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Ranma-m y el panda, calados por haberse caído al río, corren muertos de frío al dojo y entran en el salón; "¡La mesa, la estufa para mí!", dice Ranma-m, pero el panda la aparta de un manotazo; "¡¿Pero qué haces?!", se enfada Ranma-m golpeando al panda. Y entonces, la planta, que está sobre la mesa, le lanza una lluvia de habas. "¡Eso ha dolido!", protesta Ranma-m dándole un golpe a la planta... y ésta responde con una lluvia de habas en plan lanzallamas. "¿Qué es esto?", se pregunta Sôun; Akane entra entonces exhibiendo un regalo en una bolsita con una cara de ogro: "¡Mirad que me ha tocado en un sorteo!", exclama. Y el careto de ogro desaparece bajo una lluvia de judías. "En principio sólo tendría que reaccionar ante los ogros, como ahora...", murmura Sôun extrañado.
Ranma-m observa la planta, y coge al panda estirándole la boca en una mueca de enfado. Y la planta le llena la boca de habas. "¡Ya lo entiendo! Reacciona ante la ira.", concluye Ranma-m; "Claro, es una energía negativa parecida a la de los ogros.", deduce Sôun. "¡Pues basta con no enfadarnos!", exclaman todos exhibiendo una gran sonrisa. Y entonces entra Nabiki: "¡Mirad, he comprado todos estos regalos y los he cargado a la cuenta del dojo!". Y Sôun casi fallece bajo una lluvia de habas.
Ranma-h y Genma toman el baño; "Esto es muy pequeño, sal ya.", pide Genma; "¡Un cuerno! Sal tú, que estás más gordo.", replica Ranma-h; "Respeta a tu padre.", responde Genma dándole un jabonazo; y Ranma-h le enjabona la cabeza... y algo les caen encima a toda velocidad. Atónitos, ven como la planta ha llegado volando hasta el baño y les ha lanzado unas cuantas habas; "¡Se mueve! Estemos donde estemos, si nos enfadamos vendrá a por nosotros.", concluye Ranma-h.
La planta va rondando por la casa; se planta en el salón, sobre la cabeza de Sôun, mientras Nabiki y Akane le observan. "Esto es muy incómodo.", dice Sôun; "Basta con no enfadarse.", recuerda Akane, y entonces Nabiki le enseña una camisa: "Lo siento, he manchado la camisa que me prestaste."; y Akane cae bajo la lluvia de habas. "¿También a ti te ha dado?", pregunta Ranma-h, entrando al salón con una sonrisa en la boca; "¡¿Qué tiene de gracioso?!", responde Akane con un mazazo; "¡Sólo quería quitarle importancia!", replica Ranma-h... y entonces ven la planta enfocada hacia ellos con un espíritu de lucha gigante... y huyen como puede de la tormenta de habas que les caen encima. "Tontos...", murmura Nabiki mientras Ranma-h y Akane la miran con una sonrisa forzada.
La pareja rebusca en la habitación de Nabiki elementos para su venganza; "Libretas de ahorro, acciones, dinero... eso la sacará de sus casillas.", afirma Akane; y así aparece Ranma-h con un bote lleno de monedas ante Nabiki; "¡Mi colección de monedas de un yen!", exclama asustada Nabiki. Y Ranma-h lo deja caer haciéndolo añicos y esparciendo las monedas... dejando a la vista fotos de su forma femenina. Y cae bajo la lluvia de habas; "¡Qué lástima, era un buen escondite!", se lamenta Nabiki. Y Ranma-h se alza, con la boca aún llena de judías, y comienza a escupirlas sobre la planta: "¡Vengaaaanzaaaaa!".
La planta queda echa unos zorros; "¡¿Qué te ha parecido?", ríe Ranma-h mientras todos esperan expectantes la venganza de la planta. Hasta Ranma-h se cubre con la mesa esperándolo, pero la planta no reacciona; y entonces cae en la cuenta y comienza a abofetearla, a golpearla con un mazo, siempre sonriendo. "No puede lanzar habas contra alguien sonriente.", se jacta Ranma-h; "¡Muy bien, ese es mi chico!", exclama Genma dándole una colleja. "¡Estoy hasta las narices!", replica Ranma-h con un puñetazo, y la lluvia de habas cae sobre ellos. "Vale, no deberíamos pelearnos.", concluyen ambos.
Sôun, Genma y Ranma-h rodean a la planta con una enorme sonrisa; "Vamos a librarnos de ella.", dicen, y empiezan a lanzarle objetos contundentes mientras se carcajean. Pero Ranma-h lanza unas pesas... y le caen a Genma; Ranma-h se queda lívido, pero Genma le mira sonriente; "No pasa nada.", dice; "¿No estás enfadado?", se sorprende Ranma-h; "Yo nunca podría enfadarme con mi hijo...", replica en tono sombrío, y entonces lo agarra con fuerza: "¡Ven aquí, mi niño, siente mi amor! ¡La cuna de infierno!".
Nabiki y Akane miran el estado de la situación desde el pasillo; "Creo que hay que volver a los orígenes: ogros.", sugiere Nabiki; "Sí, así distraeran su atención.", concluye Akane. Y entre ambas se ponen a hinchar globos con cara de ogro y los lanzan al salón: "¡Ahí van los globos demonio!". La planta reacciona y comienza a lanzar habas a los globos, los cuales estallan... liberando una buena dosis de pimienta; "¡Cayó!", dice Nabiki, adecuadamente protegida de la especia junto con Akane; pero Genma, Sôun y Ranma-h caen bajo la lluvia de habas provocada por los estornudos de la planta. "Pues era una buena idea...", se excusa Nabiki.
El salón ha quedado destrozado y los hombres hechos unos zorros; "Estamos agotados... no podemos hacer nada...", murmuran. Y entonces, llega Kasumi, agarra la plantita, se va tranquilamente a la cocina, y la tira al cubo de la basura; "Ya está.", dice, provocando el fin de la plantita.
En el salón, destrozado por tanto impacto juderil, aparece Kasumi sonriente: "¡Vamos a tirar habas!"; "Ya hemos tirado bastantes.", le indica Nabiki; "No, esas nos las han tirado.", susurra el destrozado Ranma-h.
Nuevos personajes: La planta de las habas proyectil
Akane vuelve cabreada hacia casa, cuando de repente escucha una tos, procedente de una cría que está sobre una abuelita en el suelo; "Vamos, un poco más, abuelita.", espeta la niña; "¡Mi lumbago!", no para de quejarse la vieja. "¿Qué le ocurre?", se interesa Akane; "Estoy en las últimas.", replica la vieja; "Dale esto a una persona, de parte de la niña.", logra decir alargándole una cajita con un corazón. "Ahora te lo explico.", tose la niña; "Soy una niña muy enfermiza y sólo tengo a mi peluche Pyonkichi.", cuenta mostrando a un conejito de peluche. "Un día, Pyonkichi se me cayó por la ventana, pero un apuesto joven me lo devolvió, y me enamoré.", relata la niña. "Por eso quieres darle el chocolate de San Valentín.", deduce Akane; "Si él se lo come, mi enfermedad desaparecerá.", tosiquea la chica; "Entendido, lo haré.", sonríe Akane; "¡¿De verdad?!", exclama ilusionada la niña, y la abuelita se incorpora dando los datos a Akane: "Aquí tienes el nombre del instituto, su número de casilla, la clase a la que va y dónde se sienta... y su taquilla está aquí."; "¿Y su nombre?", pregunta Akane mientras se arrastra la abuela; "No lo he podido averiguar.", responde la vieja mientras la niña lanza una última mirada de agradecimiento a Akane. "Pobrecilla; seguro que le gustaría dárselo ella misma.", piensa Akane.
A la mañana siguiente, Kunô va pavoneándose por la calle: "En este día de sagradas confesiones amorosas, las chicas resplandecen más que nunca. El viento trae el aroma esperanzado del chocolate.", declama mientras la gente se le aparta. Y sobre su cabeza caen Shampoo, Kodachi y Ukyô, persiguiendo a Ranma-h: "¡Toma mi chocolate!", gritan todas atacando a Ranma-h, mientras Akane decide seguir a su ritmo.
Al llegar al instituto, revisa su misión para hoy: "El chico va al instituto Fûrinkan, y su casilla es...", piensa acercándose a la que corresponde. Y Kunô la coge por detrás: "Akane Tendô, esa no es mi casilla."; y Akane le da un patadón. Justo entonces llega Ranma-h hecho unos zorros y se acerca a su casilla, y entonces Akane se da cuenta: "¡Si es la de Ranma!". "¿Qué pasa?", pregunta Ranma-h; y Akane vuelve a sorprenderse cuando ve que la clase, la mesa y la taquilla coinciden. "Pues esto es para Ranma.", piensa mirando el paquete que debe entregar; "¿Qué te pasa?", pregunta Ranma-h ya mosqueado; "No me malinterpretes.", empieza Akane; "Si es casero no lo quiero.", dice tajante Ranma-h; y Akane le da un mazazo.
En la azotea del Fûrinkan, ambos vuelven a reunirse; "¿Por qué me has hecho venir?", pregunta Ranma-h; "Lo has hecho por voluntad propia.", le recuerda Akane. Y entonces se oye: "Acepta este chocolate...", y un chico sorprendido responde: "¿Para mí?", mientras una chica se esconde la cara tímidamente. Y se ven decenas y decenas de parejas en la misma situación. "¿Qué pasa?", insiste Ranma-h; "¡Nada!", replica violenta Akane. "No puede haberme traído chocolate, no me lo creo...", piensa Ranma-h; "Se me hace tan difícil...", piensa Akane; y en el silencio entre los dos, sólo se oye el latir de sus corazones.
