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En el dojo, Akane pregunta a Ranma-h si ha pasado algo con su padre; "Es que parece tan absorto en sus pensamientos...", comenta mientras lo observan sentado en el gimnasio. Ranma-h se acerca y le da una patada; "¿Qué pasa?", pregunta a su padre; "Estoy pensando... ¡prepárate para un entrenamiento!". Y Sôun como juez y las hermanas de espectadoras, Ranma-h y Genma se aprestan al combate; "Esto es un combate en toda regla.", insiste Genma; "¡No me cortaré un pelo!", grita lanzando su ataque. Pero Ranma-h esquiva uno a uno sus golpes y le asesta una patada. "¡Fin del combate!", proclama Sôun.
Ranma-h mira a su padre: "¿Qué te ocurre, viejo? No pareces muy en forma."; "Ahora sé que tenía razón.", murmura Genma, y micro en mano se pone a berrear: "¡Soy más débil que mi propio hijo!", y recordando las escenas en las que siempre fue capaz de arrebatarle la comida al pequeño Ranma-h, sigue con su retransmisión: "En los momentos cruciales siempre había vencido a Ranma..."; "¡Qué horror de padre!", comenta Nabiki viendo las escenas; "Es terrible que Ranma se haya dado cuenta, pero tengo que aparentar que no me importa...", sigue soltando a los cuatro vientos mientras Kasumi y Nabiki lo miran estupefactas. "Vamos, anímate, viejo.", le dice Ranma-h y lo mira con una sonrisa: "¿Te acuerdas de cuando con cinco años me robaste el arroz? ¿Y con siete las galletas? ¿Y con doce las bolitas de arroz? ¿Y el año pasado el pastel de carne? No te guardo rencor por eso."; "No se le escapa una.", comenta Nabiki; "Si eso no es guardarle rencor...", murmura Kasumi.
"¿Que vas a entrenarte?", pregunta Sôun; "Ayúdame. Me he dormido en los laureles.", se lamenta Genma. "¡Te ayudaré!", proclama Sôun y hace un movimiento sobre el tablero. "¡Aquí sentado jugando a damas me debilito!", exclama Genma soliviantado tirando el tablero por los aires; "¡Estabas perdiendo!", llora Sôun. El panda se lamenta tumbado en la cama; "Tengo un problema", pone en un cartel. Ranma-h llega dándole un patadón y tratando de animarle: "Vamos, viejo, yo me entrenaré contigo. Quiero que mi padre sea la pared que no pueda franquear."; "¡Serás malnacido!", responde el panda en un cartel. Y así, Ranma-h ríe satisfecho cuando tumba a su padre una y otra vez: "¡Ja, ja! ¡Esto es genial! ¡Esto por los pinchitos de pollo! ¡Esto por el cocido!", grita mientras lo patea ante la mirada atónita de Akane.
En la habitación de Akane, ésta habla con su novio: "¿No crees que ya está bien?"; "Si no aprovecho ahora, ¿cuándo?", le dice Ranma-h; "Pero si tu padre vuelve a ponerse fuerte...", le recuerda Akane; Ranma-h se pone pensativo y encuentra la solución: "Bien, le daré el golpe de gracia."; y Akane casi se cae al suelo de la impresión. Pero una sorpresa le espera a Ranma-h al entrar en su habitación: su padre yace de lado, con las manos juntas hacia arriba y los pies cruzados; "¡La carpa en la tabla en señal de obediencia! ¡Indica que uno está dispuesto a recibir cualquier ataque!". Genma se incorpora y habla a su hijo llorando: "La ilusión de todo padre es que su hijo sea más fuerte."; "No te pongas transcendental.", le replica Ranma-h. Y aquella noche, en mitad del sueño, ambos se despiertan y se encaran; "¡Maldito viejo! Te hacías el dormido.", grita Ranma-h; "¡Estás pensando en atacarme!", replica Genma.
A la mañana siguiente, sólo hay un cartel donde debería estar Genma: "No me busquéis". En el desayuno, Kasumi comenta que su padre también ha desaparecido. "¿Se está entrenando para derrotarme?", piensa Ranma-h. Y mientras Akane hace su carrera matinal, pasa junto a un solar y se ve al panda jugando con un neumático y a Sôun. "¡He dicho que no me buscarais!", pone el panda en un cartel; "No os estaba buscando.", responde extrañada Akane. Y de repente se oye una voz: "Me preguntaba qué tipo de entrenamiento hacías."; es Ranma-h desde la valla; el panda va respondiendo: "Muy gracioso. Mira que venir a espiarme.", y Ranma-h lo transforma en humano: "¡Habla como una persona!". "Eres tú quien me teme, admítelo.", se encara Genma; "Te lo voy a dejar claro. He decido romper los lazos que te hacen mi hijo."; "¡Papá, haz algo!", exclama alarmada Akane; "No pensé que llegaría tan lejos.", dice Sôun. "Tenemos que pelear como dos hombres por su orgullo, los sentimientos de padre e hijo no deben interferir.", continúa Genma; "Me gusta.", sonríe Ranma-h. "¡La próxima semana te vas a enterar, hijo de otro!", grita Genma; "¡Me vengaré de todos tus hurtos, maldito padre de otro!", replica Ranma-h. "Es una pataleta de niños malcriados.", concluye Akane.
Escenas inolvidables: cuando el poco rencoroso Ranma-h le recuerda a su padre todos los robos de su infancia.
"Así que Ranma también se está entrenando.", responde Genma a la información de Akane; "¿No pensáis reconciliaros?", pregunta Akane. "Aquí está en juego el orgullo de dos hombres. Es hora de que Ranma abandone el nidito de papá. Será duro pero me llena de satisfacción.", dice llorando mientras piensa en la escena de la madre echando al pájaro hijo del nido. Mientras, Ranma-h se ha establecido en la montaña, y tras el entreno se prepara la cena; "A veces es bueno estar a solas.", piensa, "Aunque desde pequeño mi padre siempre ha estado a mi lado."; y evoca la escena de su infancia, su padre protegiéndole del frío contra su pecho...
