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Una vieja de gigantescos morros irrumpe en la habitación: "¡Densuke! ¡Aguanta por favor!", llora la mujer; "Estoy a punto de irme, mamá.", murmura Densuke. La madre trata de abrazarlo, pero el chico la esquiva; "¡Si has de morir, que sea en mis brazos!", suplica la mujer;" ¡Ni hablar!", protesta Densuke, y coge a Ranma-m de la mano: "Ayúdame, por favor. Quiero morir en los brazos de una chica linda.", le dice abrazándola; Ranma-m mira a la llorosa madre... y siente la mano de Densuke en su pecho, lanzándolo inmediatamente al infinito.
"¿Tan enfermo está su hijo?", pregunta Ranma-m a la llorosa madre en un banco del parque del hospital; "Es que odia tomar medicinas.", le dice la madre; "Los médicos dicen...", y aparece el médico diciendo: "...si no toma la medicina no tardará en morir.". "Señora, perdón que me meta donde no me importa... pero no se parece usted a su hijo.", le dice Ranma-m; "Métete en tus asuntos.", replica la madre.
Densuke sigue en la cama del hospital; "Lo siento, no soy capaz de superar mi aversión por las medicinas.", piensa; "Es que soy un adolescente. Si fuera una enfermera de cuerpo diez y buena delantera quien me la diera...", declama mientras su madre llora y le dice que no sea depravado. Y su deseo parece cumplirse: "Hora de la medicina.", saluda Ranma-m vestida de enfermera. A Densuke se le ilumina el rostro, mientras la madre implora a Ranma-m; "¿Te tomarás la medicina?", pregunta Ranma-m con mirada emocionada; "¡Claro! Si me la das boca a boca...", contesta Densuke, y Ranma-m le clava una jeringuilla en la cabeza.
"Me da igual todo. Prefiero la muerte.", murmura Densuke arrebujándose en la cama. "Venga, abre la boca.", le pide Ranma-m, pero el chico no hace caso; Ranma-m le tapa la nariz: "Si no la abres, morirás.", le dice; y Densuke aguanta, aguanta... hasta que le tienen que poner oxígeno; "Por poco...", murmura el doctor; "¡Qué manía!", se solivianta Ranma-m.
Densuke se despierta y pide algo: "Si haces realidad mi deseo..."; "¡¿Te la tomarás?!", pregunta Ranma-m; "Es que nunca me he citado con ninguna chica. Si logro saborear tal dulzura de la juventud, igual me dan ganas de vivir.", dice; la madre ruega llorosa y Ranma-m decide aceptar: "Si sólo es una cita..."; "¡Gracias! Ponte esto.", exclama Densuke ofreciendo un vestido... que Ranma-m se pone para ver que es un traje de colegiala: "¡Tú eres un viejo verde pederasta!", le grita dándole una patada.
Ambos salen de paseo (con vestimentas más normales); Ranma-m trata de poner la medicina en la comida... pero Densuke hace un número de magia y se saca la carne de la boca con banderitas. En el karaoke, Ranma-m pide que canten con la boca bien abierta, pero Densuke sólo tararea y Ranma-m no puede meterle la medicina. En el teatro quiere aprovechar las carcajadas de la comedia... pero Densuke sólo ríe por lo bajini. Ya por la noche, en la copa final, Ranma-m le dice que mire a otro lado para echarle la medicina... pero Densuke también le echa un somnífero y aparecen en un hotel; "Al fin y al cabo, sólo soy un adolescente... ¡vamos, hagámoslo!", propone Densuke, y Ranma-m lo lanza al infinito de un buen golpe: "¡¿Y tú estás enfermo?!".
La cita llega a su final; "¡Qué bien lo he pasado!", reconoce Densuke; "Quizás me tome la medicina.", dice sorprendiendo a Ranma-m; "Me han vuelto las ganas de vivir.", confirma el chico, y Ranma-m saca la medicina: "¡Al fin lo has comprendido!"; pero Densuke se la echa a ella en la boca: "Boca a boca.", vuelve a pedir. "¡Basta!", grita Ranma-m lanzando un puñetazo... pero no impacta sobre Densuke, que ha caído desmayado. "¡Levanta, vamos!", le grita alarmada Ranma-m.
Densuke está inconsciente en la cama del hospital, mientras todos le llaman alarmados. "Es la fase crítica. Sólo se le puede salvar dándole la medicina boca a boca.", dice el doctor; "Si no lo hago, Densuke...", piensa Ranma-m; "¡Densuke va a morir!", llora su madre; "¡No hay tiempo que perder!", espeta el médico; "¡Hay que hacerlo!".
A la mañana siguiente, Densuke despierta, y se siente bien: "Me siento como nuevo. ¿Habré tomado la medicina?", piensa; entonces ve a Ranma-m durmiendo arrodillada y con la cabeza sobre su cama. "Este suave tacto en mis labios... puede que... ¡hay que confirmarlo!", y se lanza sobre Ranma-m que se despierta y le sacude un buen golpe, tirando también la tetera por los aires. "Tú me has dado la medicina, ¿verdad?", pregunta emocionado Densuke; "Era una obligación moral...", asume Ranma-m a regañadientes mientras Densuke se emociona... y se queda de piedra cuando la tetera cae sobre Ranma-m y la transforma en Ranma-h. "Hubiera preferido marcharme sin mostrarte mi aspecto real, pero ahora ya estás recuperado.", le dice Ranma-h; "Cerdo...", le acusa Densuke; "¡Mira quién fue a hablar!", grita Ranma-h lanzándolo al infinito.
Ciertas cosas es mejor ignorarlas... "¿Se la diste boca a boca?", le pregunta Akane; "Así lo cree, y es mejor para él...", contesta Ranma-h. Densuke se curó y abandonó el hospital, con el alivio de que fuera la versión femenina quien le diera la medicina... pero mientras su madre agradece al doctor la técnica del boca a boca. Y mejor que Densuke no sepa nunca la verdad...
Nuevos personajes: Densuke, su madre y el doctor.
Ranma-h y Akane vuelven de clase y se encuentran con Nabiki, Sôun y el panda; "¡Papá nos invita!", les dice Nabiki. La familia come a rebosar en el restaurante, y Sôun llama a casa: "¿Kasumi? Oye, que hoy no iremos a cenar...", y algo raro suena por el teléfono. De repente, Ranma-h se da cuenta: "¿Qué le pasa al señor Tendô?". Sôun se ha quedado lívido, e informa al resto. "¿Que Kasumi se ha enfadado?", pregunta incrédula Nabiki; "Eso no es posible, una chica tan dulce y amable como Kasumi...", dice Ranma-h.
Al llegar a la casa, se encuentran las luces apagadas y empiezan a sentirse incómodos; "¿Habrá salido?", se preguntan. Entran y junto al teléfono se encuentran un jarrón hecho añicos; "Diría que lo ha tirado al suelo...", murmura Nabiki; "Kasumiiii...", llama Ranma-h entrando a la cocina, donde ve el bol de pescado desparramado y el cuchillo clavado en el suelo. Todos van al salón y ven la cena a punto y la mesa preparada. "Somos culpables...", murmura Nabiki; "¿De qué hablas?", se asusta Akane; "De que Kasumi esté enfadada.", responde su hermana, que se imagina a Kasumi enrabietada, rompiendo el jarrón y clavando el cuchillo en el suelo: "¡Me han dejado sola, marginada, y yo que les tenía la cena preparada!".
Pero todos sonríen: "¡Bah, no es posible!". Sôun escucha ruido en el piso de arriba; "Debe estar arriba...", dice; Ranma-h y Akane van a su cuarto y entreabren la puerta llamándola... y la ven de espaldas, desprendiendo una áura caliente de ira que les provoca una parálisis de terror.
"¡Que está ardiendo de ira!", se asusta Sôun, al que le da el telele. Ranma-h, aún temblando, le pregunta a Akane: "¿Siempre se pone así Kasumi al enfadarse?"; "Es que nunca la he visto enfadada.", responde Akane; "Ni yo.", dice Nabiki; "Ni yoooo...", aulla Sôun. "Es tan dulce y tierna que no se puede prever qué hará si monta en cólera.", concluyen. "¡Hay que aplacar su ira como sea!", proclama Sôun.
