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Una piñata se abre y un montón de gente de la playa acude a la carrera gritando; "¡Muchas felicidades! ¡Una excelente forma de ahogarse!", vociferan; "Es usted el pedazo de plomo diez mil de playa Medusa.", le dice un hombre entregando un diploma a Akane; "¡Qué suerte!", se burla Ranma-m; "¡¿Crees que me alegra?!", se enfada Akane. Entonces, una especie de sacerdote se acerca con una caja: "Un obsequio: ¡un bañador que te permite nadar como una sirena!", dice mostrando un bonito bañador brillante. Ranma-m observa algo raro: "¿Qué cuchichean?", se pregunta; "Aquí hay algo raro...", murmura Nabiki y se encara al grupo playero: "¿No hay premio en metálico?"; "No es eso. Es imposible que una negada aprenda a nadar sólo por un bañador, nadie se lo puede creer...", dice Ranma-m.
Y Akane le llama: "¿Qué tal me queda?", pregunta ya vestida con el nuevo bañador mientras a Ranma-m le da un pasmo. "¡Se lo ha puesto!", murmura la gente de la playa; "Voy a probarlo.", dice Akane, y se dirige a unas rocas seguida de Ranma-m, saltando grácilmente al agua. "¡Pero no te tires!", grita Ranma-m; Akane se hunde y no da señales de vida; "¿Se está ahogando?", pregunta Nabiki; Ranma-m salta alarmada al agua. Se sumerge hasta el fondo, pero mira a uno y otro lado sin ver nada... hasta que Akane aparece tras ella dándole un susto; "¿Qué haces?", pregunta Ranma-m enfadada; Akane está muy ilusionada: "¡Puedo nadar! ¡Cógeme si puedes!", ríe pegando brazadas y dejando atrás a Ranma-m. "¡Gracias, dios de los mares!", saluda Akane al imaginario personaje; "¿No te lo vas a creer, verdad?", pregunta incrédula Ranma-m.
Al volver a la orilla, el jefecillo de la playa le comenta algo a Akane: "Tenemos esta competición de natación a larga distancia hasta la isla del rey. Nos gustaría que participara."; Akane saluda agradecida y vuelve al hotel, donde pone el bañador a secar. Ranma-h está al acecho y al irse Akane coge el bañador; "Tiene que tener algo...", y de repente el bañador se estira; "¡Se mueve!", exclama, hasta que ve a Happôsai tirar del otro extremo: "¡Yo lo vi antes!"; "¡Yo no soy como tú!", grita Ranma-h dándole un patadón, y Akane le da un mazazo en la cabeza: "Anda que no, pervertido.".
A la mañana siguiente, la megafonía llama a las participantes en la competición. Una pancarta preside el evento, lleno de jovencitas con el mismo bañador que Akane; "Es el mismo bañador...", se sorprende Akane; "¿Todas son pedazo de plomo número diez mil?", se pregunta Ranma-m, que observa otra coincidencia: "Todas llevan el pelo corto al estilo de Akane."; el jefe llama a las chicas: "¡Sitúense en la salida! ¡La meta es la isla del rey!", dice señalando el perfil de la isla a lo lejos. Al dar la salida, todas las chicas salen nadando al unísono, y Ranma-m las sigue; "¡La joven de la trenza, no se puede participar con un bañador normal!", grita el jefe desde la barca de seguimiento. Y a Ranma-m le pilla un remolino, seguido de una ola enorme y un escollo contra el que se golpea. Ranma-m salta sobre la cabeza del jefe: "Ya me he cansado. Esto es algo más que una competición de natación, ¿verdad?"; y el hombre pone cara de haber sido descubierto.
Las chicas siguen nadando, pero algunas ya se cansan; "Está muy lejos; ¿volvemos?", propone una a otra; pero al tratar de dar la vuelta se encuentran con un banco de medusas y vuelven a nadar despavoridas hacia la isla. Akane está a un paso de la orilla; "¡He ganado!", exclama haciendo pie... pero un tentáculo se apodera de ella. "¡¿Qué es esto?!", grita Ranma-m desde la barca al ver salir una enorme figura llena de tentáculos de la isla; "¡El amo de la playa! ¡El gran rey medusa!", indica el jefe; "Debemos ofrecerle una chica de su gusto una vez al año, o su maldición...", informa el sacerdote; "¡Pretenden dar en sacrificio a Akane!", concluye Ranma-m.
"¡Akane!", grita Ranma-m saltando hacia su prometida; y al lanzar una patada sobre los tentáculos... le detienen y le dan una banderita con el número dos. El gran rey medusa resulta ser una medusa de simpático aspecto que deja a Akane sobre la arena, dándole la banderita con el uno y una copa de premio; "¡Sonría!", llama el jefe a la medusa sacando una foto. "¡Hey! ¿Y el sacrificio?", pregunta Ranma-m al jefe; "¿De qué me hablas?", se extraña el hombre; "¿No habías dicho que había que ofrecerle una chica de su gusto?", se enfada Ranma-m. "Claro, el rey medusa disfruta dando calurosas bienvenidas a lindas doncellas.", le dicen mientras la medusa gigante juguetea con Akane manteándola con sus tentáculos. "¡Vaya chorrada!", exclama Ranma-m.
Y la paz de la playa fue protegida... Akane llora amargamente porque el bañador se ha secado y se ha encogido; "Claro, está hecho de medusa.", le dice Nabiki. Y mientras, el jefe y el sacerdote hablan con Ranma-h mostrándole un bañador de chico: "Si no le ofrecemos un chico joven al rey medusa, su maleficio..."; "¡No me líes!", responde Ranma-h.
Nuevos personajes: El jefe y el sacerdote de la playa, el rey medusa.
Escenas inolvidables: ¡Qué majete el rey medusa!
Ranma-h corre de vuelta con la bolsa de la compra y la lista, pasando junto al cartel de "Meseta Futaana"; "Creo que no me dejo nada...", piensa. Y de repente nota temblar la tierra... y Ryôga emerge: "¡¿Dónde está la meseta?!", pregunta. "Anda, si es Ryôga.", se sorprende Ranma-h plantándose en su cabeza; y Ryôga se pega un susto: "¡Oh, no! ¡Si aquí está Ranma esto es el dojo Tendô!"; "Estás en la meseta.", le dice Ranma-h; "¿La meseta?", pregunta incrédulo Ryôga, y empieza a llorar de la emoción. "Habiendo llegado aquí, tengo la victoria en el bolsillo.", murmura sacando un papel; "¿Un mapa?", pregunta Ranma-h arrebatándoselo; y Ryôga le golpea: "¡Devuélvemelo, alelado! Tengo cosas importantes que hacer.", dice quitándoselo y saliendo a la carrera, dejando atrás sin darse cuenta una carta.
Ranma-h coge la carta, sellada con un lacre de cerdito, y lee su contenido: "Te esperaré al pie de la estatua de la doncella en la meseta. Te adjunto un mapa que no tendráa dificultad en comprender. Akari Unryû."; y efectivamente, Akari espera con un lindo vestido y un sombrero, cogiendo una cestilla, la llegada de su amado junto a la estatua de un elefante. Pero Ranma-h se ha dado cuenta de algo: "Ese cabeza de chorlito se ha equivocado y se ha llevado mi mapa de la compra.", murmura mientras corre; al llegar a las tiendas, pregunta por un chico con el aspecto de Ryôga, pero nadie lo ha visto. "Se ha vuelto a perder.", piensa Ranma-h volviendo al albergue donde está el resto de la familia.
Y se cae de culo al llegar y ver que Ryôga está allí; "Aquí debería haber una carnicería...", murmura Ryôga mientras el panda, Sôun y Nabiki recriminan su tardanza a Ranma-h; "¿Se puede saber qué haces aquí?", pregunta Ryôga a Ranma-h; "¡Eso debería decirlo yo!", se solivianta Ranma-h. La familia Tendô comienza la barbacoa; "¿Te apetece Ryôga?", pregunta Akane; "¿Puedo?", pregunta ilusionado el chico; "Comer con Akane en esta romántica meseta...", piensa, hasta que Ranma-h le recuerda algo: "¿Qué hay de Akari?".
Ryôga sale a la carrera: "¡Voy a llegar tarde!"; "¡No corras al tuntún!", grita Ranma-h persiguiéndole. Consigue detenerle y le señala en el mapa: "Ahora estamos en la cabaña de alquiler, y la doncella está aquí.", le señala. "Si se ve desde aquí.", se percata Ryôga mirando al elefante; "Pues allí. ¡Camina siguiendo la orilla!", le responde Ranma-h mientras Ryôga sale corriendo. De nuevo en la comida, sigue la conversación; "Así que tiene una cita con Akari...", murmura Nabiki; "Deberías haberle acompañado.", le dice Akane a Ranma-h; "¡Si no hay pérdida!", asevera Ranma-h. Pero Ryôga, en su frenética carrera siguiendo la orilla... pega un giro de noventa grados; "Se ha desviado...", murmura Ranma-h con vergüenza ajena.