De repente, Ranma-h despierta. "Me he quedado dormido.", piensa, y entonces se da cuenta de que está cubierto; "¿Y esta manta?", y ve las huellas de un panda; "El viejo... ¿se está preocupando por mí?". Pero de repente le cruza otro pensamiento por la cabeza y se dirige a la cazuela... hallándola vacía. Entonces, un montón de troncos comienzan a caer hacia él, pero consigue partirlos todos a puñetazos. Y justo entonces un pedrusco enorme cae hacia él; "¡Cuidado!", exclama alguien, y aparece una figura que rompe el pedrusco. Es Genma, enmascarado; "Los desprendimientos son frecuentes.", comenta Genma, mientras Ranma-h siente vergüenza ajena: "¡Tú me has tirado las rocas, viejo plasta!". "Te confundes.", dice Genma, pero Ranma-h le moja y aparece el panda (con la máscara) poniendo: "Puedes llamarme el hombre enmascarado", y se larga mientras su hijo lo mira enrabietado.
"Lo que hace tu padre es preocuparse por ti.", dice Akane saliendo detrás de una duna junto con Sôun; "Seguro que te echa de menos.", insiste ella mientras cocinan una nueva cena; "¿Ese viejo retorcido?", dice Ranma-h incrédulo; "Por más que diga, un padre nunca puede odiar a su retoño.", confirma Sôun. Pero Genma, desde un árbol cercano, piensa otra cosa: "¡Menuda cursilada! ¡Mi estrategia de confundir el corazón está funcionando! No puedo perder ante mi hijo. Está en juego mi orgullo como padre.".
Y el panda prosigue su entrenamiento jugando con el neumático ante la mirada melancólica de Akane, que pasa por allí todas las mañanas; y Ranma-h sigue con el suyo. Hasta el gran día del enfrentamiento; Sôun como juez, las tres hermanas de espectadoras y padre e hijo frente a frente; "¡Combate hasta el K.O., sin límites ni reglas!", proclama Sôun dando por iniciado el combate. Ranma-h comienza su ataque, y Genma sólo puede esquivar a duras penas; "¡La superioridad de Ranma es aplastante!", grita Sôun. Y Ranma-h da el golpe que tumba a su padre.
"¿Qué pasa? ¿Quieres dejarlo?", pregunta Ranma-h; pero Genma empieza a reír diabólicamente; "Veo que te has hecho mayor.", murmura incorporándose; "Pero ahora vas a ver como Genma Saotome te hace picadillo... ¡sin ningún miramiento!", y el aura de energía de Genma alarma a su hijo.
Escenas inolvidables: cuando Ranma-h descubre que su padre, preocupado por él, le ha cubierto con una manta... y se le ha comido la cena.
Genma sonríe: "¡No podrás escapar!", y vuelve a lanzar el ataque, pero Ranma-h consigue darle una patada: "¡Ni te me acerques!", le grita. Pero Genma vuelve a aprovechar el rebote para caer rodando hacia su hijo e intentarlo de nuevo, pero Ranma-h escapa otra vez. "¿Por qué lo esquivas?", grita Akane; "¿Qué pretende Saotome con su nueva técnica?", se pregunta Sôun; "¡No se le ven las manos!", se maravilla Nabiki. "¿Y Kasumi?", pregunta Sôun; "Ha ido a comprar la cena.", responde Nabiki. "¡No es momento de pensar en comida!", grita Akane llamando la atención hacia el combate. Ranma-h se encuentra acorralado contra la pared por su padre, al que cada vez ve como más grande, y Akane se pregunta cómo puede ser que de abrazar un neumático Genma haya obtenido una técnica que horrorice tanto a Ranma-h como para hacerle únicamente esquivarla.
Genma intenta un nuevo ataque, pero Ranma-h consigue lanzar una patada a los pies y un puñetazo a los morros. Ambos se quedan mirando fijamente. "No lo hace mal pese a estar acorralado.", comenta Akane; "Están petrificados.", dice Sôun, "Creo que sus fuerzas están igualadas. Ninguno de los dos se decide a atacar; esto va para largo". Y efectivamente, ambos permanecen parados mientras Sôun cena, ve la tele y toma un baño, siendo Akane la única que permanece de guardia: "Llevan tres horas de pelea y no se han movido un ápice."; y aparece Sôun micro en mano: "¡Los participantes se han quedado sin pestañear! ¡Pero esto es un combate a muerte! ¡Parece que no pase nada, pero es una lucha durísima! ¡No puedo apartar los ojos!"; "Pero si has cenado, visto la tele y te has bañado.", dice cínica Akane.
Ranma-h suda de preocupación; "¿Es esta su manera de desafiarme?", piensa mirando a su inmóvil padre; "No parece cansado...", piensa; y algo se le cruza por la cabeza: "¡No será...!", y se lanza contra su padre ante la sorpresa de los dos espectadores, dándole un buen cate: "¡Estaba durmiendo la siesta!". Y Genma despierta de su sueño mientras Akane y Sôun se hunde en el oprobio. Genma llora: "Estaba soñando cuando eras un niño y pasaba los días junto a ti. Eso me hizo olvidarme del combate, pero tu golpe se ha encargado de abrirme los ojos. Ranma... ¡gracias!", y lanza nuevamente su mortífero ataque... "¡Estoy perdido!", piensa Ranma-h; "¡Demasiado tarde!", piensa Genma satisfecho...
