REGALO DE CUMPLEAÑOS
CAP.8.- CON TODO EN CONTRA
 

Las tías acuden al rescate tal como Yver había previsto.

Fresa esta desmoralizada,  tiene el corazón hecho polvo, ojalá Yver supiera lo que siente, pero se ha largado. Nunca mas volverá a verlo. 

Fauva la convence, con mucho trabajo, de que hay que avisar a los vigilantes o podrían pensar que ha dejado escapar al sirviente, también las tres señoras parecen dudar de ella.

En unos minutos, llega una  patrulla de rastreadores. Desde luego no son muy amables, abusando de su incuestionable autoridad, interrogan a las cuatro mujeres sobre lo que ha pasado y registran el piso. Sin recibir ningún tipo de explicación, las tías son obligadas a marcharse, ahora ellos deciden. El vigilante del edificio les ha contado que la inquilina tenía una actitud demasiado generosa con su sirviente, sospecha que ha tenido algo que ver en el asunto de la fuga. Desgraciadamente para la chica, su versión de los hechos tiene mas peso que la de ella.

Fresa empieza a preocuparse por el giro que esta tomando el asunto. Tras el registro han encontrado las herramientas que Yver utilizó. Algunas no son propias de una escultora de luz, incluso hay un anulador de campo reajustado para aumentar su potencia (reajustado por el hábil sirviente), ...¿Quien ha hecho aquello?, ¿cómo permitió a un sirviente tener acceso a este tipo de objetos?. Los vigilantes parecen más amenazadores a cada minuto que pasa.

La chica lo recuerda, Yver lo robó en casa de sus tías, pero no quiere implicarlas y admite que es suyo. Cada vez más nerviosa, trata de explicar lo que ha pasado, mas o menos, omitiendo algunos detalles que la pueden comprometer. Es mala mintiendo. La historia no resulta muy convincente. 

El resultado de su defensa es desastroso, esta detenida. Parece algo habitual en estos casos, es una situación de aislamiento provisional mientras se aclara todo. Sin embargo la chica no se fía, el comportamiento de aquellos sujetos no es muy tranquilizador. 

Nunca ha estado tan angustiada, prisionera en  su propio hogar.

A los tres días de encierro aparecen Urraco y su hermano Ciskos,  lo que faltaba. El vigilante del edificio los acompaña en plan pelota (un jefe de patrulla, que importante), pero Ciskos le ordena que se retire, la prisionera esta bajo su custodia, no quiere interrupciones de ningún tipo. 

Fresa se pone en guardia, decididamente, aquella no es una visita de cortesía. Con la mayor desfachatez, los dos se comportan como  si fueran los dueños de la casa, ignorando el evidente desagrado de la chica. ¡Como lamentan la situación en la que se ha visto envuelta!... . Fingiendo un disgusto que no  siente en absoluto, Urraco se sienta junto a ella y cínicamente la consuela, mientras que, de paso, le da unas palmaditas en las piernas clavando los ojos en el comienzo de sus muslos. Puede solucionar las cosas  si ella quiere, ahora esta en sus manos. Sabe que tiene en el a su más rendido admirador.

Menudo hípocrita, Fresa no quiere escucharle, pasa de seguirle el juego a aquel tipejo e indignada abandona el salón, para encontrarse con que Ciskos esta revolviendo entre sus cosas. Sin pensárselo ha abierto el armario y contempla con interés la ropa interior de la chica, que después va arrojando al suelo despreocupadamente. Exasperada, Fresa cierra de sopetón la puerta del mueble, consiguiendo  aplastarle los dedos. ¿Que demonios cree que está haciendo?, ella es una ciudadana de clase alta..., no puede terminar la frase. El vigilante la llama por un nombre poco decoroso a la vez que le da una fuerte bofetada , haciéndola caer al suelo. 

¿Como se ha atrevido a pegarle?, ...¡a ella!.  Esto no le puede estar pasando, es una pesadilla, solo el dolor del labio partido la hace darse cuenta de la realidad. 

Las cosas se están poniendo muy feas, Urraco la mira despreocupadamente desde el salón. Sin perder su aire de languidez, la recrimina por tener demasiado carácter ,  la creía más inteligente. Por lo visto su "querida amiga" no ha comprendido aún como están las cosas y el hermanito tiene poca paciencia,  si se comporta de ese modo lo va a pasar muy mal. ¿ Está claro?

Fresa los  manda a la mierda.

