Ranma 1/2. Tomo 20

Parte 1 Parte 2 Parte 3 Parte 4 Parte 5 Parte 6
Parte 7 Parte 8 Parte 9 Parte 10 Parte 11

Parte 1. El temible rugido del león asesino.


Postal de Ryôga: "Estoy entrenando en Hokkaidô. Regresaré en tres días. Te reto donde siempre.". Y diez días después, Ranma-h aún espera tumbado y aburrido en el solar; "No tiene remedio.", piensa. De repente, un rumor comienza bajo la tierra; un estallido bajo él lo lanza por los aires, y al caer divisa una figura entre la polvareda de la explosión.

"¿Dónde estoy?", se pregunta Ryôga saliendo del agujero, y Ranma-h se le sube a la cabeza: "¡No me des esos sustos!". Ranma-h se interesa: "¿Has mejorado mucho?"; Ryôga replica que no está al cien por cien, pero le sugiere algo a Ranma-h: "¿Quieres ver mi nueva técnica mortal?"; Ranma-h sonríe e inicia el ataque, pero Ryôga acerca sus manos al pecho y las lanza hacia delante como si empujara: "¡Rugido del león asesino!".

Una enorme bola de energía sale de las manos de Ryôga y aplasta a Ranma-h contra el muro; Ryôga se mira las manos sorprendido; "No está mal.", comenta Ranma-h, y se lanza a otro ataque. "¡Si quieres ser mi conejillo de indias, por mí perfecto!", responde Ryôga...

Esa noche, Ryôga aparece en el dojo Tendô cargando a un deshecho Ranma-h; Kasumi y Akane salen a recibirlo, pero se quedan atónitas al ver el estado de Ranma-h. "Me estaba ayudando a entrenar, pero creo que me lo he tomado en serio.", dice Ryôga mientras Ranma-h trata de levantarse. Ryôga toma el té con Genma y Sôun, que reconocen no haber oído hablar de la técnica, pero Ryôga actúa con humildad: "Supongo que se habrá dejado ganar para animarme en mi entrenamiento.". Sôun y Genma alaban su modestia, y Ryôga sale hacia el baño, pero de camino empieza a bailotear al darse cuenta de que, al fin, ha conseguido ganar a Ranma-h. "Ryôga se lo está pasando en grande.", comenta Nabiki al pasar por el salón.

En el balcón, Akane mira preocupada a Ranma-h: "Te veo poco animado. No será por haber perdido."; "Sólo fue un entrenamiento.", responde Ranma-h, "Pero yo luchaba en serio.", concluye. Akane se gira sorprendida pero ya no ve a su prometido. Éste va hacia la sala de entrenamiento, recordando el nombre de la técnica, su pelea y preguntándose de dónde la obtuvo Ryôga.

Al llegar a la sala, Ryôga está leyendo un pergamino y Ranma-h se pone a fisgar sobre su hombro. "¿Qué haces?", pregunta Ryôga dándole un codazo; "¿Y ese pergamino?", pregunta Ranma-h. Y Ryôga cuenta su historia: "Hace una semana..."

Un perdido Ryôga va por una montaña y se mete en una cueva, donde un desprendimiento le deja atrapado. "¡Técnica del taladro destructor!", grita aplicándola sobre la roca que le impide el paso, pero sólo consigue que los cascotes queden dentro y sigan impidiendo el paso. Entonces una voz le llama: "En esta tierra tan poco sólida no sirve, hay que emplear otra técnica."; es un obrero que sonríe a Ryôga: "Aquí sólo sirve la técnica del rugido del león asesino.", y le ofrece el pergamino a Ryôga para que la pruebe.
"Una técnica taladradora.", concluye Ranma-h; "Sí, pero esta también sirve para el combate.", le replica Ryôga. Ranma-h sonríe confiado: "Interesante. ¡En una semana nos batiremos en duelo y demostraré que no sirve para nada!". Ryôga se levanta con calma: "Bien. Me olvidaba de decirte algo: cuando la usé, no estaba del todo perfeccionada."; Ranma-h se queda anonadado al recordar la fuerza que sintió él y pensar a dónde podría llegar. "¡En una semana la habré pulido y morderás el polvo!", proclama Ryôga.

Parte 2. ¿El preludio de la derrota?


Ranma-h está concentrando su energía y la lanza: "¡Rugido del león asesino!". Pero la nube se disipa sin efecto; Colonia le mira divertida: "¿Qué es ese churro?". Ranma-h vuelve a reflexionar y recuerda que es así exactamente como lo hizo Ryôga. "Vieja, seguro que tú lo sabes. ¿Cómo puedo dominarla?". Colonia bebe un sorbo de té: "Quizás Ryôga llegue a dominarla, pero tú nunca podrás. Déjalo correr."; Colonia se va saltando, y Ranma-h piensa en que sólo le queda una semana y se hunde en la desesperación: "¡¡No puedo perder contra Ryôga!!".

Ryôga pasea por las calles del barrio con un ramo de flores; "Me declararé a Akane.", va pensando, y se imagina la escena, Akane arrebolada y abrazándole mientras le dice lo fuerte y guapo que es... "¡Buenos días Ryôga!", saluda Akane mientras el sorprendido Ryôga abraza un poste que se rompe y le cae en la cabeza. En una tienda de crêpes, Akane habla con Ryôga sobre lo decaído que anda Ranma-h; "Volveremos a enfrentarnos en una semana.", le dice Ryôga, y se le ocurre pedirle salir si gana... pero Akane le corta antes de que diga una palabra: "Ryôga, por favor... anima a Ranma.".

Ryôga vaga alicaído por las calles de Tokyo: "Así que sólo puede pensar en Ranma."; de repente le llama Ranma-h: "¡Ryôga! ¡Enséñame de nuevo la técnica del rugido del león asesino!"; Ryôga le ignora: "No estoy de humor."; pero Ranma-h se le sube en la cabeza: "¡Enséñamela! ¡Enséñamela! ¡Enséñamela!". Y Ryôga, harto, le lanza otro rugido: "¡No me da la gana!", y manda a Ranma-h por los aires; "Ese estúpido tiene la delicadeza donde yo me sé.", murmura Ryôga, mientras Ranma-h sobre un tejado reflexiona sobre la potencia que ha alcanzado ahora: "La está perfeccionando rápido. ¡Tengo que conseguir leer el pergamino!".