Todos se ponen en marcha; hacen un cartel de fiesta con la disculpa a Kasumi y lo decoran todo. Akane se pone a hacer un pastel y Nabiki el té; Akane, tan torpe como siempre, mete el pastel en el microondas y el aparato estalla. Nabiki carga con su mochila; "¿Dónde vas?"; "Ha sido culpa tuya, Akane.", responde Nabiki, y entonces Akane ve que ha roto la taza favorita de Kasumi. Los hombres mientras montan los bártulos de fiesta, pero Ranma-h oye algo raro: "¿Qué es ese rrrrrr?", pregunta a Sôun, y entonces ven que el hilo que están usando lo están sacando del jersey que Kasumi tenía a medio tejer.
Se impone la solución radical: todos se van de viaje. Pero una voz les detiene: "¡Esperad!", llama Kasumi. La chica aparece en el pasillo pero sólo ve unos bártulos desordenados: una armadura, un paraguas, una alfombra... "Han huído... ¡vamos, salid de vuestro escondite!", llama Kasumi volviendo arriba sin ver a Ranma-h pegado al techo. Sôun sale de la armadura, Genma del armario, Akane tras el paraguas y Nabiki debajo de la alfombra. "Esto no es buena idea.", dice Nabiki; "¡Hay que elegir una víctima para el sacrificio!", proponen.
Y la víctima es, como no, Ranma-h, al que atan y le cuelgan un cartel de "Lo siento". "Gracias Ranma...", llora Sôun; "Ojalá fuera yo joven...", llora Genma mientras Ranma-h protesta. "Sois unos ogros.", le defiende Akane; "¿Le váis a dejar ir solo? Toma este amuleto.", le ofrece; "¡Pero qué jeta tienes!", le grita Ranma-h. Entonces escuchan un ruido; "¿Qué es eso?", y Genma lanza a Ranma-h a la habitación donde lo han oído: "¡Adelante, Ranma!"; todos se quedan expectantes, preguntándose si Ranma-h saldrá vivo.
Ranma-h alza la mirada y ve a Kasumi; "¡Ranma!", grita ella con gesto severo; "¡Kasumi!", replica Ranma-h, y entonces lanza un alarido que hiela la sangre a todos; al trasluz del panel todos ven a Kasumi abalanzándose sobre Ranma-h: "Ya te tengo... y no te voy a dejar escapar."; "¡No lo hagas!", implora Akane, mientras Sôun y Genma tiemblan de terror y Nabiki decide huir. Y el panel cae sobre el lado que está la familia, con un Ranma-h paralizado y destrozado.
"Hola familia. ¿Ya estáis de vuelta?", les sonríe Kasumi... que sostiene un gato en sus brazos; "Lo siento, Ranma. Con la fobia que le tienes a los gatos, pensaba sacarlo antes de que llegaras.", se disculpa con el inerte muchacho. Todos se han quedado de piedra, y entonces Kasumi explica que fue el gato el que provocó el destrozo, y que en su habitación estaba usando el secador para secarlo. "Así que era eso...", murmura Akane; "¿Y quién decía que estaba enfadada?", se burla ahora Nabiki, mientras Ranma-h sigue catatónico.
Pero entonces hacen repaso de los nuevos destrozos; "Tu taza favorita... y tu jersey a mitad..."; "¿Quién ha sido?", pregunta Kasumi con un gesto ambiguo, entre curioso y molesto; todos se asustan y Nabiki ofrece a la cabeza de turco: "¡Ha sido Ranma!"; "Ranma...", susurra Nabiki con gesto triste, mientras Ranma-h se asusta: "¡Kasumi no es un ángel... su furia puede llegar a límites insospechados!", piensa...
Y Kasumi le da un golpecito con el índice en la frente: "Chico malo... ¡toma!". Todos se quedan de piedra; "Oye...", murmura Ranma-h; "¿Me he pasado, quizás?", pregunta Kasumi; "Es un ángel.", llora Genma.
Tres días después, Ranma-h vuelve de clase y ve en el parque a P-Chan calentando agua; "Ryôga... ¿me has traído setas de regalo?", pregunta Ranma-h al ver el cestito con setas, y coge una y la calienta al fuego. El cerdito salta enfadado hacia él y le muerde; "Déjame comerme una...", protesta Ranma-h, y le engaña: "¡Si es Akane!"; el cerdito pega un bote y Ranma-h aprovecha para echarse la pequeña seta a la boca.
Pero P-Chan derrama el agua caliente sobre sí y lanza un pedrusco a la boca de Ranma-h: "¡Que no te la comas, cebollón!", grita Ryôga; "Muy bien, ¡pues luchemos!", reta Ranma-h, y al disiparse el vapor ve... a un niño de seis años clavado a Ryôga. Ranma-h, sorprendido, le da unas palmaditas en la cabeza: "Lo siento, es que te pareces mucho a..."; "Comprendo que no me reconozcas. Esto se debe a que...", dice el pequeño Ryôga, pero Ranma-h ya ha retomado el camino: "¡Haz el favor de escucharme!", protesta Ryôga.
"¿Las setas de la edad?", pregunta sorprendido Ranma-h mientras Ryôga está envuelto en el ahora enorme jersey; "Y al comerte una rejuveneciste.", concluye Ranma-h; "Según me dijeron, alcanzas una edad como centímetros tiene la seta; 10 cm., 10 años.", relata Ryôga. "Así que si cuidas las setas hasta los 16 cm...", dice Ranma-h; "...volveré a ser yo.", termina Ryôga; "Por eso no puedo ir al dojo Tendô. Dale recuerdos a Akane.", dice marchando, pero Ranma-h lo para pisándole el jersey: "No te hagas tanto el víctima. No te preocupes por tu cuerpo de niño. Yo te cubriré."; "¡Ranma, a veces eres un gran tipo!", exclama Ryôga emocionado; "No seas idiota. Somos amigos, ¿no?", responde Ranma-h.
Y como buen "amigo", presenta al niño en casa de los Tendô como... "¡¿Qué?! ¡El hijo de Ryôga!", exclaman al unísono las tres hermanas; "¡Mentira, mentira!", grita Ryôga mientras Nabiki observa que es clavado a su supuesto padre; "Alguna relación deben mantener, se parecen mucho.", dice Akane; "A mí también me tenía engañado.", sigue comediando Ranma-h, pero Ryôga le suelta un paraguazo: "Soy su hermanito.".
Ranma-h se encarga de los hongos; "Debo buscar un sitio oscuro y húmedo.", y al ver que el baño está roto, pone la cestilla en la bañera con un cartel de "No tocar". Pero Sôun llega al baño y repara en el cartel de "Averiado"; "Vaya, se me había olvidado quitarlo.", dice arrancándolo.
Mientras, las chicas ya han vestido al pequeño Ryôga; "Es la ropa de Akane cuando era pequeña.", le dice Kasumi, y Ryôga tiembla de la emoción; "Eres un poco rarito...", murmura Ranma-h; "Ven que te abrace.", le dice Akane; "N... no... si con todo lo que hacéis... bueno, si es un ratito...", tartamudea sentándose en su regazo, y Akane lo aprieta contra su pecho: "¡Eres taaaan mono!", grita Akane mientras Ryôga se sonroja de felicidad pensando que no es tan malo ser un crío y Ranma-h mira celoso.
"Ven a jugar con tío Ranma. ¡Molino humano!", grita dando vueltas haciendo girar al pequeño Ryôga; "¡Arriba!", exclama lanzándolo contra el techo. "¡Esto no es divertido!", protesta Ryôga dándole un coscorrón, seguido por otro golpe de Akane: "¡No abuses del niño!". "No está mal ser niño. Igual puedo dejar que me mimen hasta que las setas crezcan.", piensa Ryôga, pero entonces llega Sôun tras él; "Huy que niño tan mono. ¡Deja que te frote con mi barba!", exclama el patriarca Tendô abrazando al pobre Ryôga; "¡Así me gusta!", anima Ranma-h; "Claro, como papá sólo tuvo hijas.", sonríe Kasumi; "Pues el niño no se lo pasa nada bien.", observa Nabiki. "¡Tengo que recuperar mi edad cuanto antes!", piensa desesperado Ryôga.
"Akane, ve tú primero a la bañera.", le dice Kasumi; "¿Te quieres bañar conmigo?", pregunta Akane al pequeño Ryôga en su regazo, y a Ranma-h le da un subidón de celos; "Es que...", responde nervioso el crío; "Te frotaré la espalda.", le sonríe Akane; Ryôga tiembla de la emoción: "¡Es una oportunidad única!"; pero Ranma-h le da un golpe: "Maldito cretino."; Ryôga le da una patada y sale corriendo; Ranma-h le sigue, pero Ryôga le lanza un rugido del león asesino que lo tumba; "¡A bañarse con Akane!", grita entusiasmado Ryôga yendo al baño. Entonces Ranma-h cae en la cuenta: "¡Si la bañera estaba estropeada!".
