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La única forma relativamente fiable de subir es el ascensor, así que Fresa lo usa ,esquivando los pedazos del evol. Dan escalofríos, parece que tienen vida propia y se están empezando a juntar de nuevo. |
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Llega hasta el último piso sin cruzarse con nadie. Respira aliviada.
Si uno de esos bichos la descubre la hará papilla en un momento.
Por fin se dispone a entrar, es fácil ¿no?. El pomo de la
puerta chirría cuando consigue girarlo con bastante dificultad.
Esta oxidado. Parece que el rey hace tiempo que no sube.
La habitación que corona la torre esta iluminada por unos focos infrarrojos de calor, a la chica se le secan los ojos y la garganta, el aire parece caldo. Daría cualquier cosa por estar en su ático, junto a Yver. Parece que no esta tan sola, porque oye un ruido sordo que proviene de detrás de una cortina, es semejante a una respiración muy pesada. Justo en la cara norte, que casualidad. Animo. Antes de marcharse cogió el arma de Yver. Así que empuñandola con las dos manos, la usa para levantar un poco la cortina. Bueno ya se puede morir tranquila porque lo ha visto todo. |
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Los cortinajes separan un tercio de la habitación del resto. Tras ellos, hay un espacio lleno de trozos de tela, cojines y tapices, sucios y amontonados en desorden. Parece un nido y eso es exactamente. Un evol enormemente obeso descansa encima de los trapos, no tiene alas y su exoesqueleto es algo diferente, de una textura mas blanda, tiene al menos seis extremidades ( que Fresa pueda ver) y todas pretender ser manos. Ha encontrado a la auténtica reina de Domo. De aquí salen los evols "ilegítimos", que no pasan el control de calidad de los laboratorios del regente. Con su verdadera naturaleza intacta. Guerreros que luchan incansables hasta destruir cualquier otra forma de vida que les haga la competencia en su medio ambiente. La meta es sobrevivir como especie dominante. Aquella ponedora, probablemente es un "error" del proyecto, que se desarrolló sin control. Da la impresión de que ella sola piensa por todos los demás. El abuelo de Yver ignora su existencia y por lo que se ve Vícaro también, o no la habría mandado allí sola (Fresa no esta muy segura de este punto). La gran madre se da cuenta de que cerca hay un extraño, dirige sus ojos muy parecidos a los humanos, pero con el fondo amarillento, hacia donde está la intrusa. Malo, la chica puede ver la pared con el símbolo solar a la espalda del evol, no podía estar en un sitio peor. La única forma es correr del tirón y rezar para que su alteza se mueva a cámara lenta. Fresa sale corriendo con toda su alma a través del campo de retales, el evol levanta sus brazos articulados como los de una araña y los hace caer violentamente por donde ella pasa. No tiene demasiada puntería, Fresa logra esquivarlos y dispara hacia donde está la masa corporal, sin dejar de correr. No sabe si ha acertado, pero por lo menos ha conseguido que el bicho se repliegue. Ya queda menos, la maldita torre tiene unos salones inmensos, en su época necesitarían un ejercito para limpiar aquello. Dando un traspiés, la chica cae a lo largo y la pistola sale despedida de su mano, perdiéndose entre la maraña del nido. Vaya marrón, esta vez la reina madre ha tenido mas cuidado, situando una de sus patas, o brazos, en su camino para hacerla tropezar. Antes de que pueda darse cuenta la atrapa por el tobillo arrastrándola a su lado. Aunque intenta agarrarse desesperadamente a cualquier cosa que se ponga en su camino, no hay nada sólido que impida a Fresa deslizarse. Aterrada se vuelve de cara a la reina, siempre podrá hacer algo por defenderse si la ve venir. Mejor que no se hubiera molestado, el gigantesco monstruo esta abriendo una especie de pequeño agujero de bordes dentados, lleno de bolitas blancas, situado en el centro de su abdomen. Fresa, bañada en sudor, pierde los papeles y empieza a patalear como una loca. Esta segura, la cosa aquella se la va a comer, y dejando aparte otras consideraciones, lo que vaya a hacer con su cuerpo para introducirlo por su "boquita" no presagia nada bueno, ni rápido. Sin embargo, no son esos los planes de la reina, lentamente el ser la sujeta por las muñecas y la mantiene colgando sobre su abdomen. No lo creía posible, pero Fresa se asusta aun más. Para demostrarle su hospitalidad, el evol le enseña una fila de enormes y afilados dientes, ...luego lo del abdomen no era la boca... Ayayay. Repentinamente la chica oye una voz profunda y cascada como la de una anciana, sin sonido real, parece que suena dentro de su cabeza. Miserable humana. Por su culpa esta herida de muerte, mientras se regenera su gestación se arruinará. Pero no importa, ya tiene quien resguarde sus valiosos huevos, sana, joven y lo bastante fuerte para sobrevivir hasta que eclosionen. La mujercita ayudara a su especie. El disparo de Fresa le ha dado, pero la monstruosa reina tiene muchos recursos. Clava sus pupilas en las de la chica, explicándole (tan satisfecha de si misma como Nexus) que en realidad se comunica mentalmente con