Ryôga se encuentra en mitad del bosque; "¡¿Dónde está el lago?!", grita desesperado; "Debo mantener la calma. ¡Taladro destructor!", aulla impactando en el suelo. Ranma-h llega tarde y sólo le queda perseguir subterráneamente a Ryôga; "¡Pero cómo vas a llegar cavando un túnel!", le dice; "¡Es verdad! ¡Arriba!", grita Ryôga y empieza a subir hasta que aparecen ambos del suelo. "¡Lo conseguí, estoy en la orilla del lago!", grita feliz Ryôga mientras Ranma-h mira incrédulo.
Ryôga observa la situación, con la estatua de la doncella justo en la otra punta. "Es peligroso seguir por la orilla. ¡Avanzaré en línea recta!", exclama montándose en una barca y remando hacia el otro lado, con la mala suerte de chocar contra otra barca que le desvía en ángulo recto a la derecha, con lo que acaba de nuevo en el albergue donde están los Tendô; "¡Hola! ¿Qué tal tu cita?", le saludan. Entonces aparece Ranma-h: "He tenido una idea, ¡no te muevas!", grita dándole un buen golpe en la cabeza. Ranma-h arrastra al inconsciente Ryôga hasta la estatua del elefante, para encontrar una nota de Akari: "Ryôga, si llegas aquí no te muevas y espérame.".
Justo entonces, Akari y Akane se cruzan mientras pasean; "¿Aún no has encontrado a Ryôga?", le pregunta Akane; "Entonces, ¡ha logrado llegar hasta aquí!", exclama ilusionada Akari. Ranma-h llega pegando botes y llamando a las chicas; "¿Y Ryôga?", pregunta Akari; "Te espera en la estatua.", afirma Ranma-h.
Ryôga recupera la consciencia, atado a la estatua de la doncella. "Maldito Ranma...", murmura sin enterarse de dónde está, y arranca de cuajo la estatua a la que está atado y sale a la carrera con ella a la espalda; "¡Akari!", llama corriendo junto a los Tendô; "Parece que ha encontrado la estatua.", murmura Nabiki.
Y Ranma-h mira con ojos como platos, junto a Akari y Akane, la ausencia de la estatua. "¿Dónde está?", pregunta Akari; "¡En la otra orilla!", se percata Akane; el trío sale a la carrera; "¡Ryôga!", llama Akari. Ryôga tropieza, gira sobre si mismo, y comienza a correr en dirección contraria preguntándose dónde está la estatua y haciendo caso omiso a los gritos de Akane y Ranma-h. Entonces urden un plan; Akari se queda en el pedestal de la estatua y Akane y Ranma-h salen cada uno por un lado tratando de rodear a Ryôga.
Ryôga sigue tan perdido como un pulpo en un garaje; "No veo la estatua de la doncella por ninguna parte.", piensa, sin saber que la lleva a cuestas. "¡Debo haber ido a parar a otra meseta!", concluye, y aplica el taladro destructor para cavar un nuevo túnel justo cuando Akane y Ranma-h llegan. "Demasiado tarde...", murmura Ranma-h.
Akari sigue esperando pacientemente... y la tierra se abre bajo sus pies. "¡¿Dónde estoy?!", grita Ryôga emergiendo del hoyo. "¡Ryôga!", llama Akari, subida a la estatua que carga su novio. "¿Dónde estás?", pregunta Ryôga; "¡Aquí!", responde ella, pero Ryôga no para de dar vueltas con ella a cuestas, buscándola infructuosamente, ante la mirada atónita de Akane y Ranma-h. "Seguro que pronto se encuentran.", concluye Akane; "Vámonos.", propone Ranma-h.
Ryôga se arrodilla desesperado a la orilla del lago; "¡¿Dónde te has metido?!", pregunta casi llorando. Y entonces ve en el reflejo del agua, sobre su propio rostro, el de su querida novia. "¡Akari!", llama; "¡Ryôga!", grita ella; "¡Voy!", exclama Ryôga tirándose, ni corto ni perezoso, al agua. "Tú no mires.", le dice Ranma-h a Akane mientras se alejan. Y Akari ve feliz a P-Chan acercarse nadando a ella.
"Lo siento, ¿me has esperado mucho?", pregunta tímido Ryôga junto a una tetera; "Sólo un poco.", responde Akari mirando también al suelo. "Ella siempre tan buena.", afirma Nabiki; "Me alegro de que se hayan encontrado.", dice Akane mirando de reojo; "¿Siempre estáis así en las citas?", pregunta Ranma-h viendo la tímida actitud de ambos.
En el cementerio, Genma muestra la tumba a Ranma-h; "Presentaremos nuestro respeto a los antepasados. Demuestra tu fuerza arreando a la tumba de tus tatarabuelos.", le dice; "¿Está eso bien? Es que lo de pegarle a una tumba...", pregunta Ranma-h con un poco de reparo; "Es un ritual guerrero que deben hacer todos los hombre Saotome.", insiste Genma; "Si me la cargo no me culpes.", dice Ranma-h y empieza a concentrar su fuerza y golpea el monolito. La placa inscriptora vuela hacia su cara golpeándolo; lo propio hace un bloque de la tumba, y al final el monolito le cae encima. "Qué temibles nuestros antepasados. Protegieron la tumba contra los vándalos.", comenta Genma, y Ranma-h le sacude con el monolito. "¿Pero por qué alguien querría profanar esta tumba?", inquiere Ranma-h agarrando a su padre; "¡Viene alguien! ¡Escóndete!", se percata Genma, golpeando a su hijo.
Nodoka aparece con unas flores y un pozal de agua, protegida por una sombrilla. Se sorprende al ver el destrozo de la tumba; "¿Quién ha hecho algo tan horrible?", se pregunta. Ranma-h y Genma se agazapan tras el muro; "¿Qué hace aquí tu madre?", susurra Genma; "¡Si es nuestra tumba!", replica Ranma-h; "¡Vayámonos!", propone Genma, dando un salto junto a Ranma-h. Nodoka oye un chapuzón y se asoma tras el muro, viendo un par de figuras salir del pozo: "¡Ranko y el panda!"; "¡Hola, señora Saotome!", saluda Ranma-m.
Ranma-m y el panda reparan la tumba; "Gracias, yo sola no habría podido.", agradece Nodoka; "Hay tanto gamberro...", comenta Ranma-m. El trío se recoge en oración ante la tumba; Nodoka saca una llave y abre el compartimento oculto de la placa inscriptora, sacando una cajita; "Señora, esto será...", pone el panda; "El tesoro familiar de los Saotome, transmitido de generación en generación.", dice Nodoka; "¿El tesoro? Por eso querías que me cargara la tumba, para venderlo luego.", acusa Ranma-m al panda.
De vuelta a la playa, se reúnen con los Tendô. "¿Un tesoro?", pregunta Sôun; "Sí, transmitido de generación en generación por los hombres del clan Saotome.", responde Nodoka; "¿Aún no se ha enterado de quienes son?", susurra Nabiki a Akane; "Parece que no.", responde ella. "Quiero dárselo a Ranma, ahora que será un hombre hecho y derecho.", evoca Nodoka; "Yo me lo merezco más", pone el panda, y Ranma-m le sacude; "Haz que se entere y ya verás lo que pasa.", le dice Ranma-m recordando la promesa del seppuku. Nodoka contempla a ambos pelearse; "Ranko, que estuvieras en la tumba debe ser una señal de los antepasados, porque a tu sombra siempre está Ranma. Si él estuviera aquí...", piensa mirando al infinito, justo cuando a un camarero se le cae la sopa caliente sobre Ranma-m y el panda; "Tengo la sensación de que encontraré a Ranma.", concluye Nodoka mirando de nuevo como el panda y Ranma-m se bañan en el mar disimulando.
Nodoka cena con los Tendô, pues se alojan el mismo hostal, pero echa en falta un personaje; "¿Dónde está el panda?", pregunta. El panda está en plan caco en la habitación de Nodoka; abre la caja fuerte y va a coger el tesoro familiar... pero Ranma-m le pega una patada; el panda amenaza con una tetera en la mano; "¡Venga, bocazas!", grita Ranma-m pateando la tetera; "¡Si quieres suicidarte conmigo, adelante!", grita atacando... y la tetera le cae encima... justo cuando Nodoka entra por la puerta; "Ranko, estás en mi habitación.", dice la mujer; el panda lanza un cojín que oculta la mirada de su mujer, y cuando Nodoka se lo aparta ve la figura de Ranma-h saltando por la ventana. "¡Ese chico es Ranma, seguro! ¡Siempre cerca de Ranko! Esta vez no podrás huir de mí.", grita llorando de felicidad bajo la mirada del panda.
Ranma-h acaba por sentarse en la rama de un árbol y se apercibe de que lleva el tesoro en la mano. El panda salta entonces sobre él tratando de arrebatárselo; "¡No es momento de tonterías!", grita Ranma-h deshaciéndose de él. Ranma-h sale a la carrera buscando agua fría; Nodoka mientras va llamando a su hijo por el jardín. "¡Una fuente!", vislumbra Ranma-h, pero al acercarse ve que está averiada; se oculta a duras penas tras ella cuando su madre pasa llamando. Entonces ve un cubilete con agua y se la echa encima; "Menos mal...", suspira aliviada Ranma-m; pero un maullido la saca de su tranquilidad y sale despavorida al ver un gato. "¡Ranko!", la llama Nodoka; "¡Ranko! ¿Sabes dónde está Ranma?", pregunta la mujer, pero Ranma-m no está para responder.