Cuando ambos llegan al baño, la bañera está llena de agua caliente y en ella flotan las setas, hervidas. "Lo siento...", trata de disculparse Ranma-h; "Muertas...", contempla desesperado Ryôga; "No pasa nada, puedo esperar diez años... ¡pero lo vas a pagar muy caro!", dice Ryôga. "¡Que ya me he disculpado!", protesta Ranma-h; "¡¿Y de qué me sirve?!", recrimina Ryôga.
Desde el exterior, el resto de la familia oye los gritos del baño, y de repente la puerta salta por los aires: "¡Rugido del león asesino!". Una bola sale impulsada a toda velocidad, y Akane consigue detener el bulto a duras penas... para ver que es un pequeño Ranma-h; "¡Mecachis en la mar!", protesta el niño ante la sorpresa de las hermanas, mientras Ryôga llora en el baño.
Nuevos personajes: El aldeano del bosque de las setas.
Escenas inolvidables: El careto de satisfacción del pequeño Ryôga ante las carantoñas de Akane (y los celos de Ranma-h).
Ryôga camina decidido a encontrar de nuevo el bosque de las setas; "Es mi única oportunidad de volver a ser el de antes.", piensa; entonces siente algo y esquiva por poco a Ranma-h, que cae sobre él; "¡Desgraciado! ¿Pretendes irte sin mí?", acusa Ranma-h; "¡Toma, claro!", responde Ryôga arreándole un paraguazo; "Contigo en medio no conseguiría nada."; pero el peque Ranma-h se vuelve a plantar en su cabeza: "Por las buenas o por las malas.", y ambos niños se disponen a la pelea... hasta que una bici les pasa por encima.
Mousse frena y se acerca a ambos: "¡Lo siento! ¿Estáis bien?", pregunta; "¡Ve con más cuidado, pedazo de cegato!", le gritan ambos niños, y Mousse les golpea; "¿Qué haces?", protestan atacando, pero el chino vuelve a lanzarles todos sus artilugios; "¿Por qué será que al ver a estos niños mi corazón es presa de la ira?", se pregunta Mousse sosteniendo en alto a ambos críos; "¡Estoy harto!", grita entrechocando sus cabezas.
Cae entonces Shampoo en su bicicleta sobre Mousse: "¿Qué hacer? ¿Y el trabajo?", pregunta, pero al ver al pequeño Ranma-h se olvida de todo: "¡Ser niño igual que Ranma!", y lo empieza a abrazar y besuquear; Ranma-h protesta, mientras Mousse pide a un dibujo en la pared (Shampoo para él) que también le abrace. Así, Ryôga aprovecha para escapar, dándole antes una patadita a Mousse; "¡Maldito renacuajo!", se queja el miope; "¡Cuando vuelva a ser yo sabrás lo que vale un peine!", asevera Ryôga... y un cazo de agua, impulsado por la abuelita del barrio, cae sobre él transformándolo en P-Chan.
Ranma-h escapa de la agobiante Shampoo y es remojado también por la viejita en su persecución del cerdito. "¡Ven aquí, cerdo!", llama Ranma-m, pero una mano detiene a P-Chan y se lo ofrece a la niñita. "¿Ku... Kunô?", se asusta Ranma-m; "Oye bonita, ¿te vienes al parque de atracciones?", propone el chico. Y antes de que se dé cuenta ya está subida en un tiovivo con ella; "Luego se lo cuentas a tu hermana mayor.", le dice Kunô; "¡La chica de la trenza!", señala Ranma-m, y Kunô pica y Ranma-m aprovecha para darle un buen golpe y dejarlo dormido.
Ryôga y Ranma-h siguen su carrera tras la vuelta a la normalidad; Ryôga consulta un mapa; "Torciendo en la siguiente esquina llegaremos al bosque.", indica, y al girar la esquina... se encuentran con el dojo Tendô. "¡Dame ese mapa!", pide Ranma-h; "Volveré a intentarlo.", insiste Ryôga, y siguen su caminata.
Dos horas después, paran en un banco del parque; "¿No estamos dando vueltas al barrio?", pregunta Ranma-h; "Pero si el mapa está bien.", asevera Ryôga, y cuando Ranma-h lo mira, sólo ve cuatro garabatos: la casa de un amigo, el dojo, y dos carreteras. "¡Y esto es un mapa!", grita enfadado golpeando a Ryôga; "Jamás encontraremos el bosque...", se desesperan. Akane, que ha ido buscándolos por el barrio, los ve entonces lloriqueando en el banco; "¿Os habíais perdido? Pobrecillos...", les dice.
Y al volver al dojo les espera una pequeña alegría: "¡Hay dos setas en mi mochila!"; efectivamente, dos esporas arraigaron en la mochila y dos setillas crecen sobre ella; ambos niños miran emocionados mientras Akane los mira alegre... hasta que Ryôga sale corriendo con la mochila. "¡Te las piensas quedar para ti solo!", protesta Ranma-h saliendo tras él; "¡Las cuidaré yo!", proclama Ryôga, pero entonces alguien le coge: "¡Estás de vuelta!", exclama alegre Sôun y le hace su frotamiento de barba; "¡Bien hecho!", grita Ranma-h, pero entonces Sôun le coge también a él y el grito de terror de Ranma-h es bestial.
Esa noche, ambos niños duermen junto al panda y las setas. Ryôga no para de irrigar su hongo; "No pienso esperar tanto. Voy a hacer que llegue pronto a los 16 cm.", piensa; sonríe satisfecho al ver que su seta supera a la de Ranma-h; "Duerme como un lirón; que duerma, yo me recuperaré antes.". Pero Ranma-h se revuelve entonces y da una accidental patada a la seta de Ryôga, que consigue alcanzarla antes de que caiga; "¡Tramposo!", susurra tratando de golpearle, pero Ranma-h vuelve a revolverse y esquiva el golpe. Entonces Ranma-h empieza a soñar con el frote de barba de Sôun y comienza a patalear a Ryôga; el panda se despierta y le sacude un cartelazo, dejándolo frito. Pero Ryôga se ha enfadado de verdad.
Ranma-h grita de terror al ver la situación por la mañana: "¡Mi seta!"; la seta ha crecido enormemente, al estar toda la noche a riego; "Supera incluso mi edad.", afirma Genma. Mientras, Ryôga tiene su desayuno: "16 cm. exactos.", murmura haciéndola a la plancha; "¡A comer!". Pero Ranma-h se lo impide de una patada, y agarra su seta saliendo a la carrera; "¡Tonto, alelado!", se burla Ranma-h; "¡Devuélveme mi seta!", grita Ryôga; y entonces se cruzan con Akane que agarra a Ranma-h; "¿Qué haces?", se queja Ranma-h; "La seta es de Ryôga, ¿no?", pregunta Akane; "¡Métete en tus asuntos, vejestorio!", le grita Ranma-h. Akane le da la seta a Ryôga y empieza a tirar de los mofletes a Ranma-h: "¿Tú me has llamado vejestorio?".
Ryôga, sobre una valla, cree haber encontrado un sitio tranquilo; "Ideal, ¡a comer!", dice lanzando el bocado... pero una llamarada le para. "Ya tengo una nueva técnica, ¡el rugido de fuego!", dice Mousse, autor de la llamarada; "Mousse, desgraciado...", murmura el requemado Ryôga; Mousse se acerca y le mira: "Es un crío. No deberías estar aquí, es peligroso.", dice dándole unas palmaditas, que acaban por deshacer las cenizas de la seta.
Y mientras, Ranma-h estaba en apuros: Ukyô lo está abrazando; "Es como si fuera el hijo de Ranma. ¡Qué mono!", grita apretándolo; y Kodachi mira de detrás de una farola: "Podría quedármelo y criarlo.", murmura.
Escenas inolvidables: Los encuentros que tienen con sus amigos adultos (con Mousse, Ranma-h con Shampoo, Ranma-m con Kunô).