Y la profe Hinako llega a la carrera: "¡Chocolate! ¡Para mí!", va gritando mientras acosa a todos los chicos para que le den sus bombones; "¡Saotome! ¿Tienes chocolate?", le pregunta sacudiéndole; "Todavía... no... he...", trata de hablar Ranma-h, y entonces se da cuenta de que Akane ha desaparecido.
"Soy idiota.", piensa Akane en el jardín del instituto; "Debería dárselo y explicarle la historia.", murmura. "¡No lo digas! No hacen falta palabras, ¡dame el chocolate, entiendo tus sentimientos!", exclama Kunô apareciendo de la nada y abrazándola. Y Akane le suelta un patadón.
"¿Alguien ha visto a Akane?", pregunta Ranma-h en su clase; "¿Por qué buscas a Akane?", interrogan sus compañeras; "¡Ranma busca a Akane!", dice otro; "¡Eso es que aún no le ha dado el chocolate!", exclama uno más; "¡Quiere que Akane se lo dé!", deducen las chicas; "¡¿De dónde sacáis eso?!", exclama Ranma-h avergonzado. "¿No lo quieres?", le preguntan; "¿Y quién quiere chocolate de las manos de Akane?", replica enfadado; y Akane le sacude un mazazo: "¡Pues no pienso darte nada!". "¿Y qué es lo que quieres?", pregunta Ranma-h; "Pues...", murmura Akane ruborizada... "¡Esto!", y lo lanza por la ventana de una patada.
En el jardín, vuelven a reunirse; "¿Por qué me has pateado hasta aquí?", insiste Ranma-h; "Pues...", sigue murmurando Akane, con el paquetito en la espalda, pensando ya en dárselo y explicárselo todo. "¡Si no me piensas dar nada no me lo des y listos!", exclama Ranma-h de repente, violento y ruborizado; "Que sepas que no quiero nada casero tuyo.", insiste; "Este chico miente de pena.", murmuran los compañeros que miran tras los matorrales.
"Verás...", murmura el peluche Pyonkichi, que sostiene la niña, sostenida a su vez por la lumbálgica abuela; "¿Cuándo diantre se lo piensas dar?", pregunta tosiendo la niña, mientras Akane ha sacudido un golpe a Ranma-h dejándolo K.O. "¿No crees que sería mejor dárselo en persona?", le sugiere Akane; "No, me pondría enferma.", se ruboriza la niña; "Entonces la abuela.", insiste Akane; "¡Y que un hombre que podría ser mi nieto lo malinterprete! ¿Verdad que no?", replica la abuela; "Mejor se lo das tú.", insisten ambas dando la vuelta y alejándose. Akane se gira: "¿Lo has visto, Ranma? ¿Lo entiendes?", pregunta, pero Ranma-h sigue K.O.; "¡Pero no te duermas!", le recrimina; "¿No lo ha dormido ella?", se preguntan los compañeros. Y entonces a Akane se le ocurre algo.
Al despertar, Ranma-h ve al paquete en su mano, con su nombre escrito; "¡La letra de Akane!", reconoce. "Quería darme su chocolate. Es tan ingenua y tontorrona...", murmura, mientras los compañeros tratan de sujetar a la soliviantada Akane. Y al abrirlo ve un gran corazón de chocolate con un mensaje escrito: "Gracias por salvar a mi Pyonkichi". "¡¿Te ha gustado?!", pregunta emocionada la niña, que ha aparecido de la nada; "¡Lo ha aceptado!", le dice a su abuela; "¡Cuánto me alegro!", responde la vieja, mientras Ranma-h sigue mirando atónito. "¡Te echo una carrera!", propone la niña, que ya no tose, a la vieja. Y Ranma-h se queda hecho polvo y se desmaya de la impresión sobre el césped.
De camino a casa, hay un silencio incómodo entre Akane y Ranma-h. "Tantos nervios para nada...", piensa Ranma-h; "Akane no pensaba regalarme nada.". Entonces algo cae sobre su cabeza y coge un diminuto paquete de la misma; "Puedes estar tranquilo, no es casero.", informa Akane. Ranma-h saca un corazoncito de chocolate. "Pero lo he comprado para ti, así que no te quejes.", dice severa Akane... pero al girarse sólo ve a Ranma-h, observando el bomboncito. Akane se gira hacia él y agacha la mirada: "¿Hubieras preferido algo más grande?"; "Con este me conformo.", dice Ranma-h agradecido.
Nuevos personajes: La niña de Pyonkichi y su abuela
"¿Sala de arrepentimiento? ¿Existe algo así?", pregunta la Hinako adulta al director, mientras el trío capturado permanece atado en su despacho; "¡Claro que sí, go!", exclama el director tirando de una cuerda. Una trampilla se abre bajo los chicos y caen a un sótano. "¡Maldito!", exclama Ranma-h; "Goodbye, my students! ¡Cualquier student que haya caído en la sala de arrepentimiento ha acabado pidiendo sorry!", ríe el director. La sala está decorada con cartelitos de arrepentimiento, destacando un póster con la foto del director y el cartel "Lo siento mucho, venerable director", detrás de un busto del mismo. Pero Ranma-h se da cuenta: "¡Si hay una puerta!"; y al ir a abrirla casi queda achicharrado de la descarga eléctrica que le da. "¡Sólo hay un modo de open esa door! ¡Arrodillarse ante mi magnificient busto!", informa entusiasmado el director, mientras los chicos comprueban como en el suelo ya están las marcas para poner las rodillas y las manos.
Ranma-h se indigna: "¡Qué tontería! ¡No haremos nada tan rastrero!"; "¡Tienes que ser valiente, arrodillarse no es algo vergonzoso!", le pide entonces la pequeña Hinako, a la que los tres miran extrañados; "¿Se ha caído con nosotros?"; "Vamos.", conduce la profesora a Ranma-h hacia la postura de arrodillarse, pero Ranma-h se zafa y la coge: "¡Hazlo tú!"; "¡¿Cómo te atreves?! ¡Happôataque de los cinco yenes!", replica Hinako mientras Ranma-h se esconde detrás del busto del director. Y la absorción de energía es tan brutal que la profesora cae impulsada por la fuerza ante la mirada incrédula del director y los estudiantes. La profesora, en su forma adulta, queda inconsciente en el suelo; "¿Qué le has hecho, Ranma?", pregunta uno de los chicos; "Ha crecido, o sea que ha absorbido energía, pero yo estoy intacto.", piensa Ranma-h.
Hinako abre de repente los ojos, se incorpora y se encara a la puerta: "¡Happôenergía reversible!", exclama lanzando su rayo y tumbando la puerta... pero permanece en su forma adulta; "¡Ha expulsado la energía combativa y no se convierte en niña!", se sorprende Ranma-h, y entonces se fija en el busto del director; "¿Será eso? Los estudiantes estaban obligados a arrodillarse ante él, o sea que conserva un odio infinito; y la señorita Hinako acaba de absorberlo, por lo que..."; y las palabras de Hinako confirman las sosprechas de Ranma-h: "¡Se va a enterar el director ese!", grita entrando violentamente al despacho del director. Pero no ven a nadie; "Ha huído.", confirma Ranma-h; "¡Maldita sea!", exclama Hinako lanzando otro de sus rayos y destrozando el despacho; "¡Venid conmigo, vamos a encontrar al director y arrearle de lo lindo!", ordena la profesora; "Es una máquina de apalear al director tras absorber todo ese odio; ¡esto va a ser divertido!", piensa Ranma-h cerrando la puerta... tras la cual cae el aplastado director.
Akane, Ukyô y otra amiga están comiendo fideos en un restaurante; "Espero que no nos descubran...", murmura Akane; "Pero la clase se ha anulado.", recuerda Ukyô; "¿Y dónde está la profe?", pregunta la otra chica. Y justo tras ellas, Hinako devora unos fideos sentada junto a Ranma-h y sus amigos; "Los fideos que se comen haciendo novillos son los mejores, ¿verdad, esbirro número 1?", le dice Hinako a Ranma-h; "No soy tu esbirro, y límpiate la boca; ¿te has olvidado del director?", le replica Ranma-h; "Dímelo poco a poco que no lo capto.", le pide Hinako. Entonces Ukyô y Akane les gritan al unísono con un megáfono: "¡Qué hacéis, novilleros!"; y de repente Hinako se acuerda: "¡Hay que apalear al director!", y sale corriendo mientras el dueño del restaurante le dice a Ranma-h que pague la cuenta.
En su carrera, Hinako tropieza con dos yakuza; "¡No tan deprisa! ¿Tropiezas con nosotros y ni te disculpas?", la amenazan; Hinako se revuelve; "Ya no saben que hacer para llamar la atención...", murmura, y les lanza un happôataque reversible que hace que los yakuza se arrodillen y le den todo el dinero que llevan; "¡No deberías ser tan malvada!", le recrimina Ranma-h, y Hinako le lanza por las nubes de otro happôataque; y luego hace un graffiti en una pared; "Se ha convertido en una gamberra.", observa Akane; "Claro, con la energía de la sala de arrepentimiento, cualquiera.", dice otro compañero.