"¡Ryôga!", llama Ranma-m vestida en plan colegiala. Ryôga la mira sorprendido, sin reconocerla, junto a una tetera caliente mientras lee el pergamino. Ranma-m se le acerca zalamera: "¿Eso es un secreto?"; "¿Y tú quien eres?", le pregunta extrañado Ryôga; "Hace tiempo que no dejo de pensar en ti.", le dice Ranma-m con mirada emocionada. Ryôga se queda azorado mientras Ranma-m ríe su suerte de no haberla reconocido; "Me han dicho que ganaste a Saotome.", le dice insinuante; "Sí, bueno...", contesta Ryôga jactándose. "¡Qué varonil! ¿Tienes ahí tu secreto? ¡Quiero verlo!", insiste Ranma-m. Ryôga opta por otra cosa: "Te haré una demostración. Aléjate un poco.".

Ryôga se pone en posición frente al muñeco de paja que usa para entrenarse; se concentra y lanza: "¡Rugido del león asesino!". Pero la energía se deshace en cuanto sale de sus manos. "¿Qué es esa porquería?", se pregunta Ranma-m mientras Ryôga se mira extrañado las manos; "¡Vamos, Ryôga!", le espeta Ranma-m. Ryôga hace otro intento y sale peor aún; "¿¡Quieres tomártelo en serio!?", le abronca ya Ranma-m, y Ryôga, pensando que está quedando como un imbécil, vuelve a concentrarse y... esta vez si lo consigue, pero impactando sobre la tetera que se vuelca sobre Ranma-m. "Lo siento. Suele ser más fuerte...", se excusa Ryôga... pero al ver a Ranma-h con el vestido femenino se da cuenta. "¡Maldito Ranma!", grita, "¿Cómo has podido caer tan bajo?", y le lanza un tremendo rugido de león.

Esa noche, Ranma-h está autocompadeciéndose en el dojo. "¡No puedo seguir así! ¡No puedo perder sin saber a qué me enfrento!"; de repente, llegan Genma y Akane. "¡Ranma! ¿Qué te pasa?", se le acerca su padre; "¡Déjame en paz!", le grita Ranma-h, y de repente... un rugido del león le sale de las manos y estampa a su padre contra la puerta. "No le veo mal.", comenta Genma a Akane, mientras Ranma-h no sale de su sorpresa: "¿:Cómo me ha salido así de repente?".

Escenas inolvidables: Ranma-h vestido de niñita tras caerle la tetera encima mientras trataba de engañar a Ryôga.

Parte 3. La técnica de la infelicidad.


Akane, en su ropa de deporte, mira al exhausto Ranma-h: "¿Por qué no descansas? No has pegado ojo.". Pero Ranma-h insiste: "¡Rugido del león asesino!"; y la nube que sale se vuelve a disipar. "¿Por qué no me sale?", se lamenta Ranma-h mientras recuerda cómo le salió por casualidad la noche pasada. "No tienes buen aspecto, Ranma.", dice burlón Ryôga, que ha aparecido sobre el muro del jardín; "¡Nunca más me ganarás!", concluye Ryôga con fuerza. Akane mira sorprendida a Ranma-h: "¿Perdiste con Ryôga?"; a Ranma-h casi se le parte su orgulloso corazón en el pecho: "¡No era un duelo de verdad!", grita... y una tremenda bola de energía sale de sus manos, provocando un agujero en el muro.

Ryôga le mira con sorpresa; Ranma-h también se mira las manos sin acabar de creérselo, y de repente cae en algo: "Las dos veces que he conseguido realizar el rugido del león asesino, el miedo a perder... ¡me deprimía!". Y llama a Ryôga: "¡Cuanto más deprimido estás, más energía!". "¡Lo ha descubierto!", grita Ryôga sorprendido y desesperado, "Ahora que ya lo tenía...", y comienza a concentrar su fuerza, mientras Ranma-h también lo intenta; "Estoy perfeccionando la técnica...", y lanza un fuerte rugido del león mientras grita a Ranma-h: "¡Mira lo deprimido que estoy!"; y Ranma-h ve como el suyo sale hecho un churro y se ve aplastado por el de Ryôga.

Ranma-h trata de levantarse; "Mierda, he pensado que iba a ganar y me he debilitado."; mientras, Ryôga ríe satisfecho; "¡No he practicado lo suficiente!", se lamenta Ranma-h hundiéndose más en su depresión... y consigue lanzar un rugido del león que tumba a Ryôga. Y Ryôga responde con otro; y Ranma-h contraataca, y Ryôga... ante la mirada atónita de Akane.

"¿¡Que se están enfrentando usando la técnica del rugido del león asesino!?", dice la sorprendida Colonia ante el aviso de Akane; "Hay que detenerles.", le dice Akane; "Son unos cabezas huecas. Esa técnica está prohibida porque hace infeliz a quien la usa.", le dice Colonia; "Son como dos leones cayendo por un precipicio sin darse cuenta de por qué la pena les ciega.". Y así siguen peleando, pero es el infeliz Ryôga quien lleva las de ganar: "¡Siempre perdía ante ti!", grita lanzando uno, "¡Siempre me pierdo!", y lanza otro, "¡No tengo novia!", y lanza el final, que deja a Ranma-h tumbado en el suelo, mientras las alarmadas Akane y Colonia llegan.

Ryôga vuelve la espalda a Ranma-h; "Te vencí. Y nunca podrás ganarme comparando nuestra infelicidad."; pero Ranma-h se alza: "Aún queda tiempo hasta nuestro duelo."; Ryôga se ve sorprendido: "¿Aún pretendes...?"; "¿Qué esperabas? ¡Conseguiré ser más infeliz que tú!", grita Ranma-h. Ryôga sonríe cinicamente: "¿Y sin el manuscrito crees que lo conseguirás?", dice mostrándole el pergamino, y sale del jardín.

"Ranma, ¿te ha vuelto a ga...?", pregunta Akane, pero Ranma-h la corta: "¡No permitiré que me venza! ¡Me voy a entrenar!", y sale camino del dojo mientras Colonia lo mira con preocupación. "No hay nada que hacer.", comenta; "Ambos están basando su técnica en ver quién es más infeliz. Si llegan a perfeccionarla, se arrepentirán.". Akane la mira estupefacta: "¿No está perfeccionada? Pero si así ya es temible, ¿qué pasará si la perfeccionan?".

Ryôga pasea por las calles leyendo el pergamino, pensando en que debe perfeccionar la técnica; lee el manuscrito: "La técnica del rugido del león asesino en tres minutos: Piensa algo desagradable, te hará más fuerte.", y luego está la ilustración de cómo se lanza; el pergamino sigue: "Esto es sólo la base. Para perfeccionar la técnica...", y aparece una misteriosa flecha hacia abajo. "¿Dónde apunta la flecha? ¿Abajo? ¿Caer?", piensa Ryôga, y de repente se siente caer.