"¡Todo por tu culpa!", recrimina Ryôga a Ranma-h; "¡Acabemos con esto aquí fuera! ¡Sígueme!", dice Ranma-h y sale a la carrera seguido por Ryôga, que finalmente se despista y no ve a Ranma-h, escondido bajo un juego del parque: "Lo siento Ryôga; voy a hacer que te pierdas.", piensa; "Sabía que trataría de hacer esto; por eso he dejado miguitas de pan por el camino...", y al volverse ve, como en el cuento, a todos los pájaros comiéndoselas. "¡Ja, ja! ¡La seta de 16 cm. será mía!", ríe Ranma-h camino al dojo, pero cuando llega se encuentra con un envío: "Un paquete urgente.", dice el cartero dándole una caja, de la que sale Ryôga dándole un puñetazo.
Mientras, Akane habla con Kasumi; "Con los niños por aquí no puedo dejar de vigilar las setas...", le dice a su hermana. Y entonces llega el fragor de la pelea: "¡Vas a morir a los seis años!"; "¡Eso lo debería decir yo!". En el gimnasio, ambos niños prosiguen la contienda; "¡Rugido del león asesino!", lanza Ryôga; Ranma-h cae cerca de las setas y coge una diminuta que lanza a la boca de Ryôga. Ryôga se la traga y reduce su tamaño; "¿Qué se siente con tres años?", se burla Ranma-h, pero el enano Ryôga no se queda quieto: "¡Taladro destruchtol!", lanza con su dedito, haciendo estallar el parquet del dojo y persiguiendo a Ranma-h. "¡Que te cargas el dojo!", grita Ranma-h sacudiéndole un coscorrón.
El pequeño Ryôga comienza a hacer pucheros y estalla en llanto justo cuando llega Akane; "¿Pero qué...?", dice Akane abrazando al pequeñín; "¡Ranma!", grita a Ranma-h, y lo pone sobre su regazo y empieza a darle una buena tunda de azotes en el culo; "¿Te puedes creer que me puedes hacer esto y quedarte tan pancha?", se indigna Ranma-h. Pero una voz llama a Akane: "Deja Akane, ya me encargo yo."; Ryôga ha vuelto a crecer hasta unos nueve años, y empieza a sacudir a Ranma-h; "¡Tramposo!", acusa Ranma-h; "¡Mira quién fue a hablar!", replica Ryôga. Ranma-h lloriquea y mira a Akane mientras Ryôga sigue golpeándole, pero Akane no hace nada; "¡¿No piensas decirle nada?! ¡Se está metiendo con un niño más pequeño!", recrimina Ranma-h a Akane; "Pero empezaste tú.", se justifica Akane. "Sólo te cebas en mí... ¡te odio!", grita Ranma-h lloriqueando y saliendo a la carrera... y cogiendo una de las setas más grandes.
En el jardín, observa su trofeo y lo mide; "17 cm... Seré un año más viejo. No importa, prepárate, Ryôga.", piensa poniéndola a cocinar. Y de repente aparece Kunô y se la come; "Tatewaki Kunô, 17 años, la flor de la juventud.", murmura Kunô mientras Ranma-h lo mira incrédulo. Y Akane aparece y lo manda de una patada al infinito.
De repente ambos escuchan un grito; "¡Es Ryôga!", se sorprenden; cuando llegan al dojo ven como la seta madre ha empezado a marchitarse y acaba por morir. Ranma-h coge una de las pequeñas y se la da de comer a Ryôga, que vuelve a los seis años; "Parece que las pequeñas están bien.", concluye Ranma-h; "¡Es que te tienes que meter en todo!", se enfada Ryôga agarrándole; "¡No te metas conmigo, gusano!", replica Ranma-h. Y de repente se dan cuenta de que Akane y las setas han desaparecido.
"Perfecto, ahora no las encontrarán.", dice Akane saliendo de su cuarto. Pero en la ventana acechan Ranma-h y Ryôga; "De nada te servirá esconderlas.", dice Ranma-h empezando el registro; "Esto no me gusta. Es la habitación de una dama.", dice Ryôga, pero se apresta a un registro concienzudo. Tras mucho revolver toda la habitación, no encuentran nada; "¡Mierda! ¿Dónde están?", se pregunta Ranma-h; de repente, Ryôga da un grito de emoción; "¿Las has encontrado?", pregunta Ranma-h; "¡Sí, el diario de Akane!", se emociona Ryôga; "¡¿Pero qué buscas?!", le golpea Ranma-h, y entonces escuchan pasos acercarse.
Akane entra a su cuarto y ve todo revuelto; "¡Les va a caer una bronca!", exclama muy enfadada, cerrando un cajón de la cajonera... en la que están Ranma-h y Ryôga. Nabiki entra por la puerta con un par de setas: "Akane, estas ya tienen 16 cm.", le dice; "Gracias por cuidármelas.", le responde Akane. Y ambos niños lo han oído dentro del cajón... del que ahora no pueden salir.
Akane cocina los hongos y va buscando a los chiquillos, que siguen dentro del cajón pero trazando un plan; "Cuando yo te diga, lanzas una ráfaga de energía conmigo y salimos.", propone Ranma-h; "Juntando nuestras fuerzas saldremos.", afirma Ryôga. Y en su primera colaboración, crearon tal cantidad de energía que fue como meter un huevo en el microondas. Y justo cuando Akane entra por la puerta del cuarto, la cajonera estalla con la energía de los niños. "¡Salimos!", dice Ranma-h; "No como yo había imaginado.", afirma Ryôga.
Y frente a ellos, una Akane con mirada triste sostiene dos platos con cenizas. "¿Y las setas?", preguntan; "Lo siento, eran las últimas. Portaos bien y tratad de rehacer vuestras vidas.", dice apenada Akane, mientras ambos niños han quedado totalmente paralizados.
En el porche, Sôun trata de hacer reaccionar a los catatónicos Ranma-h y Ryôga, mientras Akane mira las setas que guarda bajo la mesa del salón; "¡Si aún quedan!", se sorprende Nabiki; "Sí, pero a ver si así no se pelean.", contesta Akane.
Escenas inolvidables: Akane en plan madraza dándole una paliza a Ranma-h.
"Me siento vacío. Shampoo es siempre tan fría conmigo. ¿Qué tendrá de malo esta bufanda?", se lamenta Mousse. Entonces ve a su lado la estatua de un bodhisattva (un alma budista no iluminada, que ayuda a las almas de los muertos); "Este bodhisattva debe pasar mucho frío, y con lo sucia que estoy no voy a dársela a Shampoo.", y se la coloca a la pequeña estatua.
Esa noche, la figura de Shampoo camina por las oscuras calles mientras en el "Cat Cafe" Mousse friega los platos; "Me voy a dormir. Tú trabaja lo que no has trabajado en todo el día.", le dice la bisabuela al joven; "Negreros.", acusa Mousse. Y a la una, Mousse ya está dormido, junto a una bufanda a medio tejer; pero algo le despierta, y alza su mirada para ver una figura familiar: "¿Shampoo...?".
Unos días despué, Shampoo habla con Ranma-h y Akane; "¿Que Mousse está raro?", preguntan; "Si, quedarse embobado todo el día.", responde la chica china. "Nunca te había visto preocupada por Mousse.", se sorprende Akane; "No es por Mousse, pero...", y entonces Mousse, medio dormido, se choca contra el grupo y derrama sobre Ranma-h todos sus pedidos; "Tener problema.", señala Shampoo.
Esa noche, Mousse sale con su bicicleta, y tan embobado está que no ve a Shampoo, Akane y Ranma-h tras él, siguiéndole sin ningún tipo de disimulo; "¿Adónde ir todas las noches?", se pregunta Shampoo. Y entonces a Mousse se le ilumina la cansada cara con una sonrisa: "¡Shampoo!", llama, y una figura de Shampoo corre hacia él: "¡Mousse!". El trío perseguidor se queda boquiabierto: "¡Hay otra Shampoo!"; "¡La cita de esta noche también será un éxito!", exclama Mousse abrazándola, y todos ven el extraño rostro de la nueva Shampoo, con ojos en forma de raya.
Ranma-h se acerca a Mousse y le da unas palmaditas; "Ponte las gafas.", le dice; Mousse se las pone y entonces ve a la auténtica Shampoo y a la nueva; "¡Inaudito, dos Shampoo!", exclama el chico mientras a Ranma-h y Akane casi les da un pasmo. Y la auténtica Shampoo lo manda al cielo de una patada. Shampoo se encara a su figura usurpadora: "¡¿Quién eres?! ¿Por qué haber tomado mi apariencia?"; "Soy un bodhisattva y salgo con Mousse para agradecerle la bufanda que me regaló.", responde la nueva Shampoo, que, efectivamente, lleva la bufanda de Mousse. "Vale, Mousse ser todo tuyo.", responde Shampoo ante la incredulidad de Ranma-h y Akane; "¿Me lo cedes?", se alegra el bodhisattva.