De repente, un tumulto de estudiantes corre hacia el lugar; "¡Ahí está la señorita Hinako, atrapémosla!", gritan todos; "¡¿De qué vais?!", grita Hinako lanzando un happôataque reversible que destroza a todos. Akane observa unos panfletos caer y al coger uno ve la motivación: una cita con el primero que consiga capturarla; "Una trampa del director...", murmuran; "¿Crees que será tan fácil atraparme?", se jacta Hinako devorando un plátano... y cae inconsciente; "Llevaba somnífero...", murmura alguien, y todos los chicos se abalanzan sobre la inconsciente mujer: "¡Una cita!". Pero una bomba de humo explota y todos quedan despistados.
Ranma-h ha cogido a la inconsciente profesora y salta con ella en brazos por los tejados; "¡Despierta!", la llama, y al abrir los ojos, institivamente le da un golpe; "Eres demasiado joven para salir conmigo.", le dice; "¡No te he pedido ninguna cita!", se desespera Ranma-h; "¿Y dónde me llevabas?", le pregunta; "¿Pero es que tienes amnesia?", se solivianta Ranma-h. Y entonces Hinako lo recuerda.
En el patio del Fûrinkan, Hinako y Ranma-h esperan, llegando entonces el director con aire entusiasmado; "¡La estaba esperando!", dice el hombre; "¡Le he estado buscando, director! ¡Le voy a enseñar todo el odio de la sala de arrepentimiento!", informa Hinako; "¡Así que quiere vengarse!", deduce el director; "¡Pues se la verá con mis special bodyguards! ¡Los tres malvados!", dice señalando tras de sí a tres oscuras figuras cubiertas con capas: una grande con una espada, otra mediana y otra diminuta encaramada en la espada; "¡¿Los tres malvados?!", se sorprende Hinako; "¿Y ahora a qué viene eso?", se pregunta Ranma-h.
"¡¿A quién llamas espadachín malvado?!", grita Kunô golpeando a su padre; "¡Nabiki! ¿Por qué te alías con el director?", pregunta Akane; "Nos paga diez mil yenes la hora.", lloriquea Nabiki; "Viejo traidor...", recrimina Ranma-h a Happôsai; "¡La señorita Hinako se ha convertido en un arma humana tras succionar esa energía! ¡Tengo que derrotarla por el bien del equilibrio de la humanidad!", proclama el viejo; y Ranma-h comienza a darle golpecitos y un montón de bragas comienzan a caer de la ropa del abuelo, al que lanza de una patada al infinito: "¡Eres tú el que desequilibras todo!".
"¡El maestro malvado ha sido derrotado!", gritan todos; "La siguiente es la reina malvada, go!", llama el director; pero Nabiki ya ha salido a la carrera; "¡Qué morro, se fuga con la paga!", gritan todos mientras Akane siente vergüenza ajena; y queda Kunô: "Soy Tatewaki Kunô, el espadachín del amor y la justicia, dispuesto a enderezar vuestros corazones que han ido por el mal camino."; y Hinako le lanza un happôataque reversible y lo manda por las nubes. "¡No nos haga perder el tiempo con tonterías!", le grita la mujer al director, pero Kunô vuelve a aparecer con un ramo de rosas: "No sea orgullosa, refugiese en mis brazos.", le dice, y Hinako le absorbe la energía y enrolla al plano Kunô resultante para que deje de dar la vara.
"¡Se acabó lo que se daba, déjese arrear!", grita Ranma-h, pero entonces ven que el director ha desaparecido y en su lugar hay una bomba en forma de calabaza con la cara del hombre. La bomba explota y todos salen corriendo, furiosos, a la búsqueda del director para pegarle una paliza y aplastando los restos de la bomba; y al irse todos, el director sale del suelo con los restos de la bomba calabaza por cabeza; "Por poco...", murmura.
Todos van buscando al director con el mismo objetivo; "Para que la señorita Hinako vuelva a ser como antes tiene que desprenderse del odio de los estudiantes, y sólo puede ser dándole un buen golpe."; "¡Director, salga de su escondite!", llama Hinako registrando pupitres y taquillas y requisando todos los dulces que va encontrando ante la indignación de los alumnos. "¡Ahí está!", avisa alguien entonces; "¡Intentad atrapadme si podéis!", se burla el director subiendo unas escaleras... y dejando un montón de huellas. "Qué idiota...", piensa Ranma-h siguiéndolas y entrando a una sala: "¡Ya le tengo!".
Y sobre él cae una plancha que lo arrastra al suelo, donde ve las marcas de arrodillarse ante el busto; "¡Has caído! ¡Reconoce tu derrota y arrodíllate!", grita alegre el director; Ranma-h apoya las manos... y se impulsa para dar una voltereta y golpear al director: "¡No tengo que hacer eso!"; "¡Qué persistente! ¡Sigue queriendo que se arrodille!", exclama la gente; "¡Mantenle así, bien agarrado!", pide Hinako a Ranma-h, y la profesora empieza a acumular una energía brutal, mientras el director y Ranma-h la miran aterrorizados.
"¡Happôenergía reversible con bazooka de odio incorporado!", exclama Hinako mientras Ranma-h y el director ponen cara de cagarse la pata abajo. La habitación, muro exterior incluído, salta por los aires tras el tremendo ataque... pero Hinako sigue siendo adulta; "¡El director sigue ileso!", deducen todos. Y, efectivamente, bajo un par de mantas descubren a Ranma-h y al director; "¡¿Qué haces ahí?!", recrimina Hinako; "¡Querías que yo me llevara también el golpe!", protesta Ranma-h. "¡Salga de ahí, director!", dicen otros chicos levantando la otra manta, y dejan al descubierto la figura con las marcas de arrodillarse... y un pastelito sobre ella.
Hinako se abalanza sobre el pastelito; "¡Es una trampa!", grita Ranma-h empujándola... y la placa se cierra sobre él dejándolo aplastado; "Por poco me obliga a arrodillarme.", murmura Hinako con el pastelito en la mano mientras Ranma-h levanta la trampa y la mira enrabietado; "¿Por qué te pones así?", pregunta Hinako devorando el pastel; "Venga, toma la mitad.", le ofrece; "¡No lo quiero!", replica enfadado Ranma-h. Y entonces, en el hueco de la pared, ven asomar una palmerita: "¡El director! ¡Ven aquí!", llama Ranma-h saltando hacia una figura cubierta con una sábana y con la palmerita en la cabeza. La sábana se mueve hacia un edificio que antes no estaba allí, y Ranma-h la persigue para ver como entra dentro... y es un simple muñeco teledirigido.
Ranma-h, en el umbral de la puerta, se fija que el suelo tiene las marcas de arrodillarse y está untado de cola; "¡Casi caigo en la trampa!", piensa Ranma-h... y entonces Hinako entra pegándole un empujón: "¡Ya le tengo, director!". Profesora y alumno caen al suelo uno encima del otro y medio arrodillados; entonces el edificio se abre, cayendo sus paredes y su techo y dejando la escenita al descubierto. "¡Everybody del instituto!", llama el director; "¡Aquí están miss Hinako y Ranma Saotome arrodillándose!", ríe el hombre ante la incredulidad de todos los estudiantes, que confirman que se han arrodillado.
"¡He ganado!", se jacta el director, pero Ranma-h está completamente furioso: "¡¿Cómo se atreve?!", grita alzándose y levantando el tablero encolado y sosteniendo sobre sus hombros a la profesora Hinako; el director se queda boquiabierto y Hinako aprovecha para lanzar su ataque final: "¡Happôenergía reversible con odio multiplicado por cien!". La explosión parte el tablero e impulsa al director lanzándolo al infinito pero con una promesa en su boca: "I shall return!". Hinako vuelve a su forma infantil mientras Ranma-h aún sigue pegado a una parte del tablero y la sostiene en sus hombros. La chica se gira y se sorprende: "¿Qué hacéis aquí? ¡Venga, vamos a clase!". "Ya no es una gamberra; parece que no se acuerda de nada.", comenta Akane.
En la clase, Hinako sigue sobre los hombros de Ranma-h; "¿Saotome no ha venido a clase? Niño malo...", dice; "¡Hey!", protesta Ranma-h, mientras otros compañeros se quejan de que el tablero no les deja ver la pizarra.
Escenas inolvidables: La aparición y el comportamiento de "Los tres malvados".
En la parte femenina, Akane se observa coqueta en el espejo del vestuario; "Oye Nabiki, ¿no crees que tengo un aire más adulto?"; "¿En qué sentido?", pregunta su hermana mientras acaba de vestirse; "Me da igual que no se den cuenta. Es mi alegría secreta...", piensa Akane, y al echar mano a su ropa nota algo: "¡No están!". Entonces se escucha un grito horrible en la parte masculina: "¡Es la voz de Ranma!".
Ranma-m grita de dolor mientras Happôsai le pone el sujetador; "¡Que me aplastas los pechos!", grita la pobre chica; "¡Maestro, le estás poniendo unos sostenes asesinos que aplastan su delicado busto!", dice Genma; "¡Qué tontería! ¡Son los nuevos sostenes de Akane!", informa el viejo. Y Akane llega y le aplasta con un sillón y le arranca el sujetador a Ranma-m: "¡Devuélvemelos!"; y el viejo se acerca morboso: "¿Vas sin sostenes, por un casual?"; "¡Fuera de aquí, viejo cerdo!", grita Akane tirando de una patada a Happôsai a través del tejado.
