La Vela Latina Canaria desde 1933 es considerada
como deporte, al margen de otras actividades desarrolladas en
nuestro Archipiélago Canario hasta los años 80. Las realizadas
por los barquitos de pesca que no tenían otro medio de propulsión
que los remos y la vela. En principio, la vela latina se concibió
como una herramienta de trabajo no exenta cuando las faenas lo
permitían de desafíos y regatas. Fue aproximadamente en el año
1906, cuando empezó la actividad deportiva de La Vela Latina en
Las Palmas de Gran Canaria.
A principio de los años 80, surgen en la isla
de Lanzarote las competiciones de los conocidos barquillos, aunque,
los desafíos y
regatas de los pescadores locales datan de mucho antes. Asimismo,
se recogen datos cronológicos de pegas, desafíos y regatas de
vela latina en las diferentes islas de nuestro archipiélago. El
origen de la vela latina por mucho que profundicemos no deja de
ser una herramienta de trabajo para las faenas de la mar, cuando
las circunstancias lo exigían para la navegación de las embarcaciones
y el desarrollo socio-económico de las civilizaciones antiguas.
Sin duda alguna, los elementos de navegación
cada vez son más sofisticados, y la vela latina ha estado siempre
entre los pescadores y navegantes de todos los lugares del mundo.
Igualmente, cabe destacar que la vela latina ha sido insustituible
hasta la aparición de los motores como medio de propulsión de
las embarcaciones.
Por lo tanto, la vela latina ha estado presente
siempre en Canarias en actividades como la pesca de altura, la
pesca costera y el cambulloneo, o comercio libre entre las embarcaciones
fondeadas en las proximidades del puerto.
Las competiciones deportivas de La Vela Latina
en Las Palmas de Gran Canaria, sin duda alguna, son las mas conocidas
de toda Canarias, alcanzando su mayor auge en cuanto a la afluencia
de aficionados en el año 1963. Un bote de vela latina es la réplica actual, de aquellas otras
embarcaciones destinadas al trabajo en faenas portuarias y de
pesca, que además celebraban regatas en fechas señaladas. Aunque
su presencia en nuestras aguas es bastante anterior, aparece que
la primera regata organizada se celebró el 24 de Julio de 1904,
con motivo de las fiestas patronales del barrio de San Cristóbal.
Los botes han tenido diversas etapas, destacando como fenómeno
de masas durante los años treinta y desde principios de los sesenta
hasta nuestros días, aunque sufrieron un largo paréntesis desde
la Guerra Civil hasta finales de los cincuenta. Aprovechando el
alisio veraniego, el calendario oficial se celebra de Abril a
Octubre, en un litoral de condiciones óptimas para celebrar regatas
con la presencia de numeroso público. El habitual punto de salida
se encuentra a la entrada de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria,
en el lugar conocido por "La Mar Fea"; el recorrido
sigue frente a puntos del litoral como La Laja, Cardoso, Castillo
San Cristóbal, Las Cañas, Muelle de Las Palmas y Cidelmar, hasta
concluir en aguas de nuestra bahía, al traspasar la línea imaginaria
entre la Falúa de Jurado y el Boyón de la Campana.
El deporte de La Vela Latina (vela de tres lados),
sigue creando afición y levantando pasiones con los botes de popa
de espejo en Gran Canaria, y en Lanzarote con los barquillos de
dos rodas. Este tradicional y duro deporte cuenta con incondicionales
aficionados, con esplendidos patrocinadores como los Organismos
Oficiales, La
Caja de Canarias y otras empresas que apoyan a los clubes
y una magnifica federación de Vela Latina.
Esta Federación de La Vela Latina Canaria esta
ubicada en el Muelle Deportivo
de Las Palmas de Gran Canaria y dispone de unas inmejorables instalaciones
para el conjunto de clubes y aficionados, gracias a Instituciones
como Cabildo Insular de Gran Canaria, Comunidad Autónoma,
Autoridad Portuaria, La Caja de Canarias e Instituto Insular de
Deportes.
Mediante aprobación por la Dirección
General de Deportes del Gobierno de Canarias, esta actividad es
regulada y organizada, con carácter exclusivo, por la Federación
de La Vela Latina Canaria de Botes. La Federación que sustituyó
al Club de Vela Latina Canaria, viene organizando un calendario
que incluye tres competiciones diferentes como son: El Campeonato,
El Torneo Eliminatorio y la Copa Isla de Gran Canaria.
El Campeonato, tal como se concibe desde 1962,
se disputa por el sistema de liga, en regatas por parejas y con
recorrido intermedio libre. El Campeonato es el bote que acumula
mayor puntuación final.