"Haberte preparado muchas cosas, Mousse.", dice Shampoo ofreciendo comida al emocionado muchacho; "Shampoo está tan tierna y amable...", llora emocionado. Por supuesto, es el bodhisattva y la imagen que tiene Mousse no es la real: en la caseta del bodhisattva en vez de en un restaurante, con una velita en vez de con magníficos cirios, y con pequeños pastelitos en vez de pasteles normales. "Está totalmente poseído.", afirma Ranma-h; "¿Lo vas a permitir?", pregunta Akane a Shampoo; "Mousse parecer realmente feliz. ¡No poder destruir sus sueños!", llora falsamente; "Y así te quitas un peso de encima.", dice cínico Ranma-h mientras Mousse sigue disfrutando de su nueva compañera.
En el "Cat Cafe" le explican la historia a la bisabuela. "¿Así que el bodhisattva le devuelve el favor? Pero me parece extraño.", dice la vieja; y observan como Mousse derrama torpemente los platos sobre los clientes. "Mousse tiene mal aspecto, como si le estuvieran quitando la energía vital.", comenta Colonia. Ranma-h y Akane van al bodhisattva y ponen en marcha su plan: "Basta con quitarle la bufanda.", murmura Ranma-h, pero al ir a quitársela, la estatuita de piedra le da un cabezazo; "¡No quiere!", se sorprende Akane; y cuando Ranma-h vuelve a intentarlo, la persiana de la caseta, con el cartel de "Cerrado", la da en las narices.
Mousse grita furioso tratando de librarse de sus cadenas: "¡¿Qué pretendéis?!"; Shampoo mira indiferente mientras la bisabuela advierte al chico: "¡Tu vida está en peligro si sigues con el bodhisattva!"; "Sé buen chico.", le pide Ranma-h, pero el deseo de Mousse es más fuerte: "¡Shampoo, iré enseguida!", grita con el rostro cubierto de cansancio. "¡Deja de decir tonterías! ¡Shampoo está aquí!", grita Akane señalando... a ninguna parte, porque Shampoo se ha puesto a ver tranquilamente la tele; "¡Podrías colaborar un poco!", le recrimina Akane. "¡A dormir, Mousse!", grita Ranma-h lanzando un mazazo sobre el chico; "¡No molestes!", replica Mousse lanzando un puñetazo que hace añicos el mazo ante la mirada estupefacta de Ranma-h.
Hasta arrastrando las cadenas sale finalmente Mousse en su bicicleta; "Qué testarudo...", se sorprende Colonia; "No sabía que fuera tan fuerte.", comenta Akane; "¡Mousse!", llama Ranma-h; "¡¿Qué?!", responde; "Cuidado con el poste.", dice Ranma-h cuando ya se ha estampado. Así consiguen enjaular a Mousse que no para de pedir que le suelten; "Así estaremos tranquilos.", dice Ranma-h. Pero entonces escuchan un fuerte ruido y la pared cae, dejando ver al bodhisattva; "He venido a buscarte.", dice la estatua; "¡Shampoo!", llama Mousse desde la jaula. Y la auténtica Shampoo duerme a pierna suelta sin preocuparse de nada.
Nuevos personajes: El bodhisattva.
Mousse y el bodhisattva escapan en la bicicleta, perseguidos por Ranma-h, y Colonia; "¡Hay que quitarle la bufanda para cortar esto!", insiste Ranma-h, y pega un salto hacia la estatuilla, consiguiendo agarrar la tela; "¡Lo tengo!", grita, pero el bodhisattva se hace hacia atrás y le golpea. "Es terrible este bodhisattva.", murmura Colonia junto al aturdido Ranma-h, mientras la parejita escapa.
Mientras, Akane está tratando de hacer entrar en razón a Shampoo; "¡Eres la única que puede salvar a Mousse!", le grita Akane por un megáfono; "Por la mañana volver aquí y listos.", dice indiferente Shampoo; "Pero está muy desmejorado. El bodhisattva podría acabar con él.", insiste Akane, pero Shampoo la ignora mirando la tele. Akane se marcha enfadada, y unos instantes después suena el teléfono. Shampoo lo coge y escucha un pedido: "Unos fideos. Mi casa está al lado del bodhisattva.", dice al otro lado de la línea Akane, disimulando su voz. Y Shampoo se pone a preparar el pedido.
La noche es hermosa con los rascacielos de la ciudad al fondo; "Brindemos por tus preciosos ojos.", dice Mousse a Shampoo; "Qué romántico ser.", responde ella. Pero claro, es realmente el bodhisattva, y la panorámica de rascacielos que ve Mousse son sólo las lápidas del cementerio donde están. "Esto es cada vez más siniestro.", susurra Ranma-h, que se esconde junto a la bisabuela; "¿Preparado?", pregunta la vieja, y Ranma-h lanza el anzuelo de una caña de pescar, que engancha la bufanda, y tira hacia sí. Pero el bodhisattva se deja llevar completo: "¡Ataque de la estatua volante!", proclama cayendo hacia Ranma-h, que a duras penas esquiva el impacto. Y lo que no esquiva es la furiosa patada de Mousse: "¡Desgraciado!"; y el chico se encara a Colonia: "¡Levanta, Shampoo!"; "Que no soy Shampoo.", insiste la abuela.
Y justo entonces cae Shampoo sobre Mousse: "Sus fideos.", dice, pero en cuanto ve a Ranma-h se abraza a él; "¡No te aproveches!", grita Akane, que aparece golpeando a su novio. Y entonces se dan cuenta de que el bodhisattva se está comiendo los fideos: "¡Qué calentitos!", dice. Ranma-h cae en la cuenta: "¡Claro! Tiene frío y no quiere quitarse la bufanda. Pero ahora podré.", y se lanza agarrando la tela: "¡Mía!", grita alegre, pero entonces ve que no se acaba la tela y se da cuenta de que está tirando de la faja de un kimono que el bodhisattva ha sacado de la nada. "No se va a dejar.", concluye Akane.
El bodhisattva mira ahora a Shampoo; "Muchas gracias por tu ofrenda. Te recompensaré.", le dice; "No será...", llega a decir Akane. Y efectivamente, el bodhisattva se transforma en una copia de Ranma-h; "¡Dos Ranmas!", grita sorprendido Mousse; "¡Que no se parece a mí!", grita Ranma-h. Ranma-h se encara a Mousse y le hace la propuesta final: "¡Pelea conmigo! Si pierdes, te vas a casa sin chistar."; Mousse parece aceptar: "De acuerdo, pero si gano... ¡jamás me darás la lata en una cita!", grita lanzando un ataque brutal, que Ranma-h esquiva a duras penas y que alcanza la campana del camposanto, que queda partida en dos. "¿Pero de donde saca las fuerzas?", se pregunta Akane observando al demacrado Mousse; "Claro, después de tantas citas con el pesado bodhisattva de piedra, sus músculos se han desarrollado.", concluye Colonia.
Mousse lanza otro brutal golpe que Ranma-h vuelve a esquivar por poco; pero entonces Mousse parece desfallecer; "Pareces agotado.", le dice Ranma-h; "Venga, dejémoslo en un empate. Volvamos jun...", pero Mousse vuelve a atacar con renovadas fuerzas:" ¡Qué empate ni que leches!". Akane ya no ve salida: "Quiere salir con el bodhisattva hasta morir.", dice; Shampoo parece rendirse a la evidencia: "Haber de estar en todo.", dice cogiendo la caja de pedidos y sacando de ella... una bufanda a medio tejer. Alcanza a Mousse y se la pone; "Todavía no terminada estar.", le dice, pero Mousse parece volver a la realidad; "Shampoo...", murmura, y acto seguido cae agotado. "Aquí termina mi misión.", dice entonces el bodhisattva.
Así, el bodhisattva volvió a su emplazamiento y forma normal, y Mousse se recuperó a base de sueño. "Está tan muerto que parece dormido.", dice Ranma-h; "Al revés: está tan dormido que parece muerto.", le contradice Akane, que prosigue hablando: "No lo entiendo. Si el bodhisattva pretendía recompensarle, ¿por qué estaba tratando de matarle?"; y entonces la bisabuela saca otra interpretación: "Bueno, por la mañana repartía comida, y por la noche iba con esa falsa Shampoo. Ahora que lo pienso, no ha dormido ni un segundo en toda la semana."; "Ahí está la respuesta.", concluye Akane.