Y mientras, Ranma-h entrena su infelicidad: no va a comer hoy. Pero Ryôga ya está ganando, pues P-Chan está en una alcantarilla tratando de rescatar el pergamino y sus ropas.

Parte 4. La técnica que cambia según el estado de humor.


Ranma-h camina exhausto por un desértico paraje. "Está oscuro. Tengo frío, y hambre, y sueño. ¡Estoy tan deprimido!"; y de repente llega a un lugar donde Ryôga tiene su campamento y duerme feliz, calentito y con su estómago lleno. "¡No es justo!", exclama Ranma-h, "¡Rugido del león asesino!", y manda a Ryôga por los aires. Ranma-h llora de emoción: "¡Lo conseguí! ¡Gané en infelicidad a Ryôga!".

Y las tres hermanas miran el espectáculo del sonámbulo Ranma-h atracando la nevera mientras aún habla en sueños. "¿Qué haces?", le llama Genma dándole una patada mientras Nabiki y Akane le preguntan acusadoramente por su ayuno para conseguir la infelicidad.

A la mañana siguiente, Genma habla con su hijo. "No todas las técnicas valen para la misma persona. El rugido del león asesino es más fuerte cuanto más desgraciado eres, por lo que no vale para un irresponsable como tú."; "¿Me dices que abandone?", protesta Ranma-h. "No, te voy a enseñar otra técnica: el aullido del perro endemoniado.", y Ranma-h se pregunta cómo será. Padre e hijo se encaran al muñeco de paja; "¡En posición! ¡Tomas distancia!", grita Genma y se alejan del muñeco; "Tomas aire y... ¡burro, tonto, alelado!", y Ranma-h le da un puñetazo: "¡Me estás enseñando a aullar como un perro cobarde y apaleado!".

"Pero debes contraatacar con una técnica distinta.", insiste Genma, pero Ranma-h vuelve a lo suyo: "¡No estoy de humor!", y lanza una pequeña nube de energía. Akane y Nabiki lo miran con admiración, mientras Ranma-h vuelve a concentrarse, se dispone a lanzar... y Nabiki le levanta la falda a Akane, provocando que la energía de Ranma-h se disipe. "¿Qué haces?", protesta Akane ruborizada; "Era para ver si se animaba.", contesta Nabiki; "¡Que me desconcentráis!", se queja Ranma-h, y vuelve a tomar fuerzas: "¡Me siento estúpido! ¡No dejaré que Ryôga me gane!", y lanza otro rugido de león que se convierte en una bola de energía que vaga por el aire hasta caer sobre él.

Akane le llama alarmado, mientras Nabiki pregunta con sorpresa qué ha pasado y Genma lo achaca a las dudas de su hijo. Y de repente Ranma-h se incorpora con expresión de haber descubierto algo: "¡Lo importante es sentir energía! Si uso esa energía contra mí mismo, puedo crear otra técnica.", y comienza a reír pavoneándose: "¡Soy un genio!". Mientras, Genma, Nabiki y Akane le miran con sorpresa, a la vez que sienten su nueva aura de confianza. "Así no sé si ganará a Ryôga. Tengo un mal presentimiento.", piensa Akane.

En los baños públicos, Ryôga sigue mirando la flecha hacia abajo del pergamino; "No consigo entenderlo.", piensa; "Si tuviese alguna pista...". Un chorro de agua impacta en su nuca, y al volverse ve a un niño jugando con el grifo. Pero al ver el agua caer del grifo, a Ryôga se le ocurre algo: "¿Es posible...?", y coge un pez de plástico que pone bajo el chorro y lo ve hundirse. "¡Lo tengo!".

Akane llama a Ryôga, que acaba de salir de los baños. "¿De verdad os vais a pelear?", le pregunta Akane; "Cuanto más fuerte eres, más desgraciado te sientes, ¿no?". Ryôga medio sonríe y habla a Akane: "Tengo que pedirte un favor: quiero que me mires a los ojos, ¡y que me digas que me odias!". Akane está perpleja: "¿Por qué...?"; Ryôga le replica: "Si no lo haces estoy perdido.", y piensa: "Sólo si pienso que me odias llegaré a conseguir el rugido del león asesino insuperable.". "¿De verdad?", dice Akane con sonrisa apurada; "¡Adelante!", la anima Ryôga. "Bueno, pues,... te odio con toda mi alma.", murmura no muy convencida.

El silencio se hace entre ellos... y Ryôga estalla: "¡¿Cómo has podido hacerme esto?!", y sale corriendo mientras le caen lágrimas; "Sabía que escucharía esas palabras, pero no que me dolerían tanto.", piensa dolorido Ryôga. Y Akane se queda plantada completamente atónita: "Si me lo has pedido tú...", y de repente una enorme explosión de energía se levanta hacia el cielo ante la estupefacción de todo el mundo. Ryôga, plantado en el cráter que ha provocado tal rugido del león, tiene los ojos inundados de lágrimas: "Lo conseguí. Mi técnica es perfecta."; y Akane lo mira con preocupación desde el borde del cráter.

Mientras, Ranma-h, ajeno a todo, se impacienta a la espera del combate.

Escenas inolvidables: El aullido del perro endemoniado, la típica técnica que sólo podría ocurrírsele a Genma Saotome.

Parte 5. ¡¡El duelo!! El tigre se bate contra el león.


Finalmente, llegó el día... y tres días después aparece Ryôga renqueante en el patio del Fûrinkan. "Vaya, pensé que habías huído con la cola entre las piernas.", sonríe Ranma-h, mientras toda la gente del Fûrinkan va acudiendo. Entre ellos, Colonia y Akane; "¿Sabes si ha perfeccionado su técnica?", pregunta la vieja a Akane; Akane responde afirmativamente mientras piensa en la descuidada preparación de Ranma-h; "Es extraño que esté tan seguro de sí mismo.", piensa; "Debe haber encontrado un contraataque.".

"¿Qué ocurre Ryôga? Pareces un desgraciado empedernido.", le provoca Ranma-h; "He desechado la felicidad para ganarte.", medio sonríe Ryôga, "No tendré compasión.", y empieza a concentrar su fuerza. "¡Nunca podré ganar a Ryôga ahora que es tan infeliz!", piensa Ranma-h; "Pero tengo un as.", y se hincha de orgullo haciendo visible un aura.

"¡¡Rugido del león asesino!!", grita Ryôga lanzando su aura; "¡¡Ataque del tigre gallardo!!", responde Ranma-h con otra aura. Tras un momento de colisión, ambas nubes se desvanecen. Todos están sorprendidos, incluso Colonia y Akane. "Para contrarrestar el rugido del león hay que usar energía positiva.", proclama Ranma-h, "¿Sorprendido, Ryôga?". Pero Ryôga gira la cabeza: "Ahora me siento más triste. No quería hacerlo pero me obligas: ¡Rugido del león asesino perfeccionado!".