Esa noche, Akane, en su cuarto, aún recuerda el incidente; "Con las ganas que tenía de ponérmelos...", piensa; y entonces aparece Ranma-h de la nada: "Akane..."; Akane pega un bote del susto; "¿Qué pasa?", pregunta; "Verás... esos sostenes...", murmura Ranma-h; "No tuviste la culpa.", responde ella; "No, es que... ¿se te han encogido los pechos?", pregunta finalmente Ranma-h.
Vemos la noche... vemos a Ranma-h cubierto de chichones y magulladuras frente a su novia; "¿Por qué te enfadas?", pregunta el incomprendido muchacho; "Me han crecido.", responde secamente Akane; Ranma-h comprende un poco su metedura de pata; "Por eso me compré unos nuevos...", sigue diciendo Akane, y se ve a Ranma-h mirándola atentamente; "¿Qué es esa mirada inquisitiva? ¡¿Qué pasa?!", grita finalmente tirando a su novio a través del tejado.
A la mañana siguiente, ambos desayunan dándose la espalda; "¿Aún estáis picados?", pregunta Sôun; "Se ha vuelto una vanidosa.", acusa Ranma-h; "¡Un cuerno, te digo que me han crecido!", replica Akane. Nabiki comienza a mirar a Ranma-h, y le lanza un cubo de agua, y empieza a tocar los pechos a Ranma-m; "¡¿Qué haces?!", grita Ranma-m violenta; "No hay duda, ¡te han crecido los pechos!", afirma Nabiki.
Ranma-m observa su busto, y parece darse cuenta; "¿Ranma tiene el pecho más grande? No puede ser...", piensa Akane. Entonces Ranma-m se acerca a Akane; "Lo siento mucho.", le dice; "No te disculpes, no me importa qué le pase a tus pechos.", replica Akane; "Pero me imagino que te repateará tener los pechos más pequeños que un hombre como yo.", dice Ranma-m, y Akane rompe los palillos de la rabia; "Ojalá pudiera compartir mi bendición contigo...", dice con sorna Ranma-m; "¿De verdad que te enorgulleces?", le pregunta cínica Nabiki mientras Akane está a punto de explotar: "¡Basta de tonterías, desviado!".
"Buenos días. Menudo ambiente se respira...", saluda Nodoka entrando con su inseparable katana; "Señora...", saluda Akane, que acaba de aplastar con el mazo de madera a Ranma-m; "Hola señora" saluda el panda en un cartel con el cubo aún sobre la cabeza. Ya recuperada Ranma-m, Nodoka inicia sus pesquisas habituales: "¿Siguen Ranma y mi marido de viaje?"; "Bueno...", trata de sonreir Sôun. "Me pregunto cuándo volveré a verles...", suspira la mujer; "Anímese señora. Seguro que Ranma está hecho todo un hombretón.", trata de animarla Akane; "¿De veras?", se emociona Nodoka; "Estoy segura.", responde Akane recordando la famosa promesa del seppuku.
Nodoka se fija entonces en Ranma-m; "¿Qué pasa, Ranko? Pareces un poco pálida.", pregunta; "Nada, nada, señora...", trata de excusarse Ranma-m; "Verá señora...", comienza Akane; "¿Qué le vas a decir?", le susurra Ranma-m; "Anda Ranko... quizás me lo parece, pero creo que tiene el pecho más grande. Se está haciendo toda una mujer.", dice Akane, haciendo que Ranma-m pegue un bote de terror. "¿Aún le guarda rencor?", pregunta Kasumi; "Parece que sí.", responde Nabiki. Nodoka empieza a fijarse en Ranma-m y hace una propuesta: "¡Te compraré unos sostenes nuevos!"; "¡Qué alegría, Ranko!", sonríe Akane.
Akane sale al pasillo. Ranma-m la sigue: "¿Qué maquinas?"; Genma llega con la tetera y transforma a Ranma-m en chico: "¡Nos vamos de viaje! Si te conviertes en hombre en los vestuarios, te tocará abrirte el vientre."; "Me voy.", le dice Ranma-h a Akane; "¿Y vas a dejar plantada a tu madre?", pregunta Akane; "Ve con ella a comprarte sostenes, aunque sean de los pequeños.", responde Ranma-h, y padre e hijo salen saltando para esquivar la maceta que les lanza Akane. Justo entonces, pasa un vendedor ambulante de peces arqueros y los peces lanzan sus chorros de agua contra la pareja. "Vámonos de compras, Ranko.", dice Nodoka saliendo justo entonces.
En los grandes almacenes, Nodoka y Akane esperan a Ranma-m, que está en un probador; "¿Qué tal, Ranko?", pregunta Nodoka; y entonces coge otros para Akane; "Estos son muy bonitos.", le dice a la chica; "Sí, pero...", murmura Akane azorada; "No seas tan reservada. Además... tú también te estás haciendo mayor.", le sonríe Nodoka. A Akane le da un estallido de alegría: "¿Se ha dado cuenta? ¡Qué buena es! ¡Parece mentira que sea la madre de Ranma!", exclama emocionada.
En el probador, Ranma-m está rindiéndose a la evidencia; "Al menos tendré que comprarme unos...", murmura; observa el par que tiene en las manos y se prueba unos, mirándose al espejo. "¿Qué tal, Ranko?", insiste Nodoka desde fuera; "Enseguida...", responde Ranma-m. Entonces llega una de las dependientas con una bandeja con té caliente y tropieza; el vaso de té se eleva y cae al probador de Ranma-m.
Ranma-h pone cara de terror cuando se ve con los sostenes puestos; "¿Estás bien, Ranko?", llama Nodoka, y Ranma-h pega un respingo. "Voy a entrar...", dice Nodoka, y al correr la cortinilla, ve sorprendida el habitáculo vacío. Ranma-h asoma la cabeza por el probador de al lado; "De un pelo...", piensa dejándose caer... y encontrándose de morros con Akane. Ambos pegan un grito; fuera, Nodoka se asusta: "Era la voz de Akane... ¡y la de un chico!".
Escenas inolvidables: Ranma-h preguntando a Akane si le han encogido los pechos (¿pero dónde tiene este tío el sentido común?) y luego encima burlándose Ranma-m de que los tiene más grandes.
"Akaneee.", llama Nodoka estupefacta desde fuera; "¡Márchate imbécil!", le dice por lo bajini Akane a su novio; "Vete tú. Vístete y cúbrete esos pechos de juguete que tienes, que no quiero verlos.", replica Ranma-h. Nodoka escucha unos golpes desde fuera y a los pocos segundos sale Akane vestida: "Ya estoy lista."; Nodoka observa que no hay nadie en el vestidor, perdiéndose el detalle de que Ranma-h está incrustado en el techo. "Entonces, la voz masculina que he oído... ¿me la habré imaginado?", piensa la mujer; y Akane aprovecha un jarroncillo con flores lleno de agua para tirárselo a Ranma-h.
"¿Dónde te habías metido, Ranko?", pregunta Nodoka, en un restaurante, a la magullada Ranma-m; "Bruta.", acusa ésta a Akane; "Desvergonzado.", replica ella; "Me escama lo de Ranko; ¿dónde se habrá hecho esas heridas?", piensa Nodoka con aire triste; "Se oían ruidos y golpes en los probadores. ¿Habrá sido entonces?", se pregunta bajando la mirada. Y justo entonces una camarera tropieza y vuelca el café caliente sobre Ranma-m. Ranma-h salta al compartimento de la mesa vecina; "¿Y Ranko?", pregunta extrañada Nodoka al ver que la chica ha vuelto a desaparecer; "No sé...", trata de disimular Akane; Ranma-h coge un refresco de la mesa vecina y se lo echa por encima, volviendo sonriente a su mesa original en su forma femenina. Nodoka se da cuenta de algo: "¡Llevas el traje manchado de café! Te compraré ropa nueva.", propone; "Yo conozco una tienda.", sugiere Akane mientras la pobre Ranma-m se ve arrastrada por ambas mujeres.
Ranma-m acaba vestida con un sueter negro de cuello brocado, faldita corta y mallas negras, rematada por un sombrerito; "¡Estás guapísima!", exclama entusiasmada Nodoka; "Cierto, estás muy femenina.", afirma Akane; "Oye tú...", se encara Ranma-m. La dependienta les informa de que hacen un sorteo, y Nodoka llama a Akane para que pruebe suerte; "¡El primer premio!", exclaman al ver salir un anillito; "Es una sesión en un salón de belleza.", les dice la dependienta; "¡Genial!", exclama Nodoka; "Qué suerte, ¿eh, Ranko?", dice cínica Akane mientras Ranma-m hojea el folleto; "Ves tú, Akane. Mira, hay una sesión de realzamiento del busto; igual te crecen las tetas y todo.", replica Ranma-m. Akane aplasta de un patadón a Ranma-m y se despide de Nodoka: "Lo siento, tengo que irme ya. ¡Hasta luego!", dice con una sonrisa forzada. Nodoka sosprecha algo: "Ranko, ¿te has peleado con Akane?", pregunta; "Pues no...", trata de disimular nerviosa Ranma-m; "Aunque puede que se haya enfadado conmigo.", piensa.
Akane camina sumamente enfadada; "Será posible... le crecen un poquitín los pechos y mira como se pone...", va pensando; pero recuerda la frase que más le ha herido: "Tápate esos pechos de juguete. No quiero verlos."; "¿Tan poco atractivo tengo?", se pregunta tristemente.
