FIESTAS Y CELEBRACIONES TRADICIONALES: SETSUBUN
              Febrero  3 ó 4 dependiendo de los años.
 
 

        Al igual que en occidente, los orientales se han regido durante siglos por el calendario lunar, con ligeras variaciones regionales. Así mismo, como pescadores y campesinos, la luna ha tenido una notable influencia en el pueblo japonés.

        La llegada de los occidentales a mediados del siglo pasado, trajo como consecuencia la irrupción de numerosos usos extraños a sus costumbres tradicionales, como fue la adopción del Calendario Gregoriano, en 1873. No obstante siguieron haciendo los cálculos anuales en función de la Era o, lo que es lo mismo, del Emperador reinante en ese momento.

        De igual manera siguió vigente entre el pueblo el calendario lunar o nijushi sekki, unido a un cómputo solar. Según éste, el año se divide en veinticuatro periodos de quince o dieciséis días cada uno, según la posición del sol en la eclíptica. El día en que comienza cada estación, tiene un nombre alusivo a ésta, así como el día anterior a su finalización, que solía llamarse setsubun, aunque ahora se llama así al último día del invierno y anterior a risshun, primer día de la primavera. Por tanto, setsubun es también el último día del año.

        Al igual que se hace la limpieza ritual, O-sôji, y se acude al templo a finales de diciembre, es una buena época para exorcizar los demonios responsables de la mala suerte, las enfermedades, etc.

        En la puerta de algunas casas pueden verse colgadas una rama de acebo japonés junto con la cabeza de una sardina asada para, con las espinas de la planta y el olor a pescado, ahuyentar los malos espíritus.

        En muchas casas y en los templos, al anochecer de setsubun, se hace la ceremonia de mamemaki. La familia llena los masu, cajas de madera que se usaban como medida de grano y líquidos, con judías tostadas, mame, y las esparce dentro de la casa y lanza al exterior, abriendo las ventanas,  mientras se repite la fórmula: "Fuku wa uchi. Oni wa soto", "Que entre la fortuna. Que salgan los demonios". Con esto se atrae buena suerte, salud y éxito en los negocios.

        Luego cada uno ha de comer tantas judías como años tiene de edad, para mantenerse sano durante todo el año y alejar el peligro de enfermedad. Para los abuelos es especialmente delicado el asunto, porque tienen que comer muchas judías y para sus dientes es toda una prueba: ¡están durísimas!.

        En cualquier caso, es motivo de reunión para la familia y especialmente divertido para los niños, que muchas veces hacen también mamemaki en los colegios. Según regiones y costumbre, incluso se confeccionan máscaras y disfraces de demonios, haciendo pasacalles en los que éstos persiguen a los niños en medio de grandes risas de todos, recibiendo una lluvia de judías.

        En muchos templos y santuarios se selecciona a personas nacidas bajo el signo que corresponde a ese año, toshi-otoko,  para que se encarguen de lanzar las judías. La gente intenta cogerlas al vuelo porque trae buena suerte.

        Queda por hacerse una pregunta: ¿por qué se escogen judías para esta celebración?. Quizá por el hecho de que mame, judía, si se escribe con otros kanji que tienen la misma pronunciación, nos daría ojo de demonio.

Sobres con judias para la fiesta de setsubun


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