Y una enorme masa de energía se eleva hacia el infinito ante la estupefacción de todos; en su caída, provoca un fuerte impacto del que Ranma-h se salva por los pelos, pero que no parece afectar a Ryôga, que queda en medio de un cráter ante la mirada atónita de Colonia, Akane y Ranma-h. Ryôga alza la mirada: "Me ha esquivado. Me siento tan triste.", murmura; "¿Quieres que lo repita?", y lanza otro rugido del león. El orgullo de Ranma-h puede con él: "¡Ni lo sueñes!", y corre a ponerse bajo la nube en caída para lanzar su ataque... pero es demasiado débil. Ranma-h queda medio aplastado por el peso de la energía.

"Lo que Ryôga ha conseguido es digno de ver.", dice Colonia; "¿Cómo habrá llegado a ser tan infeliz?". Y de repente Akane recuerda sus palabras con Ryôga: "¿No será...?". Mientras, Ryôga está recordando exactamente esas palabras; "Me arrastran hacia el abismo, y todo ese pesar caerá sobre ti, Ranma.", piensa. Pero Akane va corriendo hacia el cráter; "Esto no tiene sentido, yo soy la culpable y tengo que detenerle.".

Al llegar al borde del cráter le llama: "¡Ryôga! ¿Te preocupa lo que te dije? No iba en serio."; "¡Deja de consolarme!", le pide Ryôga; pero Akane insiste: "¡La verdad es que me gustas mucho, Ryôga!". Y Ryôga se queda atontado mientras Ranma-h casi se pone en pie de la impresión; Ryôga parece estar en el paraíso. Pero Akane continúa: "En serio. Por eso seremos amigos para siempre.". Y Ryôga se siente caer del cielo al infierno...

"Gracias por asestarme la última puñalada...", piensa Ryôga completamente hundido. Y Ranma-h está enfadado: "Así que era por eso. ¿Sólo porque a Akane no le gustas me tienes que atacar así?". "No tengo ya nada que perder.", concluye Ryôga, "¡Así que vendrás al infierno conmigo!". Y mientras, Akane se pregunta: "¿Y por qué ahora está tan abatido?"; "¿¡Pero tú sabes lo que has hecho!?", le recrimina Colonia.

Escenas inolvidables: Akane mandando al infierno de "seamos amigos" a Ryôga, y sin darse cuenta, oye.

Parte 6. El peso de la desgracia.


Ranma-h y Ryôga siguen en el cráter. "Vas a saber lo que es bueno.", piensa Ranma-h. Ryôga se concentra y lanza otro rugido del león al infinito. "¡Ranma, huye!", grita Akane; "¡Si escapo no puedo atacar, y tengo que ganar!", grita Ranma-h corriendo hacia Ryôga mientras cae la bola de energía... pero la bola cae antes y le aplasta mientras Ryôga sigue intacto. "Es inútil.", murmura Ryôga, "Acabemos con esto.", y lanza un nuevo rugido del león.

Mientras, Ranma-h trata de pensar: "Ryôga debería estar abatido por la pesadez de espíritu. ¿Pero por qué no le afecta?". Entonces se fija en la expresión de Ryôga, que pasa al abandono total y a dejar caer la cabeza totalmente relajada. "¡Su expresión ha cambiado súbitamente!", se sorprende Ranma-h. La bola de energía cae y le vuelve a aplastar, pero Ranma-h ya ha encontrado una solución.

Ryôga se gira: "He ganado.". Pero Ranma-h le llama: "Eso está por ver. ¡En guardia!", le dice poniéndose en pie. Ryôga se vuelve malhumorado, mientras Ranma-h piensa que si está en lo cierto aún tiene una oportunidad; "¡A por todas!", piensa. Ryôga lanza un nuevo rugido del león y cuando adopta la expresión de abandono Ranma-h grita: "¡Mira, a Akane se le ven las bragas!". Ryôga se revuelve sorprendido, mientras Akane hace actitud de taparse aunque nada se ve...

Y la bola cae aplastando a ambos rivales y sorprendiendo a los espectadores. "Como suponía.", dice Ranma-h, "Al librarte de la tristeza te distraes. ¡Tu concentración se ha ido al traste! Por eso el desviar tu atención ha sido tu perdición.". Pero Ryôga sonríe: "Claro, ¿y ahora cuántas veces más caeré en el truco?", algo que el público también comenta.

"¡Ahora me toca a mí!", grita Ranma-h poniéndose en guardia, mientras piensa "¡Sólo me queda un recurso!". Akane se pregunta qué as guarda Ranma-h, y éste le dice a Ryôga bien alto: "¿Sabías que Akane y yo nos hemos besado?". Akane se ruboriza; Ryôga se enfurece como nunca; "¡No es verdad! ¡No es verdad!", grita Akane, mientras Colonia se pregunta qué está tramando Ranma-h para hacer algo así: "¿Por qué has avivado su rabia ahora que podías ganar?".

Y Ryôga lanza el más terrible y gigantesco rugido del león asesino que deja a todos con la boca abierta. "¡Ahora!", piensa Ranma-h y salta para ponerse cargando la bola de energía sobre su espalda. "¡Ryoga!", llama, "¡Era todo mentira!"; Ryôga se queda sorprendido: "¡¿De veras?!". Y Ranma-h aprovecha el impulso para darle un tremendo puñetazo. La bola cae y el impacto provoca un vendaval de polvo y un cráter gigantesco...

Ranma-h se alza con Ryôga en brazos; "He destruído el rugido del león asesino.", dice. Colonia comenta la habilidad de Ranma-h: "Ha dominado toda la energía negativa y la ha lanzado en un solo golpe. Ryôga no ha podido hacer nada."; "¿Cómo lo has logrado controlar?", le pregunta. Ranma-h sonríe... y cae hecho polvo. "Sólo su altanería lo mantenía en pie.", dice Akane.

Colonia, Akane y Ranma-h velan al inconsciente Ryôga. "Espero que Ryôga haya entendido que no hay que usar ataques que nos afecten negativamente.", dice Colonia. "Hemos de vivir honrada y correctamente.", comenta Ranma-h. "¿Honrada y correctamente?", dice Ryôga despertando de su letargo; "Los que viven honrada y correctamente... ¡no dicen mentiras como esa!", y le da un buen golpe a Ranma-h.

En el salón de los Tendo, el panda, Akane y Ryôga toman el té, mientras Akane asevera que lo del beso era mentira y Ryôga es feliz. En cambio, Ranma-h llora lleno de chichones; "Ahora Ranma se siente desgraciado.", comenta Kasumi; "Un poco tarde.", concluye Nabiki.

