KANJI

- Palabras originarias de Japón --> wago
- Palabras originarias de China --> kango

- Lectura japonesa --> kun yomi
- Lectura china ------> on yomi. --> go on, procedente del sur de China; kan on, procedente del norte de China.
 

- Okurigana: hiragana que se añade al kanji que sirve de raiz
        - para formar desinencias
        - para clarificar lecturas ambiguas o anómalas.

- Kakusû: trazos de un kanji
- Kakijun, Hitsujun: orden de los trazos de un kanji

- Shôkei moji. kanji de tipo pictografico. Estilización de un objeto concreto. p.: luna
- Shiji moji: ideogramas simples y caracteres jeroglíficos. Ideas abstractas, acciones, situaciones, relaciones, posiciones, números.
- Kaii moji: ideogramas compuestos. p.e.: descansar, luminoso.
- Keisei moji: combinación de elementos que representan sonido y significado. Una parte fonética y otra ideográfica.
- Tenchû moji: caracteres derivativos, que aportan nuevas interpretaciones en sentido figurado. (orden, persona que da órdenes, administrador o gobernador).
- Kasha moji: préstamos fonéticos, representaciones fonéticas sin relación con el significado original.

    El mayor porcentaje es del tipo keisei moji, fonético-ideográfico.

- Bushu: radicales.

- Jukugo: lectura de varios kanji en un conjunto.

- Kokuji: kanji creados por los japoneses.

- Regla 1: normalmente no se mezclan onyomi y kunyomi, sino que todos los kanjis en un compuesto se leen de la misma forma.
- Regla 2: un kanji que forma un compuesto se lee en onyomi.
- Regla 3: si un compuesto tiene okuriganas se suele leer como kunyomi
- Regla 4: un kanji solo suele leerse como kunyomi
 
 

- Historia:

    Los kanji se originan en China en épocas remotas, en la región del Río Amarillo. Según estudios recientes podrían aparecer unos 6000-5000 años antes de nuestra Era.
    Parece que en un principio se usaron caracteres primitivos en relación con rituales adivinatorios, es decir, con una función litúrgica y quizá de conjuros u oraciones. Así aparecen dibujos o pictogramas en conchas de tortuga y huesos, representando objetos de forma explícita.
    Progresivamente fué incrementándose su complejidad y estilización, tomando características propias, si bien todavía se recordaba al objeto representado. Poco a poco se incorporan características de representación fonética.

    Hacia el siglo III a. de C. podemos decir que existen plenamente definidos como caracteres utilizables como elementos de escritura, aplicados a esferas distintas de la meramente religiosa y en un número muy alto que algunos investigadores cifran en 50.000.

    En Japón no existía ningún medio de representación de conceptos equiparable a un sistema de escritura. Las tradiciones, historias, rituales y ceremoniales, se transmitían oralmente, llegando a existir "hombres memoria" que cumplían en las comunidades más primitivas la tarea de perpetuar el caudal de conocimientos.

    En progresivas oleadas culturales procedentes del continente, entre los siglos III y VII se empiezan a difundir por chinos y coreanos, generalmente monjes e intelectuales que también introducen conceptos y prácticas budistas y sintoistas.

    Asimismo, por mandato imperial se desplazan a china prominentes pensadores japoneses que estudian budismo y aprenden a escribir con los caracteres chinos.

    Dependiendo de la zona de China donde vivían en esos periodos así aprendían pronunciaciones distintas asociadas a los kanji. De ahí que hablemos de go on y kan on al referirnos a las diversas lecturas chinas, on yomi.

    Aún en el siglo IX y después en el XIII, con la invasión mongola pulverizada por el kamikaze, hay contactos con China que aportan nuevos símbolos.

    No obstante, para entonces ya estaba en marcha la evolución independiente de los kanjis japoneses, separándose en lo conceptual, fonético y plástico de sus equivalentes chinos.


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