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CAPITULO IV

La mecanicidad significa depender de circunstancias externas. Actualmente el hombre puede compararse a una casa llena de sirvientes pero sin amo. Hay que poner a los sirvientes en su lugar porque el cocinero trabaja en el establo. Tenemos un rol que funciona en la casa, otro rol para el trabajo, otro cuando estamos con los amigos, etc. Esta actuación es inconsciente. Se le puede llamar a estos roles "amortiguadores" porque nos previenen de no conocer la diferencia entre un rol (o máscara) y otro. El mantenimiento de estas máscaras consume mucha energía y casi todas se usan para lograr aceptación de los demás, lo que no deja tiempo para conocernos a nosotros mismos, para ser auténticos (20).
Se necesita mucha mas energía para detener la imaginación sin propósito. El hombre es un prisionero de su propia imaginación. Para escapar de esa prisión necesita estar en compañía de otros que también quieran escapar, para aprender de los demás y que le ayuden a despertar. Las ilusiones nos hacen mas esclavos. Recordemos que Bahá'ulláh las llama "vanas imaginaciones y fantasías". La elevación de la conciencia destruye los amortiguadores y las vanas imaginaciones. Otra función sin utilidad es hablar mucho y a veces no lo notamos, precisamente porque cuando lo hacemos estamos dormidos, no nos damos cuenta. Por eso conciencia es sinónimo de "darse cuenta".
Según Ouspensky, se pueden clasificar a los seres humanos así: Los de clase 1 actúan en base a placer o disguste físico; los de la No. 2 en la base a disgusto o gusto emocional; los de la clase 3 actúan de acuerdo a una teoría, etc. La tendencia de los seres 1, 2 y 3 es mostrar inmediatamente todas sus emociones negativas. Hay que trabajar mucho para cambiarnos, y el conocimiento para hacer estos cambios viene de mentes superiores (20) (como las de los Mensajeros de Dios, cuyas palabras son transformadoras porque están imbuidas de poder). Solo los seres humanos que entran en la clasificación del 4 para arriba, tienen un nivel consciente mas elevado.
El "despertar" se menciona en los libros sagrados. Ya citamos anteriormente algunos pasajes de los escritos bahá'ís. En el Nuevo Testamento Jesús menciona muchas veces "velad para que no entréis en tentación" (21). Bahá'ulláh dice: "...ningún alma encuentra la liberación sino mediante la sumisión a Su voluntad (de Dios)... (44). "Ningún hombre podrá alcanzar las orillas del océano del verdadero entendimiento a menos que se haya desprendido de todo lo que hay en el cielo y en la tierra" (45) Esto a nuestro modo de entender incluye los conocimientos humanos. "Ha conocido a Dios aquel que se ha conocido a sí mismo" (46). "Una hora de reflexión es preferible a setenta años de adoración piadosa" (47). También lo mencionan otros autores de libros espirituales, que sin ser profetas, dan una luz a la humanidad. "La verdad es la misma, pero las combinaciones varían, de acuerdo con la conciencia" (48).
De acuerdo a Ouspensky, los seres humanos de las categorías 1, 2 y 3 no están interesados en la posibilidad de desarrollarse o adquirir conocimiento (espiritual) (No tiene nada que ver con el desarrollo intelectual o el nivel económico o social del individuo). La naturaleza le da posibilidades al hombre pero no desarrolla estas posibilidades. El primer choque de conciencia es recordarse a sí mismo en todo lo que se hace, el 2o. es transformar las emociones negativas en positivas. La voluntad solo puede crearse con esfuerzo.
La lucha interior debe ser con intención y voluntad. Los superesfuerzos son esfuerzos hechos conscientemente. Lo que estimula el trabajo en nosotros mismos es darse cuenta de nuestro estado actual (22). El trabajo empieza en el hogar, pero ya aclaramos anteriormente cuál es la situación de la mayoría de hogares actualmente. Hay que separar en nosotros lo consciente de lo inconsciente. Algunas escuelas llamadas "espirituales" empiezan en el camino equivocado y desarrollan cualidades imaginarias (23). Hay que tener mucho cuidado con esto, porque en este último caso, en vez de despertar nos dormimos mas.
Recomiendo leer "El Loco" de Gibran Khalil Gibran. Inicia el libro explicando porqué se volvió loco, o por lo menos porqué la gente lo consideraba "loco" a mi modo de entender pues una vez que se quitó las máscaras, todos lo miraban como a un loco, pero finaliza diciendo: "... Así fue como me volví loco. Y he hallado libertad y salvación en mi locura; la libertad de estar solo y a salvo de ser comprendido, porque aquellos que nos comprenden esclavizan algo nuestro" (49). Esta última expresión la entiendo en el sentido de que si nos alaban ocultando nuestros defectos, a lo que nosotros le llamamos "me comprenden" "me quieren", en realidad nos atan a la esclavitud porque no despertamos. Quizá por eso Jesús decía que amáramos a nuestros enemigos, que son los que si nos dicen cosas que nos despiertan, terminan siendo nuestros mejores amigos.
Se mencionó anteriormente una cita de Bahá'ulláh sobre la reflexión, lo cual puede evidenciarse en la vida de Jacobo Boheme, un zapatero de un pueblo de Alemania (Goerlitz), quien vivió al final de s.XVI e inicios del XVII y que dejó muchos escritos que él describió que le venían como iluminación a los 25 años, mientras reflexionaba haciendo sus zapatos. Esta experiencia se le repitió 10 años después cuando pudo comprender "el divino orden de la naturaleza y cómo del tronco de un árbol de la vida surgen muchas ramas sosteniendo muchas hojas, flores y frutos. El vió y conoció toda la esencia trabajando en lo bueno y lo malo (24). Bahá'ulláh dice: "Sois los frutos de un solo árbol", un concepto de unidad que se nos hace difícil de asimilar y entender y el cual será analizado en el capítulo siguiente.
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CAPITULO 5