En su carrera, Ranma-m acaba por resbalar y caer a un estanque; "¡Está ardiendo!", se queja Ranma-h chapoteando... hasta que tres chicas que se estaban bañando empiezan a gritar y le empiezan a tirar los cubos. Ranma-h sale otra vez a la carrera y vuelve a parar en un punto del jardín. "Ranma, puedes conseguir el alivio ahora mismo.", le dice una voz familiar, y ve a su padre mirándole con un cubo en la mano; "Te lo cambio por el tesoro familiar.", ofrece Genma; "¡Serás rastrero!", grita Ranma-h.
Nodoka sigue su infructuosa búsqueda llamando a su hijo, y entonces escucha la pelea tras un muro; "¡Basta de tonterías!", grita Ranma-h; "¡Cómo te atreves a despilfarrar el agua!", acusa Genma; Nodoka se acerca alarmada: "¡La voz de un chico! ¡Ranma! ¿Eres tú?", llama. La pareja padre-hijo se queda paralizada... y sale a la carrera: "¡Un estanque!", gritan alegres al verlo, y se lanzan de cabeza mientras Nodoka llama...
Y les recibe el duro suelo y un cartel de "En obras"; "¡Ran...!", llama otra vez Nodoka, y cuando se acerca al estanque, ve con sorpresa una figura familiar: "¡Genma!", grita al ver a su marido inconsciente. Tras el cuerpo inerte de su padre, Ranma-h tiembla de miedo; "¿Y ahora qué?", piensa.
"¡Genma! ¿Dónde está Ranma? ¡Déjame verle!", le espeta Nodoka; "¡Maldito Ranma! ¡Se ha fugado con el tesoro familiar!", piensa Genma girándose... para ver a su hijo escondido tras él; "¿Qué haces aquí?", le pregunta; "Eres lento, ¿eh?", le recrimina Ranma-h; "¿Con quién hablas?", pregunta Nodoka; "Con nadie.", replica Genma sacando un muñeco de ventrílocuo. Y entonces se encara a su mujer: "Nodoka, me alegra ver que el matrimonio vuelve a estar unido.", dice mientras mentalmente le dice a su hijo que se escape; "¡Todo tuyo!", piensa Ranma-h tratando de salir. Pero Nodoka saca la katana y avanza con ella hacia Genma: "Genma, ¿hay alguna razón por la que no quieres que vea a Ranma?", pregunta mientras Genma retrocede asustado y Ranma-h más asustado aún; "¡No logra distraeeeerlaaaaa...!", piensa desesperado.
Ranma-h ve entonces el platillo de agua del perrito Pochi y se abalanza sobre él mientras Genma despista a su mujer: "¡Es Ranma!", señala. Pero justo entonces sale Pochi y se bebe el agua ante el desespero de Ranma-h. "Si no hay...", dice Nodoka girándose de nuevo, y suena un estrépito; Ranma-m aparece en un charco, con un cubo al lado, y un chichón; "Lo siento, señorita.", se disculpa una mujer desde el balcón de arriba. "¡Ranko!", llama Nodoka mientras sacude a Ranma-m, y entonces ve algo: "¡Nuestro tesoro familiar! ¿Qué hace Ranko con él?", se pregunta; "A ver...", pide Genma... y sale corriendo con la cajita. Pero justo entonces Ranma-m se despierta y le lanza un pedrusco; "¿Has visto el lío en el que me acabas de meter?", acusa Ranma-m agarrando a Genma; "¿Conoces a mi marido?", pregunta Nodoka; "Acabamos de conocernos.", disimula Genma mientras se dan recíprocos puñetazos.
En el hostal, Nodoka y Genma hablan en una misma habitación; "¿Dónde está Ranma?", insiste Nodoka; los Tendô y Ranma-m espían desde la puerta. "Ahora que ha descubierto a Saotome...", murmura Sôun; "Es sólo cuestión de tiempo.", le dice Akane a Ranma-m. "Lo reconozco, no puedo engañarte más tiempo.", dice Genma; "¡Confesaré la verdad!", proclama, y Ranma-m se acerca a él por si acaso; "Mentiroso.", acusa Nodoka sacando la katana; "¡Pero si aún no he dicho nada!", se queja Genma; y da su versión: "Esta noche Ranma vendrá a recoger el tesoro de los antepasados como le corresponde.". Nodoka mira la cajita; "¿Vendrá a recogerlo?", se pregunta; "Ese tesoro... ¿Lo que hay dentro es valioso?", preguntan las hermanas Tendô; "Creo que es una medalla ganada en una competición del vecindario. No creo que me dieran más de dos mil yenes.", responde Nodoka. Genma arde de satisfacción: "¡Dos mil yenes, qué fortuna!"; "Ranma, ¿seguro que vendrás esta noche?", piensa emocionada Nodoka.
Esa noche, Ranma-h sale del baño caliente y se viste; "¿Dónde vas?", pregunta Genma; "Está claro, voy a ver a mi madre y a que me dé el tesoro, como está dispuesto.", contesta Ranma-h; "¡Tú quieres quedártelo para venderlo!", acusa Genma; "¡No todos somos como tú!", replica Ranma-h; "¡Si lo quieres, tendrás que derrotarme!", reta Genma; "¡Sólo consigues hacer más desgraciada a mamá!", replica Ranma-h.
Nodoka, acompañada de Nabiki y Akane, espera a su hijo con el corazón en un puño; "¿Tú qué crees?", pregunta Nabiki a su hermana; "No creo que venga.", responde Akane. Entonces se escuchan unos ruidos tras la puerta y se ve una figura con trenza a través del panel de entrada; "Mamá...", llama la figura; "¡Ranma!", exclama Nodoka emocionada; el panel se abre... y aparece Genma con una trenza postiza y la cara hinchada: "Mamá, soy Ranma. Dame el tesoro."; Nodoka está a punto de sufrir un desmayo. Ranma-m golpea a su padre: "¡Aparta, estúpido!", grita enfadada; "¿Tú quien eres?", pregunta Genma; "No hay quien te aguante.", le recrimina Ranma-m; "Genma... ¿eres tú? Quizás a otros les engañes, pero no a mí.", amenaza Nodoka con la katana. "Me has descubierto a pesar de mi disfraz.", dice Genma quitándose la trenza; "Soy la esposa de un luchador.", replica Nodoka en guardia; "No era tan difícil...", murmura Nabiki.
"No puedo quedarme mucho tiempo...", dice Genma, y lanza su ataque: "¡Técnica del viejo violento!", grita volcando la mesa sobre Nodoka; "¡Mamá!", grita Ranma-m, y se acerca a su madre: "¿Estás bien?", pregunta; "Sí...", responde Nodoka. Pero Genma cae aplastando con la mesa a Ranma-m y sale por la ventana con el tesoro en la mano, riendo a mandíbula batiente. Nodoka ve con desespero la fuga de su marido; "¡Tranquila, yo lo recuperaré! ¡Te lo prometo!", proclama Ranma-m, y sale a la carrera tras su padre. Nodoka queda sobrecogida; también Akane y Nabiki, que perciben que Ranma-m ha dejado de disimular; "Me lo habrá parecido, pero...", murmura Nodoka; "¡Ranko es muy masculina!", termina por decir, espantando a Akane.
Ranma-m sigue a la carrera; "¿Dónde está ese viejo de opereta?", se pregunta. Entonces siente una presencia y se vuelve para ver a su padre cubierto con una capa; "Ranma, si quieres el tesoro...", dice su padre y le lanza algo; Ranma-m esquiva a duras penas la tetera que le lanza su padre; "¡Ven y juégatelo!", grita Genma abriendo la capa y dejando al descubierto un montón de teteras y bolsas de agua caliente.
Akane y Nodoka corren; "¡Las voces vienen de allí!", señala la mujer; "Que no se vaya de la lengua...", piensa Akane.
Escenas inolvidables: El acoso imperturbable de Nodoka a Genma y la felicidad de Genma cuando sabe que puede empeñar el tesoro por dos mil yenes.
Ranma-m sigue encarada a Genma; "Merluzo...", murmura; "No vas a poder moverte.", proclama Genma; y se quedan parados... hasta que Ranma-m le ve sudar: "¿No tienes calor?"; "¡Imbéciiiiil!", dice Genma, y le lanza la primera tetera: "¡Ataca de una vez!". Ranma-m esquiva el ataque justo cuando llegan Nodoka y Akane; "¡Ranko!", llama la mujer; "Agua caliente...", se percata Akane; y al girarse, Ranma-m se despista y le cae una tetera en la cabeza. Genma hace un gesto de terror y da una patada inmediata a Ranma-h mientras Akane tapa los ojos a Nodoka: "¿Quién soy?", pregunta como jugando. Y Genma se da cuenta de algo: "¡No tengo el tesoro!".
Sobre la rama de un árbol, Ranma-h sostiene la cajita; "A ver si se entera. Ha sido muy oportuno que se acercara así a mí.", piensa; entonces cae en la cuenta: "Es una oportunidad única; presentarme ante mi madre habiendo rescatado el tesoro...", y se imagina la escena y a su madre diciendo lo masculino que es. "¡Maldito desagradecido!", grita Genma llegando a la carrera, pero Ranma-h se ha decidido y ataca a su padre con todas sus fuerzas, dejándolo inconsciente y atado en el suelo; "Ahora te estarás quieto un ratito.", se despide con sorna Ranma-h.
