JAP edita                                                                                                          |   home
KIOSKO DE LIBROS   |   PUBLICACIONES   |   EN BUSCA DE EDITOR   |   POESIA   |   ELOY ALBERTO TEJERA   |   JAP   |   Contacto
JAP


 José Alejandro Peña elabora un lenguaje preciso, irónico, flexible a todos los modelados de la imaginación con una límpidez y vitalidad inagotables.

En este libro, Peña ha sabido construir un mundo idéndico al de los demás, pero invirtiendo la regla del juego, cuestiona, sugiere, impone de manera poética un pensamiento de arbitrariedad donde no hay derroches, asombra el dominio y cabal complemento de su habilidad para convertir el mínimo accidente en una maravilla.

Con su libro "Etcétera", José Alejandro Peña entra al mundo de los grandes poetas universales, influido, indudablemente, por E. E. Cummings, Pound, Artaud y Eliot.

Angelo Collieri


Indiana State University,
 revista literaria "FlatBrain" (CerebroPlano), Enero 2001



Primera Edición, 2001
Segunda Edición, 2001



José Alejandro Peña
POEMAS
=============



MAÑANA, EL PARAISO

I

¿Por qué de pronto un sueño entra en la vida?

Recuerdo aquellos días de furor de nieve
en los que siempre estaba ausente la consciencia.
Sucia de melancolía mi camisa
y húmeda de horror como las plantas.
En la ventana de mi desazón había una mosca
prensada con agujas de candor,
violencia que se unía al láudano y al gozo.
La vida estaba allí, junto al aljibe, volcada
como un fósforo al cristal.
Mi voz o el eco de una cosa transparente
buscó desesperada los imanes de una bella
oscilación solar.

Lejos, al otro lado de las sombras,
había un camino que nadie había empezado,
y ese camino era el mío.



II

El bosque en su bosquejo irreflexivo
penetró en las pupilas con su tersa armadura

y la lluvia, vestida de soldado,
         bajó por la escalera,
                malherida.

Pisadas que todavía no llegaban
          al extremo de su claridad
tornaron mi sonrisa
                    en avalancha.

¿Qué había detrás de los espejos
sino manchas oscuras
absorbiendo y llenando cada
                          sitio en el alma?

Ah, ...y había un puente allí
que sólo yo veía, sostenido
en los extremos de la nada.



III

¿Qué más puede otorgar la vida al hombre
sino un pequeño paraíso de metal
que haya de parecerle duradero, si acaso
dura el tiempo en las manos del hombre?
Si llueve, si se aparta de la tierra el paso firme,
si vuelve del origen a su origen
esta cosa volcada que es el hombre,
si cesa de morir, si dura un día de la eternidad
aquí, sobre este suelo amargo que se encoge,
¿no será que mi voz ha germinado?




EL ALUCINADO DE AMSTERDAM

I don’t know. I don’t care. And it doesn’t make any difference.
                                               Jack Kerouac

I

A veces baja el muelle hasta su grave amplitud
que llega al labio y lo eterniza de la voz si es
el silencio y de una voraz melancolía de vino
y de salitre.

Alucina el andar que se retrasa en las vitrinas
de una vieja ciudad:
Amsterdam
Paris
Santo Domingo
y las bolitas de nieve de mis calcetines
que tanto cielo han derribado.

II

Hombre ¿qué nueva irrealidad repones cuando pierdes
el sueño de otras noches? Yo no conozco ni anticipo
ni detengo: me basta con tener todo este asombro
y estas ruinas

III

Memoria que se niega a enderezar la flecha
de toda la alegría que nos falta
perturba tanta ruina y se adjetiva en vano
esto salvaje que viene a deshilarte la cabeza

IV

Huraño permanece en mi sombrero
el viejo sol que entierran las palomas
pedazo por pedazo hasta que ya no se ven
sino pequeñas manchas sobre el suelo rojizo
y humillado.


V

En mi país hay una flor que asusta de tan pálida
¡hosanna! ¡hosanna!




LUMBRE CORRIENTE


Duermo tan desastrosamente que hasta siento
el aire que vosotros disecáis para mi
con esmerado disimulo el horizonte cae de bruces
en medio de los alaridos desalados      
la luna se despedaza en los espejos del alba
en la hamaca incendiada que oscila en la
pendiente de los equilibrios
creados a imagen de la risa y del pánico
el arpa se contamina en el rincón de zarpar
la selva se reproduce como el asma
en el huevo de las gaviotas
la lamparilla es un símbolo precioso
que nos ayuda a ensartar olvidos inesperados
sueño que voy plantando las angustias
del prójimo en los patios de las casas
de mis amantes desconocidas
me despierta la sensación de la queja
me mutilan los nervios con verdes espumarajos
infinitos y arrojan en cubetas azucaradas
mis dientes y mis uñas como insignias
mis verdugos se deslizan por la calle Bombay
conteniendo el ahogo en sus cristales
como se guarda la esperanza del huevo que se exprime
o la sed de volver del horror de cada día
danzando con una flor de euforia entre los dientes.





EL POEMA NO SE ESCRIBE, SE VIVE

I

El poema que ahora escribo
entre bloques vacíos y perennes
es una pausa melodiosa y sombría
por la que se agranda y duplica
todo el cielo


II

el poema que trato de escribir mientras camino
mordido por el látigo de la desesperación invocada
no cabe en los cuatro cajones que lo exilian
en vano voy puliendo con navajas de cristal
cada pedazo roto de la noche...


III
el poema no se escribe
se vive
no se lee de modo igual cada vez
cada día
sin que se pierdan las palabras en el sitio de siempre
en lo inverso del tiempo en la memoria

IV

El poema que escribo sin palabras en mi mente
es una lenta percepción de símbolos de cosas
que no existen sino en la duración de su trayecto
más simple y más sublime.

Viví de prisa todo lo que pude
todo lo que pude v a s t a m e n t e
¡oh, perdonadme!

           (De Mañana, el Paraíso)


==========================
Copyright, 2001            
Todos los Derechos Reservados por el Autor.
Permitida la reproducción de los poemas incluidos con la respectiva
autorización nuestra o del autor.-
Para más información, contacte al Autor a
           [email protected]
KIOSKO DE LIBROS
PUBLICACIONES
EN BUSCA DE EDITOR
POESIA
ELOY ALBERTO TEJERA
JAP
Contacto