Parte 7. La maldición de nochevieja.


El horrible suceso comenzó cuando el año finalizaba... Shampoo va a hacer un reparto: "Templo Gatuno, quinto bloque."; allí llega, un viejo templo lleno de gatos. "Ni hao, un ramen.", pero nadie responde. "Pedir comida y no estar, muy mal.", piensa Shampoo. Pero un chapuzón de agua fría cae sobre ella; una enorme figura surge de la oscuridad y habla a Shampoo-gato: "Te estaba esperando. ¡Miau!".

31 de Diciembre. Ranma-h y Akane vuelven a casa cuando Mousse aparece corriendo: "¡Estabas aquí, Shampoo!", grita abrazando a Ranma-h; Ranma-h le da un puñetazo y cuando Mousse se pone las gafas le grita: "¡No me hagas perder el tiempo!". Entonces les explica lo sucedido: "¿Shampoo desapareció ayer?". El trío llega al templo gatuno mientras Mousse explica que Shampoo hizo el encargo allí y desapareció. "Qué raro. Esto es un templo abandonado.", observa Akane, mientras Ranma-h mira la cuerda de la entrada y Mousse se lamenta por Shampoo.

Y de repente Shampoo aparece corriendo hacia ellos desde el interior del templo: "¡Eoo, Ranma!". Mousse va a abrazarla, pero Shampoo le da una patada y Shampoo salta hacia Ranma-h: "¡Contenta soy!". Pero en cuanto salta sobre la cuerda... Shampoo se transforma en gato y Ranma-h sale botando de terror, con Shampoo-gato sobre él. Mousse y Akane están sorprendidos: "¡Se ha transformado sin mojarse!". Una voz les saca de dudas: "Al cruzar la cuerda se convierte en gata. ¡Miau!". Al girarse ven al mítico gato gigante: "Le he echado un conjuro.". "¡Tú eres Maomoling!", grita Akane. "¿Por qué lo has hecho?", le recrimina Mousse; "Si Shampoo se hace permanentemente gata, ¡se casará conmigo!".

Entonces el errático Ranma-h entra al templo propinándole una patada al gato gigante. Shampoo vuelve a su forma humana y Ranma-h se tranquiliza... hasta que ve a Maomoling frente a él y casi se muere del susto. Mousse lo saca del trance con un martillazo (más que nada para que suelte a Shampoo).

Shampoo comienza su declamación dramática: "Si del templo salgo en gata me convertiré. Toda mi vida aquí tener que vivir."; "¿No se puede romper el conjuro?", inquiere Akane, y Maomoling se apresura a decir que no, pero Shampoo le contradice: "Sí, un beso de mi príncipe azul.", y Akane adquiere una cara de considerable mosqueo. Shampoo agarra a Ranma-h y pide que la bese, pero Akane se lo arrebata: "¿No estarás mintiendo?"; Mousse se ofrece voluntario para romper el hechizo, pero Shampoo lo lanza lejos de un patadón. "¿No me engañas?", pregunta Ranma-h; "Cree a mí, Ranma.", contesta la chica. Pero Maomoling le pega un lametón a Ranma-h y éste se queda petrificado.

Esa noche, en casa de los Tendô, Ranma-h aún se está recuperando mientras las tres hermanas le critican. De repente, aparece el cascabel gigante... y con él el gato, provocando el pánico de Ranma-h. "Tengo que hablar contigo.", dice Maomoling, pero Akane le agarra antes: "¿Seguro que no hay otra forma de romper el conjuro?". Y Maomoling da la campanada ante la sorpresa de Akane: "Si no hay beso antes las campanadas de medianoche, Shampoo se hará gata para siempre.". Entonces ofrece a Ranma-h los regalos que lleva: "Por favor, no vengas esta noche."; y cogiendo una bolsa la explota y deja libre unos polvos. "¿Qué es esto?", pregunta Akane; "Nada, nada, ¡miau!", dice Maomoling, pero pone cara de ansiedad y desaparece deseando feliz año nuevo.

En el templo, Shampoo espera zalamera la llegada de Ranma-h: "Espero que pronto Ranma viene a buscar a mí.", suspira. Mientras, Maomoling prepara el banquete nupcial y le hace un arrumaco a Shampoo: "Yo te haré feliz, ¡miau!". Y Shampoo le da una patada: "¡El simpático con mí tú no haces!".

Entonces, una voz la llama: "¡Shampoo!". Shampoo sale a la carrera en busca de Ranma-h, que dice que la besará sólo por esta vez, a lo que Akane pone cara de mala leche. "¡Contenta soy!", grita Shampoo yendo a abrazarse a Ranma-h... pero un montón de pequeñas figuras saltan de todas partes y caen sobre Ranma-h: gatos. Ranma-h sale volando del templo mientras Akane y Shampoo quedan sorprendidas y Maomoling hace una revelación: "Los polvos de antes vuelven locos a los gatos. ¡Ranma no podrá rescatarte!".

Y Ranma-h, subido a un poste y temblando, maldice al gato. Sólo quedan unas horas para la medianoche...

Parte 8. La proposición de las 108 campanadas.


Portada. Shampoo canta su desgracia: "Si Ranma no antes de las campanadas a besar a mí no venir, para siempre en gato me convertiré.", "¡Y serás mi esposa, miau!", concluye Maomoling.

Ranma-h y Akane vuelven a la puerta del templo; "Eran los polvos, ¿eh? Pues esta chaqueta está llena de ellos.", dice Ranma-h; "Si te pones eso los gatos se te echarán encima.", comenta Akane. Pero Ranma-h se la pone a ella; "Vale, quieres que los distraiga.", entiende Akane; "Y así podré besar a Shampoo y romper el maleficio.", proclama Ranma-h. Akane sonríe a su prometido, le pone la chaqueta y lo lanza de un patadón al templo: "¡Espabila tú solito!". Y Ranma-h casi perece ante los gatos hasta que Akane entra y lanza la chaqueta lejos.

Llega entonces Mousse en bicicleta y cae frente a Akane: "¡Shampoo, besa mis labios!"; pero Ranma-h le da una patada antes de que llegue a más y Mousse les grita que dejen de estorbarles. Los tres entran en el templo llamando a Shampoo, y ven a la chica enjaulada y al gato protegiéndola: "¡Shampoo es mía, miau!". "¡Suéltala!", le espeta Mousse; "¡Tendrás que derrotarme!", desafía el gato... y Mousse le arrea cuatro mamporros que lo dejan para el arrastre.

