ENJO KOSAI
Un comportamiento social y sexual.
 

        En el Wall Street Journal Interactive Edition de hoy, 15/10/99, hay un artículo relativo a la prostitución de las escolares en Tokyo. Se refiere a las prácticas de las chicas por encima de doce años que para conseguir un dinero extra para comprar ropa de moda, complementos como bolsos de marca, hacer viajes o salir el fin de semana con el grupo de amigas, se valen de sus teléfonos móviles y a veces de organizaciones creadas en torno a este tema, para concertar citas con hombres y ejercer algo que roza la prostitución.

        Una de las formas para conseguirlo es relacionarse con un terekura, algo así como un club telefónico de conversaciones a dos. Las chicas llaman a un número gratuito que se anuncia en los alrededores de las escuelas, y hablan con hombres, que si pagan la llamada. Los propietarios de los teléfonos, que según todos los indicios tienen relación directa con la yakuza, la mafia japonesa, alegan que solamente "facilitan" las citas y que no ejercen proxenetismo ni alientan a la prostitución, ilegal desde 1958. Parece que el número de chicas afiliadas a estos clubs es muy alto.

        Otras chicas simplemente dejan su número de teléfono móvil o de buscapersonas o poke beru*, en las cabinas telefónicas o cualquier lugar donde puedan encontrarlos sus "amigos" potenciales, de la misma forma que uno encuentra por las mañanas cientos de pegatinas de servicios sexuales telefónicos o propaganda de sopurando, etc.

        Las estadísticas más optimistas dicen que entre un 8 y un 10 por ciento de las chicas entre 12 y 18-20 años han tenido al menos una cita con un sarariman por estos medios. Las más pesimistas hablan de un 25 por ciento. Es elemental hacer números y averiguar una cifra que nos deja perplejos.

        Las citas suelen incluir un paseo hasta un local de moda, preferentemente con karaoke, tomar unos refrescos, porque la edad para beber alcohol o fumar se fija en los 20 años, cenar y luego acudir a un rabu hoteru, un hotel del amor, que es el eufemismo usado para referirse a los hoteles que alquilan habitaciones por horas para encuentros, la mayoría de las veces, sexuales.

      Me han comentado cifras de entre veinte y cuarenta mil yenes por cada "encuentro", variando según diversos factores, y siempre con las consumiciones y cena aparte, pagadas también por el "amigo" ocasional.

        La finalidad perseguida por las chicas suele ser siempre la misma. Las chicas de su grupo de amigas llevan bolsos "Louis Vuiton", "Loewe", ropa de marca, etc. Y para estar a la altura de las circunstancias hay que conseguir ingresos adicionales, ya que los padres pueden no estar de acuerdo en financiar estos caprichos. Pero como estar "apeado" de un grupo es de las peores cosas que puede ocurrir en Japón, están dispuestas a hacer este "sacrificio", aunque casi ninguna lo ve como tal.

        No parece detectarse ningún sentimiento de culpabilidad o de estar realizando una actividad punible o, simple y llanamente, prostitución. Los argumentos para justificar su conducta traslucen la permisividad en el terreno sexual y el distanciamiento y falta de diálogo con la familia y la falta de confianza en uno mismo y problemas de personalidad que impregnan la sociedad japonesa.

        Esta práctica venía observándose desde hace años por la sociedad y las autoridades, con curiosidad al principio y franca preocupación después, aunque son reluctantes a admitir abiertamente que tal problema exista, como lo son en general a hora de airear y reconocer los trapos sucios propios, que no los ajenos 

        La polémica está abierta en la sociedad japonesa aunque parece suscitar más curiosidad en el extranjero. En cualquier caso sigue siendo frecuente ver a las chicas, con sus uniformes de colegio, seraafuku, en las zonas de discotecas y locales de diversión, los sábados y domingos por la noche, obviamente, fuera de horas de clase. Es un apreciado fetiche para los varones japoneses y parece que con ellos se consigue más fácilmente una invitación a una copa y... algo más.
 

        Arturo Escandón, periodista afincado en Osaka, dedica un artículo en su página sobre las medidas tomadas por las autoridades policiales Gaceta Nipona: Enjo.

        El Sr. Okada Masaki mantenía una extraordinaria página, Japan as it is..., que desapareció por motivos de trabajo, un traslado al extranjero, y que espero pueda continuar en el futuro. De ella, y en espera de poder contactar nuevamente con él, quiero reproducir dos artículos que escribió sobre este asunto y, en palabras suyas, fueron para su sorpresa los más visitados y polémicos de cuantos publicó.

Shojo, primera parte

    Shojo, segunda parte

También:

  Burusera

* del inglés "pocket bell"
 


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