Nodoka y Akane siguen su búsqueda, Akane disimulando como puede. "Creo que Akane me oculta algo...", piensa Nodoka recordando cómo le tapó los ojos. Y de repente oye a alguien llamando: "¡Mamá!". Nodoka se gira y ve a lo lejos la figura de Ranma-h bajando una larga escalera; "¡Mamá!", vuelve a llamar; "¡¿Ranma?!", llama emocionada Nodoka; "¡Mamá!"; "¡Ranma!", grita Nodoka corriendo hacia su hijo; "¡Por fin!", piensa Ranma-h, que salta hacia ella... y desaparece en la nada. Se escucha un estrépito y Nodoka y Akane ven la tapa de un pozo partida.
"¡Ha caído en el pozo!", afirma Nodoka mientras Akane tiembla de terror; "¡Ranma!", se asoma Nodoka, y Akane aprovecha para lanzar una sandía al pozo y sacar a Ranma-m con la cabeza incrustada en la sandía, mientras Nodoka sigue llamando sin enterarse de nada. Ranma-m huye como puede, mientras Akane respira aliviada; Nodoka se convence de que su hijo ha desaparecido; "Juraría que era un chico quien ha caído al pozo...", piensa, y entonces repara en las huellas de alrededor del pozo; "¡Huellas! ¿Qué diantre...? Las que salen son más pequeñas que las que entran.", observa. Y entonces ve algo más: "¡El tesoro! Si esas huellas más pequeñas son las de Ranko...", piensa aturdida.
Ranma-m resopla cansada; "Por un pelo...", piensa. Pero Genma no la deja descansar: "¡¿Cómo te has atrevido a arrearme?!", grita saltando sobre ella; "¡Devuélveme el tesoro!", exclama Genma; "¡Idiota!", replica Ranma-m y empiezan a pelear. Tras unos arbustos, Akane y Nodoka observan la contienda; "No falla, la que salió del pozo fue Ranko...", sigue pensando Nodoka. Genma distrae a Ranma-m: "¡Tu madre!", señala; Ranma-m se gira y Genma le pega un patadón que la deja inconsciente; "¡Ja, ja! ¿Qué te ha parecido, Ran...?", y Akane llega justo a tiempo de darle un martillazo para que se calle: "¡Su esposa está aquí mismo!", le reprende. Genma suelta un gritito de terror... pero entonces ven que Nodoka ha desaparecido... y Ranma-m con ella.
Nodoka carga a cuestas con Ranma-m; "¡Ranko! ¡No me digas que tú...!", va pensando la mujer.
Sôun, Kasumi y Nabiki caminan preocupados; "¿Dónde estarán?", se pregunta Sôun; y Nabiki se da cuenta: "¡Mira!". Nodoka está con una tetera sobre la inconsciente Ranma-m; "Antes, Akane ha tratado de ocultarme... una tetera, seguro.", está pensando Nodoka. Sôun corre para evitarlo... pero Nodoka planta la tetera sobre la cabeza de Ranma-m y la vuelve a quitar; "No pasa nada. ¿Entonces no es cosa de la tetera?", murmura, y Sôun se cae de morros impresionado por la inocencia de Nodoka. Pero de repente Ranma-m despierta y lo primero que ve es a su madre con la tetera; pega un grito y de manera refleja da una patada a la tetera, que se parte dejando ver que estaba vacía. Nodoka y Ranma-m se quedan paradas frente a frente; "Ran...", llama Nodoka, pero Ranma-m sale a la carrera antes de que pueda decir más. "¡Esa chica le teme al agua caliente!", concluye Nodoka.
Ranma-m corre aterrorizada; "¡Lo ha descubierto! ¡Mi madre ha destapado el pastel!", piensa sin dejar de correr.
Ranma-m despierta de repente. "Un sueño...", se da cuenta, pero recuerda lo que ha pasado; "Lo recuerdo... mi madre me amenazó con una tetera y huí, instintivamente.", piensa; "Esto no puede seguir así, aunque tampoco puedo presentarme en forma de chica.", piensa mientras corre hacia el hostal... hasta que le toca esquivar el martillazo que le lanza su padre. "¿No pretenderás ver a tu madre?", pregunta enfadado; "No podrás detenerme.", asevera Ranma-m; "Si descubre que eres medio chica...", dice Genma pensando en el seppuku; "Viejo, no puedo esconderme más tiempo.", sonríe Ranma-m; "Si tanto le temes al seppuku, huye tú solo.", termina por decir iniciando de nuevo su ruta. "Ranma... ¿pretendes morir?", piensa Genma.
Nodoka, tetera en una mano, katana en la otra y con el tesoro escondido en el cierre del kimono, parece realmente preocupada. "Puede que Ranko... sea Ranma.", no para de pensar; palpa la caja del tesoro y recuerda la decisión de Ranma-m para recuperarlo; "Por eso se mostró tan entusiasmada por ayudarme...", sigue pensando. Entonces, una flecha de ventosa con un papel se pega en la tetera; Nodoka lee ávidamente la carta.
Las hermanas Tendô siguen buscando a Ranma-m; "No veo a Ranma.", informa Kasumi; "Seguro que se le ha visto el plumero.", murmura Nabiki; sólo Akane ve a Nodoka pasear a lo lejos. Nodoka piensa en la carta que ha leído: "Madre, me gustaría verte al menos una vez antes de despedirnos eternamente. Te espero ante la tumba de nuestra familia. Ranma."; "¿Qué quiere decir lo de despedirnos eternamente?", va pensando Nodoka. Y al llegar a la tumba se da cuenta; una figura envuelta en un sudario, de donde sobresale una cabeza de cabello moreno con trenza, le espera postrada ante la tumba. "¡Ranma!", se abalanza Nodoka sobre la figura buscando verle la cara... que resulta ser la de un monigote. La cabeza estalla dejando salir un gas que adormece a Nodoka. Tras la tumba aparece Genma y se acerca a su esposa, hurgando en el kimono en búsqueda del tesoro: "Lo siento, Nodoka. No puedo permitir que veas a Ranma.", murmura.
Y Akane llega sacudiéndole un buen golpe: "¡¿Y qué hace buscando el dichoso tesoro?!"; "¡Viejo!", llama entonces alguien, y aparece Ranma-m con aspecto de haberle dado una buena paliza y haberse liberado hace escasos momentos de sus ataduras; "¿Cómo has podido...?", pregunta furiosa mientras el resto de los Tendô miran con vergüenza ajena. "¿Quién te ha hecho algo tan horrible?", disimula Genma; "¡Tú mismo me has pegado, atado y enterrado!", replica Ranma-m golpeándole. Coge una tetera y se la muestra a su padre: "Te echaré agua hirviendo ante los ojos de mamá.", amenaza. De repente, Nodoka parece ir recobrando la conciencia... y Genma la coge y se la lleva de un bote: "¡Nada de eso!". "¡Se la lleva junto con el tesoro!", grita Sôun.
Ranma-m salta tras sus padres; "¡No tan deprisa! ¡Mamá, despierta!", llama Ranma-m. Nodoka va recuperándose poco a poco; "¿La voz de Ranko?", piensa; "Si ve como me transformo tendré problemas.", piensa Genma y agarra la katana, encarándose a Ranma-m. En el asalto, parte la tetera y el agua caliente cae sobre Ranma-m, transformándole en hombre. "¡Maldito! ¡¿Dónde te has metido?!", llama Ranma-h, al que Genma ha despistado momentáneamente. Nodoka ha notado el cambio de voz: "¡Genma, he oído la voz de un chico!", grita mirando por encima de su hombro; "¡Imaginaciones tuyas!", afirma Genma. "Puede que sea Ranma...", piensa Nodoka; "¡Ranma!", grita; "¡Mamá!", responde Ranma-h.
Los tres siguen corriendo, y pasan bajo una cascada de agua fría; "¡Ranma!", vuelve a llamar Nodoka; "Madre mía, si se entera de que me convierto en panda", pone el panda en un cartel, aún llevando a cuestas a la mujer. "¡¿Dónde estás?!", llama Ranma-m. "¡Una voz de chica! ¡Genma, esa no es la voz de Ranma! ¡Genma!", pregunta palmoteando al panda sin mirarlo; "Y qué más da...", pone el panda en otro cartel... y salta a un baño termal y sale de nuevo la pareja humana; "¡Será un efecto auditivo!", dice Genma. "¡Maldita sea!", vuelve a gritar Ranma-h saliendo del agua caliente; "¡La voz de un chico! ¡Fíjate!", grita Nodoka forzando a su marido a girar la cabeza... con lo cual Genma se estampa contra un árbol al borde del acantilado.
Genma queda aturdido hasta que le cae la cajita del tesoro; la mira, mira arriba... y ve a su mujer volando por el vacío, de cabeza al mar. "¡Mamá!", grita Ranma-h saltando hacia su madre; "¡Ahí está!", señala Akane desde abajo; "¡Ohhh!", grita aterrorizado Sôun. "¡Mamá!", vuelve a llamar Ranma-h saltando al vacío. "¡Ranma! ¿Eres tú, Ranma...?", piensa Nodoka; "¡Mamá!", vuelve a gritar Ranma-h alargando los brazos; "¡Ranma!", llama Nodoka al verle. "Si cae al mar se convertirá en chica. ¿Seguro que quieres hacer eso, Ranma?", piensa Akane atemorizada.