Pero días después, a Mousse aún le queda algo que le intriga: "Shampoo, no entiendo esto que pone en la bufanda.", donde se lee claramente "Ranma"; "Pues claro: yo pensar darla a Ranma.".
En el templo les saluda Ukyô, que está ayudando a limpiar: "¡Habéis llegado!"; "¡Ut-chan!", saluda Ranma-h, mientras Hinako observa las tablillas rotas. El monje habla lamentándose: "El fin de año está cerca. Las sacerdotisas se han ido por el miedo. Si esto sigue así, el santuario..."; "¿Quién hará esto y por qué?", se pregunta Ranma-h mirando las tablillas rotas.
Akane, Ukyô y Ranma-m, ataviadas con kimonos, han preparado un inmenso panel lleno de ema como cebo. "Sólo hay que esperar.", dice Ukyô, pero entonces Ranma-m observa una tablilla de cerca y se fija en el deforme caballo que hay dibujado; "¿No son un poco raros estos dibujos?", pregunta; "¡Qué amables palabras!", ríe el monje sonrojándose; "No los estoy alabando.", matiza Ranma-m. "Tenemos un caballo sagrado: Shussemaru (el de la prosperidad). Todos los dibujos de las tablillas son de Shussemaru y los hago yo.", explica el monje; "O sea, que a usted el dibujo no...", va a decir Ukyô, pero entonces el monje les da una tablilla con su autorretrato perfecto; "Pues no dibuja nada mal.", concluye Akane. "Así que...", piensa Ranma-m, y escucha un galopar tras de sí...
Y al girarse ve un caballo tan deforme como el de los dibujos: Shussemaru. El caballo se gira y cocea despiadadamente todos los ema, saliendo después al trote. "Pues no era una caricatura.", murmura Ranma-m; "¡No es momento de discutir! ¡Ven aquí, enemigo de los estudiantes!", llama Hinako corriendo tras el bicho... hasta que encuentra un puesto de dulces. Llega entonces una parejita hablando de ingresar juntos en la misma universidad; "¡Vienen a rezar!", se desespera el sacerdote; "¡A este ema confiamos nuestro futuro!", proclama la pareja mostrando el ema con Shussemaru; y Shussemaru que lo ve y monta en cólera, pateando al infinito al pobre chico y pisoteando el ema.
"¡Muy bien!", grita Ranma-m golpeando a Shussemaru con un mazo; pero el caballo responde con una coz y Ranma-m se enfada de verdad: "¡Vas a ver lo que es bueno, caballo de pacotilla!"; y le engancha unas riendas y acaba por montar sobre él, comenzando a cabalgar alejando al caballo. Todos los estudiantes llegan pidiendo ema, y el sacerdote aprovecha para vender ahora que Shussemaru no está cerca. "Por muy sagrado que seas, sigues siendo un caballo. Te llevaré lejos de los ema.", piensa Ranma-m cabalgando a lomos de Shussemaru. Pero el bicho hace que Ranma-m se estampe contra la rama de un árbol y vuelve al templo a hacer el mayor destrozo posible. "¡Hay que detenerle!", atacan Akane y Ukyô, pero un asqueroso estornudo del équido las espanta y Shussemaru aprovecha para romper todas las tablillas.
"¿Por qué haces eso, Shussemaru?", pregunta desesperado el monje; "Mira las tablillas: ¡es tu vivo retrato!"; y entonces al pobre bicho se le escapa un lagrimón y cocea al sacerdote. "¿Y no será eso lo que le molesta?", concluye Akane; "Habrá que representarlo de manera más elegante.", propone Akane, y Shussemaru se pone a posar en plan "La maja desnuda"; "Se está pasando tres pueblos.", dice Ukyô al ver la ridícula pose.
Todos se ponen a hacer nuevos modelos de dibujo; Hinako llega y mira por encima del hombro de Ranma-h; "¿Qué dibujas? ¡Ya sé, una mantis!", dice Hinako al ver el feo boceto de Ranma-m, y Shussemaru le sacude una coz. Akane dibuja el suyo, igualmente deforme; Shussemaru tiembla de rabia, alza su pata... pero se contiene; "¡Así que sólo me arreas a mí!", protesta Ranma-m dándole un martillazo al caballo. Y entonces Ukyô enseña el suyo: un caballo elegante y bien dibujado; "Dicen que los buenos cocineros tienen talento para las artes.", murmura Ranma-m, pero Shussemaru parece no estar completamente satisfecho, provocando la contrariedad de Ukyô. El propio caballo coge los pinceles, empieza a dibujar... y muestra un caballo hermoso y radiante. "Pero es que no se parece en nada...", murmura Ukyô, y entonces mete las zarpas Hinako: "¡A pintarrajearlo!".
Shussemaru sale corriendo furioso tras ellas; "¡Se ha enfadado!", grita Hinako; "¡Pues claro!", dice Ranma-m. Hinako se acerca a las ofrendas y coge una moneda de cinco yenes: "¡Happôataque de los cinco yenes!", grita lanzando su absorción de energía, que deja al pobre Shussemaru para el arrastre; "¿Qué dices, enemigo de los estudiantes?", desafía arrogante la profesora en su forma adulta; "Era un ataque peligroso, ¿estáis bien?", pregunta Hinako. "¡Por tu culpa estamos lejos de estar bien!", le recrimina Ranma-m.
En reunión, el grupete llega a una conclusión: "Mientras dibujemos a Shussemaru tendremos problemas.". "Pues nada, dejaremos a Shussemaru y los sustituiremos por el jabalí.", dice el monje dibujando una tablilla y mostrando un deforme jabalí; "¿También hay un jabalí?", pregunta incrédula Ranma-m; "Es Mantenmaru (el que saca un diez) y es un jabalí sagrado...", explica el sacerdote mientras tras ellos aparece el deforme jabalí real y Akane y Ukyô emprenden la marcha, hartas de la historieta.
Nuevos personajes: El sacerdote del templo, el caballo Shussemaru.
Escenas inolvidables: La primera aparición de Shussemaru, el caballo más feo de la historia.
"Así que esta chaqueta lleva todo el amor de tu madre.", explica Genma, dentro de la tienda de campaña entre una enorme ventisca, a Ranma-h. "Me alegro de haberla recuperado de la casa de empeños.", continúa Genma poniéndosela. "¿Y a mí qué? ¡¿Por qué te la pones tú?!", protesta Ranma-h tratando de arrancársela; "¡Hace frío!", se queja Genma; "¡Porque no entrenas!", le replica Ranma-h. Y entonces empiezan a oir un rumor y se acuerdan de cartel en el exterior: "Cuidado con los aludes. No discutir a gritos.". Y el alud los sepulta y arrastra.
Genma y Ranma-h aparecen en un lago caliente del balneario de Kowawa. "Esta ciudad me trae recuerdos y no sé de qué.", cavila Genma; padre e hijo se acercan a un árbol sagrado y Genma lo encuentra: "Mira, la promesa de amor que grabamos en nuestra luna de miel.", dice señalando una inscripción que reza: "Juramos amor eterno. Genma. Nodoka."; "Esto no te pega.", dice cínico Ranma-h, y un ruido les hace girarse. "¡Ah! ¡Qué recuerdos!", dice Nodoka.
Junto al árbol ahora hay sendos muñecos de nieve; "¿Había alguien?", se pregunta extrañada Nodoka, mientras Ranma-h tiembla de impotencia dentro de su muñeco. "¿Dónde estarán...?", se pregunta triste Nodoka. Y de repente los muñecos de nieve comienzan a arrastrarse... hasta caer a un lago frío. Nodoka mira extrañada y ve... a el panda y Ranko; "¡Qué ilusión encontrarla por aquí!", saluda Ranma-m. Pero Nodoka se ha quedado absorta en un detalle: "¿Y esas chaquetas?". El panda y Ranma-m se dan cuenta del aprieto en el que están y tratan de escabullirse: "¡Vamos!", gritan poniéndose a nadar de espaldas ante la mirada atónita de Nodoka... hasta que se dan un buen golpe contra la orilla. Y al quedar flotando boca abajo, Nodoka sale de dudas: "¡Son las chaquetas que tejí para mi marido y mi hijo!", dice al leer sus nombres bordados.