En el salón de belleza, Ranma-m hace de tripas corazón; "Vas a salir de lo más femenina.", le sonríe Nodoka; "Puede elegir entre masaje, ondas de baja frecuencia y baño.", les informa la encargada; "¡Baño!", propone Nodoka, haciendo que Ranma-m casi se muera del susto.
"Enseguida vuelvo.", se despide Ranma-m de su madre, cubierta sólo con una toalla, y llega a la sala del cañon de agua caliente. "Póngase allí y espere.", le pide la chica encargada, y cuando la deja sola, Ranma-m se quita la toalla y se ajusta la ropa que llevaba debajo; abre la ventana... y salta justo en el momento que el cañon de agua caliente se activa. "¡Está ardiendo!", grita Ranma-m saliendo ya afuera. "¡La clienta ha desaparecido!", gritan; y Nodoka ve a través del escaparate una figura vestida con las ropas de Ranma-m; "¿Ranko...? ¡No, es un chico!", se percata la mujer.
"Conseguí escapar...", piensa Ranma-h... hasta que escucha los comentarios de los traunseuntes: "¡Un chico vestido de mujer!"; Ranma-h se arranca las ropas a la carrera y las deja caer; Nodoka, que va siguiéndolo, coge las ropas y las observa: "¡Son las que acabo de comprar a Ranko! ¿Qué pasa aquí? ¿Quién era ese chico?", se pregunta.
En casa de los Tendô, Ranma-h, en calzoncillos, resuella en el salón junto a Nabiki; "Por poco...", murmura; "Me sorprende que no te haya descubierto.", comenta Nabiki. "¿Ha vuelto Ranko a casa?", pregunta Nodoka alarmada mientras entra, momento que Ranma-h aprovecha para echarse un cubo por encima. Nodoka se arrodilla ante Ranma-m y le ofrece su ropa, pero la mira severamente: "Exijo una explicación. ¿Qué relación hay entre ti y el chico afeminado que vestía tu ropa?"; Ranma-m está a punto de morirse y se queda muda. "¿Por qué no le cuentas la verdad?", sugiere Nabiki... y empieza a contar que un chico pervertido con trenza entró, se puso la ropa y huyó. "Así que sólo era un travestido que pasaba por allí...", concluye Nodoka; "Me estás pintando como a un pervertido...", le murmura Ranma-m a Nabiki; "¡Si vuelve a aparecer juro que le rebanaré el pescuezo!", asevera Nodoka.
Nabiki sale al pasillo, perseguida por Ranma-m: "¡Naaaabiiiikiiiii!"; pero la chica se sale por la tangente: "Ahora que me acuerdo, Akane ha llegado antes y parecía bastante desanimada. Le habrás soltado alguna de las tuyas, ¿verdad?". Y Ranma-m se queda parada sin saber qué decir.
En su cuarto, Akane tiene un montón de folletos dedicados a métodos de aumentar el tamaño del busto. "Muy bien...", dice pesas en mano, sujetando un folleto de "Gimnasia para aumentar el busto"; "Uno... dos...", empieza; "Pues pareces animada...", le dice Ranma-h dándole un susto de muerte; "¡Podrías llamar por lo menos!", grita Akane dándole un golpe. Ranma-h la mira enfadado; "¡Estaba preocupado por ti!"; el silencio se hace y ambos se miran; "Bueno, lo siento... creo que te he herido, Akane.", se disculpa Ranma-h con mirada sincera; "Nos vemos.", dice girándose; "Ranma...", llama ella; en la puerta, Ranma-h vacila y acaba de cagarla: "Eh... ¿he dicho algo que no debiera?". A Akane le da un ataque de furia y los golpes se escuchan hasta en la parte de abajo de la casa, haciendo que Nodoka suba alarmada.
"¡Tú no entiendes nada!", grita furiosa Akane al magullado Ranma-h; "¡Explícamelo, caray!", grita Ranma-h; Nodoka lo escucha subiendo las escaleras: "¡La voz de un chico!", piensa; "¡Te odio! ¡Nunca te ayudaré, pase lo que pase!", exclama Akane; "¿Y crees que yo necesito tu ayu...?", se jacta Ranma-h... y entonces la puerta se entreabre y Nodoka le agarra la trenza. "Es la trenza del chico de antes. ¡Ya te tengo, travesti!", proclama Nodoka; "¡Vas a probar el filo de mi espada!".
Escenas inolvidables: El tacto de Ranma-h con Akane en los probadores y su posterior "disculpa" en su habitación.
"Akane, que buena chica eres...", pelotea Ranma-h; "Le haremos soltar tu trenza...", murmura Akane y empieza a esparcir por la habitación su ropa interior de los cajones; "¡Suéltame pervertido!", finge. Nodoka se alarma y suelta la trenza de Ranma-h; "¡Voy a derribar la puerta!", avisa; "¡Bien!", se alegra Akane; "¡¿Estás loca?!", vocifera el enfadado Ranma-h. Nodoka entra en tromba: "¡Akane!"; Akane lloriquea: "He pasado tanto miedo. Estaba hurgando en el cajón de mis sostenes...", susurra la chica; "¿Ha huído?", pregunta Nodoka; "Sí.", contesta Akane, mientras Ranma-h se esconde detrás de la puerta que casi le aplasta.
Esa tarde Nodoka se despide; "¿Seguro que no quieres que me quede?", pregunta la mujer; "No creo que ese cerdo vuelva a aparecer.", responde Akane mientras Ranma-m la mira con sarcasmo; "Pues nada...", se despide Nodoka mientras Ranma-m y Akane mueven la mano sonrientes. Al desaparecer Nodoka, Ranma-m se encara a Akane; "¡Vaya rostro tienes!"; "¿Te he ayudado o no?", se enfada Akane; "¿Qué te he hecho ahora?", inquiere Ranma-m. Akane vuelve a recordar el doloroso comentario: "Tápate esos pechos de juguete. No quiero verlos."; "No puedo decírselo. Aún se burlaría más.", piensa la chica; "¡Oye Akane!", la coge Ranma-m del hombro; y Akane le estampa la estatuilla del jardín: "¡Déjame en paz!".
Nodoka sigue en la calle junto al dojo; "Akane ha dicho que no me preocupara, pero... tengo la impresión de que ese pervertido sigue ahí dentro.", piensa imaginándose la figura del pervertido de marras (Ranma-h).
Esa noche, Ranma-h discute con sus cuñadas; "Tienes que hacer las paces con ella.", sugiere Kasumi; "¡Si la víctima soy yo!", se queja Ranma-h; "Tú la has hecho enfadar.", afirma Nabiki; "Sólo me he burlado de que tiene las tetas pequeñas...", piensa Ranma-h; y entonces observa el dramón que hay en la tele, donde una hija ve a su padre borracho maltratar a su madre; "No quiero verlo...", llora la hija. Y entonces Ranma-h recuerda: "No quiero verlos."; Kasumi y Nabiki crecen ante él: "¿Le has dicho eso?". "¿Se habrá molestado por eso?", se pregunta incrédulo Ranma-h.
Akane está triste en el baño; "He utilizado a la señora Saotome para vengarme. Soy despreciable...", piensa, y se autoabofetea; "Me da rabia... pero me disculparé.", concluye. Mientras, Ranma-h camina hacia el baño; "Esa Akane... mira que llega a ser estúpida. Si tanto quiere que le vea las tetas, que me lo diga."; se cruza con Sôun y le pregunta por Akane; "Lavando la ropa.", responde el padre. Ranma-h entra de golpe en el baño: "¡Akane!"; pero se ve la lavadora en marcha y a nadie más, pero escucha ruido en la bañera; "Estará bañándose...", piensa ruborizándose; "¿Qué pasa?", contesta una figura que se aproxima a la mampara; "N... no... nada, que... si quieres que te las vea... no me importa...", tartamudea Ranma-h; "¿El qué?", dice la voz; "Pues las te... las te...", vacila Ranma-h cada vez más colorado... y de repente se abre la mampara y sale Genma haciendo posturitas de culturista: "¿Quieres ver chicha? ¡Pues toma chicha!". Ranma-h casi se muere del pasmo y le sacude a su padre: "¡No quiero ver las tuyas, sino las de Akane!", grita. Y entonces le cae la lavadora en la cabeza; "¡Maldito pervertido asqueroso!", grita Akane, que había quedado aplastada por el portazo de Ranma-h.
Ranma-h está sobre el pajarero del jardín, hecho unos zorros, y sin entender nada; "¿Pero no quería que se las viera?", se pregunta. Akane pasea indignada por el porche; "Calentorro, ¿en qué estará pensando?", piensa; entonces Happôsai salta hacia ella: "¿Cómo están tus pechitos?"; pero Akane le suelta una patada y lo lanza contra un árbol, del cual caen un par de objetos; Akane se acerca a cogerlos: "¿Qué es esto?"; el viejo coge entonces algo de la cestita que llevaba Akane: "¡Unos sostenes limpios!"; Akane lo machaca de una patada final y presta atención a lo que ha caído: "Las sandalias de la señora Saotome; ¿qué hacen aquí?".