Escenas inolvidables: Las sucesivas transformaciones a la carrera de Genma y Ranma.
"¿Estás bien?", pregunta Ranma-h a su madre; "Ran... ma...", murmura Nodoka; "Mamá...", balbucea Ranma-h; "No es un... sueño... ¿verdad?", dice su madre tocándole el rostro. Ranma-h tiembla de la emoción; "¡Ya no puedo volver atrás! ¡Mi madre... sospecha que soy medio mujer! Incluso así...", piensa Ranma-h. A Nodoka los ojos se le arrasan de lágrimas; "Ranma...", vuelve a llamar; "Mamá...", murmura otra vez Ranma-h sin poder evitar que las lágrimas le afloren. Los dos se abrazan llorando; "¡Ranma! ¡Tenía tantas ganas de verte!"; "¡Mamá!".
Ranma-h decide que es el momento de ser sincero; "Se lo diré, le diré que soy Ranko. Puedo hacerlo...", piensa; deja a su madre sobre la parte de la funda de la katana. "Mamá, escucha... ¡en realidad, mi cuerpo...!".
Y Genma cae sobre él, colgando de una cuerda, abrazándolo y tapándole la boca: "¡Hijo mío! ¡Estás hecho todo un hombre, has salvado a tu madre!", le dice casi ahogándolo. "Genma, has hecho de Ranma un chico sano y fuerte...", le dice Nodoka sonriendo; "Vamos, mujer, no he hecho más que cumplir lo prometido.", se jacta Genma, apretando aún la boca de Ranma-h; "Es tan, tan masculino.", dice admirada Nodoka. "Escucha, Ranma. ¡No te atrevas a desilusionar a tu madre!", le dice mentalmente Genma a su hijo; al ver la cara de ilusión de su madre, Ranma-h parece concluir lo mismo: "Puede que si no digo nada no se entere...", piensa. Nodoka mira a su marido: "Genma, ¡muchas gracias!", exclama haciendo una reverencia...
Y la katana se vence hacia abajo, haciendo que la espada se desenvaine y dejando caer a Ranma-h. "¡Cuidado!", trata de agarrar Nodoka, pero el peso de Ranma-h arrastra a su madre con la katana y a su padre al romperse la cuerda que lo sostenía. Y al caer al mar, el trío se sumerge, Ranma-m se da un golpe contra una piedra, y Nodoka se queda estupefacta al ver quién es su hijo: "Ranko...".
"¿Creías que te ganarías mi clemencia si me confesabas la verdad, eh?", proclama Nodoka sosteniendo la katana mientras Ranma-h y Genma, vestidos con sus sudarios, sostienen las pequeñas espadas sobre sus vientres; "¡Sois un par de embusteros! ¡Genma, Ranma, haceos el seppuku!", grita la mujer.
Todo esto es, claro, un sueño de Ranma-m, que aún yace inconsciente sobre la arena de la playa, con la cabeza sostenida por su madre. Kasumi, Nabiki y Sôun miran un poco alejados; Akane está junto a Ranma-m y Nodoka; "Se destapó el pastel...", concluye Nabiki; "Señora... Ranma no quería decepcionarla, y por eso...", trata de explicarle Akane. "Ya veo.", comprende Nodoka; "Por fin está todo claro. Por eso nunca vi a Ranko como una extraña. Además, al mostrarse tan decidida con lo del tesoro, Ranma se ha mostrado muy masculino. No cabe duda de que es un chico.", concluye con una dulce sonrisa. "Entonces...", pregunta Sôun; "¡No tendrán que hacerse el seppuku!", exclama Akane sonriendo. "¡Cuánto me alegro!", llora Sôun, mientras Ranma-m grita retorciéndose de terror por la pesadilla que está teniendo ante la mirada atónita de su madre. "Mira, sueña que su madre le hace carantoñas.", sonríe Kasumi; "¿Seguro?", le pregunta Nabiki.
Y mientras, Genma corre entusiasmado con la cajita del tesoro: "¡Es mío!", ríe por las calles de la ciudad. Al llegar a la casa de empeños, informa al dueño: "Una medalla de victoria, traspasada de generación en generación."; el viejecillo abre la caja y saca un papelito: "¿Esto no es un resguardo de empeño?". Y a Genma casi le da un pasmo.
De vuelta a casa de los Tendô, Ranma-h se mira orgulloso; "¡Qué guapo soy!", proclama mirándose en el espejo, y hace otra posturita: "Este perfil es mucho más masculino..."; y una voz femenina le interrumpe provocándole un susto de muerte: "¡Ranma, mirarse al espejo no es muy masculino que digamos!". Akane entra riendo: "¿A que imito bien la voz de tu madre?"; "¿Has imitado a mi madre?", disimula Ranma-h; "Vaya, yo pensaba que era el chillido agónico de un cerdo de la sabana a punto de morir.", se burla, y Akane le estampa de una patada contra el espejo justo cuando entra Nodoka; "Por fin os encuentro.", dice la mujer; "Mira Ranma, tu madre.", le dice Akane.
En el salón de los Tendô, Sôun, Kasumi, Nodoka y el panda se sientan a la mesa; "¿Así que se marcha hoy?", pregunta Sôun, mientras Akane y Ranma-h se hacen la puñeta. "Por tu culpa mi madre me ha pillado haciendo cosas raras.", acusa Ranma-h; "Es que tú eres raro por naturaleza.", replica Akane; "¡Tabla de planchar!", se burla Ranma-h; "¡Repítelo!", le golpea Akane. Nodoka los mira y sonríe: "¡Qué bien os lleváis!". Los dos la miran extrañados; pero ahora Nodoka se dirige exclusivamente a Akane: "Akane, puedes venir a casa cuando quieras. ¡Eres la prometida de mi hijo!". El resto de la familia la miran con sorpresa; "Gracias por vuestra hospitalidad.", agradece Nodoka con una reverencia; "Por fin les he encontrado. Mañana me marcharé a casa junto con mi esposo y mi hijo.", concluye con una sonrisa.
La sorpresa inunda el salón de los Tendô; "¿Eh?", pone el panda en un cartel; "¿Ma... marcharse?", se pregunta Ranma-h sin salir de su asombro. "¿Ranma se va a marchar?", piensa Akane aún sin haber encajado la noticia.
Escenas inolvidables: El emocionante abrazo final de madre e hijo (a mí se me saltan las lágrimas) y los estertores de Ranma-m en su pesadilla con el seppuku.
Sôun aparece dándole un mazazo en la cabeza: "¡Eres un impresentable, Saotome!"; "No es tan grave. La señora Saotome estará contenta sólo con Ranma.", afirma Nabiki entrando; "Eso no hacía falta decirlo.", la reprende Kasumi junto a ella. "Pues nada...", dice Sôun poniéndose el traje de viaje; "Me voy.", dice Nabiki; "Le acompañamos en el viaje.", le dice Kasumi a Genma, secundada por su padre; "Te quedas solo, Ranma.", le dice su suegro. Y Ranma-h se queda boquiabierto viendo a todos marchar: "Nadie trata de retenerme... ¡no le importo a nadie!", se desespera. Pero Nabiki vuelve en el último instante: "Ranma, ve a consolar a Akane. Está tan afectada que no para de llorar."; "¿Akane? Me tomas el pelo.", pregunta incrédulo Ranma-h; "Compréndelo. Ella es la que peor lo está pasando.", dice Nabiki con gesto severo. Ranma-h se imagina a Akane llorando desconsolada y le da un subidón de ego: "¡Vaya! ¡Pobre Akane, cómo sufre!", ríe. "¿De verdad está llorando?", pregunta Kasumi a su hermana en el pasillo; "Pues claro que no.", responde Nabiki.
Akane no llora, pero tiene la mirada triste, dirigida al altar del dojo; "Tengo que despedirme de él con una sonrisa... Tampoco es una despedida para siempre...", está pensando. Ranma-h se asoma a la puerta del dojo y ve a Akane, sentada, de espaldas; "Se me hace difícil hablarle...", piensa, y empieza a imaginar la escena. "No llores, Akane, no seas tonta.", le dice palmoteando a la lacrimosa Akane; "En las despedidas no se debe llorar.", insiste Ranma-h; "No digas despedida, es una palabra muy triste.", llora Akane; "¡Yo también estoy sufriendo!", proclama Ranma-h mientras Akane se agarra fuerte a su pierna: "¡No te vayas!".
Akane, la de verdad, no la de la imaginación de Ranma-h, ve a su novio haciendo las posturitas de la imaginaria escena; "No trates de detenerme...", dice Ranma-h en su trance, y Akane saca un globo, lo hincha y lo explota sacando a Ranma-h de su sueño.
