Las historias de Ranma 1/2 no editadas en España.

El Shishihokodan (Golpe del rugido del león) de Ryoga

Capítulo inicial: Tomo 20, capítulo 1
Capítulo final: Tomo 20, capítulo 6

El Shishihokodan
The Shishihokodan

Ranma-h ha recibido una postal de Ryoga desde Hokkaido, citándole a un duelo tres días después. Tras diez días, Ranma-h sigue esperando, hasta que nota el suelo temblar. El suelo revienta y Ranma-h salta por los aires; al caer, ve una nube de polvo y aparece Ryoga, preguntándose dónde está. Ranma-h lo saluda plantándose en su cabeza.

Ryoga le dice que no confía mucho en la técnica que le va a mostrar, pero Ranma-h ataca sin mucha preocupación; cuando se acerca, Ryoga grita: "Shishihokodan" (Golpe del rugido del león), y una energía cegadora explota. Ranma-h se estrella contra el muro mientras Ryoga mira sus manos sorprendido, diciendo que no esperaba que le fuera tan bien. Y Ranma-h inicia un nuevo ataque.

Ryoga acaba llevando a cuestas a Ranma-h al dojo Tendo, donde Kasumi y Akane se sorprenden del lamentable estado de Ranma-h. Ryoga dice que quizás se ha excedido mostrándole su nueva técnica. Hablando con Genma y Soun, a estos no les suena la técnica, pero Ryoga confiesa que no la tiene perfeccionada; ambos hombres comentan lo modesto que resulta para ser joven. Ryoga sale por el pasillo en dirección al baño y comienza a saltar y reir al recordar que ha derrotado a Ranma-h.

Esa noche, Ranma-h y Akane conversan en el balcón; ella le pregunta si fue una derrota, y Ranma-h lo niega, mientras aún piensa en cómo es el movimiento. Ranma-h abandona el balcón aún pensando y va al gimnasio, donde Ryoga lee un pergamino. Al tratar de cotillearle, Ryoga le suelta un codazo. Ranma-h le pregunta por el origen del pergamino y Ryoga le cuenta la historia: tras perderse una vez más, se refugió en una cueva y quedó atrapado; el uso del punto de ruptura (bakusaitenketsu) sólo provocaba más derrumbe; un obrero local apareció entonces desde dentro de la cueva y le dijo que el punto de ruptura no era válido y que debía usar el Shishihokodan, dándole el pergamino para aprenderlo.

Tras escuchar la historia, Ranma-h le dice que en una semana tendrán un nuevo duelo, porque le dará tiempo a encontrar algo para contrarrestarlo. Pero Ryoga le advierte que aún no ha perfeccionado la potencia y que en una semana será mucho más duro de derrotar.

Preludio al fracaso
Prelude to failure

Ranma-h ya trata de practicar, pero sólo le sale una nubecilla que se disipa; se pregunta cómo Ryoga puede conseguir un aura tan poderosa. Le pregunta a Colonia, que estaba allí mirando, si se lo puede enseñar, pero la bisabuela dice que no cree que él tenga oportunidad y que se rinda. Ranma-h queda pensativo y se desespera al verse abocado a la derrota.

Ryoga pasea con un ramo de flores y piensa en su declaración a Akane, ahora que ya ha derrotado a Ranma-h, y se imagina abrazándola... y Akane le encuentra abrazado al poste de teléfonos, el cual se quiebra ante la fuerza nerviosa del muchacho. En un banco del parque, ambos hablan; Akane le dice que Ranma-h está muy raro desde el anterior encuentro; Ryoga le dice que en una semana tendrán otra pelea, y le va a decir que si será su novia si gana... pero antes de que pueda Akane le pide que anime a Ranma-h.

Ryoga se aleja llorando, preguntándose por qué Akane piensa antes en Ranma-h que en él; entonces aparece Ranma-h y le dice que use de nuevo el Shishihokodan. Ryoga le dice que no está de humor, pero Ranma-h se le sube a la cabeza e insiste, y tanto insiste que al final Ryoga se enfada y le lanza uno que lo envía por los aires. Ryoga se aleja pensando en la poca empatía de Ranma-h.

Ranma-h, de cabeza sobre un tejado, se ha dado cuenta de que esta vez ha sido más fuerte, y piensa en que lo está perfeccionando. Y llega a la conclusión de que tiene que ver el pergamino para saber en qué consiste.