Y los cuatro Tendô se quedan de piedra al ver "La cuna del infierno": Genma abrazando a su hijo, cogiéndolo de manos y pies sin posibilidad de escape; "¡Baaaasstaaaaaa!", grita desesperado Ranma-h; "¡Es como un panda agarrado a un neumático!", grita Sôun; "¿Pero cuál es su secreto?", se pregunta Akane. Y entonces, Genma comienza a arrullar a su niño: "Vamos bonito, ven con papá.", le dice mientras Ranma-h grita que le saque las manos de encima. "¡Ranma siente repugnacia!", grita Sôun.
Ranma-h consigue zafarse y le da un golpe a su padre; "¡Ahora sé por qué sentí aquel escalofrío!"; Genma ríe: "Si tanto te incomoda mi abrazo, ¡me reencarnaré en tu padre la próxima vida y la siguiente para hacerte aborrecer la cuna del infierno!"; "¡Maldito cascarrabias! ¿No habíamos roto lazos?", grita Ranma-h atacando. Y así siguen, mientras las tres hermanas deciden irse a la cama y Sôun comenta que esto va para largo.
A la mañana siguiente, un destrozado Genma aún se tiene en pie: "He recuperado el placer de la lucha."; Ranma-h se arrastra como puede; "¿Cuántas veces te ha hecho la cuna del infierno?", le pregunta Akane; "No voy a pelear nunca más con él.", alcanza a decir Ranma-h.
"¿Adivinación por dulces?", pregunta Akane incrédula; el vendedor le cuenta que debe preparar ella misma los pasteles y dárselos a probar al hombre escogido. "Si el destino de ese hombre es permanecer a tu lado, pétalos de flor de cerezo aparecerán en su frente.".
Y así, la crédula Akane prepara los pasteles con su maña habitual, pensando aún que es una tontería. Ante el aspecto de los dulces, toda la familia deduce que ha sido Akane la creadora; "¡Qué bueno está el té!", comenta Nabiki disimulando para evitar comer; "¿Por qué no comes tú uno, papá?", sugiere Kasumi a Sôun. Y Akane pasando vergüenza.
Entonces aparece Happôsai: "¡Hey, dulces!"; "Son de Akane.", dice Sôun, y el viejo huye, pero Sôun lo agarra: "¡Come uno!"; "¿Me quieres matar?", replica furioso el viejo, pero Sôun le mete uno a la fuerza mientras Akane protesta, diciendo que se los comerá ella si hace falta. Pero ya es tarde; el viejo tiembla de agonía ante la expectación de la familia... y una enorme cruz negra le aparece en el rostro; "Asqueroso.", murmura. Pero Akane no da crédito: "¡Ha aparecido una cruz en su cara!". Y recuerda las palabras del vendedor.
Ranma-h está entrenando en el jardín y le aparece un nubarrón en la cabeza: "Tengo un mal presentimiento..."; "¿Ranma, te apetece un dulce de flor de cerezo?", llama Akane. Y Ranma-h huye, pero Akane lo detiene con un buen golpe y lo obliga a tomar el té mientras le ofrece los dulces con la mejor de sus sonrisas. "¿No lo habrás hecho tú?", inquiere Ranma-h; "¡Acertaste!", responde Akane; Ranma-h vuelve a intentar la huída, pero Akane lo vuelve a coger y se encara a él: "¡El sabor no es lo que importa!"; "¡Sí que importa!", replica Ranma-h.
Y entonces aparece Kunô tras ellos, dándoles un susto de muerte: "¡Yo sí quiero probarlos!", y se lanza a devorarlos, pero no pasa del segundo. Kunô cae de rodillas, muy enfermo, pero logra mantenerse entero y alza su rostro, con una cruz negra: "Akane Tendô, sé que lo has hecho con toda tu buena voluntad.". Akane respira aliviada al ver la cruz, y Ranma-h se queda atónito. Kunô se abraza a Akane pidiendo que salgan juntos y Akane se lo quita de encima.
Akane le da la explicación a Ranma-h; "¿Adivinación por dulces?", pregunta el escéptico Ranma-h. "Exacto. Nuestros padres decidieron el compromiso, así que...", y mira al suelo ruborizándose, "... no sé si eres el hombre de mi vida."; "¡Pamplinas!", grita Ranma-h; Akane lo mira furiosa. "¡Si no eres el hombre de mi vida, este compromiso de pacotilla tiene que terminar ya!", replica Akane; "¡Eso estaría muy bien!", contesta Ranma-h; "Pues a comer.", le dice Akane, y Ranma-h se apresta a ello... pero cuando observa el detenimiento con el que le mira Akane, el corazón le empieza a palpitar: "Esto... ¿no irá en serio?", piensa sudando.
Y opta por la huída; abandona el dulce y habla a Akane: "Con uno de estos dulces sabré si soy el hombre de tu vida, lo cuál no me apasiona, pero lo que me aterroriza... ¡es la indigestión que puedo coger!", y sale corriendo. Akane se queda parada pero reacciona rápido persiguiendo a su prometido con los dulces en la mano: "¡Vuelve aquí! ¡No seas cobarde!".
Una conocida mochila es arrastrada por la calle por un no menos conocido cerdito negro, el cuál percibe la persecución que se está dando a sus espaldas. Akane le lanza los dulces a Ranma-h, y éste coge al pobre P-Chan y lo pone como escudo contra los dichosos pastelillos, que acaban en la boca del pobre animal. P-Chan salta agónico ante la sorpresa de Ranma-h, y sale corriendo hacia los baños públicos; Ryôga sale para encararse con Ranma-h: "¿¡Qué te he hecho para que me hagas comer algo tan asqueroso!?". Pero entonces llega la sorprendida Akane: "Ryoga, ¿cuándo te comiste uno de los dulces?"; y Ryôga reacciona: "¿Eran tuyos? ¡Eran lo mejor que he comido nunca!", dice sonriendo... momento en el que unas marcas de pétalos de cerezo le aparecen en la frente ante la estupefacción de Ranma-h y Akane: "¿Ryôga es el hombre de mi vida?".