Ciskos se enfurece aun más. Sin dejar de maldecir, la levanta del suelo sujetándola por la blusa y le da otro par de bofetadas, con mas fuerza. Fresa grita, esta vez nota el sabor de la sangre en su boca . Mientras tanto, Urraco ha entrado en la habitación e intenta detener al bestia de su hermano. No quiere que la maltrate demasiado, le ha prometido que podría quedársela y si continua golpeándola de esa forma no resultará tan deseable. Le explica que, de momento, pueden divertirse con ella sin necesidad de estropear su físico. Para demostrárselo, empieza por colocar a Fresa el collar que Yver dejó,  así tiene mas morbo. Será su nueva sirviente y después cuando se haya cansado de ella, Ciskos tendrá la oportunidad de partirle todos los huesos si quiere.

Relativamente convencido, el jefe de patrulla la arroja en brazos de su "admirador", que ríe con su vocecilla chillona. Después se dirige al invernadero y con su láser destroza todas las esculturas ante los ojos de Fresa que, sin dejar de oponer toda la resistencia que puede contra Urraco, llora con rabia mientras ve como desaparecen sus creaciones. 

Mientras tanto, las cosas no son fáciles para el mayor de los hermanos.  No es un hombre demasiado fuerte y sujeta a Fresa con dificultad, esta teniendo mas problemas de los que esperaba. Sus dedos se clavan en la chica, mientras  ella forcejea sin rendirse, como un animal salvaje. De pronto, cogiéndolo por sorpresa, lo golpea con un fuerte cabezazo en la frente. Urraco ve las estrellas y suelta a su presa, momento que Fresa aprovecha para  escaparse eufórica por su pequeño triunfo.

Desgraciadamente, harto de los patéticos jueguecitos de su hermano, Ciskos decide facilitarle las cosas.  Volviendo de nuevo al salón, se interpone en el camino de Fresa y la golpea en el estomago salvajemente. La chica se encoge aterrada intentando respirar, pero le falta el aire. Nunca ha sentido tanto dolor, parece que se ha tragado una piedra de una tonelada.

Sin ninguna dificultad, el hermano menor de Urraco la inmoviliza, sin que  Fresa deje de llorar  y patalear con rabia, tratando de defenderse.  Su antiguo agente artístico  se acerca a ellos, con la cara crispada de cólera. Empieza a salirle un chichón donde Fresa le ha dado el cabezazo y ahora ya no parece tan elegante, ni distinguido. 

Se acabaron las amabilidades, lanzándose sobre ella trata de besarla,  mientras le rompe la blusa con impaciencia .

Capullo, Fresa vuelve a atacar y otro cabezazo, más fuerte que el primero, lo hace retroceder tambaleante, chillando mientras se tapa la cara con las manos.

Su hermano estalla, tiene un sentido muy elevado del "honor" familiar y aquella estúpida niñata los está dejando en el más absoluto ridículo. Ahora va a saber como trata él a las chicas malas. Con una sonrisa diabólica, agarra violentamente a Fresa por el cuello y  levanta el puño.


Un disparo lo hace desplomarse  retorciéndose de dolor, la chica tose , mareada, intentando recuperar el aliento.

Yver esta en la puerta del cuarto sujetando a Urraco por el cuello, le apoya una pistola de  fusión en la frente, sobre el chichón (que empieza a parecer un cuerno). Fresa se queda mirándolo, como si hubiera visto una aparición. La pobre  no tiene muy buen aspecto, se le esta empezando a hinchar la cara, lleva el pelo enmarañado y la sangre del labio le mancha lo que queda de su camisa.
 

El muchacho mira a su prisionero fríamente y le dice adios, a la vez que activa la secuencia de disparo del arma. Entonces se detiene, la chica lo mira con espanto, mientras Urraco que se ha arrodillado, lloriquea suplicante pidiendo perdón.

Otro día será, el chico golpea al ex-agente de Fresa en la cabeza, de nuevo en donde recibió los cabezazos, pero esta vez es mucho mas efectivo (y duro). Soltando una especie de graznido, el tipo cae al suelo sin sentido. Se acabó la visita. 

Después de aquello,  Yver se ha convertido en el héroe del día. Infinitamente agradecida  Fresa se  le abraza con fuerza, no quiere soltarlo. Se olvida de todo, feliz por haberlo recuperado y le da las gracias mil veces, intentando dejar de llorar. 

Yver la tranquiliza con amabilidad. Mira a su princesa preocupado, tenía que haber sido más cuidadoso planificando su huida, sin querer la ha metido en un buen lío. Las cosas se están volviendo bastante peligrosas y como no va a consentir que nadie le haga daño, tendrá que marcharse con ella. No hay más remedio.