Ranma-m se dirige sonriente hacia Ryoga, que lee el pergamino; Ryoga no la reconoce, y Ranma-m le pregunta por el pergamino que lee. Le dice que durante mucho tiempo ha sido su admiradora secreta; Ryoga se ruboriza, y Ranma-m insiste, preguntándole si es verdad que ha derrotado a Ranma-h; cuando Ryoga le dice que sí, ella chilla emocionada, y le pide ver su secreto, que está en el pergamino. Pero Ryoga decide hacerle una demostración.

Hace un muñeco de paja con la forma de Ranma-h y le dice a Ranma-m que se aparte un poco. Va a lanzar un Shishihokodan... y no le sale; Ranma-m le insiste, pero vuelve a intentarlo y sigue sin salirle. Ryoga se enfada y lo hace otra vez; esta vez si le sale... pero ha dado a la tetera de agua caliente que ha caído sobre Ranma-m conviertiéndola en hombre. Ryoga se enfada de verdad y manda al infierno a Ranma-h con un Shishihokodan espectacular.

Ranma-h se lamenta esa noche en el gimnasio, llorando porque está seguro de que va a perder; Genma entra interesándose por él, pero Ranma-h sólo le grita: "¡Déjame solo!"... y le aparece un Shishihokodan que estrella a su padre contra la pared ante la sorpresa de Akane y el propio Ranma-h, que se pregunta qué ha pasado ahora.

Algo malo pasa...
Bad things happen...

A la mañana siguiente, Ranma-h aún sigue practicando, ante la mirada de Akane que le dice que descanse un poco. Ranma-h lo intenta y no le sale, y se pregunta por qué sólo le salió aquella vez. Ryoga lo mira autosuficiente desde el muro y le dice que se rinda a la evidencia, que nunca jamás le podrá derrotar. Akane se sorprende y le pregunta a Ranma-h si perdió con Ryoga; a Ranma-h casi le da un pasmo y grita: "¡Jamás perderé una pelea de verdad!"... y lanza un Shishihokodan que agujerea el muro, ante la sorpresa de todos.

Ranma-h vuelve a pensar; las dos veces que lo ha hecho estaba pensando en lo cerca que estaba de la derrota, un sentimiento muy pesado... y se da cuenta: "¡El Shishihokadan es provocado por el sentimiento de desesperación!". Ryoga se sorprende de que haya dado en el clavo; ambos empiezan a mortificarse con sus pensamientos, pero es Ryoga el que más afectado está porque Ranma-h lo ha averiguado antes de alcanzar él el dominio total... y le gana el siguiente asalto; Ranma-h se da cuenta de que tenía demasiada confianza y se empieza a autoculpar... y lanza un Shishihokodan a Ryoga, esta vez muy confiado; y Ryoga responde... y así siguen ante la atónita mirada de Akane.

En el "Café Gato", Akane le cuenta lo que pasa a Colonia; Colonia le dice que están idiotas, que el Shishihokodan sólo lleva al abismo de la deseperación. Y mientras la batalla sigue, y Ryoga le está dando fuerte a Ranma-h: "Esta porque siempre pierdo contigo; esta por burlarte de mi falta de sentido de la orientación; esta por quitarme a mi novia.". Akane y Colonia sólo llegan a tiempo de ver a Ranma-h derrotado en el suelo.

Ryoga se marcha diciendo a Ranma-h que no tiene oportunidad de ganarle, pero Ranma-h se levanta y dice que aún queda para su duelo, y que alcanzará mayor grado de desesperación que él. Ryoga le sonríe y le dice a ver cuan lejos puede llegar sin el pergamino; Ryoga se va; Akane le dice algo a Ranma-h, pero éste le dice que nunca va a perder una pelea, en especial con Ryoga. Y se va corriendo a practicar más.

Colonia se queda comentando con Akane que si alguno llega al grado máximo del Shishihokodan lo van a lamentar; y Akane se pregunta lo desastroso que debe ser completar la técnica. Mientras, Ryoga camina y lee el pergamino, donde se detallan las instrucciones: pensar en algo triste y lanzar el aura es el movimiento básico, pero la técnica completa se describe con una misteriosa flecha hacia abajo. "Si supiera lo que significa...", se dice Ryoga... y se nota caer.

Mientras, Ranma-h trata de ser "infeliz" a su manera (sin comer o apostando con Nabiki), y P-Chan está en una alcantarilla tratando de rescatar el pergamino y sus pertenencias.