Ambos se sientan el uno junto al otro en el porche, sin hablar. "Oye... han pasado muchas cosas últimamente...", rompe el hielo Ranma-h; "Sí... Pensándolo bien, siempre supe que esto iba a ocurrir, tarde o temprano...", contesta Akane girando la cabeza. Ranma-h mira de reojo. Akane se vuelve hacia él con una sonrisa: "Cuánto me alegro, Ranma. Al fin podrás vivir con tu madre.". A Ranma-h esa sonrisa le sienta como una patada en el hígado; "Este... bueno, sí, vale, pero...", murmura el chico; "Es lo mejor que podía pasar.", insiste Akane disimulando su propia tristeza. "Pu... puede.", murmura Ranma-h dándole la espalda, cada vez más alterado; Akane lo percibe; "Ranma... no me digas que... ¿no quieres marcharte?". A Ranma-h es como si le partiera un rayo al verse descubierto; "¡Je, anda ya!", grita tratando de ocultar su desasosiego. "Me lo imaginaba, tú siempre tan frío...", replica Akane, que ahora empieza a enfadarse. Ranma-h se encara a ella ya con los ánimos enervados: "No pienso quedarme ni aunque trates de retenerme llorando a lágrima viva."; "Aquí nadie trata de retenerte.", replica Akane soliviantada; "Me encanta la idea de que a partir de mañana no tendré que ver a diario la cara de un marimacho.", termina de arreglarlo Ranma-h; "Pues nada, ya puedes empezar a largarte... ¡vete ya mismo si quieres!", grita Akane, y se escucha un fuerte golpe.
En la cena, Sôun llora amargamente al ver que Akane y Ranma-h no se dirigen la palabra; "¿Quién sugirió que los dejáramos solos para que se animaran?", pregunta el patriarca Tendô; "Fuiste tú, papá.", le recuerda Kasumi; "¿No se iba de viaje?", pregunta Nabiki al panda, que disfruta de su última cena sin inmutarse.
Al día siguiente, Nodoka ha pasado a recoger a su familia. "¿No te olvidas nada, Ranma?", pregunta a su hijo; Sôun, Kasumi y Nabiki han salido a despedirse; "Ven cuando quieras.", lloran Sôun y Kasumi. "¿Y Akane?", pregunta extrañada Nodoka. Akane está en su habitación; "¡Que le zurzan! ¡No quiero verle!", es su pensamiento. En la calle, Ranma-h coge a su madre: "Vámonos, mamá."; Nodoka acepta sin entender del todo lo que pasa. Ranma-h se gira por última vez y ve a Akane en la ventana de su habitación, con mirada triste... hasta que escribe en el cristal "Idiota"; "Pecho plano", responde Ranma-h en una tablilla. "¿Seguro que no quieres despedirte de Akane?", insiste Nodoka; "Segurísimo.", replica Ranma-h con la silla de Akane por sombrero. Y mientras, Genma llora desconsolado en el salón de los Tendô; "¿Saotome?", pregunta Sôun; "La señora Saotome se olvidó de él.", afirma Kasumi.
Esa noche, Ranma-h vuelve a dormir en su propia habitación, en su casa. "Menuda despedida...", piensa sentado sobre su futón; "¡Bah, paso de esa marimacho!", proclama tumbándose; se gira a un lado, a otro... y se vuelve a sentar con una depresión de caballo. "Genma, no veo a Ranma muy masculino...", se percata Nodoka katana en mano; "Guarda esa espada", pone el panda sudando de terror.
Tres días después, Kasumi pide un favor a Akane. "Es la ropa limpia de Ranma, se me olvidó dársela.", le dice la hermana mayor; "Y de paso haces las paces con él.", sugiere Nabiki asomándose; "¡Yo... no...!", exclama avergonzada Akane mientras Kasumi sonríe. Akane sale a cumplir el recado; "Pues nada. Pero... con esa despedida...", va pensando; "Pues iré a hablar con él... seguro que...", se decide.
"¡Akane!", se sorprende Ranma-h al decírselo su madre; "Ha llamado Kasumi y dice que está a punto de llegar.", le explica Nodoka. "Vaya con Akane, tiene más agallas de lo que creía...", piensa Ranma-h autocomplacido. Entonces llaman a la puerta; "¡Qué rápida! Ve a abrir.", le dice su madre; "Voy...", disimula Ranma-h... pero por el pasillo corre con la cara llena de ilusión...
Hasta que una risa infernal le recibe en la puerta; "¡Kodachi! ¿Pero qué...?", pregunta Ranma-h aturdido; "Lo sé todo, Ranma, tooodooo.", insiste la Kunô vestida con sus maillots, sus pétalos de rosa negra y la cinta de gimnasia; "Sé que te han echado de casa de los Tendô.", insiste Kodachi; "¡Si me fui yo!", se defiende Ranma-h. Kodachi se gira: "¡Akane Tendô!"; Ranma-h hace aspavientos: "¡Akane, no malinterpretes...!", trata de excusarse... hasta que ve que son Shampoo y Ukyô. "Haber traído fideos.", sonríe Shampoo; "Venimos de visita.", informa Ukyô.
Akane llega a casa de los Saotome y abre la puerta; "Con permiso.", saluda, pero oye el tumulto en el salón; "¿Por qué eres tan tímido? Preséntanos a tu madre.", insisten las chicas; "¿Sois amigas de Ranma?", pregunta Nodoka; "Mucho más que eso.", proclama Kodachi; "¿Pero por qué venís justo ahora?", se queja Ranma-h. "¿Que qué pasa ahora?", pregunta curiosas Shampoo y Ukyô. Akane vuelve a salirse, bastante molesta; "No debería molestar...", piensa; decide volver a casa, pero se para un momento viendo el paquete de la ropa, y a su lado ve un bloque de construir muros.
"Sí que tarda Akane.", murmura Nodoka; Ranma-h, con el bloque con la ropa anudada incrustado en la cabeza, contesta a su madre: "Creo que ya se ha ido...", dice mientras Kodachi, Shampoo y Ukyô le miran incrédulas.
Escenas inolvidables: La escena de despedida entre Ranma-h y Akane es GENIAL.
Ranma-h corre al Fûrinkan preguntándose lo que puede ser. En la misma ruta, Nabiki y Akane caminan juntas; "Qué poco agradecido que es Ranma; no hemos sabido nada de él desde que se fue.", comenta Nabiki; "Mejor, así más tranquilas.", replica severa Akane; "De todas maneras tengo que verle en el instituto...", piensa un tanto melancólica. "¿Estará enfadada aún?", se pregunta Ranma-h mirando desde una farola a la que se ha encaramado; y baja llamando a su novia: "Akane..."; pero Akane no le oye y en cambio sí escucha el comentario de Nabiki: "A ese tío no le importas."; Akane empieza a enfadarse; Ranma-h no se ha enterado y sigue hablando: "No es que yo quiera nada, pero mi madre me ha pedido que te dé...", y entonces se da cuenta de que Akane no se ha enterado; "¡Pues a mí tampoco me importa!", grita Akane a su hermana; "Pues es el fin de lo vuestro.", insiste Nabiki; "Akane...", vuelve a llamar Ranma-h; "¡Cállate!", grita Akane tapándose las orejas. Y Ranma-h toma aire y grita bien fuerte: "¡Akane!".
Akane se gira... y Kunô aparece llamándola y tratando de abrazarla, lanzando a Ranma-h al infinito. Akane le da un patadón a Kunô. "Pensé que era la voz de Ranma...", piensa la chica.
Ranma-h, plantado de cabeza sobre un tejado, ve la caja de su madre abrirse y su contenido rodar hacia abajo. De un bote consigue salvarlo de la caída y ve el contenido de la cajita entreabierta que guardaba la otra caja: "¿Un anillo...?", se pregunta al ver un arito sobresalir dentro de la cajita.
Ranma-h ha citado a Nabiki en el patio; "¿Qué quieres?", le pregunta su cuñada; "Por esto...", le dice Ranma-h dándole la cajita; Nabiki lo observa con la lente de joyero; "Lleva un baño de oro. Es bisutería barata, pero me lo quedo.", propone; "¡No es para ti!", replica Ranma-h; "¿Para Akane?", inquiere Nabiki; "Sí, de mi madre.", contesta Ranma-h; "Un anillo que tu madre le regala a tu futura esposa... ¡un anillo de compromiso!", proclama Nabiki con una rotundidad aplastante. Ranma-h empieza a temblar de los nervios; "Mejor si se lo das tú.", le sugiere Nabiki; "¿No piensas que te lo has tomado demasiado en serio?", trata de disimular Ranma-h; "Pues se lo doy yo.", dice Nabiki quitándoselo y Ranma-h corre tras ella haciendo aspavientos: "¡Espeeeraaaa!". Justo entonces, Akane va preguntando por Ranma-h y una compañera la señala por donde está; "Creo que antes me llamó...", va pensando Akane; Nabiki la ve y la llama megáfono en mano, provocando que Ranma-h huya en estampida ante la mirada atónita de su prometida.
En la clase, Ranma-h se sienta en postura fetal mirando el anillo; Akane lo mira entre extrañada y molesta: "Oye...", le llama, pero Ranma-h está demasiado ensimismado; "Si no es para tanto...", piensa. Pero empieza a imaginarse la escena dándoselo allí mismo; "¡¿Para mí?!", grita Akane ilusionada; "Sí, pero no significa mucho...", se excusa Ranma-h; "¡Ranma le ha regalado un anillo a Akane!", gritan todas las chicas; "¡Muchas gracias, Ranma!", llora emocionada Akane; "No tiene nada que...", sigue excusándose Ranma-h; "¡Ese anillo significa algo muy importante!", exclaman los chicos. Y Ranma-h, de tanto imaginar, empieza a tener sudores fríos. Akane, harta de que no le escuche, le llama megáfono en mano: "¡Ranma!"; el chico pega tal bote que la cajita sale volando y va a caer a las manos de Akane. "¡No la toques!", grita Ranma-h arrebatándosela y saliendo por la ventana, rompiendo el cristal; "¿Qué pasa...?", se pregunta Akane cada vez más alarmada.