Escenas inolvidables: Lo expectante de Akane cuando Ranma-h está a punto de comerse un pastel y cómo suda él pensando que la cosa va en serio.
Y en el jardín, Ryôga, aún con las marcas en la frente, sonríe al espléndido día... hasta que Ranma-h se le planta en la cabeza; "Oye...", protesta Ryôga; "Estoy pensando...", replica Ranma-h; "¿¡Y no sabes hacerlo sin tocar las narices a nadie!?", le grita Ryôga pegándole cuatro mamporros, pero Ranma-h se lo quita de encima señalando y gritando: "¡Es Akane!", y se vuelve a subir a su cabeza.
Pero entonces aparece realmente Akane, con los dulces. Akane y Ranma-h se ponen en guardia, ante la mirada sorprendida de Ryôga; "¿No vas a probarlos?", dice Akane con gesto severo; Ranma-h sonríe autosuficiente: "Ya tienes al hombre de tu vida."; "¿Hablas en serio?", alcanza a decir Akane; "Ryôga no es un mal tipo para ti.", confirma el orgulloso Ranma-h; "Tienes razón; al contrario que tú, es atento, modesto y sincero.", replica Akane, haciendo que Ranma-h se ponga verde de celos y Ryôga no pierda palabra. Ranma-h contraataca y junta a ambos: "Hacéis buena pareja."; Ryôga grita a Ranma-h emocionado: "¡Akane ha dicho que le gusto!", mientras el avasallado Ranma-h murmura que no cree que haya ido tan lejos, pero Ryôga lo lanza de un puñetazo al infinito: "¡No te rías de mí, idiota insensible!".
Esa noche, Akane sigue enfurruñada en su cuarto: "¡Tonto! ¡No le importa un comino lo que ocurra! ¡Es un cobarde, comerse uno no es tan difícil!", grita dándole un buen bocado a uno... y casi le da un pasmo; "¡Está terrible!", grita, y al mirarse al espejo descubre la cruz negra en su cara. "¡Mi propio cuerpo no está ligado a mi destino! ¡Entonces esto es todo una farsa! ¡Seré tonta!", grita Akane. Gritos que escucha Ranma-h desde el tejado, donde va vestido en plan ladrón, y que aprovecha la salida al baño de Akane para coger un pastel.
En su cuarto, Ranma-h se sirve un té y coge un espejo; "Probaré este dulce en secreto.", piensa... hasta que Genma llega gritando megáfono en mano: "¡¿Es ese uno de los dulces de Akane?! ¡¿Y te lo vas a comer?!". Ranma-h echa a su padre de una patada y busca un sitio más seguro: debajo de la casa; se mira al espejo y coge el dulce: "¡Veremos si salen los pétalos o la cruz!".
Pero amanece y Ranma-h aún sostiene el dulce intacto; "¡No puedo!", piensa. Entonces escucha la voz de Akane llamándole. "¡Deja ya de huir!", le pide Akane; "¡Hasta Ryôga me está empezando a gustar!"... y al girarse ve a Ryôga, ruborizado y sosteniendo un ramo de flores, con lo cual casi le da un pasmo. "¿Ryô..., Ryô... Ryôga?"; "Es... esto... es que...", alcanza a murmurar el pobre chico; "¿No me habrás oído?", dice Akane mirando al suelo, roja como un tomate, mientras Ranma-h lo mira todo desde debajo de la casa. Y Ryôga le da el ramo, se despide y sale atravesando el muro del jardín, pensando que lo ha imaginado: "¡No es posible que tales palabras salgan de los labios de Akane! ¡Es un farsa!"; pero empieza a dar botes: "¡No puedo dejar de saltar!".
Akane aún mira las flores cuando Ranma-h aparece a su espalda: "Me alegro mucho. Suerte con el hombre de tu vida."; pero Akane contraataca: "Gracias, me fue de perlas que no lo quisieras probar."; Ranma-h se muere de celos: "Pues creo que te precipitaste. Mira que irte con Ryôga por las marcas de flor en su frente."; "¡Tú no quisiste comer!", le recrimina Akane; ¿Quién cree en esas tonterías?", responde Ranma-h, hasta que Akane le señala el pastel que lleva en la mano.
"Eres un cobarde.", vuelve a decirle Akane; "¿Tienes miedo de ver el resultado?"; Ranma-h la mira agresivo y vuelve su vista hacia el pastel; "¿Seguro que no te arrepentirás, Akane?"; Akane le mira sorprendida; "Puede salir cualquier cosa.", continúa Ranma-h: "¡Luego no te quejes!"... y le pega un mordisco al pastel ante la sorpresa de Akane.
Escenas inolvidables: Akane descubierta por Ryôga en mitad de una declaración de amor y Ryôga pegando botes de felicidad por la calle.
Ryôga escribe su carta de declaración a Akane con tinta negra sobre un pergamino; "Una carta de amor perfecta.", dice sonriendo satisfecho. Y Ranma-h cae de morros sobre el tintero, salpicando tinta por doquier; "¡Un espejo!", es lo único que alcanza a decir Ranma-h, alzando su rostro completamente negro, y sale corriendo en su búsqueda. Ryôga mira su carta, manchada ahora, sonríe... y sale corriendo enfurecido tras Ranma-h.
Ranma-h llega corriendo a casa de los Tendô y se dirige directo al baño, sólo para descubrir su cara completamente manchada de tinta: "¡Tengo la cara negra! ¿Qué significa esto?"; y Ryôga aparece dándole una patada: "¡Que caiste sobre mi tinta, imbécil!"; Ranma-h se sacude a Ryôga y se lava la tinta para descubrir su rostro intacto; "No parece haber nada.", murmura; "¡Al mancharme de tinta desapareció la señal!", grita desesperado. "¿¡Qué diablos estás diciendo!?", le grita Ryôga al abatido Ranma-h, pero éste le moja y ambos empiezan a pelear.
