Las bases y flotas rebeldes necesitan grandes cantidades de abastecimientos de todo tipo. Los cargamentos principales incluyen alimentos, combustibles, municiones y armamentos, recambios, maquinaria, medicinas y numerosas materias primas. Adicionalmente, los transportes rebeldes deben deslazar tropas, administradores, técnicos y a sus familias y, en caso de emergencia, evacuar bases.
Una extraña colección de naves convertidas y modificadas, grandes y pequeñas, conforman la flota de transporte de la Rebelión. Muchos transportes rebeldes empezaron como transespaciales; los ingenieros les eliminaron las suites de lujo y las instalaciones de recreo para dejar espacio a las bodegas de cargamento y el equipo de carga. La Alianza adquirió la mayoría de sus verdaderos transportes de uno en uno y de dos en dos, a medida que sus tripulaciones se unían a la Rebelión. Varias tripulaciones incluso desertaron de la Marina Imperial, trayendo consigo las naves de reabastecimiento de sus flotas. Algunos transportes fueron capturados en batalla: arrebatados de las manos de piratas o de convoyes imperiales.
La Rebelión controla muchos cargueros pequeños y por lo general los prefiere a las naves mayores porque pocos puertos rebeldes son lo suficientemente grandes como para manejar verdaderos transportes. Además, las naves más pequeñas son más fáciles de esconder. Las reparaciones y las modificaciones también son más fáciles y rápidas en las naves más viejas y pequeñas.
A pesar de la frecuente y crítica escasez de transportes, la Alianza rara vez construye naves de transporte. Los astilleros rebeldes construyen casi exclusivamente naves de combate porque son mucho más difíciles de obtener por otros medios. Sin embargo, muchas tripulaciones de transportes han modificado sustancialmente su nave, mejorando el alcance, la velocidad y la capacidad de carga.
Con pocas excepciones, los transportes rebeldes están completamente desarmados. Deben confiar únicamente en el sigilo y en la escolta de los cazas espaciales para protegerse. Sencillamente, la Alianza no puede permitirse el lujo de armar todas sus naves y, de esta manera, ningún arma se queda inactiva mientras los transportes cargan, descargan y esperan ocultos.
Sin embargo, muchos transportes rebeldes están equipados con contramedidas de sensores para ocultar sus posiciones a las sondas y sensores imperiales. La mayoría lleva sofisticados computadores de navegación mejorados y pantallas deflectoras, ya que frecuentemente viajan solos y a través de regiones no cartografiadas. Los transportes que no van equipados con sistemas defensivos y computadores de navegación mejorados, en la medida de lo posible, viajan con naves que sí cumplen estos requisitos.
Algunos transportes rebeldes son reconstruidos y equipados para misiones especiales. En algunas naves rápidas (normalmente cargueros ligeros) se han instalado equipos de precisión de navegación y vuelo, para dejar, reabastecer y recuperar comandos clandestinos y espías. Las patrullas y misiones de largo alcance de cazas pueden ir acompañadas de tanques. �stos reabastecen y rearman a los cazas en el espacio, incrementando de esta manera su radio de acción. Otros transportes han sido convertidos en naves hospital, o para llevar alienígenas que necesitan ambientes especiales o para utilizarlos como monitores de puntería.
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