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BIOGRAFÍA:
Novelista, poeta y autor dramático español, además de
cuentista, ensayista y periodista. Destacó en todos los géneros que cultivó y fue un
modernista de primera hora que satirizó amargamente la sociedad española de su época. Nació
en Villanueva de Arosa, Pontevedra, y estudió Derecho en Santiago de Compostela, pero
interrumpió sus estudios para viajar a México, donde trabajó de periodista en El Correo
Español y El Universal. A su regreso a Madrid llevó una vida literaria, adoptando una
imagen que parece encarnar algunos de sus personajes. Actor de sí mismo, profesó un
auténtico culto a la literatura, por la que sacrificó todo, llevando una vida bohemia
de la que corrieron muchas anécdotas. Perdió un brazo durante una pelea. En 1916 visitó
el frente francés de la I Guerra Mundial, y en 1922 volvió a viajar a México. Al
proclamarse la República, en 1931, desempeñó varios cargos oficiales, entre ellos
el de Director de la Escuela de Bellas Artes de Roma. Posteriormente regresó a
Santiago de Compostela, donde murió en enero de 1936.
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OBRAS:
Su primer libro fue Femeninas, de 1895, con el
relato 'La niña chole' de inspiración mexicana, al que siguieron obras de inspiración
gallega, donde destaca la estilización lírica del ambiente campesino y popular, como
Flor de santidad (1904), la poesía de Aromas de leyenda (1907), y al mismo tiempo
el arte erótico refinado, evocador y musical de las cuatro Sonatas, aparecidas
entre 1902 y 1905, y que constituyen la biografía galante del marqués de Bradomín, y suponen la
culminación del modernismo español. En 1907 se casó con la actriz Josefina Blanco, y publicó
la primera de sus llamadas comedias bárbaras, Aguila de blasón, a la que
siguió Romance de lobos (1908), obras de gran estilización dramática en un ambiente
violento de resonancias medievales. En Cara de plata (1922), tercer volumen de
esta trilogía teatral, vuelve a observarse el giro hacia las consideraciones de crítica
social, como también ocurre en sus tres novelas ambientadas en la guerra carlista,
Los cruzados de la causa (1908), El resplandor de la hoguera (1909) y Gerifaltes de
antaño (1909), que ofrecen una amplia visión de carácter histórico de la época.
En las obras dramáticas Cuento de abril (1910) y La marquesa Rosalinda (1913), retoma
el modernismo. Lo mismo que ocurre en Voces de gesta (1911). A partir de entonces,
la tragedia resulta escueta, desnuda, aunque en La lámpara maravillosa (1916),
todavía utilice un lenguaje hermético para exponer ideas originales acerca del misticismo
y la creación. Probablemente su segundo viaje a México le inspiró la escritura de Tirano
Banderas (1926), considerada su mejor novela, síntesis del mundo americano, de muchos
personajes y caudillos, que antecede a las llamadas novelas
de tiranos cultivadas, entre otros, por Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier
o García Márquez.
Su obra teatral Luces de bohemia (1920), estableció una estética de la
deformación, por medio de la que estiliza lo bajo, lo feo, con una especie de expresionismo
gestual y caricaturesco que él mismo llama -del héroe reflejado en el espejo cóncavo- y
que llamará esperpento y tiene antecedentes en Quevedo y Goya. Probablemente sea su obra
teatral más lograda. Los cuernos de don Friolera (1921), y Las galas del difunto (1926),
inciden en esta estética, mientras que en Divinas palabras (1920), la virtud de
la palabra sagrada se impone a las pasiones carnales en unos ambientes de pesadilla.
Valle-Inclán volvió a escribir novela histórica en El ruedo ibérico, una serie de
novelas que se basan en el reinado de Isabel II, donde aparece una amarga visión satírica
de la realidad española, y que consta de La corte de los milagros (1927), Viva mi dueño
(1928) y Baza de espadas, que apareció póstumamente.
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