Akane oye los gruñidos de su querida mascota en el baño y entra: "¿P-Chan, estás ahí?". El cerdito salta a los brazos de su dueña mientras Ranma-h está encaramado en el techo; "¿Qué pasará con Akane y conmigo?", es lo que alcanza a pensar. Y Akane habla, con gesto melancólico a su mascota en su habitación: "Oye, P-Chan, ¿tú crees que Ryôga...? Los pétalos de cerezo que indican el hombre al que mi vida está ligada aparecieron en su frente; y se veían muy bien...".
Ranma-h está en el tejado autocompadeciéndose, y Ryôga llega, dándole una palmadita en la espalda. "Akane me ha contado lo de los dulces. No es que comprenda como te sientes, pero también estoy preocupado."; "¿Tú por qué?", se extraña Ranma-h. Y Ryôga comienza a hacerle preguntas: "Nuestra boda, no sé... ¿vestido japonés u occidental? ¿me dirijo a Akane con reserva o con confianza? ¿tenemos un niño, una niña o los dos? ¿vendrás a vernos alguna vez?". Ranma-h se harta y le da un puñetazo: "Ryôga, aún puede ser que aparezca la flor de cerezo en mi frente."; "¡Akane es mujer de un solo hombre!", le replica Ryôga; Ranma-h asiente en su pensamiento y se cree morir al ver la escena de la boda entre Akane y Ryôga, que de paso convence a Ryôga para hacerla a lo occidental. Ranma-h se enfurece y moja a su rival, comenzado a pelear con el cerdito, que le patea la cara.
Akane va por el jardín y oye el jaleo que montan P-Chan y Ranma-h en su pelea; "¡Suéltame, puerco asqueroso!". Akane gira la esquina de la casa para ver a Ranma-h de espaldas; "Ranma...", llama, y Ranma-h se gira enfadado: "¡Déjame! ¡No vengas a tocarme las narices!"... y su rostro se halla cubierto de marcas de flor de cerezo. Akane está atónita, y le planta un espejo a Ranma-h, el cuál también se mira sorprendido... hasta que cae en la cuenta: "¡No son pétalos! ¡Son las huellas de P-Chan! ¡Ahora lo entiendo todo!". Y recuerda como cuando P-Chan comió uno de los dulces se pegó en la cara para poder escupirlo, con lo cual al volver a su estado humano aún seguían las huellas.
El silencio se hace entre Ranma-h, Akane y P-Chan. "A Ranma también le han salido pétalos de flor de cerezo. Ahora que iba a cancelar nuestro compromiso...", dice girándose de espaldas a Ranma-h; "¡Estás ciega! ¡Estas marcas no son más que...!", pero Akane se gira sonriente y radiante, y le corta: "¡Con la cantidad de pétalos que te han salido serás un buen partido!". Y Ranma-h se queda parado al verla así; Akane marcha, y Ranma-h se queda pensando: "Vaya, estaba muy guapa... Bueno, mejor no le digo la verdad.".
Y aquella noche, la feliz Akane le da su propia comida a su prometido, mientras todos lo preguntan por qué está tan contenta y Ranma-h empieza a cambiar de opinión: "¡Si no le digo la verdad soy hombre muerto!".
Escenas inolvidables: Las preocupaciones de Ryôga por su futura vida con Akane, contadas con todo lujo de detalles (y mala leche) al pobre Ranma-h.
Akane resuella en mitad de la cancha; es la única de su equipo que permanece en pie, como observan sorprendidos Ranma-h y sus amigos. "¿Son tan buenas las del Seishun?", pregunta uno; "El equipo no es gran cosa...", responde una de las chicas. Entonces, el Seishun saca, Akane recibe a duras penas... y algo se dirige a impactar hacia ella. Ranma-h logra verlo y lanza un cacahuete que lo desvía de su trayectoria y hace que el objeto, una vara, se eleve a lo alto del graderío, donde una figura lo recoge.
"¡Ja, ja! ¡Ha conseguido esquivarla!", exclama la figura, una animadora que hace girar la vara en su mano mientras a su espalda todo el grupo de animadoras alza sus cánticos a favor del Seishun. Los chicos miran con admiración a las animadoras, ante la protesta de las chicas. Akane mira furiosa a la chica: "¡Todas las chicas de nuestro equipo han sido golpeadas por la vara de esa animadora!".
Akane salta indignada hacia donde está; "¡¿Qué estás haciendo?!", le recrimina a la chica. "¡A, ene, i, eme, a, erre! ¡Animar!", responde con su mejor sonrisa; "¿Y crees que nos vas a derrotar con tus trucos?", replica furibunda Akane, mientras el Seishun sigue lanzando pelotas de saque que nadie recibe. "¡Y el set es ganado por el Seishun por quince a cero!", proclama el locutor, mientras Akane se gira sorprendida y las animadoras comienzan su alegre danza de la victoria. "¡Conozco a esa animadora!", grita una de las compañeras de Akane, "Es la diosa de la victoria de la escuela Seishun, ¡la escuela nunca ha perdido un partido que ella haya animado! ¡La incansable líder de las animadoras combativas del Seishun, Mariko Konjô!". "¡Vaya, sí que soy famosa!", se admira Mariko.
Akane llora desconsolada en el patio por su derrota, mientras sus compañeras de equipo tratan de animarla y Ranma-h la mira. "Ranma, ¿por qué no la animas?", le dice una de las chicas a Ranma-h; "Abrázale por el hombro y acaríciale la mejilla mientras le dices 'Ven, puedes llorar en mi pecho'."; "¡Ni en sueños!", grita Ranma-h. Pero Kunô está dispuesto y aparece de la nada: "¡Ven, Akane, puedes llorar en mi pecho!", grita mientras Akane casi se muere del asco. Y Ranma-h lo lanza al infinito.