Sobre la rama de un árbol, Ranma-h aún tiembla de miedo; "No puedo dárselo...", piensa; pero recordando las palabras de su madre concluye que tampoco puede deshacerse de él tan ricamente. Y entonces se le ocurre algo; le pone una notita diciendo que va de parte de su madre y se acerca a la taquilla de Akane. La abre... y Happôsai aparece dentro: "¡¿Pero qué haces tú aquí?!"; "¡Eso lo debería decir yo!", grita Ranma-h dándole un patadón. "¿Qué estás haciendo?", pregunta Akane que ha llegado de repente. Ranma-h pega un respingo y lanza una bomba de humo para desaparecer; al disiparse, Akane ve un papelito con un plano que le indica que excave junto a un árbol del patio. Akane se pone a cavar, observada por Ranma-h escondido tras un carrito de jardinería, y se encuentra un muñeco vudú; "He ido a enterrar mi muñeco vudú y me he encontrado esto...", murmura Gosunkugi junto al carrito, y Ranma-h le da un patadón quitándoselo... y Akane le suelta otro: "¡Vale ya!".
Ranma-h hace el último intento. En una nota queda con Akane en el gimnasio después de las clases. Akane entra en el gimnasio llamando a su novio, pero entre el material, en la oscuridad, sólo percibe una figura femenina con un kimono y una katana; "¿Señora?", se sorprende Akane; "Akane, hay algo que me gustaría darte. No tiene naaada que ver con Ranma. Es sólo de mi parte.", dice la mujer; "Pero es que ahora Ranma y yo no andamos muy bien...", reconoce Akane. "Deja estar a Ranma un momento.", insiste la mujer; "Agradezco sus intenciones, pero primero debo hacer las paces con su hijo.", insiste Akane. La mujer ya se vuelve hacia ella: "¡Acepta esto y luego será más fácil!", grita Ranma-m.
Akane la mira incrédula... le pega un baño caliente y mira temblando de rabia a su novio; "¡¿Te estás cachondeando de mí?!", pregunta furiosa Akane. Ranma-h retrocede asustado: "¿Quieres pelea?". Akane resuella... y de repente suspira ante la sorpresa de Ranma-h; "Ranma, lo nuestro ha tomado un giro considerable. Ahora sólo nos podemos ver en el instituto.", le dice Akane con aire triste; Ranma-h está sorprendido por la docilidad de Akane; "Verás, no te pido que hagamos las paces si no quieres...", prosigue Akane; "Un segundo, ¿quién ha dicho que no quiera?", le interrumpe Ranma-h; "¡Pues deja de hacer el tonto y meterte conmigo!", grita Akane dándole un patadón.
Ranma-h, aún vestido con el kimono, va a entrar a su casa por el balcón. Recuerda las palabras de Akane; "Pero qué exagerada...", piensa; "Ranma, ¿ya has vuel...?", pregunta su madre, que cuando le ve con el kimono deja caer todo lo que lleva en las manos. "No me malinterpretes, mamá...", trata de excusarse Ranma-h sudando aterrorizado; "Vas vestido de mujer... ¡Ranma!", grita Nodoka, y Ranma-h sale corriendo al tejado quitándose el kimono. "¡Mierda! Voy a obligarle a confesar que lo quiere.", piensa mirando el anillo.
Escenas inolvidables: Los tremendos nervios de Ranma-h por entregarle el anillo a Akane y Ranma-h apareciendo en kimono ante Nodoka.
En el patio de su casa, Ranma-h practica con los nunchakos... y de repente parecen descontrolársele y golpearle por todo el cuerpo. Luego ante el espejo se pinta marcas de carmín; "Perfecto...", murmura pensando en su plan. "¡¿Qué te ha pasado, Ranma?!", grita Akane alarmada; "Estoy acabado; esto es un regalo de parte de mi madre.", dice el magullado Ranma-h; "¿Un anillo de tu madre?", pregunta Akane; "Se han pensado que era un anillo de compromiso y me lo querían quitar.", relata Ranma-h; "Si lo acepto no te atacarán...", dice Akane; "Lo entendiste...", cae desmayado Ranma-h. "Un plan natural y comprensible...", murmura Ranma-h a la carrera buscando a Akane.
"Ese Ranma... no me ha dado el regalo de su madre. ¿Por qué? ¿Qué será?", se va preguntando Akane; Ranma-h la ve y aterriza tras ella empezando su numerito; "Aka...", llama, pero siente una presencia asesina y se aparta justo a tiempo de evitar el mandoble de Kunô: "¡Ranma Saotomeeeeee!"; "¿De qué vas?", se encara Ranma-h; "Lo siento, se me ha escapado.", sonríe Nabiki tras Kunô; "¡Me he enterado!", exclama furioso Kunô; "¡Destruiré ese indigno objeto!", proclama lanzándose al ataque; "¡Métete en tus asuntos!", replica Ranma-h y lo tumba al primer asalto.
"Recuerda, este objeto no tiene ningún significado...", le dice Ranma-h; "¿Qué es?", pregunta Akane que se ha plantado junto a él y le pega un susto de muerte. Ranma-h vuelve a hacerse el apalizado, pero Akane observa el detalle: "¡¿Qué es este carmín?!", grita abofeteándole; "¡Que me escuches!", protesta Ranma-h; "¡¿Qué?!", pregunta Akane. Mientras, Nabiki está junto a Kunô, que balbucea unas palabras; y le pone un megáfono, con lo que se oye clarísimo: "¡Es un anillo de compromiso!". Ranma-h pega un bote y patea a Kunô. Akane le mira con sorpresa: "¿Un... anillo de compra?"; Ranma-h se cae de morros; "¿De qué hablas?", se encara a su novia; "Está claro, de lo que tienes en la mano. Es un regalo de tu madre para mí; ¡dámelo de una dichosa vez!", exclama Akane decidida. Ranma-h se queda de piedra; "¿Lo quieres?"; "¡Claro!"; Ranma-h llora emocionado; "No es como lo planeé...", piensa.
Pero de repente llegan Kodachi y Ukyô hechas unas furias; "¡No lo permitiremos! ¡Lo sabemos todo!"; exclaman; "Lo siento, se lo he chivado...", se excusa Nabiki. Ranma-h esquiva como puede cinta y espátulas; "¡No es lo que parece!", insiste; "¡No te hagas el sueco, es un anillo de compro...!", gritan Kodachi y Ukyô, pero Ranma-h sale como un cohete antes de que acaben: "¡Que noooooo!". "¡No huirás!", gritan Ukyô y Kodachi saliendo a la carrera, perseguidas por Akane. Kodachi lanza la cinta y captura la cajita de manos de Ranma-h; "¡Mío!", grita; "¡No te saldrás con la tuya!", proclama Ukyô cortando la cinta con una espátula.
Y la cajita va a caer a manos de Akane, que va a abrirla... y Shampoo le cae con la bicicleta encima arrebatándosela; "¡Ya ser mío!", grita. Pero Ranma-h se lo vuelve a arrebatar; "¡Ven aquí, Ranma!", llama Kodachi; "¡Dame eso de una vez!", ordena Ukyô. Y el trío de féminas furiosas comienza a perseguir y atacar al pobre chico, que esquiva como puede los contundentes golpes. "Si sigo con esto en mis manos, me matan.", piensa.
El panda duerme tranquilamente en el porche de su casa, cuando de repente ve aparecer al magullado Ranma-h. "¡Tuyo viejo!", grita Ranma-h lanzándole algo. El panda lo coge y ve que es... una caja de tiritas. Y de repente se encuentra en frente a Ukyô, Kodachi y Shampoo: "¡No se mueva, ese anillo de compromiso es para mí!", proclaman las tres.
"¿Qué estará pasando?", se pregunta Akane mientras sigue buscando a su novio. Y Ranma-h aparece, esta vez magullado de verdad, por un callejón. "To... toma...", ofrece la cajita en un último estertor.
En un banco del parque, la pareja se sienta. Ranma-h vuelve a insistir en su explicación, evitando mirar a Akane; "¡Escúchame bien! No le busques tres pies al gato.", insiste Ranma-h; "¿De qué hablas? Dices cosas sin pies ni cabeza...", replica molesta Akane. "No tiene ningún significado. Es sólo un regalo de mi madre.", vuelve a decir Ranma-h, siempre sin mirar a su novia. Akane abre la cajita, y se queda mirando el anillo con sus enormes ojos; Ranma-h la observa de reojo y se va volviendo hacia ella. Akane esboza una sonrisa: "Qué bonito...", dice. Ranma-h la mira sorprendido y emocionado; "¿De verdad es para mí?", le pregunta Akane mirándole. Ranma-h empieza con su tembleque y su gesto tímido; "Bueno... mi madre me pidió que te lo diera..."; empieza a mirar al suelo; "Yo... me preguntaba si te quedaría bien...", murmura el chico con el corazón acelerado. "A ver...", dice Akane tirando del anillo... que tira de la tapita dejando ver unas pastillas en el fondo de la caja. La pareja se queda de piedra: "¿Una tapa...?".