De repente, escucha murmullo en la casa detrás de ella y se acerca para descubrir un bol de comida a domicilio completamente limpio; "Pues nadie ha pedido nada.", responde Kasumi cuando le pregunta. "¿No será que...?", empieza a sospechar la chica; y entonces Nabiki le hace una foto sorpresa: "Mira, mi nueva Polaroid.", dice mostrándole la foto que acaba de sacar; y Akane contempla horrorizada como tras ella se ve la funda de la katana de Nodoka; Akane sale a la carrera: "¡Debe seguir aquí! ¡Si encuentra a Ranma tendremos problemas!", piensa.
En el gimnasio, Ranma-h está tratando de encontrar palabras de disculpa con su habitual habilidad; "Trataré de animarla con palabras amables. Akane, con los pechos grandes se te carga la espalda.", dice como si le hablara a su novia. "¡Ya vale el cachondeo!", grita Akane dándole una patada; "¡¿Pero qué dices...?!", protesta Ranma-h, pero Akane le hace signos de que se calle y lo arrastra de la trenza hasta un pequeño cuarto; "Aquí estaremos seguros...", piensa, hasta que ve sobresalir una telilla del armario: "¡El dobladillo de un kimono! ¡Está dentro del armario!", piensa presa del pánico. Pega un bote y apaga la luz, y le tapa la boca a Ranma-h con la mano antes de que diga algo; Akane mira con atención al armario; "No se mueve. No se habrá dado cuenta.", piensa, ignorando que Nodoka duerme plácidamente en el interior del armario.
"¿Akane?", pregunta Ranma-h confundido; Akane hace gestos de que no hable; "Los dos solos... oscuro... no decir nada... es decir...", empieza a pensar Ranma-h; "Tenemos que hacerlo antes de que se dé cuenta...", remata Akane, pensando que deben salir cuanto antes, pero eso no es lo que interpreta Ranma-h; "Vale, entendido.", murmura Ranma-h abrazando a su novia. "Jamás pensé que harías esto por mí. Hagamos las paces.", dice Ranma-h ruborizado, mientras Akane no entiende muy bien lo que pasa; "Venga, ¿preparada?", pregunta Ranma-h inclinándose sobre ella, ruborizándose al mismo tiempo que Akane lo hace; "Es que... ¡pedazo de idiota! ¡No es el momento de...!", grita Akane.
Y Ranma-h se paraliza cuando nota el filo de una espada junto a su cuello; "Gírate muuuuy despacio, chico.", susurra Nodoka alzando la katana, mientras Ranma-h y Akane se quedan lívidos de terror.
Escenas inolvidables: Genma haciendo posturitas al salir del baño por requerimiento de su hijo. Y cómo malinterpreta Ranma-h la actitud de Akane al querer protegerle de su madre.
Nodoka se ha quedado pensativa; "No hay duda; era la técnica del volteo de tatami de la escuela Saotome.", murmura Nodoka; Akane se sorprende; "Mi marido la usaba muy a menudo.", recuerda Nodoka, evocando la escena en la que el acreedor de marras amenazaba a Genma, el cuál hacía el volteo; "Pero todas las escuelas la usan...", trata de despistarla Akane; "¡No, en la escuela Saotome se induce al adversario a ponerse sobre el tatami!"; y recuerda la continuación de la escena en la que el acreedor se sube a la tabla y Genma aprovecha para voltearla y aplastar con ella al pobre hombre. "Ese chico podría haberme aplastado... ¡qué considerado!", piensa Nodoka.
Y entonces se le ocurre algo: "Puede que... ¡Akane, el chico de ahora era Ranma! ¿Verdad?"; "¡Oh, no! Ahora seguro que piensa que es un pervertido.", se desespera Akane; "¡Bien, Ranma no es un pervertido!", exclama Nodoka ante la estupefacción de Akane; "Claro, eso que hizo de tus sostenes, el acosarte... es normal en un futuro matrimonio.", sonríe Nodoka; "¿Seguro?", pregunta incrédula Akane. En el exterior, colgado de una ventana, Ranma-h lo escucha todo; "Que madre tan buena, ¡no me la merezco!", piensa; "¿Y si ahora me presento ante ella?", se pregunta imaginando la escena del reencuentro, y abre la ventana: "¡Mamá!". Pero se encuentra el cuarto vacío.
Nodoka pone emocionada unas flores en el salón; "¡Ranma está de vuelta!", proclama a las tres hermanas, y no para de hacer cosas: "¿Cuál es su comida favorita? Tengo tantas ganas de verle..."; y el panda va a darle con un mazo... pero Sôun le golpea antes al animal; "¿Qué haces?", pone en un cartel. "Deja de hacer el tonto y resígnate.", pide Sôun; "Tu mujer se muere de ganas de ver a su hijo.", confirma Kasumi; "No os podéis esconder más.", concluye Sôun. Entonces Nodoka, tetera en mano, tropieza y derrama toda el agua caliente sobre el panda; "¡Lo siento! Estoy tan nerviosa, tengo tanto que hacer...", se disculpa la mujer sin reparar en su marido. Nabiki vuelve a mojarlo; "Menos mal que no te ha visto.".
Ranma-h baja buscando a su madre y se encuentra con Sôun, que lo llama; "¿Qué quiere, señor Tendô?", pregunta mientras Sôun saca algo de un cajón; es una caja alargada: "Es el traje ceremonial que solía usar de joven. Vas a presentarte a tu madre tras diez años. Es un gran día.", le dice su suegro. "Debes vestirte para la ocasión y mostrar tu faceta más masculina.", sonríe Sôun; "Señor Tendô...", se emociona Ranma-h. Y mientras, en el salón Nodoka sigue dando vueltas impaciente; "Si que tarda...", murmura; "Se estará preparando.", le dice Akane junto al maniatado panda; "Se está poniendo guapo para mí...", se emociona Nodoka; Nabiki saca un cartel de "Feliz reencuentro"; "Creo que ya está...", dice; "¡Qué nervios!", exclama Kasumi.
Ranma-h observa el contenido de la caja que le ha dado Sôun; "Señor Tendô...", murmura sacando un disfraz de conejita Playboy; "¡¿Esto es lo que solía ponerse cuando era joven?!", vocifera Ranma-h; "¡Que no!", trata de excusarse Sôun. Y aparece Happôsai con un cubo de agua: "Te voy a hacer un gran regalo.", propone el viejo; Ranma-h esquiva el cubo y aplasta al abuelo: "¡Esto es lo que te ponías tú!"; "¡Pero no te lo puedes poner siendo hombre!", protesta Happôsai; "¡Ni pensaba hacerlo!", replica Ranma-h; "¡Desgraciado, acepta este regalo!", ataca Happôsai con las orejitas de conejo en la mano. Ambos cruzan un asalto... y el viejo cae aturdido, con un chichón en la cabeza. De repente estallan guirnaldas y la puerta se abre de par en par; "¡Feliz reencuentro!", gritan todos mientras Nodoka entra: "¡Ranma!"; "¡Mamá!".
Y Ranma-h se cree morir cuando ve que Happôsai ha aprovechado el asalto para vestirle de colegiala; todos se quedan estupefactos. Nodoka mira con lástima a su hijo, de espaldas a ella; "Ranma...", murmura. Ranma-h suda la gota gorda; "Eso también solía ponérmelo yo...", piensa el semiinconsciente Happôsai; "Le queda muy bien...", acaba de pensar, y Sôun le arrea un puñetazo. Nodoka comienza a sacar la katana de la funda; "No se escapa...", piensan todos. Pero la mujer deja caer la espada y se vuelve de espaldas; "Ya lo entiendo; fue Ranma el que le robó la ropa a Ranko y huyó disfrazado de mujer... ¿Te gusta vestirte de mujer?", piensa caminando por el pasillo; "Señora...", llama Kasumi; "Pensaba que le pegaría un tajo.", murmura Nabiki; "Entonces, lo de hacerle el seppuku era solo fachada...", concluye Akane.
Pero Nodoka se da la vuelta y vuelve al cuarto; "¡Que vuelve!", grita Sôun, haciendo que a Ranma-h se le pongan los pelos como escarpias. Pero Nodoka llega por la espalda... y abraza a su hijo; "Ranma, no vuelvas a marcharte...", le dice su madre ante la sorpresa de todos; "Te he echado tanto de menos... por fin estás a mi lado.", llora Nodoka; "Mamá...", murmura Ranma-h; "Me perdona pese no haberme mostrado como un hombre ante ella. ¡Ojalá no hubiera tardado tanto!", piensa Ranma-h derramando una lágrima.
Pero el resto ven cosas distintas; "Va vestida de luto a la japonesa.", piensa Nabiki mirando a Nodoka; y Kasumi sostiene algo: "Esto es un sudario para Ranma...", piensa; "Es sólo la calma antes de la tormenta.", piensa nerviosa Akane, mientras el iluso Ranma-h murmura: "He salvado la vida.".
Escenas inolvidables: Lo normal que ve Nodoka el supuesto acoso de Ranma-h a Akane y la cara que se le queda al ver a su hijo de colegiala (y los preparativos del seppuku que monta en un momento).