El equipo de animadoras sale del vestuario, y Mariko parece triste; "¿Qué te pasa, Mariko? Siempre se pone así tras un partido.", comentan sus compañeras. Mariko comienza a declamar: "Animar al Seishun para que gane es mi ce, o, eme, e, te, i, de, o, cometido; pero me falta algo importante... ¡El amor!", y comienza a llorar emocionada: "¡Quiero enamorarme de un chico guapo!". Y Kunô le cae en la cabeza ante sus asustadas compañeras (asustadas por las declaraciones de Mariko). Kunô mira a Mariko: "Vaya chichón. Esto te aliviará.", dice poniéndole una tirita y despidiéndose; pero Mariko se ha quedado prendada: "¡Espera, no me has dicho tu nombre!", le grita; "Soy el capitán de kendo del instituto Fûrinkan, estudio tercero y me llamo Tatewaki Kunô.", contesta Kunô y se aleja. "¡Ka, u, ene, o, Kunô!", piensa Mariko, y hace un corazón con los pompones: "¡Es la primera vez que un hombre se comporta tan bien conmigo!"; y sus compañeras cantan: "¡Eme, i, pe, erre, i, eme, e, erre, a, eme, o, erre, mi primer amor!".
Al día siguiente, la lluvia aparece de buena mañana. Ranma-m va camino del Fûrikan, quejándose, cuando Kunô aparece abrazándola: "¡Cuánto quería verte!". Ranma-m se lo quita de encima, pero Kunô regresa diciendo que le tiene que contar algo: "La próxima semana se celebrará un combate de kendo.", dice señalando a su equipo; "¿Vendrás a animarnos?"; "Paso.", replica Ranma-m. Pero de repente siente algo que vuela hacia ella e interpone a Kunô, que recibe sendas varas en su rostro.
"¿Quién ha sido?", pregunta Ranma-m, y frente a ella se planta Mariko: "¡Sólo yo, la gran eme, a, erre, i, ka, o, Mariko, puede animar a Kunô!", mientras los kendokas miran a las animadoras y las animadoras a los kendokas. "Maldita, hizo llorar a Akane.", alcanza a pensar Ranma-m; "¿Qué relación tienes con mi Kunô?", le pregunta Mariko; "Es mi novia.", responde él, pero Ranma-m le da un codazo; "¿Y si quiero animarle yo?", pregunta; "Serás mi enemiga.", responde Mariko. Ranma-m se vuelve hacia Kunô, diciendo: "Creo, Kunô, que también te animaré...", y al encontrarlo abrazado a su pierna comienza a patearle. Mariko lanza un pompón y lo deshace con su vara: "¡Uve, i, ce, te, o, erre, i, a, victoria!", y deja una V en el suelo. "¿Y quién se la llevará?", pregunta Ranma-m; "¡Yo, la mejor animadora!", le replica Mariko.
Tras una farola, Akane ha observado la escena: "¿Ranma piensa enfrentarse a aquella engreída?", piensa, mientras Kunô quiere abrazar agradecido a Ranma-m; "¡Y griega, u, ene, ce, u, e, erre, ene, o! ¿Entendido?", replica Ranma-m con una patada.
Nuevos personajes: Mariko Konjô.
A Kunô le estalla una piñata en la cabeza y toda la gente del Fûrinkan mira la escena aterrorizada. "Haz lo que quieras conmigo.", insiste Mariko, ante un alumnado cada vez más horripilado. "¿De verdad?", dice Kunô; "Pues cierra los ojos."; Mariko le hace caso, y Kunô... le dibuja un garabato en la cara. "¡Qué divertido, amor mío!", ríe Mariko mientras Kunô la acompaña en su risa, Ranma-m mira extrañada y todos comentan que debe amar de verdad a Kunô si le permite dejarla en ridículo así.
Pero Kunô no para ahí "Como recompensa, toma mis labios.", pero el resto de los equipos del Fûrinkan se lanzan al ataque para evitar que Kunô lo haga, algo que molesta a Mariko, que aparece en su traje de animadora: "¡Os enseñaré la fuerza del amor!", y comienza a pelear contra ellos al grito de: "¡Ele, e, cu, u, i, e, erre, o, le quiero!"; Ranma-m mira la batalla con preocupación, mientras el resto de la gente mira admirada. "¡Soy la incansable líder de las animadoras combativas del Seishun, y esta es mi táctica! ¡Tortas para todos!", proclama Mariko.
"Así fue como arruinó el partido.", piensa furiosa Ranma-m, y entonces llega Akane: "Ranma, deberías dejarlo. No puedes ganarla; debes de superar un entrenamiento terrorífico.", le dice mostrándole un libro de "Animación combativa". "¿Terrorífico?", inquiere Ranma-m; "Mira a Kunô.", insiste Akane. Y Kunô está pletórico al ver como Mariko se carga a todos los rivales; "¡Mariko Konjô! ¡Al fin comprendo el significado de tus actos de amor!", proclama Kunô emocionado. "Vaya tontería.", dice Ranma-m y se acerca a Kunô; "¡Vamos, vamos, Kunô!", le dice; Kunô la abraza... y Ranma-m le da un golpe, lo cual sume a Kunô en el desánimo, ante la perplejidad de Ranma-m y las recriminaciones de sus compañeros.
"¡Vamos, arriba, Kunô!", le grita Mariko, y Kunô vuelve a volar; Mariko mira satisfecha a Ranma-m: "¡Si quieres ganar el combate, tendrás que amar a Kunô más que yo!"; "¡Pues lo haré!", proclama Ranma-m ante el estupor de Akane y el resto de la gente. "La victoria dependerá del grado de amor que sientan por Kunô. Es terrible.", comentan.