En casa de los Tendô, Nodoka da la explicación; "Es una caja de medicinas a la que le tengo mucho aprecio; como las Saotome pasamos tantas penalidades... ¿Te ha gustado?", pregunta a Akane; "Un diseño muy original.", responde Akane sin poder ocultar su cara de decepción. "Al final no era un anillo, Ranma.", le dice Nabiki a Ranma-h, que aún está tembloroso. "¿Shampoo y las chicas os han destrozado la casa?", pregunta Sôun al magullado Genma. Y así, los Saotome volvieron a casa de los Tendô.
Escenas inolvidables: Ranma-h y Akane sentados en el parque compartiendo su único momento de tranquilidad con el "anillo", y cómo se quedan al ver lo que realmente es.
Akane y Ranma-h se pasan por "Utchan's"; "Hace tres días que Ukyô no viene a clase, pero su restaurante parece abierto."; una escandalera se escucha en el restaurante; "¡Imbécil!", grita Ukyô tirando a Konatsu a patadas; "Vaya, es Konatsu, el antiguo hombre kunoichi.", le reconoce Ranma-h. Ambos entran a "Utchan's" y ven el estado lamentable del garito. "Cómo ha cambiado... la plancha está oxidada...", observan. "¡Por culpa de este inútil!", grita Ukyô golpeando a Konatsu.
"¿Qué okonomiyakis haces?", pregunta Akane; Konatsu muestra su particular receta; "Cojo la pasta de Utchan, la disuelvo en agua...", va mostrando, "... pongo los ingredientes...", dice añadiendo un pepinillo a la enorme y aguada pasta, "... y le añado la salsa.", concluye dando una pinceladita de la salsa. "¡Con lo generosa que soy!", llora Konatsu; "¡Y un cuerno!", replica Ukyô dándole otro golpe. Akane concluye el origen: "Está acostumbrada a la pobreza de cuando era una kunoichi."; y ambos proponen algo a Ukyô. "¿Que me queréis ayudar?", pregunta Ukyô ya en la cama; "Tranquila, no dejaré que Akane cocine.", le asegura Ranma-h, y Akane le da un golpe. Konatsu está apesadumbrada; "Soy un desastre. Era mi oportunidad de mostrarle mi agradecimiento a Ukyô...", piensa, y empieza a cantar: "Ohhhh, pobrezaaaa..."; "¡A trabajar!", le grita Ukyô lanzándole un par de espátulas.
Akane, Ranma-m y Konatsu, ataviadas con bonitos kimonos, salen a promocionar el restaurante: "¡Deliciosos okonomiyakis!", exclaman. Un grupo de chicos aparece; "¡Qué preciosas camareras!", comentan entrando. "¡Okonomiyaki tres en uno!", exclama Ranma-m haciendo un número coordinado con Akane y Konatsu. "¡Primero la col!", grita Ranma-m troceándola en el aire; "¡La pasta!", lanza Akane; "¡Los ingredientes!", culmina Konatsu. Y tres okonomiyakis caen sobre la plancha; "¡De maravilla!", exclaman Ranma-m y Konatsu; "¿Seguro?", preguntan los clientes... cada uno con un okonomiyaki sobre su cara; "Nos vamos...", dicen los chicos; "¡Esperen!", llama Ranma-m, pero Konatsu saca un pintalabios y aplica su técnica: "¡Técnica kunoichi de retención infalible!". Y los tres chicos vuelven, con cara de embobados, y marcas de carmín en sus mejillas; "¡Vamos Konatsu!", felicita Ranma-m; "Pero si eres un chico...", le recuerda Akane; "No he tocado ningún punto sensible.", le informa Konatsu.
Ranma-m decide probar un nuevo experimento y se viste con una minifalda; "¡Qué piernas tan bonitas!", se admira Konatsu; "¿Por qué te vistes así?", pregunta Akane. Inmediatamente entra un montón de chicos: "¿Aquí hacen los okonomiyakis en mega minifalda?". Y los chicos van pidiendo, sin dejar de mirar las piernas de Ranma-m, mientras ésta cocina; "¡Cerdo! ¡Jamás me vestiré así!", proclama Akane. "Pues nada, a lavar los platos y Konatsu y yo nos dedicaremos a la parte sexy.", le indica Ranma-m llevándola a la pila. Akane tiembla herida en su orgullo femenino: "Un hombre y un travesti...", y sale rociando con agua caliente a Ranma-m. "¡No soy ningún travesti!", proclama Ranma-h; "¡Y yo soy un hombre!", dice Konatsu. Y en un pis pas los tíos huyen del restaurante.
Ukyô aparece con el aura de reproche inundando el local; "Utchan, quédate en la cama.", insiste Ranma-h; pero Ukyô ya se ha resignado; "No hace falta. Cerraré el restaurante hasta que me cure.", les dice. Konatsu se encara a ella: "¡No lo hagas! ¡Dame otra oportunidad! ¡Tengo una idea para reflotar el restaurante!"; Ukyô advierte algo nuevo en Konatsu: "Es la mirada de un auténtico comerciante...", piensa. Y Konatsu pasa a la acción: "¡Menú original de Konatsu! ¡Generoso okonomiyaki repleto de ingredientes!", exclama... y lanza unos okonomiyakis diminutos que con un solo ingrediente ya rebosan. "¿Generoso?", se pregunta Ukyô; "¿Repleto?", se pregunta Ranma-h; "Si hasta se salen de la pasta...", se emociona Konatsu.
Pero llega el golpe de suerte; un grupo de chicas entra al restaurante: "¡Qué okonomiyakis más mooooonos!", gritan. Y todas empiezan a pedir los mini okonomiyakis; "A las chicas les gusta...", se admira Ukyô;. Y Akane se le ocurre una nueva idea. Otro grupo de chicas entra: "¿Aquí es donde trabaja ese camerero tan guapo?", preguntan; hablan, claro está, de Konatsu, que ha abandonado su aspecto femenino aunque su traje sea más bien de majorette; "Ese traje... no es muy masculino que digamos.", le dice Akane, pero las chicas están encantadas con Konatsu, y Ranma-h parece celoso. Ukyô duerme tranquila. Y al finalizar el día todo parece haber ido fenomenal; "¡Por lo menos doscientas raciones!", les dice Konatsu a Akane y Ranma-h; "¿Cuánta caja?", pregunta Ranma-h; "¡Mucho! ¡Cuatrocientos yenes!", exclama Konatsu. Ranma-h y Akane se quedan de piedra; "¿A cuánto has cobrado la ración?"; "A dos yenes.", responde Konatsu (unos dos eurocent).
Akane y Ranma-h casi fallecen por el peso de la economía; "Hay que cuadrar cuentas como sea... ¡Akane, cocina tú!", propone Ranma-h. Y en el exterior de "Utchan's" se anuncia "El okonomiyaki de la muerte": un millón de yenes si te lo acabas, o pagas cinco mil si no lo haces. Un trío de muchachos entra entusiasmado, y al primer bocado de okonomiyaki de Akane... caen fulminados; "¡¿Qué pasa?!", pregunta Akane; "Increíble...", murmura boquiabierto Konatsu; "Gané...", concluye Ranma-h. Pero Ukyô no opina lo mismo de la imagen que están dando del restaurante: "¡Malditos! ¡Se acabó, cocino yo!", proclama. "¡No, Utchan!", tratan de impedírselo; "¡Que no hagáis nada más!", les abronca Ukyô, pero en su estado no aguanta y cae desmayada.
Ukyô yace en su cama, con una bolsa de hielo en la cabeza; Konatsu, Akane y Ranma-h la miran preocupados; "¡Todo culpa mía! Si no fuera tan tacaña...", se flagela Konatsu; "¡Ukyô, recuperaremos nuestros clientes como me llamo Konatsu!", proclama la ninja. Y encarándose a la plancha, piensa: "¡Se acabó la tacañería! ¡Voy hacer los okonomiyakis más generosos!".
Ukyô despierta de su febril letargo por los gritos que se oyen del local. "¿Ya te has despertado?", pregunta Akane junto a ella; Ukyô asoma la cabeza y ve el restaurante a rebosar; "¿Pero qué...?", se sorprende. "¡Ukyô!", sonríe Konatsu, y le lleva un okonomiyaki; "¡Por fin! ¡Me salen okonomiyakis de lo más generosos!", le dice. Ukyô lo observa y le parece normal; empieza a comer... y nota algo duro. De la boca saca algo: una moneda de 500 yenes. "¡Me ha salido uno de diez mil!", grita uno de los de la barra; "¡El mío es de mil! ¡Quiero otro!", grita uno más. "Son mis ingredientes especiales.", sonríe Konatsu ante la estupefacta Ukyô "Hey, la caja está vacía...", avisa Ranma-h; "Y el restaurante lleno.", observa Akane.
"Esta semana comeremos sólo pan y agua.", propone Ukyô ante la mesa; "¡Qué generoso manjar!", exclama Konatsu.
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