Nodoka parece gravemente enferma; Ranma-m le va poniendo paños calientes en la frente; "Qué tragedia.", murmura Sôun; "Ahora que ya se habían reencontrado...", se apena Kasumi; "Y sólo se le ocurre vestirse de colegiala.", dice cínica Nabiki. "Esto no puede seguir así. ¡No pienso mostrarme jamás como hombre a mi madre!", piensa furiosa Ranma-m; "Oye, si le muestras tu faceta más masculina, igual te perdona.", se le ocurre entonces a Akane; "¡Es verdad!", grita Ranma-m; "Pero después de lo que ha visto, tu madre no se va a conformar con una muestra de virilidad cualquiera.", opina Nabiki; "Tienes que hacer algo muy viril, que sólo un hombre podría hacer... ¡ya sé! ¡Convertirte en un mirón!", concluye la chica; "¡Hey!", se indigna Ranma-m; pero Nodoka bota de su letargo: "¡¿Que Ranma espía en los baños femeninos?!"; "¡Mentira, mentira, mentira!", trata de evitarlo Ranma-m. "¡Así que le gusta ver chicas desnudas! ¡Ese es mi chico!", grita alegre Nodoka ante la sorpresa de todos.
El plan se pone en marcha; Akane se enjabona en el baño; "¿Seguro que hacemos bien?", piensa; la casa está llena de indicaciones señalando que Akane se está bañando; hasta Sôun pone una alfombra con flechas hacia el baño. "Akane se está bañando. ¿Es que no estaba peleada contigo, Ranma?", inquiere Nabiki; "Espíala bien.", pide Kasumi a su cuñado; "Como mínimo, fingiré que la espío se resigna el cabezón muchacho. Pero entonces Happôsai bota sobre él: "¡Akane me espera!"; Ranma-h sale a la carrera tras él: "¡No te entrometas o te pondré otra vez el vestido de marinerita!", amenaza el viejo lanzando su ataque... pero Sôun llega a tiempo para interponense y acabar vestido él. Al viejo le da un pasmo mientras Kasumi se muestra orgullosa por su padre; "¡Ve, Ranma, no te preocupes!", pide Sôun. "¡Gracias señor Tendô!", se emociona Ranma-h prosiguiendo la carrera.
En la puerta del baño, el panda y Nodoka esperan ocultos tras un panel; "Ven hijo, y devuelve a mi corazón su paz interior.", piensa la mujer. Ranma-h va llegando; se anuda el pañuelo de bandido a la cara y... tropieza con la alfombra, entrado en tromba al baño y tirando la cesta de la ropa interior de Akane que le rodea por todas partes. "Maghdita seagh...", piensa Ranma-h, mientras Nodoka mira espantada: "¡Ha preferido sumergirse en la ropa interior antes que ver a una chica desnuda! ¡Te gusta vestirte de mujer!", grita lanzando un mandoble, pero el panda la para: "Ha sido un accidente", le pone en un cartel; y entonces ven que Ranma-h ha desaparecido.
Ranma-h se oculta en la zona de la bañera, y de repente recibe un jabonazo; "¡Idiota, se supone que me ibas a espiar desde fuera!", le recrimina Akane; Ranma-h se ve muy apurado; "¿Qué quieres que haga? Ha sido un accidente.", se excusa Ranma-h dándole la espalda y ruborizándose; "¡Ni espiar se te da bien!", le espeta Akane. "La verdad, no tengo ninguna gana de verte desnuda.", replica Ranma-h con su habitual tacto; el silencio se hace entre ambos. "Vale, ya lo sé...", asume Akane tristemente; "Siento no ser de tu agrado pero como mínimo...", dice la chica saliendo del agua, algo que hace que Ranma-h casi se paralice, y se queda de piedra cuando su novia le coge la cabeza y se la gira hacia ella: "¡Mírame bien si no quieres hacerte el seppuku!".
Y Ranma-h se encuentra de cara a... Akane en bañador; Akane hace una posturita de modelo... y Ranma-h cae desmayado: "¡Vaya timo!", piensa. Nodoka, Kasumi y Nabiki miran desde la mampara; "¡Qué decepcionado está! ¡Se moría de ganas por verla!", piensan. Nodoka entra con los brazos abiertos: "¡Ranma, enséñame tu faceta más masculina!", grita emocionada; "¡Mamá!", responde Ranma-h. Pero antes de que pueda girarse, Happôsai llega por detrás: "Esto por jugármela antes, ¡happôcírculo vicioso!". Ranma-h empieza a hacer aspavientos con las bombas y Nodoka coge el teléfono de la ducha: "¡Hay que apagar esas mechas!", grita abriéndolo sobre Ranma-h. El panda reaccionea rápido: "¡Huye Ranma!", pone en un cartel y pega con él a Ranma-m, que abre un boquete en la pared y cae al exterior.
Nodoka sale alarmada: "¡Ranma!"; y en el exterior ve la figura semiinconsciente de Ranma-m; "¿Ranko?", llama; Ranma-m sospecha que su madre ya conoce toda la verdad... pero Nodoka cae de rodillas: "Ranma, ha vuelto ha desaparecer...", murmura llorando; "No se ha dado cuenta...", se percata Ranma-m; "Me habría gustado verle la cara...", murmura Nodoka. Ranma-m trata de animarla: "Vamos, señora; seguro que Ranma va a verla a usted alguna vez."; y entonces Nodoka ve algo en la frente de Ranma-m: las huellas de la tinta del cartel con el que el panda golpeo a su Ranma.
En la despedida, Nodoka saluda triste; "Ranko, hasta la próxima...", se despide; "Mamá... no pude presentarme ante ella como es debido; quizás sea mejor así.", piensa Ranma-m; pero Nodoka va cavilando: "Entre Ranma y Ranko hay gato encerrado...". Y Ranma-h está decidido: "La próxima vez le mostraré mi faceta más masculina y viril.", proclama; "Bueno, sólo se ha mostrado como un maníaco sexual.", concluye Nabiki; "Con eso es suficiente.", afirma Akane.
Escenas inolvidables: La decepción de Ranma-h al ver que Akane va en bañador.
Esa noche, Happôsai entra subrepticiamente en la habitación de Ranma-h y prepara un nuevo potingue; "Instrucciones del incienso primaveral: su olor provoca un sopor tan profundo que el que lo huele duerme toda la primavera sin despertarse.", lee del prospecto; "Vete preparando...", ríe el viejo, y comienza a mezclar ingredientes hasta conseguir la pasta final: "¡El incienso primaveral!", exclama. Y Ranma-h le golpea: "¡Deja de molestar!"; "¡Aspira el incienso primaveral!", grita Happôsai con una mascarilla puesta y con el incienso en la mano.
Akane acaba de levantarse; "¡Qué sueño tengo en primavera...", murmura bostezando; y se encuentra de cara con la persecución; "¡Resígnate, desgraciado!", grita Happôsai impulsando el vapor de incienso; pero Ranma-h lo esquiva de un salto y es Akane quien recibe una buena dosis. Akane empieza a tambalearse; "¡Inaudito, lo ha olido Akane! ¡Lo que voy a poder hacer toda la primavera!", grita Happôsai abalanzándose hacia la chica. Pero Akane reacciona: "¡¿De qué va?!", grita dándole un patadón al viejo.
En clase, Ranma-h se lo cuenta a Akane; "¿Incienso primaveral? Pues no noto nada.", confiesa Akane; "Pues será que no funciona.", asume Ranma-h. Pero a mitad de clase, Akane se amodorra y se duerme. La profesora Hinako se acerca con un martillito de feria: "Dormir en clase es de mala educación."; pero al ir a golpearla, Akane, sin despertar, le arrebata el martillo y la golpea a ella. "¡Buahhhh! ¡Me ha pegado!", llora la profe mientras todos miran desconcertados a Akane. "Akane...", la palmotea Ranma-h, y la chica le arrea un puñetazo. En esto aparece Happôsai: "¡Por fin se ha dormido!", exclama saltando sobre ella... que le pega un codazo de espanto.
Happôsai mira atónito a Akane; "¿Qué pasa aquí?", pregunta; "¡Eso debería decirlo yo!", recrimina Ranma-h; "Pero si seguí las instrucciones...", murmura el viejo leyendo de nuevo la receta; y uno de los chicos lo coge y lee en alto: "El incienso primaveral está indicado para guerreros que necesitan dormir pero están en peligro de muerte por enemigos. Permite dormir y defenderse a la vez."; "¡A ver si aprendes a leer!", grita Ranma-h pateando al viejo.
"Si no la despertamos pasará la primavera durmiendo.", comentan todos. Akane, mientras, está en su sueño particular; va con un carrito de servir comidas, y llega a un Ranma-h borracho, rodeado de chicas, en especial Ukyô y Shampoo; "¡Primera esposa, trabaja!", exige el tirano Ranma-h; "Sí, ahora os preparo los mejores manjares.", sonríe la solícita Akane; "¡Incomible!", grita el tiránico Ranma-h arrojando todo al suelo.
La Akane dormida llora mientras friega el suelo y el resto de la clase la mira; "¿Qué soñará?", se pregunta Ranma-h. En el sueño, Akane sigue llorando; "Pero no me importa, soy feliz al lado de mi amado esposo.", piensa mientras Ukyô y Shampoo hacen carantoñas a Ranma-h. Y de repente se despierta en su cama; "¡Qué pesadilla!", murmura caminando por un estrecho sendero rodeado por un abismo, hasta que llega a un sitio donde ve a Ukyô y Shampoo besuqueando a Ranma-h; "Creía que era un sueño...", murmura Akane.
Y en la realidad, pega un puñetazo al aire: "¡Ranma, eres un impresentable!", grita; Ranma-h esquiva por poco el golpe, pero Akane insiste en su dormida pelea, hasta que para de repente; Ranma-h se le aproxima... y Akane le golpea a traición: "¡Te pillé!". Y vuelve a dormir; "¡Maldita bruja!", dice Ranma-h muy enfadado; "¡Despierta!", grita echándole un cubo de agua. Y Akane empieza a soñar que se ahoga y hace aspavientos como si nadara, golpeando a Ranma-h que trata de esquivar a duras penas los golpes.