Esa noche, Ranma-h sigue entrenando en el dojo con Akane junto a él; "Deja de hacer el tonto.", le insiste Akane; "Queda sólo una semana. ¿Cómo crees que podrás amar a Kunô en tan poco tiempo?"; "El amor no necesita tiempo.", responde Ranma-h evitando mirar a Akane. Entonces, Nabiki aparece señalando a Ranma-h: "Dice que quiere salir con Kunô.", y el gigante de Sôun aparece asustándole.
Akane se los quita de encima y su novio vuelve a hablarle: "No intentes convencerme. No puedo permitirme perder este combate.". Akane le habla con desprecio: "Pareces tonto, aunque ganes, sólo conseguirás dar pena."; Ranma-h se enfada: "¿¡Estás ciega!? ¿¡Por quién crees que hago esto!?". Y Akane le mira anonadada: "¿Lo hiciste por mí? ¿Para vengarte de lo que me hizo?"; Ranma-h tiembla al verse descubierto y al ver asomar al resto de la familia por la puerta, y se inventa una excusa: "¡Eres tonta! Lo que está en juego es el honor de la escuela Saotome.", y se transforma y pompones en mano declara: "¡Amando a Kunô lo animaré!"; y Kunô aparece dándole un abrazo, pero Ranma-m lo lanza al infinito; "Eso no está nada bien.", comenta Nabiki.
En su habitación, Mariko da un beso de buenas noches al poster gigante de Kunô que tiene: "Be, u, e, ene, a, ese, ene, o, ce, hache, e, ese, buenas noches, Kunô.".
Escenas inolvidables: Cuando Mariko le dice a Kunô que puede hacer con ella lo que quiera... y la forma de la que se aprovecha Kunô.
Akane ha visto la escena, y sabiendo que Ranma-m lo está haciendo por ella decide no quedarse quieta. En el dojo, coge un par de varas de majorette y comienza a hacerlas girar... consiguiendo que acaben en su nuca; "No se te da nada bien.", comenta cínica Nabiki. Y al caer la noche regresa Ranma-m sonriendo; "Te veo muy contenta.", dice Kasumi; "¿Cómo fue la cita?", pregunta Akane mientras Ranma-m ríe; y cuando Ranma-m recuerda que estuvieron tomando un helado juntos, los intentos de Kunô de cogerla de la mano en el cine o su intención de un beso de despedida, estalla: "¡Me entran escalofríos cuando lo recuerdo!".
Y el día de la batalla llegó sin que Ranma-m consiguiera amar a Kunô. El cartel en el Fûrinkan pone en primer plano el combate de animadoras y tras él el torneo de kendo; "¿Y todas animan a Kunô?", pregunta curiosa la gente. Frente a frente, Ranma-m y Mariko; "Hoy me haré con el corazón de Kunô.", proclama Mariko. Pero aparecen los del equipo del Seishun: "Mariko, ¿piensas animar a Kunô? ¿Qué pasa con nosotros?", lloran los chicos; "¡También os animaré!", les dice ofreciéndoles unos dulces que son devorados por los kendokas... para descubrir que están envenenados y caer inconscientes, mientras Mariko llora pidiendo perdón en silencio.
Kunô coge a Mariko de las manos, llorando de emoción: "¡Me emociona que hagas tanto por mí! ¡Me anima tanto!"; "¿Comprendes ahora cuánto te amo?", le responde Mariko. "¡Siempre empleando trucos sucios para ganar!", le recrimina Ranma-m; Mariko se encara a ella: "Debes soportar cualquier humillación por la persona a la que amas. ¡Eso es a, ene, i, eme, a, erre, animar! Ya me he deshecho de los del Seishun. ¡Sólo quedamos tú y yo!". Mariko comienza su ataque con varas, que Ranma-m desvía certeramente con las suyas... hasta que Kunô la abraza. Ranma-m lo envía al infinito de una patada, provocando el desánimo de Kunô y que la gente la recrimine por no saber animarlo.
"¡Ka, u, ene, o, Kunô!", grita Mariko, "¡Anímate, yo te amo!". Y aprovecha su equipo de animadoras como trampolín para lanzarse hacia Ranma-m; se esconde en sus pompones y surge de ellos sorpresivamente para darle una patada a Ranma-m: "¡Patada destrozarivales!"; "¡No se sabe por dónde ataca!", exclama el público. Pero Mariko no ha terminado; lanza su pompón al aire y éste estalla en fuegos artificiales que forman un "Kunô mon amour" en el aire; "¡Esto si me anima!", exclama Kunô levitando.
Todos comentan la maestría de Mariko; Ranma-m se lo ve muy negro: "No puedo vencerla ni en fuerza ni en técnica. ¿Será posible que no pueda ganar?"; pero el último pensamiento es de Akane: "¡Hay un modo, Ranma! ¡Sé como puedes vencer si tener que amar a Kunô!".
Kunô se emociona enormemente al leer las cartas; "¡Tengo que intentar algo nuevo para conseguir el amor de Kunô!", piensa Ranma-m, e inicia su ataque: "¡Ataque del álbum de recuerdos!", y empieza a dispersar sensuales fotos de Ranma-m en dirección a Kunô, usando la vara a modo de ventilador. La emoción de Kunô aumenta inconmensurablemente, y Mariko se ve sorprendida. "¡Kunô está colgado por mí!", ríe Ranma-m pérfidamente.
Mariko se siente desfallecer: "A pesar de que el amor que siento es eme, u, ce, hache, o, eme, a, y griega, o, erre, mucho mayor...", y micro en mano canta su pena: "Pero no debo guardarle rencor por mi amor no correspondido. Le diré adiós y me alejaré. ¡Mi galante Kunô, te guardaré en mis recuerdos!", grita recordando sus momentos. Y Mariko sale corriendo ante la expectación de todos; "¡He ganado!", piensa Ranma-m... pero Kunô coge a Mariko de la mano: "Un momento, tú también me gustas."; Mariko se para sorprendida: "¿De, e, uve, e, erre, a, ese, de veras?".