El Torneo Eliminatorio, el recorrido es libre
entre la línea de salida y la llegada, la disputa consiste en
ir consiguiendo puesto en sucesivas eliminatorias hasta la emocionante
final con solo tres embarcaciones, el primer torneo se celebró
el 1963.
La Copa Isla de Gran Canaria, cómputo general
de las regatas en concurso, en las que participan todos los botes
a la vez y han de superar cuatro balizas intermedias. En los concursos
se utiliza el sistema de puntuación olímpica, y se disputa desde
1982. Y los primeros clasificados de estas tres competiciones
disputan una Súper Copa, el Trofeo Federación.
Los jueces designados por la Federación son los
encargados de confirmar la celebración o el aplazamiento
de las regatas, dar la orden de salida y finalización de las mismas,
y cronometrar los tiempos invertidos por cada uno de los participantes.
Para esta labor utilizan relojes idénticos a los utilizados en
la Colombofilia, en los que la cinta impresa determina con exactitud
los registros de cada bote.
El casco de un bote de Vela Latina, como se indica
en las Reglas de la Clase, ha de ser totalmente construido en
madera, sin alejarse nunca de la línea de construcción tradicional,
de acuerdo al modelo que se exhibe en la Federación. Sus medidas
máximas serán: Eslora o longitud: 6,55 mts., Manga
o anchura interior: 2,37 mts., Puntal o altura media: 1,35 mts.
Ahora, con la ayuda de nuestro asesor técnico,
Víctor Regalado, y del famoso carpintero de ribera, maestro Eusebio
Díaz, conozcamos el proceso y los materiales empleados en la construcción
de un bote. Se comienza por lo que podemos llamar la columna vertebral, constituida
por la roda, en forma de “i” latina y como pieza más a proa, a
la que siguen la quilla, totalmente recta, el codaste y el espejo
en forma de copa sin base y que cierra la popa del bote. Sobre
la quilla se coloca el dormido, como la espina dorsal de la que
saldrán las costillas. La unión entre todas estas piezas se realiza
mediante pernos, que son tornillos pasantes grandes. Por su color
mas claro, identificamos la quilla, realizada en riga, mientras
se utiliza la samanguila para la roda, el dormido, el codaste
y el espejo. A continuación, se fija la cuaderna maestra que determina
la manga o anchura máxima de la embarcación, a modo de gran “V”,
para colocar seguidamente el resto de cuadernas, de forma similar,
aunque de ángulo más cerrado. Todas estas costillas se protegen
con una sobrecuaderna mas corta, llamada plan. El resultado es
un casco enteramente artesanal, y que necesita de otros complementos
para la navegación como herrajes, maniobras, lastre, orza, timón,
palo, palanca y vela.
De entre todos los elementos que componen el
bote destacamos la vela, que ha de guardar la forma latina de
triangulo, y no debe medir por la eslora más de la eslora del
bote, siendo el motor natural de la embarcación.
Para desplazarse a la zona de salida, los botes
optan por navegar de diferente forma. Pueden ir a palo seco, que
consiste en navegar con la vela aferrada a la palanca e impulsados
por la corriente, o remolcados por alguna falúa auxiliar. La tripulación
es un equipo con reparto individual de funciones y responsabilidades.
Si bien son fundamentales los puestos de patrón, escotero, murero
y al palo arriba, aunque, la labor de todos y cada uno es muy
importante de cara a la imprescindible coordinación.
Vela Latina
Canaria majestuosa
expresión
del arte en navegación,
de bravura solidaria
desigual lucha en el agua
de cada tripulación
contra el viento, mar y acción
de la embarcación contraria.
Descomunal diferencia entre arboladura y casco, con seis cincuenta de largo por más del doble de percha, palanca, dicho en su jerga, que llega al punto más alto de tan ingenioso barco que la tradición conserva.
Barquillos
cambulloneros
y de la pesca de altura
dieron más tarde figura
al actual bote nuestro,
único en el Universo
por su gran envergadura,
por ser más que una aventura
entre La Laja y el Puerto.
La salida es un momento de indescriptible emoción, una y otra embarcación disputan el barlovento; las velas se van ciñendo al mandato del patrón y en un puño el corazón de los hombres que van dentro.
Viene una
racha de viento,
el cuerpo atrás, en tensión,
obedeciendo la acción
del que ordena el movimiento
cada regata el encuentro
de una creciente afición,
¡Tripulante, con razón,
mereces un monumento....!
Fernando Roque
Y por ultimo, huelga nombrar la elite de deportistas
de la vela que se han formado en las aguas de Gran Canaria. Y
por supuesto, el colorido de la bahía de Las Palmas de Gran Canaria
lo ponen las regatas de La Vela Latina
Canaria con lo flota de botes siguientes :