Y entonces entra Kunô a lomos de un caballo, que le planta una herradura en la cara a Ranma-h; "Necio... ¡es el beso de un galante príncipe lo que despierta a las princesas!", se jacta Kunô, y se arroja sobre Akane para besarla... pero ella lo lanza a través de la ventana. Akane vuelve a quedar en "stand-by", y entonces empieza a soñar que Happôsai le ha robado las bragas y sale corriendo por la clase con el atizador, repartiendo golpes entre sus compañeros.
Unas espátulas caen sobre ella y unos fideos la inmovilizan; "¡La tengo!", exclama Ukyô; "Ahora basta que la señorita Hinako le succione la energía combativa...", comentan todos... pero Hinako duerme como un bebé; "¡No te duermas!", la llama Ranma-h. Mientras, Akane está soñando que el trío de malvadas compuesto por Shampoo, Kodachi y Ukyô la han capturado. En la realidad, la tapan con una manta y le ponen música relajante; en el sueño, ella cree convertirse en un rollito de primavera a manos de Kodachi. "No puedo respirar...", piensa Akane.
Y entonces aparece el apuesto príncipe Ranma-h rasgando el envoltorio; "¡Princesa!", llama. Y en la realidad, Akane rompe la manta en pedazos... y se abraza a Ranma-h; "¡Qué alegría!", exclama; "¿Qué demonios...?", se pregunta Ranma-h, colorado como un tomate, mientras Ukyô mira con un ataque de celos. "Espera, Akane sonríe; no te rebotes, Ranma.", le piden todos. En el sueño, el principesco Ranma-h se arrodilla ante Akane, y Akane le da unos golpecitos en la cabeza en la realidad. "¡Ya no puedo más!", exclama furioso el Ranma-h real, que en el sueño se abalanza apasionadamente sobre la princesa Akane. "¡No te pases ni un pelo!", grita Akane en la realidad, golpeando con todas sus fuerzas a Ranma-h ante la extrañeza de los presentes.
Nabiki aparece por la clase; "No creo que despierte hasta el verano.", dice; "Esto es incienso veraniego que he conseguido furtivamente; podrá despertarla.", les dice mostrando un sobre. "¿Cuánto?", pregunta Ranma-h; "1.980 yenes.", pide Nabiki. Akane sueña que está sentada en el porche de su casa, en kimono, recién llegado el verano; ve un mosquito, y se lanza a aplastarlo con las manos.
Akane despierta y ve que ha abofeteado a Ranma-h, que sostiene el incienso veraniego; "¡Funcionó!", exclaman. Muchos se quedan mirando el incienso; "Huele a repelente de mosquitos.", dice alguien; "Y lo es; jamás pensé que funcionaría.", piensa Nabiki. "He soñado un montón de cosas raras.", le dice Akane a Ranma-h; "¿Ah, sí?", replica con sorna Ranma-h, aún dolorido del último bofetón.
Escenas inolvidables: Las pesadillas de Akane, dominadas por sus rivales por Ranma-h.
"¿La sonriente muerte trienal? ¿Qué es eso?", preguntan desconcertados Ranma-h y Akane; "Es una técnica terrible de las Nujiezu.", cuenta Mousse; "Se finge no estar enfadada pero durante tres largos años se tortura y maltrata a la víctima. Saotome, ¡sal con Shampoo para que le vuelva el buen humor!", pide a Sôun; "¿Yo?", se sorprende Sôun. "Ponte las gafas.", le dice Ranma-h dándole una patadita. Y Mousse se las pone... y ve que están rotas; y saca otras e igual; y así con todas las que saca de su túnica; "Todas mis gafas hechas pedazos... ¿habrá sido cosa de Shampoo?", se aterroriza Mousse; "¡Me voy de viaje!", proclama y salta ayudándose de uno de sus ganchos... pero la cuerda que lo sostiene se rompe y cae al estanque, transformándose. "¿Qué crees?", pregunta Akane a Ranma-h.
Ranma-h y Akane, cargando una mochila donde va Mousse-pato, llegan al "Cat Café"; "¡Hola Shampoo!", saluda Ranma-h, y la chica china se le abraza al instante, provocando que Akane le golpee con un mazo; "La veo muy alegre. Te lo habrá parecido, Mousse.", comenta Ranma-h ya sentado a la mesa; "¿Cómo va a tramar Shampoo algo así?", confirma Akane. Pero Shampoo, que carga con un montón de platos, tropieza y vierte todo su contenido sobre la mochila donde está Mousse-pato; "¡Cuánto sentirlo!", exclama Shampoo agarrando la mochila, con el pato dentro, lavándola y escurriéndola a base de retorcerla, para devolverla a su dueña. Mousse-pato aparece hecho unos zorros; "¿Lo ha hecho adrede?", se pregunta Ranma-h.
Bajo la mesa, Mousse ha vuelto a su estado humano; "Va a por mí."; "¿Seguro?", pregunta Ranma-h, que está junto a él. Entonces, sobre la mesa aparece una cucaracha y Akane grita; Shampoo se revuelve y la aplasta con un periódico, partiendo la mesa en dos y casi cargándose de paso a Mousse.
Aprovechando un pedido externo, el trío habla con Colonia; "¿Que Shampoo practica la sonriente muerte trienal con Mousse?", se sorprende la bisabuela; "¿Se puede contrarrestar?", pregunta Ranma-h; "Hayla, mirad esto.", dice la vieja señalando un pergamino; "La ira se suele concentrar en el vientre y se disipa inmediatamente; la sonriente muerte trienal conserva la ira en cierta parte del cuerpo durante tres años."; "¡Entonces, si pulsamos ese punto...!", exclama Mousse; "Pero es un tratamiento muy especial y peligroso. Si lo aplicas tú, sólo conseguirás quitarle la vida.", le informa Colonia; "Pero el yerno podrá.", dice mirando a Ranma-h. "Si no hay más remedio... para eso estamos los mejores.", se jacta Ranma-h.
Colonia pone a Ranma-h frente a la tele; "Aquí tengo un vídeo sobre esa técnica.", dice la vieja mientras Mousse aún sigue enfadado por no ser el elegido. En el vídeo, un hombre entra a un restaurante y empieza a halagar a la camarera... y le palmotea el trasero; "Hay que frotar este punto rápidamente.", señala Colonia, apuntando a las nalgas de la camarera. El trío se queda de piedra... y una lluvia de golpes cae sobre Ranma-h; "¡Ranmaaaaa!", grita furiosa Akane; "¡Si no he hecho nada!", se queja Ranma-h; "¡Te mataré antes de que lo hagas!", proclama Mousse. "El más indicado es mi futuro yerno.", insiste Colonia.
Pero Mousse no lo acepta: "¡Shampoo, yo eliminaré tu ira!", grita saliendo al comedor y metiendo mano a un cliente; Colonia lo moja antes de que haga más tonterías y lo pone bajo una cesta... que Shampoo atropella con su bicicleta al llegar. "Está claro que tengo que hacerlo.", asevera Ranma-h; "¡Pervertido!", acusa Akane; "Sólo le frotaré el punto de la ira.", se excusa Ranma-h; "Y un cuerno: le meterás mano en el culo.", insiste Akane; "No te enfades.", replica Ranma-h palmoteándoselo a ella; pero Akane no disipa su ira, sino que le pega una tunda a Ranma-h; "No funciona...", se queja a Colonia; "Hay que girar la muñeca.", especifica la vieja haciendo el gesto, y Ranma-h se lanza a su misión mientras Colonia ata a Akane.
Ranma-h se lanza sobre la desprevenida Shampoo... pero ésta se gira y a Ranma-h le entra un ataque de timidez y se pone rojo; "¿Qué te pasar?", pregunta Shampoo; Ranma-h se gira: "Se necesita mucha fortaleza mental para hacer esto...", piensa, "¡No puedo abandonar!"; y vuelve a intentarlo. Pero de nuevo Shampoo se gira y Ranma-h disimula limpiando los cristales; "Me hacer un gran favor.", sonríe Shampoo, mientras Akane y Colonia piensan que el pobre Mousse va a seguir con sus tres años de tortura.
Pero Mousse ha conseguido volver a su forma humana: "¡Ahora verás, yo frotaré ese punto!", proclama lanzándose; "¡Es peligroso!", le grita Akane; "¡A mí me mataría, pero a ti te hará pedazos!", le espeta Ranma-h. Pero Shampoo para de una patada a Mousse y le suelta una bronca: "¿Qué pretender? ¡Si faltar al trabajo yo ser mucho ocupada!", grita pateándole. "¡Se acabó la sonriente muerte trienal!", proclama Colonia; "¡Shampoo ha agotado toda su ira en este instante!". Shampoo se queda atónita: "¿Qué ser eso de la sonriente muerte trienal?"; y el resto se queda de piedra.
Y la confusión se aclara: "¡Se sentía culpable por haber lavado la ropa de Mousse con las gafas y las armas dentro!", se solivianta Ranma-h; "Pues haberte disculpado.", dice Mousse; "¡Ya te perdoné lo del cohete!", replica con un golpe Shampoo.
Escenas inolvidables: El explicativo vídeo de cómo descargarle la ira a las mujeres, y las respectivas reacciones de Akane y Mousse.
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