Venciendo a la depresión
Defeating depression

Ranma-h camina por un rincón pedregoso, hambriento, cansado, preguntándose por qué se mete en esos líos... y se encuentra a Ryoga que duerme feliz en su saco, dándole tanta rabia que le lanza un Shishihokodan tremendo. Ranma-h llora feliz... y las tres hermanas se lo encuentran en la cocina devorando todo lo que hay en la nevera, confirmando lo patético de su forma de alcanzar la infelicidad: no comer, no beber...

A la mañana siguiente, Genma llama a Ranma-h y le dice que el Shishihokodan no es adecuado para él y que le va a enseñar otra técnica: el rugido del sabueso infernal. Ambos se encaran a la figura del posible enemigo, retroceden con rapidez, Genma respira con fuerza... y empieza a insultar a gritos. Y Ranma-h le da un puñetazo. El muchacho vuelve a intentar el Shishihokodan, pero sólo sale una nubecilla; Nabiki y Akane aparecen, y cuando Ranma-h vuelve a intentarlo, Nabiki le levanta la falda a su hermana, con lo que Ranma-h se despista y Akane se enfada.

Ranma-h les grita que así no hay manera, y en su desesperación es capaz de lanzar una bola de chi que se mueve errática hasta impactar contra él. Pero ante la preocupación de todos, Ranma-h se da cuenta de algo: el Shishihokodan utiliza el peso de una emoción cualquiera, no sólo tristeza... y empieza a reir como un poseso, mientras Akane empieza a tener malos presentimientos sobre el fin de la pelea.

En los baños públicos, Ryoga sigue tratando de averiguar el significado de la flecha del pergamino. Un chorro de agua le da en la cabeza, y ve que es de un niño jugando en la fuente; y al fijarse en la fuente se le ocurre algo; va con su pez de goma y lo deja bajo el chorro, viendo cómo se hunde, y entonces lo comprende todo...

Akane se encuentra a Ryoga en la calle y le habla, pidiéndole que no use el Shishohokodan para evitar más sufrimiento. Ryoga le dice que le tiene que pedir un favor: "Dime que me odias, lo más fuerte que puedas". Akane duda, mientras Ryoga se lo vuelve a pedir, sabiendo que eso le sumirá en la desesperación más profunda. Akane, sin saber muy bien qué hacer, finalmente murmura: "Te odio, Ryoga". Ryoga se agarra la cabeza desesperado: "¿En qué estaba pensando? La muerte hubiera sido menos dolorosa.", y sale corriendo mientras llora, mientras Akane aún sigue atónita... y de repente se ve un enorme chi que llega al infinito.

Ryoga está plantado en un socavón, llorando y pensando que ya ha completado el Shishihokodan. Ranma-h mientras sigue con su entrenamiento de confianza.

¡Lucha! León contra tigre
Fight! Lion vs. tiger

Tres días después de la fecha acordada, Ryoga llega arrastrándose al Furinkan, donde Ranma-h le espera sonriente. Colonia le pregunta a Akane si Ryoga ha alcanzado el punto máximo del Shishihokodan, y Akane le responde afirmativamente mientras piensa en cómo Ranma-h abandonó todo entrenamiento, confiando en sí mismo. Mientras, Ranma-h le dice a Ryoga que parece machacado, y Ryoga le dice que esta va a ser la mayor de las batallas, ahora que ha perdido toda la felicidad.

Ryoga inicia su ataque, mientras Ranma-h se prepara con su respuesta de confianza ante la sorpresa de todos... Ryoga lanza el Shishihokodan y Ranma-h responde con el Mokotakabisha (viento volador el tigre alto), y ambas auras aguantan una a la otra, ante la sorpresa de Ryoga. Al acabar el asalto, Ranma-h le explica que combate su desesperación con la confianza en sí mismo. Ryoga comenta que esto lo entristece más aún y dice que le obliga a hacer la versión completa.

Y Ryoga lanza una inmensa columna de chi hacia el infinito, la cual cae como una bomba de la que apenas puede escapar Ranma-h, pero que para nada afecta a Ryoga, el cual sigue en pie en el socavón provocado, ante la sorpresa de todos. Ryoga mira al intacto Ranma-h; "¿Te has escapado? Me pone tan triste.", y vuelve a lanzar otra columna de chi. Ranma-h esta vez se pone debajo y trata de contrarrestarla con un Mokotakabisha tan diminuto que el chi de su oponente le aplasta por completo.