Se acerca a la jaula, pero Shampoo le golpea; "¡Ahora pasas de mí!", se indigna Mousse; "¡Si el hombre al que amo no es, el conjuro no desaparecerá!", insiste Shampoo. Ranma-h, escondido tras Akane, se rinde a la evidencia: "Voy a tener que ser yo. Akane, es por esta vez, no te pongas celosa."; y Akane decide ayudar: saca una ramita y la empieza a agitar delante de Maomoling, el cual queda hipnotizado por el invento y abandona su defensa...

Ranma-h se acerca a Shampoo; "Vamos, tenemos poco tiempo.", dice Ranma-h; "¡Contenta soy!", dice Shampoo cerrando los ojos y poniendo morritos... pero los artilugios de Mousse arrastran a Ranma-h lejos de Shampoo. "¡Si quieres besarla será por encima de mi cadáver!", le dice el chino, y Ranma-h no se hace de rogar y le da una paliza. Se vuelve a acercar a la jaula; "Ahora sí.", dice Ranma-h; Akane observa la escena; Shampoo cierra los ojos, Ranma-h se acerca, cierra los ojos, sienten sus alientos cercanos, sus corazones palpitar... y Akane estalla: "¡Encima se pone romántico!", grita saltando sobre la cabeza de su novio.

Maomoling despierta de su trance y se dirige a sus rivales: "¡No os saldréis con la vuestra, miau!". Pero el trío está a la gresca y no le hace ni caso; "¡¿Pero queréis dejar de ignorarme?!". Y entre Mousse y Akane le pegan una paliza: "¡Esto es culpa tuya y de tus conjuros!".

Pero de repente, un ruido les sorprende: una campanada. "¡Oh, no, las campanadas!". Y Shampoo grita de terror cuando nota algo: le han salido orejas de gato; y cola, y colmillos... Maomoling ríe satisfecho: "¡A la 108a campanada será una gata para siempre!". Mousse se rinde y dándole un puñetazo a Ranma-h le autoriza para besar a Shampoo, pero un lametón de Maomoling le deja K.O. y el gato sale llevándose la jaula con Shampoo dentro.

La persecución del trío les lleva a otro lugar del templo. "¡Las campanadas suenan más rápido!", observa alarmada Akane. Y entonces ven que es el propio Maomoling quien da las campanadas con la campana del templo, mientras que en la jaula Shampoo ya ha perdido casi completamente su forma humana. "¡Ranma, bésala!", le espeta Akane; "¿A qué esperas?", insiste Mousse; pero Ranma-h está asustado y sólo se le ocurre salir corriendo... para aprovechar el impulso contra una pared y lanzarse hacia la campana mientras suena la campanada 102...

Pero su puntería es tal que da la campanada 107 con su cabeza y cae inconsciente junto a la jaula de Shampoo. "¡Ahí va la 108!", grita Maomoling lanzando el tronco contra la campana; "¡No!", gritan Mousse y Akane, mientras Shampoo-gato sale de la jaula, se aproxima al aterrorizado Ranma-h... y le besa justo al sonar la última campanada.

Shampoo, de nuevo humana, está sobre Ranma-h; "¡Bien, se deshizo el maleficio!", gritan alegres Akane y Mousse. "¿Otra vez besar?", le pregunta Shampoo al inconsciente Ranma-h... pero Akane y Mousse son rápidos y actúan sobre la parejita mientras Maomoling llora desesperado.

Escenas inolvidables: Lo románticos que se ponen Ranma-h y Shampoo y el ataque de celos que le da a Akane.

Parte 9. El viejo y el ciruelo.


En la tormenta de pétalos, una voz habla: "Mira Gyôko, este año han florecido pronto."; Ranma-m (o alguien que se le parece mucho), vestida a la manera tradicional y con una sombrilla, sonríe: "Parece como si quisieran bendecirnos.". "¿Recuerdas la promesa?", continúa la figura; "Claro que la recuerdo, Harumaki.", dice Ranma-m cogiéndole las manos; "Cuando florezca el ciruelo...", y Ranma-m se ve cara a cara con un viejo: "¡Mi querida Gyôko!"; "¡Harumaki!", exclama romántica Ranma-m.

Ranma-h pega un grito saliendo de su sueño, y el panda le sacude por escandaloso. A la mañana siguiente, Akane pregunta a Ranma-h mientras entrenan: "¿Cada noche sueñas lo mismo?"; "Sí, es asqueroso.", replica Ranma-h. Aparece Happosai y le moja para abrazarse a sus pechos, pero Ranma-m se lo quita de encima. Entonces aparece un joven sobre el muro del jardín enseñando la foto de un viejo: "Perdonad, ¿alguno de vosotros sueña con este hombre?"; Ranma-m salta hacia el muro y reconoce al abuelo; el joven la abraza: "¡He llegado a tiempo! ¡Te pido una cita!"; Ranma-m le sacude una patada preguntando a santo de qué viene eso y el chico responde que no es para él.

En el hospital, el abuelo del sueño yace en una cama mientras su nieto, su mujer y su médico se presentan. "En dos o tres días entrará en una fase crítica.", proclama el médico entre los llantos de mujer y nieto y la sorpresa de Akane y Ranma-m. Pero entonces sale de su boca su espíritu y va a abrazar a la asustada Ranma-m: "¡Mi querida Gyôko!".

"Es su ser eterno que se ha separado del cuerpo.", explica el nieto, y muestra el diario del abuelo: "Aquí quizás haya una explicación.", y se ponen a hojearlo mientras el espíritu revolotea alarmado: "¡No lo leáis! ¡No lo leáis!"; Ranma-m le da una patada y siguen leyendo, para encontrar una foto de la propia Ranma-m y una nota al pie: "Es la viva estampa de Gyôko, mi primer amor. Me gustaría llevarme su recuerdo al otro mundo."; el nieto y la mujer imploran a Ranma-m que salga con el abuelo; "¡Si no lo haces permaneceré en tus sueños!", amenaza Harumaki.

Ranma-m accede y, vestida como en el sueño, sale a pasear con el espíritu, que aterroriza a la gente en la calle, en la cafetería, en el cine... hasta que Ranma-m le pega un golpe y le dice que se calme. "Es que es una cita.", se excusa el espíritu, "Y creo que te olvidas de una promesa."; el nieto y Akane salen tras unos matorrales: "Creo que no puede morir sin haber hecho cierta cosa."; Harumaki comienza a palpar a Ranma-m por todo el cuerpo y Ranma-m le da otro golpe preguntando si quiere que le remate.