Ranma-m le arrea una patada a Kunô: "¡Idiota!"; ahora es Mariko la que ríe pérfidamente mientras Ranma-m la maldice; "¡Ha usado el truco de hacerse la víctima!", exclama todo el público. Y para arreglarlo, Kunô comienza a darle palmaditas en la espalda a Ranma-m: "Tranquila, siempre serás mi chica."; "¡¿Y quién quiere ser tu chica?!", replica Ranma-m mandándole de un puñetazo al infinito... provocando que Kunô caiga en el desánimo. Ranma-m se ve perdida: "¡No puedo! ¡Está claro que lo que falla es que no le amo!".
Pero en el tatami, el secundario combate de kendo sigue adelante por parte de un luchador del Seishun al que la máscara no deja que se le vea la cara, ante la sorpresa de Ranma-m, Mariko y todo el público que ni se había enterado. "¡Y nuestro equipo está perdiendo!", gritan los del Fûrinkan; "¿Qué es esto? ¡Si envenené a todos!", piensa Mariko. El ábitro llama a Kunô para combatir; "¡Si falla Kunô estamos perdidos!", grita el público; Kunô se jacta ante su rival: "No sabes dónde te has metido. ¡Te haré picadillo!".
Kunô lanza su primer ataque, que su rival puede encajar tenazmente. "¡Están muy igualados!", gritan; "¡Los enemigos de Kunô son mis enemigos!", grita Mariko, y comienza a lanzar varas contra el rival de Kunô... que son detenidas por Ranma-m. "¿Qué te propones?", pregunta la mosqueada Mariko; "Animar es amar, ¿no? ¡Pues acabo de darme cuenta de que quiero a este hombre!", responde Ranma-m cogiendo del brazo al desconocido, que la mira con sorpresa. Y ambas rivales se encaran con tremenda furia; "¡Así estamos igualadas!", piensa Ranma-m; "¡Te voy a demostrar la esencia de la animación combativa!", piensa Mariko.
Escenas inolvidables: Mariko haciéndose la pobre pobre chica cuyo amor no es correspondido.
Mariko lanza otro ataque de varas; "¡Es imposible hacer frente a los dos!", grita la gente; pero Ranma-m va en auxilio de su amado y golpea las varas, haciéndolas caer sobre la cabeza de Kunô, que queda medio KO; Mariko se asusta, mientras Ranma-m se muestra autosuficiente: "¿Te ha gustado? ¡Ataque de varas sobre cabezota, y de paso me deshago de tus varas!". Mariko lanza otro ataque, y Ranma-m el consiguiente contraataque, pero Mariko esconde su arma secreta: "¡Alárgate, bastón mágico!", y una de sus varas se alarga hasta golpear a Ranma-m ante la sorpresa del público.
Ranma-m apenas si puede levantarse; "¡Acabemos con e, ese, te, o, esto!", grita Mariko con un nuevo ataque de vara larga... que detiene el kendoka del Seishun sorprendiendo a todos. El kendoka comienza a atacar a Mariko, la cuál llama a su grupo de animadoras: "¡Nube Kintôn!"; las chicas aparecen con los pompones hacia arriba, y Mariko se sube en ellos como si fuera una nube. El kendoka del Seishun no se queda atrás, pero en cuanto sube, las manos de las chicas le cogen desde abajo y le atrapan. "¡Has caído en la trampa de "El infierno de la nube". ¡Prepárate!", grita Mariko lanzándose sobre el indefenso rival... pero Ranma-m llega trompeta en mano y comienza a tocar a toda potencia junto a las animadoras: "¡La fanfarria de la trompeta rompetímpanos!"; y la nube se deshace evitando el ataque de Mariko.
"¡Qué contraataque!", grita el público entusiasmado; "¡No hacen mala pareja!", siguen diciendo. "¡Claro!", grita sonriente Ranma-m, abrazando al kendoka, el cual parece ruborizarse y se aparta a Ranma-m ante el estupor del público. Pero Kunô aún se mueve: "¡Deja en paz a mi chica de la trenza!", grita atacando; el del Seishun va a defenderse... pero unas cintas le arrebatan la espada, dejándole indefenso ante el ataque de Kunô; "¡Cinta adhesiva a lo Spiderman atrapacorazones!", grita Mariko arrastrando la espada... pero Ranma-m salta sobre Kunô y recupera la espada de un patadón, enviándosela a su animado... al cual se le escapa de las manos y se le cae. "¡Eres muy torpe!", exclama sorprendida Ranma-m... y el kendoka le pega un espadazo en la cabeza.
"¡La relación peligra!", grita el público; "¡Se ha enfadado porque le ha llamado torpe! ¿Quién será?", se pregunta la gente. Mariko llega de nuevo: "¡Vuestro amor no es verdadero! ¡No podréis igualar la historia de amor entre Kunô y yo!"; "¡Si no hace ni diez días que lo conoces!", replica Ranma-m. Pero Mariko, sobre sus chicas, hace oídos sordos: "¡Tabla de surf punzante!", y se desliza sobre los pompones haciendo que los suyos se conviertan en bolas de afiladas agujas. "¡Bombas punzantes boladoras!", grita mientras las lanza...
El kendoka trata de parar una de las bolas con la espada, pero ésta se hace astillas e impacta sobre su máscara, lanzándola por los aires y haciéndole caer de bruces. Ranma-m corre alarmada hacia él: "¡Si pierde habré perdido yo!", piensa. Y al alcanzarlo lo incorpora: "¡Levántate! ¡Yo te amo!", le grita... y al ver que es Akane, se queda de piedra; "¿De verdad me amas, Ranma?", pregunta Akane sonriendo. Y Mariko ve que tiene a Ranma-m a tiro...
Escenas inolvidables: ¡Vaya careto se le queda a Ranma-m cuando ve que el objeto de su amor es Akane!
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