Parecen verdaderos personajes. Actores esperando, q el lector pase la hoja y así poder interpretar el drama que se avecina. Si a primera vista transmite quietud, más tarde nos damos cuenta de que hay tensión. Los colores de fondo son demasiado cálidos, una terrible tormenta crepuscular. Forja tiene el ceño fruncido, seguramente agarra con fuerza en bastón a sus espaldas. Y Ororo se mantiene erguida, a pesar de estar de rodillas, y en sus manos entrelazadas se contiene la impaciencia. Si apartamos la vista y volvemos a mirar de reojo nos parecerá haber visto que jugaba con los pulgares nerviosamante.
La función está lista. Se levanta el telón.
Por supuesto, el innecesario reclamo de una Tormenta "desnuda" es referido respecto de sus poderes.