sus soldados. Ellos son sus ojos, sus oídos y su brazo ejecutor. Así escuchó lo que Yver contaba al rey y ordenó que lo eliminaran, era un posible heredero muy difícil de manejar. Repentinamente la gigantesca criatura se estremece. Sus guerreros han fallado, merecen morir. Una de las bombas estallará, el maldito humano anciano e insignificante la ha activado hace un momento. Lo ha subestimado. Fresa siente como la sangre le sube a las mejillas. La descripción no deja lugar a dudas, es el carbón de Vícaro. La ha engañado usándola como señuelo para distraer a aquel bicho mientras actuaba, había mas de una bomba. Debió imaginarlo, él no deja nada al azar. ¿Crees que habéis vencido?. La reina vuelve a hablar de nuevo. Sus hijos sobrevivirán, a pesar de todo, el mismo hombrecillo ha puesto en sus manos el medio. Las pequeñas larvas se adaptan a cualquier matriz, incluso a la de una hembra humana. Están diseñadas así, para prosperar en cualquier entorno. Es más al mezclarlas, con su ADN, se provocará una pequeña mutación que las hará inmunes a la bomba genética. Manejándola como a una marioneta la reina libera los brazos de Fresa y la sujeta bocabajo por los tobillos. Debe estarse quieta, cualquier daño en la receptora dificulta la gestación. La chica se agita histérica. Aún no esta preparada para la maternidad y menos con un parto de mil crías de mutante psicópata. Su cara se acerca a la pequeña abertura carnosa por donde asoman las larvas, si la cosa va de agujeros prefiere no imaginarse por donde aquel monstruo va a tratar de meterle sus repugnantes embriones. Intenta pensar en algo para defenderse, pero no tiene nada a mano. Una sonrisa ilumina su cara. Excepto, una cosita. Lleva el brazalete de la noche que estuvo en la Cúpula, y si mal no recuerda... Dentro aún continua el trozo de aquella sustancia elástica, "Tamp", que le trajo tantas complicaciones. Le da un besito, ahora le va a ser muy útil, bendita manía de guardarlo todo. No puede fallar, esta a menos de medio metro de la tripa de su majestad. Muy bien. Calculando. Ahora o nunca. La chica lanza con toda sus ganas la pelota pegajosa que se introduce en su destino, taponando el conducto huevero de la gran reina. Desde luego, no va a ser fácil hacer canciones que cuenten su valiente hazaña. De inmediato, el evol nota que algo no va bien y además la sensación no es agradable. Suelta a Fresa que sale despedida con fuerza hacia la dichosa pared norte. En realidad choca con ella y se queda tendida en el suelo casi sin conocimiento. No se da cuenta demasiado bien, pero parece que un enorme globo cristalino esta surgiendo del enorme cuerpo del monstruoso ser. La criatura se retuerce enloquecida, casi da pena, emite unos alaridos espantosos y mira a la chica con los ojos inyectados en sangre, esta alargando sus patas hacia ella. Esta vez pretende cogerla con todas a la vez, pero llevándose una parte suelta en cada una. Fresa no puede moverse, se encuentra muy mal esta mareada y se siente débil, ha sido un buen intento, pero esta vez su querido Yver no aparecerá... No importa, hay mas héroes en el mundo. Acompañada por un ruido de pasitos apresurados, una figura pequeña pasa por delante de ella, trotando hacia el escondite de la segunda bomba. Vícaro le esta pidiendo la llave, deprisa, tiene que activar la última carga. La chica escupe y la llave cae, mezclada con su saliva, en la mano del hombrecillo. Buen escondite. Al instante desaparece de su vista sin preocuparse de que la agonizante reina, lentamente, se ha aproximado hasta ella. Sus dedos largos y punzantes se clavan en el cuerpo de Fresa, intentando deshacerlo en trocitos. La chica da un aullido de dolor. En ese momento los dispositivos de Vícaro entran en acción. Todo se llena de un polvillo verde que flota en el aire. Fresa esta libre, el evol la ha soltado y el doctor, que ha vuelto junto a ella, comprueba con preocupación como se encuentra. Ella no puede verlos, pero por todo Domo los evols caen fulminados. Al igual que en los otros dos planetas sometidos. El primer mecanismo que el anciano disparó activaba sendos artefactos en cada uno de ellos. Lo de la gran madre ponedora es algo mas complicado. Primero el hecho de perder el control de sus súbditos, que físicamente estaban conectados a su mente, la redujo a un estado casi vegetal. Pero eso no fue nada comparado con lo que vino detrás. La lucha que mantenía por expulsar las larvas a pesar del obstáculo que se lo impedía provocó un reventón general, empezando por el globo de Tamp y terminando con su propio cuerpo que se había ido hinchando al mismo tiempo. El doble estallido lo llenó todo de una sustancia orgánica viscosa, que gracias al efecto del antígeno en lugar de regenerarse, se deshizo hasta desaparecer (fundida con aquel elemento euforizante, habría sido una generación de evols muy peculiares). Fresa cerró los ojos, no le quedaban fuerzas. Lo último que pensó antes de perder el sentido fue en la frustrada inseminación. Por suerte, como protección, para evitar embarazos no deseados, la goma casi siempre funcionaba. Que graciosa que era. Suerte que nadie la oía.
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