"¿No recuerdas tu promesa, Gyôko?", pregunta el espíritu llorando. "¿Y yo qué sé?", responde enfadada Ranma-m, pero empieza a recordar el sueño: "Cuando florezca el ciruelo...", y se imagina el sonido de un beso con lo que se le queda la cara a cuadros. "Bueno, no importa.", dice Harumaki, y Ranma-m asiente y sale corriendo y jugueteando con él. "Ranma se ha vuelto amable de repente.", dice una confundida Akane.

En un café, Harumaki parece triste; "¿Qué te ocurre?", pregunta Ranma-m; "No estoy satisfecho.", murmura Harumaki, y Ranma-m se enfada y va a sacudirle, pero Akane la para; "Debe ser por esa promesa que no recuerdas.", y el nieto comienza a leer el diario del abuelo mientras Ranma-m y Harumaki gritan que no lo haga: "Según el diario le prometió... que se fugarían juntos.". Y Harumaki cae en la cuenta y ni corto ni perezoso coge una maleta y arrastra a Ranma-m a la estación de trenes, pero Ranma-m protesta: "¡Un momento! ¿No era cuando floreciera el ciruelo?".

Harumaki entonces lo recuerda todo: la promesa de la fuga, que se frustró porque aquel año el ciruelo no echó flores. Akane y Ranma-m se compadecen de la triste historia; "Si pudiese ver el ciruelo en flor contigo me daría por satisfecho.", concluye Harumaki, y Ranma-m se levanta presta a ello; "¿Y después nos fugaremos?", insiste el espíritu; "¡Ni hablar!", replica Ranma-m.

Pero al llegar al campo de ciruelos, sólo hay una obra, con lo cual el cuarteto se queda con una mayúscula cara de decepción. "Seguro que estaban preciosas. Me hubiera gustado enseñártelas.", dice Harumaki en tono triste; se gira a Ranma-m y la coge de las manos: "Gracias por todo.", y empieza a desvanecerse ante la alarma de todos los presentes.

Ranma-m, Akane y el nieto entran a la carrera en la habitación del hospital, gritando al abuelo; "¡No montéis tanto follón!", les recrimina la mujer; "Si el ruido le ayudara, yo sería la primera en hacerlo."; "El ruido beneficia al paciente.", dice entonces el médico. Y la mujer se pone a tocar el bombo y los platillos provocando que el abuelo se levante enfadado: "¡Dejadme dormir!".

"¿Estabas preocupada, Gyôko?", pregunta Harumaki a su mujer, y Akane y Ranma-m se quedan de piedra; "¡Ja, ja! ¡Al final se fugó conmigo!", ríe, mientras Ranma-m se indigna: "¡Si no nos parecemos!". Y el nieto vuelve a leer el diario ante las protestas del abuelo: "Estaba tan enfadado que robé el ciruelo.", y la mujer señala un bonsai sin hojas: "Si estaba aquí, despistado.". Y Ranma-m ya no puede más y lanza al abuelo al infinito a través de la ventana.

Harumaki, con el bonsai florecido, habla al dormido Ranma-h: "Ya ha florecido. ¡Fuguémosnos!", mientras el panda y Akane miran sorprendidos y el nieto y la mujer desesperados.

Nuevos personajes: Harumaki, su nieto y su mujer.

Escenas inolvidables: Cómo se sale Ranma-m por la tangente para evitar el beso y el descubrimiento del ciruelo de verdad.

Parte 10. La disputa de los hermanos Kunô.


Residencia Kunô. Tatewaki está en el jardín, espada en mano, frente a un póster gigante de Ranma-h, y comienza a asestarle golpes de espada dejándolo reducido a trizas. "Rezumas vitalidad, hermano.", dice Kodachi, que viene con una bandeja de té que ofrece a su hermano. "Perdona si soy indiscreta, pero, ¿dónde está el póster gigante de Ranma de mi habitación?"; y Tatewaki sonríe mientras toma el té: "Tranquila, me he encargado de él."; Kodachi ríe... y Kunô cae paralizado; Kodachi llama a su mascota cocodrilo y le lanza a su hermano.

Ranma-h llega corriendo al Fûrinkan y Kunô le sale al encuentro con la espada, pero Ranma-h le arrea una patada. "¿Qué mosca te ha picado?", pregunta Kunô; "Eso debería decirlo yo.", replica Ranma-h. En la azotea, Kunô se explica; "¿Que te has peleado con tu hermana?", pregunta Ranma-h; "Sí, y si te haces su esclavo las aguas las aguas volverán a su cauce."; Ranma-h sonríe y se larga dándole un golpe, pero Kunô le hace volver con una frase: "Entonces tendrás que conseguir por la fuerza el álbum de fotos sexys de la chica de la trenza.".

"¿Qué insinúas? ¿Fotos mías descaradas?", inquiere Ranma-h; "¿Qué dices de fotos tuyas?", se indigna Kunô; "Igual da. ¿Cómo de sexys?", insiste Ranma-h. "¡Me da vergüenza decírtelo!", grita Kunô lanzando a Ranma-h al infinito, y éste mientras se imagina sus sugerentes fotos femeninas.

Ranma-h va a casa de los Kunô; "Me alegro de que me obedezcas.", dice Tatewaki; "Es sólo por el álbum de Kodachi.", replica Ranma-h. Y cuando Kodachi ve entrar a Ranma-h y él la saluda, ésta se ruboriza y lanza una lluvia de pétalos de rosa negra y huye a su cuarto para acicalarse y volver ofreciendo un té. "Yo la veo bien.", dice incrédulo Ranma-h, pero Kunô le pregunta por qué no se toma el té. Kunô coge su perrito y le da a beber el té, y el pobre chucho queda paralizado; Kunô se alza soliviantado:" ¡No permitiré que metas al perro en esto!".

En la búsqueda de su hermana por la casa, un ataque de mazas le cae encima, y al bloquearlas una nube de gas se forma, una cinta le coge del cuello y lo estampa de cabeza contra el suelo. Kodachi, en sus maillots de gimnasia, muestra el álbum: "¡Esto por destrozar mi póster de Ranma! ¡Me quedaré con él hasta que te disculpes!".

Pero Ranma-m se lo arrebata de las manos a Kodachi, provocando la sorpresa de Kunô y el enfado de su hermana. "Como son mis fotos me las llevo, ¿vale?", ríe Ranma-m. Pero al abrir el álbum no se encuentra precisamente la sugerente femeneidad que esperaba, sino más bien los desgarbados gestos de una marimacho... pero Kunô se abraza a ella y Ranma-m le da un golpe: "¿Cómo tienes estas fotos?", le recrimina Ranma-m. "Tranquila, sólo las he visto yo.", le dice Kunô, y Ranma-m se enfada aún más: "¡Preferiría que las hubiera visto cualquiera menos tú!". Un ramo de rosas negras cae sobre ellos y una nube de gas que surge de él los paraliza, momento que Kodachi aprovecha para llevarse el álbum y Kunô para sugerir a Ranma-m que hagan ahora fotos nuevas.