    _______________ . _______________ 

Salir del edificio no es difícil. Antes de rescatar a Fresa, el chico ha dejado al vigilante fuera de combate. Así que cogen prestado el aeromóvil del "leal" ciudadano (de momento no va a necesitarlo) y se dirigen al centro de la ciudad. 

Desde allí van andando hasta una terminal de transporte publico, es mejor para evitar que sigan su rastro. Se acabaron las comodidades, Fresa refunfuña, ...si las tías pudiesen verla en aquel sitio tan vulgar.

No se han detenido en abrir el collar y aún lo lleva puesto, pero la chica se ha cambiado de ropa antes de salir y se tapa la cabeza con un pañuelo, para no llamar la atención. De todas formas nadie se preocupa por ella, ...nadie se preocupa por nadie, para ser mas exactos. 

Durante el viaje Fresa mira con curiosidad todo lo que le rodea, un mundo diferente sucio y ruidoso. Siempre se había desplazado en su lujoso aeromóvil, y ahora en el vagón donde se encuentran la gente esta apiñada, hace mucho calor (el microclima ha desaparecido) y el olor le resulta insoportable. La chica va a protestar, no esta acostumbrada a tantas incomodidades, pero decide que no es una buena idea. Yver esta junto a ella, parece muy cansado mirando pensativo por la ventanilla, ha vuelto a pesar del riesgo que corría  y la ha rescatado de las garras de esos cerdos,  es mejor callarse.

El chico ha encontrado alojamiento. Una habitación que alquiló, usando un terminal de consumo, en una de las zonas mas sórdidas de la ciudad. Aquí solo viven las familias de los que han caído en desgracia y gente que escapa de los evols, futuros candidatos al servilismo, incapaces de adaptarse. 

Fresa no puede evitar una expresión de disgusto cuando llegan.

Yver se ríe cuando nota su decepción, la princesa quiere algo mejor, pero no alquilan palacios a los sirvientes fugados. Fresa, que ha perdido su altivez, parece muy desvalida, sentada tiritando en un rincón del cuartucho sobre una  sucia silla plegable. Todavía no se ha recuperado del mal rato que ha pasado.

Hay que hacer algo por ella. En primer lugar Yver le desabrocha el collar, esta desactivado, pero el cierre de seguridad sigue siendo complicado. Después, el chico prepara un sobre de caldo instantáneo y se lo ofrece lamentando no tener nada mejor, no esperaba invitados y es lo único que hay. Fresa se lo toma sin respirar, le parece lo mejor que ha probado en su vida y además el calorcito la entona un poco.

Antes de que le pregunte nada, Yver le cuenta que esa mañana se enteró de lo que  sucedía por casualidad, viendo un informativo de los que el gobierno emite constantemente. Ella es una artista bastante famosa, así que la noticia de su detención se difundió a todas horas por el canal oficial  de Domo, un honor. 

Como no estaba tranquilo  (muy preocupado, en realidad),  pensó en  dar una vuelta por el ático (corrió su busca, sin dudarlo un momento ), solo para comprobar si estaba bien (casi se muere cuando vio lo que esos tíos le estaban haciendo a su princesa). Después una cosa lo llevó a  otra (si no hubiera estado ella delante, los habría reventado a tiros) y decidió ayudarla.

Fresa lo mira con adoración , puede jurarlo,  la ha ayudado.

Cuando acaba de beber, Yver presta atención a su cara, por suerte no es nada grave (¡ja!). Tiene arreglo. Solo hay una silla así que Fresa se sienta sobre la pequeña cama mientras desinfecta sus heridas. Aún sigue intrigada por lo que Ciskos le contó en la fiesta y aprovechando la oportunidad, trata de averiguar algo más sobre su misterioso sirviente. Que pasó, quien era él y que había hecho en realidad. Siente mucha curiosidad, parece una ametralladora. 

Demasiadas preguntas.

No es asunto suyo. Yver contesta con sequedad, sin dejar de atender a lo que esta haciendo. Vaya corte, Fresa se muerde la lengua y mira hacia el suelo apurada. Lo siente mucho,  no quería molestarlo. 

Yver se disculpa,  no puede ser muy duro con ella. Parece tan confundida que da lástima, lo esta pasando fatal. El también vivía en un ambiente privilegiado, y su carácter era aun mas altivo.  Si quiere saberlo se lo contará, pero no le va a gustar. Paso por algo parecido cuando lo capturaron, en realidad fue mucho peor. 


 
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