CARTA PRESENTADA POR EL EMBAJADOR HASEKURA TSUNENAGA Y EL PADRE LUIS SOTELO ANTE EL CABILDO DE SEVILLA. 27 DE OCTUBRE DE 1614.
 

            Por particular providençia de Dios, viniendo el padre Fray Luys Sotelo a nuestro reyno, oymos dél las cosas excelentes de su santa ley y juzgámosla por santa y buena siendo el verdadero y çierto camino de la saluaçión, por lo qual avemos deseado sujetarnos a ella y ser christiano. Pero ya que causas graues nos lo ynpidan hasta agora, pretendemos que todos nuestros vasallos, los altos y los bajos, lo sean, y para esto rogamos a este padre fray Luys Sotelo que lleuase en su conpañía un cauallero de nuestra casa, llamado Fajecure Rocuyemon, hasta llegar a la presençia del señor grande y poderoso rey de España y del gran señor de los christianos que llaman papa, y adorándolos significarles de nuestra parte den orden cómo se consiga y tenga efeto.

        Y sabiendo la grandesa y riquesa dessa noble república y tanbién ques patria del padre fray Luys Sotelo, de verdad e cobrado a vuestra señoría grande y particular amor, y la causa prinçipal que a ello me mueve es porque el primer onbre que nos enseñó en este reyno el camino de la verdad y la santa ley de Dios es rama brotada y salida dessa generosa rayz, y así es ynpusible que dando a Dios las graçias desto las dexemos de rendir a vuestra señoría, por lo qual a los dos sobredichos ordenamos apretadamente que por nos y por todo este reyno se las den muy grandes; vuestra señoría las reçiba.

        Y de la manera que avemos admitido esa gran república con última determinaçión a nuestro amor y amistad, desde agora para sienpre jamás, sin auer perpetuamente mudança en ella, así nos admita a la suya con perpetua estabilidad y nos enbíe por escrito el asiento y firmesa desto. Y en señal deste amor y amistad, enbiamos a vuestra señoría, conforme a nuestras costunbres, una espada y una daga que de propósito las señimos y llegamos a nuestra persona. Asimismo reçibiremos particular gusto de que vuestra señoría encamine a los dos dichos nuestros enbaxadores, para que lleguen en paz y prosperidad a la presençia y lugares que son dichos y los anpare con su fabor para que nuestra pretençión y deseo mejor se efetúe, poniendo las diligençias en ello que paresçieren más a propósito. Tanbién avemos sabido que en esa república se juntan muchos navíos de todo el mundo, y por esa causa asisten en ella muchos pilotos y otras personas muy diestras en la navegación. Vuestra señoría mande juntarlos y averiguar con ellos si es pusible navegarse derechamente desde el Japón a esa çiudad, por qué derrotas y en qué puntos e puertos se puede llegar, enbiándonos razón de todo, para que siendo pusible a nuestros naviós navegen esa carrera todos los años y nuestro deseo más bien se cunpla y nuestra amistad esté más firme y comunicable. Las demás cosas en particular las sabrá vuestra señoría del padre fray Luys Sotelo, a quien nos remitimos en todo. Si algo del gusto y seruiçio de vuestra señoría se ofreçiere en este reyno, avisándonos se acudirá a ello con puntualidad.

        De nuestra corte de Xenday, a los catorze de la luna nona, el désimo otauo año de la hera de Echo, que son a veinte e seys de octubre de mill e seysçientos y treze años. Deseo el amistad y graçia de vuestra señoría.

        La firma es: Ydate Masamune. El nombre de su dinidad es: Matecundayda Mutemutsunocami. Y el sobreescrito dize: entre las naciones del mundo, a la más conosçida y muy yllustre çiudad de Sevilla.
 
 


 






        La carta estaba escrita en tinta negra sobre papel japonés de unos 95x36 cm, verticalmente y de derecha a izquierda. Se dice en el acta del cabildo extraordinario de 27 de octubre, que la carta estaba escrita en papel dorado, cuando en realidad parece que se trataba de un moteado en oro y plata sobre un fondo de motivos vegetales.

        Presentaba el sello con tinta roja del señor Date Masamune, en el ángulo inferior izquierdo.

        Se depositó en el Archivo de la ciudad de Sevilla, junto a la katana y wakizashi pero veinte años después se denunció la desaparición de las armas y se perdió noticia de la carta.

        En 1859 el archivero José Velázquez y Sánchez encontró la carta dentro de un recipiente de lata medio enmohecido, dentro de un armario repleto de patrones de medidas, planos, etc. Después de dar cuenta del hallazgo del documento se decidió prepararle una presentación adecuada y a tal fin se restauró y enmarcó, encargándose a un calígrafo, Manuel Baldomero Romero, una copia de la traducción de la carta.

        A partir de los datos reunidos el citado archivero publicó en 1862 La embajada japonesa en 1614. Historia sevillana, siendo durante años el único trabajo dedicado a la embajada de Date Masamune y a este interesante acontecimiento histórico.