Ranma-h aparece ramo de flores en mano en la habitación de Kodachi, seguido por Kunô. "Ha accedido a ser tu esclavo a cambio de las fotos.", comenta Tatewaki, y Kodachi le pone un collar como a un perrito, pero insiste en otra cosa: "¡Hermano, discúlpate como un hombre!". Ranma-h se sorprende y habla a Kunô: "¿Entonces sólo con disculparte saldríamos de este lío?"; Kunô habla agriamente: "¡Discúlpate tú!", y Kodachi da una orden que Ranma-h cumple encantado: "¡Hazle picadillo!". Pero Kunô se alza, coge todos los póster de Ranma-h de su hermana y los quema, riendo sádicamente ante la desesperación de su hermana; Ranma-h ve su posibilidad y le susurra a Kodachi: "Es el momento de devolverle la jugada.".

Pero Kodachi cree que la quema de las fotos de Ranma-m no es suficiente, y ríe amenazadoramente: "¡Se me ha ocurrido una venganza brutal para destruiros a ti y a la chica de la trenza!". "¿Y por qué me mete a mí?", maldice Ranma-h.

Escenas inolvidables: Kunô acusando a su hermana de meter al perro en la pelea y las "sugerentes" fotos de Ranma-m.

Parte 11. Un escándalo tras otro.


Akane llega al Fûrinkan saludando a la gente... y de repente ve caer pétalos de rosa negra y se pone en guardia justo a tiempo de evitar el mazazo de Kodachi. "¿¡Qué quieres de mí!?", le espeta Akane; "¡Creída! ¡Tú me importas un pepino!", responde Kodachi. Y llega Kunô dando mandobles contra su hermana: "¿Qué le haces a mi querida Akane? ¿No habías venido a vengarte?"; y Kodachi entonces recupera en su mente su misión y empieza a esparcir pétalos de rosa negra con fotos entremezcladas. Una de ellas le cae a Akane que pone cara de vergüenza ajena al verla.

"¿Que Kodachi esparce fotos comprometedoras? ¡Así que sólo era eso!", respira aliviado Ranma-h ante la incredulidad de Akane; "No eran fotos tan escandalosas.", piensa Ranma-h, pero entonces Akane le enseña la foto que lleva: Ranma-m, medio desnuda, y Kunô comiendo un helado y con un texto como: "Soy la chica de la trenza. Estoy saliendo con Kunô".

Ranma-h cae de espaldas y mira incrédulo la foto: "¿Qué significa esto?"; "¿No recuerdas cuándo sacaron esta foto?", pregunta Akane; "¡Es un trucaje!", exclama Ranma-h soliviantado. Y Kodachi aparece entonces esparciendo más fotos, que los compañeros de Ranma-h ven para después mirarle con sorpresa. "¡No pongáis esa cara, babosos!", les grita Ranma-h.

Kunô ataca a su hermana, que evita el mandoble a duras penas; "¿Cómo puedes hacer algo tan ruin? Ahora que todos lo saben...", y coge el megáfono: "¡hay que anunciar nuestro noviazgo!", y Ranma-h se planta en su cabeza. Las amigas de Akane se compadecen de ella porque Kunô le ha robado a su prometido, mientras Ranma-h no se lo puede creer. Y Nabiki aparece dando ideas: "¿Quieres que te enseñe a superarlo? ¡Venga, afloja la pasta!", y da la idea: "Hay que hacer un escándalo aún mayor para superar este.", y enseña la foto de Ranma-m en ropa interior con el texto: "Soy Ranma Saotome. Mi afición es ponerme ropa de mujer. ¡Soy un pervertido!". Naturalmente, Ranma-h sale enfadado tras ella pero Nabiki se sale por la tangente: "Si me pagas la esparciré por todas partes.".

En la azotea, Ranma-h le sugiere a Kunô la solución: "¿Disculparme a Kodachi?"; "Tú montaste este lío.", le dice Ranma-h, pero Kunô lo niega. Entonces aparece Ranma-m y le pega una patada: "¡Eso no se hace, Kunô! ¡Esas fotos han arruinado mi vida y mi futuro!", llora micro en mano Ranma-m. "No llores.", dice Kunô, "Asumiré mi responsabilidad y saldré contigo.". Ranma-m le da un golpe y le hace carantoñas: "Hazlo por mí. Discúlpate con tu hermana."; y Kunô no puede negarse.

En el patio del Fûrinkan, a un lado Kodachi y al otro Kunô y Ranma-m. El revuelo es considerable entre los compañeros; "¿Prometes restaurar el honor de esta chica si me disculpo?", pregunta Kunô; "¡Claro que sí!", ríe Kodachi, pero su voz se torna amenazante: "Pero si no te disculpas sinceramente, ¡tiraré más fotos escandalosas!", y muestra el cesto lleno de fotos. La sorpresa cunde entre todo el Fûrinkan; "¡Más montajes!", dice Akane; "¡Quizás haya algún desnudo!", comentan los chicos.

"Vamos, discúlpate.", le dice Ranma-m, pero Kunô no puede: "¡Necesito esas fotos!", y comienza a insultar a su hermana, la cual, furiosa, comienza a lanzar las fotos. Ranma-m salta y va cogiendo todas las que caen sobre la masa de ansiosos chicos... pero un inoportuno abrazo de Kunô las libera y todos los chicos consiguen una. "¡Sólo yo las puedo ver!", proclama Kunô; "¡Nadie las puede ver!", grita Ranma-m. Pero todos ven...

¡A P-Chan con la cabeza de Kunô! (o Kunô con el cuerpo de P-Chan), lo que provoca un desmayo general y la incredulidad de Akane, Nabiki, Kunô y Ranma-m, mientras Kodachi ríe satisfecha. Kunô se enfurece y comienza a atacar a su hermana, pero Ranma-m se pone una chaqueta holgada, cae sobre Kunô, dejándolo inconsciente, y lo coge como a una marioneta y comienza a hacer ventriloquía: "Kodachi, perdóname.", y Kodachi acepta las disculpas: "Podrías haberte ahorrado todo esto.", y sale saltando y riendo del Fûrinkan, proclamando su victoria.

Al día siguiente, Kunô habla con Ranma-h en la azotea: "No sé por qué me devolvió el álbum. ¿Quieres ver las fotos?"; "¡Claro que no!", responde Ranma-h pegándole.

Escenas inolvidables: El "nuevo escándalo" propuesto por Nabiki (vaya ideas) y el montaje de P-Chan con la cabeza de Kunô.


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