bien,
fundamentalmente, en su variante dulce o pimentón. Del mismo
modo, el capsicum americano transformó las cocinas de China, la
India e Indonesia. Aunque no existen datos específicos de la
introducción del chile en China sino hasta el siglo pasado,
cuando se incorpora definitivamente a las cocinas de Hunán y
Szechuán, se cree que al igual que otros productos del Nuevo
Mundo, como el maíz, el camote y el cacahuate, el chile llegó a
esas regiones siguiendo la ruta de las Filipinas. Es probable,
por otro lado, que los marinos y comerciantes al servicio de la
corona de Portugal, introdujeran el chile en la India durante su
primer viaje, en 1498. En lo que se refiere al periplo
africano del chile, los mismos portugueses, que habían
descubierto el Cabo de Buena Esperanza en 1486, lo llevaron a
Mozambique y Angola, puertos importantes en la ruta del comercio
de las especias, desde donde se extendió, por intermediación
principalmente de algunos mercaderes de esclavos árabes, a
grandes comarcas del continente negro.
El chile se dio tan bien en estas nuevas tierras y el gusto de su
fruto se aclimató tan bien a los paladares autóctonos, que
pronto se olvidó el origen americano de la planta. A tal grado,
que en muchos sitios de Africa y de la India se creía que el
chile era originario de esas regiones.
El chile regresó al continente americano, del que nunca se
había alejado, en el siglo XVII, cuando los primeros
colonizadores ingleses arribaron a las costas de la Nueva
Inglaterra con grandes baúles conteniendo plantas y frutos,
entre los que venían algunos chiles. Con el tiempo la especia
viajera, dulcificada, se adaptó también a las tierras
americanas del Norte, y ha llegado a formar parte de la cultura
culinaria de algunas regiones estadounidenses, donde se llama
chili a una preparación generalmente poco picante, como el
"chili con carne" o el "Cincinatti chili",
inventado, como nos recuerda Fernando del Paso, por un refugiado
búlgaro nativo de Macedonia.Sin embargo el uso de chiles
picantes perdura en los platillos de la cocina criolla cajun,
implantada por los inmigrantes franceses en Louisiana, en los
siglos XVII y XVlll y que continúa siendo muy popular, o en
algunas especialidades culinarias de Texas, California y Nuevo
México, sitios donde, además, la cocina de origen mexicano,
devota del chile, conoce una rápida expansión.
Es cierto que las cocinas europeas, sobre todo las del Norte, no
han terminado de aceptar la presencia del capsicum entre los
ingredientes de su preferencia y continúan considerándolo con
recelo. Pero fuera de ellas, el chile enriquece las cocinas de
una parte muy considerable del mundo. En ambas Américas, del
Norte y del Sur, en el Caribe, en Asia, en Africa, los distintos
pueblos y culturas consumen diferentes especies de chiles con una
asiduidad y un gusto que nada tienen que envidiarle a los
mexicanos. No es privilegio pues ni prerrogativa ni monopolio de
México (contra lo que muchos pudieran creer) la afición del
chile, aunque sí es la más antigua.
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