En la habitación de Nodoka, Ranma-m y el panda aún tiemblan de frío mientras Nodoka sigue preguntándose de dónde han sacado las chaquetas; y Nodoka elabora una conjetura: "¡Ranko! ¡Ranma y tú sois... amigos! ¿Verdad?"; Ranma-m pega un bote por el susto pero se recupera rápido y cuenta una historia: ella, pobrecita, muerta de frío, y un apuesto y masculino muchacho le dio su chaqueta y se fue sin decir su nombre. "¡Es Ranma, no hay duda!", exclama Nodoka entusiasmada; y el panda le saca un cartel: "Mi chaqueta también me la ha dado un hombre muy elegante"; pero Nodoka pasa olímpicamente: "Mi marido más tarde; Ranma está cerca.", dice decidida mientras Ranma-m trata de detener la rabia de su padre.
Nodoka sale a la búsqueda de su hijo y la pareja aprovecha para ir a otro lago caliente; "Cuando hayamos entrado en calor nos perderemos en la montaña.", propone Genma; "¿Vas a dejar plantada a mi madre?", recrimina Ranma-h; "¡Pero nos tendremos que hacer el seppuku!", recuerda Genma. Mientras, Nodoka sigue buscando a Ranma-h... hasta que tropieza y cae hacia el lago caliente. "¡No puedo dejar sola a mi madre que me busca entre la fría nieve!", proclama Ranma-h levantándose... justo cuando le cae su madre en la cabeza. Ranma-h llora de terror, pero Genma se da cuenta: "Está inconsciente.".
De nuevo en la habitación, Nodoka vuelve a su melancolía: "Seguro que Ranma se ha ido muy lejos."; "¡Alégrese, señora! Estamos en un balneario, ¡divirtámonos!", trata de animar Ranma-m; "¡Eso, vamos a darnos un baño caliente!", propone Nodoka cogiendo a Ranma-m. Y allí se queda Ranma-m, en el baño al aire libre frotándose la espalda mientras su madre está en el agua. "¿Qué pasa, Ranko? ¡Métete de una vez!", propone Nodoka, pero al girarse ve que la chica ha desaparecido.
Ranma-m huye a la carrera: "Me voy a la habitación o soy hombre muerto.", piensa; y en su loca carrera pisa un jabón y cae al lago caliente. Tres chicas llegan dispuestas a meterse en el baño... y ven a Ranma-h; "¡Un pervertido!", aullan asustadas sacudiéndole una paliza a Ranma-h. Nodoka, alarmada por el follón, se dirige al lugar katana en mano: "¿Y si ataca a Ranko?". Pero entonces ve entre el vapor una familiar figura con trenza: "Menos mal, me tenías preocupada, Ranko.", sonríe tirando de la trenza... de Ranma-h.
Un muñeco de nieve cae sobre ellos y el vapor que provoca despista a Nodoka. Genma lanza sobre Ranma-h su chaqueta y resto de ropa, y Ranma-h la coge al vuelo. "¡Gracias por la ayuda!", dice Ranma-h a su padre; "¡Vámonos!", propone Genma a la carrera. Pero Nodoka los ve marchándose y lee el nombre de su hijo en la chaqueta correspondiente; "Ese chico, podría ser... ¡Ranma! ¿Eres Ranma?", llama Nodoka; "Perdóname, madre...", llora Ranma-h, pero Nodoka no ha acabado: "¡Inaudito, el pervertido del baño de las chicas era mi hijo!", grita.
Ranma-h frena en seco y se da media vuelta; "¡Ranma, ni se te ocurra!", le advierte Genma; "¡No puedo huir, mi madre se ha confundido!", replica Ranma-h, pero Genma saca un martillo y le da un mazazo en la cocorota... con tal ímpetu que el hielo se quiebra bajo ellos y caen al agua fría. Nodoka, que ha alcanzado el lugar, llega a ver una figura corriendo con la chaqueta de su hijo: "¡Espera! ¡Ranma, muéstrame tu rostro!", llama llorando Nodoka. Y la cabeza se gira mostrando... la cara de un mono. Y Nodoka se queda de piedra mientras el panda y Ranma-m, ateridos, han salido a la superficie.
Nodoka sigue un tanto triste: "Ranma... vi su cara, pero la tenía deformada y parecía un mono."; "Por fin le ha conocido" pone el panda en un cartel; "¡Es que sería un mono!", protesta Ranma-m.
"¿Sabotaje?", pregunta Ranma-h, que junto a Akane está en la barra de "Utchan's"; "Sí, mira todo esto.", señala Ukyô mostrando el cubo de basura lleno de máscaras; "¿Quién puede ser?", se pregunta Akane. "Alguien capar de esmuñirse sin que una profesional como yo lo perciba no puede ser humano.", proclama Ukyô. "Quizás...", murmura Ranma-h mientras muerde... una máscara; "¡Otra vez!", se da cuenta Ukyô, y entonces nota algo: "¡Estás ahí!", grita atacando con sus espatulillas... que caen al suelo esquivadas por un pulpito. "¡Un pulpo!", se sorprenden todos, y salen a la carrera tras él.
"¿Dónde se ha metido?", se pregunta el trío al ver que lo han perdido de vista en medio de la noche. "¡Noto un flujo de energía! ¡Cuidado!", grita Ranma-h saltando para proteger a Ukyô de alguien que cae sobre ellos: "¡Lluvia infinita especial del rey del pulpo!", proclama el atacante. Ranma-h interpone la espátula de Ukyô, sobre la que impacta algo... "¡Bolas de pulpo!", se dan cuenta. El atacante cae al suelo y el pulpo aparece y se lanza sonriendo hacia él; "¿Quién eres?", pregunta Ranma-h; "Bien hecho, Patrash...", dice el desconocido a su mascota. "¿Eres tú el dueño?", pregunta enfadada Ukyô. "¿Has captado el sabor del miedo, Ukyô Kuonji?", pregunta entonces el chico dejando al descubierto... la máscara en forma de pulpo que cubre su rostro.
Ukyô se acerca... y le da un palazo: "¡¿Quién eres tú?!"; "¡No puedes haberme olvidado! ¡Llevo seis años detrás de ti!", grita el enmascarado; "¿Le conoces?", pregunta Ranma-h; "¡No!", proclama Ukyô; "¿Qué es esa máscara? ¡Muéstranos tu cara, cobarde!", le grita la chica. El chico parece violentarse mucho: "¡¿Cómo puedes hablarme así?!", le responde. Ukyô parece entonces recordar algo, pero el enmascarado parece presa de un ataque y sale corriendo y gritando; "¡Hayato! ¿Eres tú?", llama Ukyô sin respuesta. "¿Qué le ha pasado?", pregunta Akane; "¿Aún me guarda rencor?", se pregunta Ukyô; "Cuéntanos de qué va esto.", pide Ranma-h.
"Cuando yo tenía diez años...", relata Ukyô, "¡Ran-chan me dio calabazas y huyó con mi tenderete. Así que comencé un viaje de entrenamiento!"; Ranma-h trata de irse pero Akane le coge. Ukyô sigue con la historia: "Hayato Myôjin se entrenaba en el arte de hacer bolitas de pulpo."; y Ukyô recuerda su pelea entre niños; "¡Las bolitas de pulpo son más fuertes!", proclama Hayato; "¡El okonomiyaki mucho más!", replica Ukyô, y así comenzó la pelea entre ambos, en la cual el okonomiyaki aplastó (literalmente) al pobre Hayato; "Claro, un okonomiyaki tiene más superficie.", razona Ranma-h. Pero Hayato no podía quedarse parado: "¡Te acordarás de esta, algún día te haré morder el polvo!", proclamó el niño; "Claro, seguro que me acuerdo de una cara de tonto como la tuya.", respondió la pequeña Ukyô. "Ha venido a ajustar cuentas.", finaliza Ranma-h; "¿Pero por qué oculta su cara?", pregunta Akane; "No lo sé...", confiesa Ukyô.
En un rincón, Hayato parece llorar desesperado, sólo consolado por su pulpito; "Maldita seas, Ukyô Kuonji...", murmura sin su máscara pero tapándose con una mano. De repente oye ruido, se pone la máscara y ataca con sus bolitas de pulpo. Pero Ranma-h le da un patadón: "¡Que estás en la puerta de mi casa!", le dice, pues, efectivamente, está ante el dojo Tendô. "Se ha puesto la máscara...", observa Akane; "Hasta a nosotros nos la oculta. Debe haber gato encerrado...", piensa Ranma-h.