Colonia mientras habla diciendo que tal cantidad de chi sólo puede haber sido provocada por un increíble trauma en Ryoga, y Akane se da cuenta de que su "Te odio" debe ser la causa. Efectivamente, Ryoga aún está pensando en ese "Te odio" para lanzar su último ataque, pero Akane corre hacia el socavón para tratar de acabar con esta locura. Al llegar llama a Ryoga y le pregunta si está así por aquello, le dice que nunca se lo hubiera dicho si no se lo hubiera pedido y que en realidad le gusta un montón.

Ryoga se queda alucinado, y Ranma-h despierta y se pregunta cómo es que desaparece por un momento y todos adquieren delirios de grandeza. Pero Akane la fastidia: "No importa lo que pase: siempre seremos los mejores amigos". Y Ryoga cae del cielo al infierno en un segundo; "Gracias, Akane, por darme el golpe definitivo. Espero que asistas a mi funeral.", piensa Ryoga. Ranma-h se encara enfadado ante Ryoga, al ver que al final ha conseguido de manera tramposa su mayor grado de depresión. "Ahora no tengo ya nada que perder", dice Ryoga, "¡Que empiece la batalla final!". Y mientras, Akane se pregunta por qué Ryoga está aún más triste, y Colonia inquiere qué le ha dicho exactamente.

Una victoria gravitatoria
A gravitating victory

La batalla sigue en el socavón, mientras Ranma-h piensa en que Ryoga es invencible y éste se dispone a lanzar su ataque, y lanza otra inmensa columna de chi. Akane grita a Ranma-h que huya, y éste grita que así no ganaría y corre a atacarle... momento en que el aura cae y le aplasta, pero no a Ryoga. Ryoga le dice que no importa las veces que lo intente, pero quiere acabar ya y lanza otra columna.

Ranma-h mientras se pregunta por qué a él no le afecta la caída del chi, y al fijarse ve que cuando acaba de lanzarlo, parece relajarse por completo. De nuevo el chi cae aplastándole, y Ryoga se va diciendo que ha ganado. Pero Ranma-h se levanta y dice que esto acaba de empezar; Ryoga se dispone a un nuevo ataque mientras Ranma-h piensa que si lo que cree es cierto, aún tiene una oportunidad. Y Ryoga lanza otro Shishihokodan, y cuando se relaja, Ranma-h le grita: "Mira, se le ven las bragas a Akane". Ryoga se gira, mientras Akane trata de taparse algo que ya está tapado... y esta vez la caída del chi afecta a ambos contendientes.

Ambos se arrastran mientras Ranma-h le murmura que lo suponía: tras lanzar el chi, pierde por completo la voluntad y eso hace que el chi no le afecte. Pero Ryoga le dice que ese truco no le va a valer otra vez. Ranma-h se dispone al ataque final, mientras Akane y Ryoga se preguntan qué intenta ahora, y Ranma-h le dice algo terrible a Ryoga: "He besado a Akane". La sorpresa de Akane es mayúscula, y empieza a gritar "¡Mentira, mentira!" mientras Ryoga se está poniendo realmente furioso y Colonia se pregunta qué trama Ranma-h.

Y el Shishihokodan que lanza Ryoga ahora es terrorífico. Ranma-h salta y se sitúa bajo el chi, aprovechando su impulso de caída. Y llama a Ryoga, que ya está ido, y le dice que bromeaba con lo del beso. Ryoga se despista y Ranma-h aprovecha el impulso de la caída del Shishihokodan para darle el golpe definitivo a Ryoga. La caída del chi es espectacular, y al final sólo queda en pie Ranma-h sosteniendo a Ryoga en brazos. Colonia se maravilla de la habilidad de Ranma-h para combinar el chi con el puñetazo, y le pregunta si está bien. Ranma-h sonríe autosuficiente... y cae hecho polvo. "Parece como si no pudiera tenerse en pie", comenta Akane.

Todos miran a Ryoga que aún está incosciente, mientras Colonia comenta la locura de una técnica que obliga a abandonar la felicidad. Ranma-h comenta que la derrota quizás sea una forma de justicia divina que indica a la gente vivir de forma sincera y honesta. "Sincera y honesta...", comenta Ryoga mientras recobra la consciencia... y apaliza a Ranma-h mientras le recuerda su "sinceridad y honestidad" con aquello del beso a Akane.

En casa de los Tendo, la propia Akane le dice a un feliz Ryoga que no hubo beso y Ranma-h aparece cubierto de chichones mientras Nabiki y Kasumi comentan lo infeliz que parece.


Anterior historia: La píldora del buen discípulo.
Índice
Siguiente historia: Las campanadas de año nuevo de Maomorin.