LUBINA
PREPARACIÓN:
Picar fina una cebolla rehogarla en mantequilla seguidamente
poner los lomos de lubina sobre la cebolla y rehogarla por los
dos lados. Regar con una copa de martini seco añadir el
estragón y un vaso grande de nata fresca. Dejar cocinar durante
unos minutos y que se espese la salsa por reducción añadir una
yema de huevo batida al final para espesar y cambiar el color y
textura
INGREDIENTES
PREPARACIÓN
Limpia bien el pescado y ponlo en una bandeja de horno bien
engrasada. Con cuidado pondremos el hinojo en el interior de la
lubina. Echa el vino blanco y el aceite de oliva y unta bien el
pescado, poon también en su piel granos de hinojo. Pon en horno
caliente durante 30 minutos.
INGREDIENTES
Para 6 personas
PREPARACIÓN:
Hacemos en la sartén una crema con mantequilla, cebolla
picadísima, y un poco de harina (que echaremos cuando la
mantequilla esté ya líquida -removiendo mucho con una espátula
de madera-), perejil muy picado y dos yemas de huevo duro,
rallado con cuchillo además de su correspondiente sal. Hacerlo
con poco fuego y conseguida la crema reservar.
Bien limpia y sazonada la lubina, la abrimos por la tripa hasta
abajo, rellenando el interior con la crema obrenida
anteriormente. La colocamos luego en una fuente de horno, sobre
patatas cortadas en rodajas, que regamos con limón y un poquito
de aceite, untando exteriormente con mantequilla. La llevamos al
horno y cuando el asado vaya adelantado, lo regamos con el vino
blanco. Al terminar, extraemos todo el líquido que está en la
fuente pasándolo a un cazo al que agregaremos un par de cacillos
de caldo, el jugo de un limón y un vaso de vino blanco.
Pondremos el cazo a fuego fuerte; reduciremos 1/3 y
distribuiremos el contenido sobre la lubina, que habremos
colocado sobre una fuente templada.
Espolvorearla con perejil y decararla con medias redajas de
limón y patatitas hervidas.
INGREDIENTES
PREPARACION:
Desescamad y eviscerad la lubina : lavadla (o que lo haga el
pescadero, que para eso le pagáis). En una fuente de Pyrex
colocad, por capas :
1) Las patatas, peladas, lavadas y cortadas en rajas de unos 5
m/m de grosor
2) La (s) cebolla (s) igualmente tratadas
3) El bulbo del hinojo, (previamente lavado) y asimismo
"rajado".
Salad. Verted el zumo de uno de los limones. Cubrid con las hojas
de perejil picaditas y esparcid eneldo sobre el conjunto.
En el horno, precalentado a eso de 150 grados C, mantened cosa de
una horita.
Mientras tanto, con el resto del bulbo del hinojo haremos un
picado fino. Con los tallos que de él emergen haremos un picado
transversal. Cogeremos la lubina y, salándola previamente por
dentro y por fuera, la rellenaremos del picado fino y del picado
transversal de hinojo. Añadiremos eneldo del botecito. Puestos a
añadir, lo haremos con dos o tres rajitas del limoncito que nos
quedaba. Y, si somos inmensamente ricos (Don Guillermo lo es)
adquiriremos por 150 pesetas/unidad un convoluto de laurel,
salvia, hinojo y romero (que fabrica "Plamesur" en
Puerto Lumbreras (Murcia) y que expende Frutas Sánchez en la
calle Ayala de Madrid, que provee, además de a Don Guillermo, a
la Real Casa) el cual introduciremos en las enjundias del
pececillo. (Si uno no es inmensamente rico, basta con envidiar
-odiándoles, incluso- a Don Guillermo o al Rey, y no poner el
convoluto).
En uno u otro casos es llegado el momento de subir la temperatura
del horno hasta 200 grados Celsius, depositar el cadáver
-debidamente aromatizado- del noble animal sobre el indicado
lecho, y esperar cosa de 20 minutos (aquí la vista es la que
trabaja -cosa que el aviador Joaquín García Morato ya señalara
hace cosa de 60 años) Y ya está.
Don Guillermo fué felicitado por la diosa por la calidad
culinaria de su preparado (quizá como consecuencia de la euforia
que
en ella produjo la ingesta de una botellita de Marqués de
Cáceres blanco, "Reserva Limousin", de D.O. Rueda, que
el astuto dómine guarda para las ocasiones. La diosa partióse
nuevamente para el Olimpo -no sin antes obsequiarle con una
cálida mirada y un fugaz beso- dejando a Don Guillermo más
perplejo aún -si cabe- sobre los peregrinos comportamientos de
los humanos y los (casi) tan peregrinos de los dioses.
(He sabido que Don Guillermo está tentado de devolver al
Ministerio de Educación y Ciencia su título de Bachiller
Superior,
dada la santa indignación que su posesión ha causado entre los
fundamentalistas islámicos y en evitación de conflictos con los
sufíes, recibiendo -como compensación- el certificado de
"orador cheli más querido por el CDC". Al fin y a la
postre, sus conocimientos fueron adquiridos durante la
Oprobiosa....)
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