Le invitan a cenar y le ponen un plato de sopa; "Come, sin miedo.", le proponen Ranma-h y Akane pensando que se quitará la máscara; "Allá voy...", dice Hayato... y aprovecha el pitorro de la boca para sorber la sopa sin quitarse la máscara. El siguiente intento es en el baño; Ranma-h y Hayato se bañan y Hayato va a lavarse la cara; "¡Conseguido!", piensa Ranma-h, pero Hayato vuelve a usar el agujero de la boca para enchufarse la manguera y lavarse sin quitarse la máscara. El último intento es invitarle a dormir; Ranma-h fisga y ve que ya está dormido; se lanza sobre él y le quita la máscara: "¡A ver tu rostro!", grita Ranma-h... pero sólo a cogido al pulpito, que le escupe una buena ración de tinta. "Ya decía yo que erais muy amables.", susurra la voz de Hayato, que cae sobre Ranma-h con una jarra de pulpo: "¡Te voy a partir esto en la cabeza!", grita, mientras Ranma-h logra evitar el golpe.
"No pienso mostrarle mi rostro a alguien como tú.", indica Hayato; "¡Cuanto más lo intentes, más ganas tengo de verlo!", exclama Ranma-h atacando; "¡Hazlo si puedes!", grita Hayato tratando de golpear de nuevo a Ranma-h que esquiva el golpe.
Mientras, Ukyô ha llegado a casa de los Tendó con nueva información; "¿Que has recordado por qué lleva la máscara?", pregunta Akane; "Creo que sí.", responde Ukyô.
Los chicos siguen con la pelea; "¡Cobarde!", grita Hayato atacando, y Ranma-h aprovecha la esquiva para coger a Patrash y hacer ventosa con él sobre la máscara; "¡Fuera máscara!", grita Ranma-h arrancándola. Y deja al descubierto el rostro de Hayato... un rostro normalito, de cejas espesas y labios finos. "Que chorrada, me tenías preopupado. Y tienes una cara normal, más bien mediocre.", dice Ranma-h palmeando a Hayato, pero Hayato se pone a hacer un potingue y se lo lanza a Ranma-h a la cara: "¡Cállate!".
Las chicas oyen el grito de pavor de Ranma-h; "¡Es Ranma!", gritan corriendo y abriendo la puerta del cuarto de invitados y quedándose de piedra.
Nuevos personajes: El pulpito Patrash, Hayato Myôjin.
Ukyô mira atentamente la máscara de Ranma-h; "¡Esa máscara!", exclama. "Al fin te has acordado.", dice Hayato; "¿Qué pasó?", se pregunta Akane. Hayato termina la historia con el juramento que hicieron antes de la infantil pelea: "¡Juro por el honor de las bolitas de pulpo que si pierdo me pondré esta máscara y no me la quitaré en mi vida!", proclama el pequeño Hayato con la máscara de pulpo en la mano; "¡Y yo por los okonomiyaki que lo haré con esta!", replica la pequeña Ukyô con la máscara sonriente en la mano.
"Esa derrota fue el principio de mi calvario.", relata Hayato; "A pesar de cumplir mi promesa, la gente me trataba con frialdad, las chicas me daban calabazas... ¡pero lo peor fue el día que se me metió un mosquito! ¿Cómo podías olvidarlo? ¿Por qué seguí con la máscara puesta?", protesta el chico. "Porque eres tonto.", replica Ukyô; "No deberías decir eso.", comenta Akane. Y Ranma-h cae sobre Hayato: "¡Oye, quítame esta máscara!"; "Esta pegada a tu cara con pasta de bolitas de pulpo con pegamento. Si te la quieres quitar deberás abrasarla con fuego.", responde Hayato, y coge de nuevo su máscara para ponérsela: "Juré que no me la quitaría hasta derrotar a Ukyô. ¡Luchemos!", pide lanzándose a la calle con su rival. "Se han ido...", murmura Akane, y entonces Ranma-h empieza a hacer aspavientos y a moverse convulsamente ante la mirada asustada de Akane.
En un edificio en construcción, ambos contendientes se observan. "¿Por qué me has hecho venir hasta aquí?", pregunta Ukyô con la plancha preparada; "Aquí no nos molestarán.", responde Hayato con su plancha también a punto. "¡Vas a saborear el resultado de mi entrenamiento!", proclama Hayato atacando; "¡Lluvia infinita especial del rey del pulpo!", grita lanzando bolitas de pulpo que Ukyô detiene con su espátula; "¡Okonomiyaki ataque!", contraataca la chica, pero las tortitas acaban contra un pilar tras el que se esconde Hayato lanzando más bolitas. Ukyô vuelve a esquivar y lanza sus fideos elásticos; "¡Tiras de bonito apresadoras!", replica Hayato esquivando los fideos; "¡No puedo soltarme!", piensa sorprendida Ukyô.
Hayato coge la manga de hacer bolitas de pulpo y ataca; Ukyô constrarresta el golpe con su espátula, pero Hayato voltea la manga y hace girar a Ukyô: "¡Volteo de la bolita de pulpo!". Ukyô se lanza al vacío disparando sus espatulitas, pero todas tropiezan contra la verja de protección; "¡Bolitas pequeñas!", lanza Hayato. Ukyô consigue pararlas de nuevo; "En una obra hay muchos obstáculos; las bolitas de pulpo son más pequeñas y cuentan con ventaja.", piensa Ukyô. La chica lanza sus fideos para enrollarlos en una viga y vuelve a encaramarse al piso donde están peleando. "Me dabas lástima por lo de tu máscara y me he contenido, ¡pero ya estoy harta!", desafía Ukyô a Hayato. "No me vengas con patrañas...", responde el enmascarado; "Si pierdes, te pondrás esta máscara y no te la quitarás jamás.", propone mostrando la máscara sonriente; "¡Ni que fueras un crío!", responde Ukyô dándole un espatulazo.
Mientras, en el dojo Tendô, Ranma-h sufre de lo lindo: "¡Tengo que quitármelaaaaa!", grita; Akane lo enchufa al fuego que está haciendo: "¡Ya casi está!". De repente, la cara de Ranma-h empieza a hincharse y Akane grita de terror... pero sólo era la pasta que pegaba y se desprende con facilidad de la cara de Ranma-h, que empieza a rascarse la nariz: "¡Me picaba tanto!". "¿Tanto escándalo por eso?", le dice Akane golpeándolo con la sartén; "¡La máscara no me dejaba rascarme! ¡Es más terrible de lo que puedes imaginar!", responde Ranma-h.
Mientras, Hayato y Ukyô siguen a la suya; "Eres una cobarde... ¡me hiciste respetar una promesa que ni tú cumples!", recrimina Hayato a la chica; "¡Estoy hasta las narices! ¡Se acabó lo que se daba!", responde Ukyô mientras contrarresta los golpes. En un pis pas, coge un soldador y monta una superparrilla donde cocina un okonomiyaki gigante y lo lanza sobre Hayato: "¡Okonomiyaki especial de tamaño gigante!". Y de repente Hayato y el okonomiyaki desaparecen de la vista de Ukyô, dejándola patidifusa; pero entonces sobre ella ve a Hayato haciendo girar el okonomiyaki hasta que se enrolla sobre él: "Transformación de okonomiyaki en bolita de pulpo. ¡Ataque descendente del rey del pulpo!", proclama el chico arrojándose sobre Ukyô; "¡Estoy perdida!", exclama ella.
Ranma-h y Akane llegan a la carrera; "¡Una bolita de pulpo gigante!", exclama Ranma-h; "¡Y debajo está Ukyô!", se percata Akane. Hayato sale de dentro de la pasta y Patrash se lanza a sus brazos; "Se acabó...", murmura el chico mientras Akane ayuda a incorporarse a Ukyô. "Odio tener que admitir la derrota. Pero no me voy a poner esa máscara.", reconoce Ukyô. "No importa, ¡ya he quedado libre de esta máscara!", grita alegre Hayato, hasta que Ranma-h lo palmea en la espalda: "Lo siento, chico."; y Hayato, al intentar quitársela, ve que no puede.
"¿Que le pusiste la pasta con pegamento?", pregunta Akane a Ranma-h en "Utchan's"; "La venganza es un plato frío.", responde Ranma-h. "¡Aghhhhh! ¡Me pica la nariz!", se desespera Hayato; "Se quita si la abrasamos. ¿Preparo el fogón?", pregunta Ukyô.
Escenas inolvidables: El sufrimiento de Ranma-h por su picor de nariz.
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