De vuelta a casa, Akane prepara sus sakura-moichi y los ofrece (nada presentables, por cierto) a la hora del té. Nadie se atreve a probarlos, pero llega Happosai y Soun lo coge para que los pruebe. A la fuerza le meten un pastelito al viejo en la boca. Al pobre hombre casi le da un pasmo, pero se repone diciendo "Horrible", y todos ven que le sale una cruz negra en la cara, y Akane recuerda las palabras del vendedor.
Ranma-h está entrenando en el jardín y de repente tiene un mal presentimiento. Y, en efecto, llega Akane para que pruebe sus sakura-moichi. Ranma-h huye, pero Akane lo detiene de un buen golpe y le ofrece sus pastelitos. Ranma-h le pregunta si los ha hecho ella y ante la respuesta afirmativa vuelve a tratar de huir, pero Akane le vuelve a coger y le dice que pruebe uno. Pero entonces aparece Kuno y dice que si son hechos por Akane debe probarlos; así lo hace, y aunque casi se muere perjura que son deliciosos mientras le sale la cruz negra en la cara.
Tras librarse de Kuno, Akane le cuenta la historia a Ranma-h. Akane insiste que aunque su noviazgo es impuesto, estaría bien saber si están predestinados. Ranma-h le llama loca, y Akane grita que si no están predestinados podrían romper el compromiso. Akane insiste en que pruebe, y Ranma-h va a hacerlo sin mucho convencimiento, pero cuando ve que Akane le observa muy atentamente, se sale por la tangente y dice que pasa de saber su destino antes de destrozarse el estómago. Sale corriendo y Akane le persigue con su caja de pasteles.
Mientras, P-Chan va arrastrando su mochila por las calles de Nerima, y quiere la casualidad que Ranma-h lo coja para defenderse del lanzamiento de sakura-moichi que hace Akane. El pobre cerdito recibe tres pastelitos en su boca y sale como alma que lleva el diablo hacia unos baños púlicos, de donde sale Ryoga gritando a Ranma-h por qué le ha hecho comer algo tan horrible. Pero aparece Akane preguntando si ha comido alguno de sus pastelitos, y Ryoga cambia la cara diciendo que eran deliciosos... y pétalos de cerezo se dibujan en su cara. Akane (y Ranma-h tras ella) se queda de piedra: "¿Estoy destinada a Ryoga?".
Esa noche, en su habitación Akane maldice a Ranma-h por su falta de sensibilidad y por no atreverse a comer un pastelito, y prueba uno y casi se muere. Al mirarse en el espejo descubre la cruz negra en su cara. Mientras va a lavarse, Ranma-h aparece en su cuarto y se lleva uno de los sakura-moichi. Ranma-h se prepara en su habitación para comerse uno en secreto, pero Genma llega gritando en voz alta si no es ese un sakura-moichi de Akane. Ranma-h se deshace de su padre y busca un lugar más seguro: los bajos de la casa. Y se dispone a probar el sakura-moichi.
Amanece... y Ranma-h aún no se ha atrevido. Akane le llama por el jardín, pero al no encontrarle concluye que ha vuelto a huir. "Bien, pues entonces aprenderé a querer a Ryoga", dice, y al volverse ve a Ryoga con un ramo de flores y cara de alucinado; Akane le pregunta si le ha escuchado, y Ryoga le da el ramo de flores y sale atravesando el muro mientras recuerda las palabras de Akane y se dice que sólo es un sueño, y comienza a gritar que ojalá nunca despierte.
Mientras Akane mira el ramo, aparece Ranma-h (que ha visto todo) y le dice que tiene suerte con un chico tan atento; Akane le recrimina que se lo debe todo a él, y Ranma-h le critica su decisión basada en unos estúpidos pétalos de cerezo, y Akane le responde que en realidad es su negativa a comer un sakura-moichi. Ranma-h responde que es una tontería, pero Akane le señala el pastelito en su mano y le dice que el problema es que teme sus resultados. Ranma-h la mira y le pregunta si no se arrepentirá, salga lo que salga, y le pega un mordisco mientras le dice que no se enfade después, ante la incredulidad de Akane.
Mientras, Ryoga en su campamento base está escribiendo a tinta una carta de amor para Akane. Y Ranma-h llega volando para caer justo en el bloque de tinta que usa Ryoga, lo cual hace que se le quede la cara negra. Y sale corriendo buscando un espejo. Ryoga reacciona y ve cómo el salpicón de tinta ha arruinado su carta, por lo que sale persiguiendo a Ranma-h, el cual llega a casa de los Tendo y se ve en el espejo la cara completamente negra y se pregunta qué significa, y Ryoga le da una patada por detrás diciendo que significa que cayó en su tinta.
Al lavarse la cara, Ranma-h ve que no tiene nada de nada (ni cruz ni pétalos) y se lamenta de que haya desaparecido. Ryoga le pregunta de qué demonios habla, y Ranma-h le moja para transformarlo. Akane escucha los gruñidos del cerdito en el baño y entra para coger a su mascota, pero Ranma-h se oculta agarrado al techo, mientras maldice que después de tanta historia no sabe nada.
En su habitación, Akane habla con P-Chan y le pregunta si realmente Ryoga es su hombre ya que los pétalos de cerezo así lo mostraron. Mientras, Ranma-h está en el tejado pensando, y Ryoga aparece diciendo que ya sabe la historia y que sabe cómo se siente, pero que él tiene otro problema: ¿boda tradicional u occidental? ¿niño y niña serán bastante? ¿vendrás a casa alguna vez? Ranma-h le da un golpe y le dice que aún no saben nada sobre él mismo respecto a los pétalos, y Ryoga le grita que Akane nunca iría tras dos hombres, y Ranma-h piensa que es cierto.
Y Ryoga dice que finalmente será una boda al estilo occidental, y Ranma-h, ya harto, le moja y se enfrenta al cerdito, que le patea la cara con insistencia. Caen al jardín y Akane, que escucha el barullo, se acerca y llama a Ranma-h, que se vuelve a ella gritando que no se meta que ya tiene bastantes problemas, y Akane ve sorprendida cómo la cara de Ranma-h está llena de marcas de pétalos de cerezo, y le hace mirarse en un espejo. Y Ranma-h se da cuenta: son las marcas de las pezuñas de P-Chan, lo cual explica también las marcas de Ryoga.
Akane sigue por su cuenta, diciendo que estaba pensando en cancelar el compromiso; Ranma-h le grita y va a decirle qué son realmente las marcas de pétalos, pero Akane se vuelve, sonriente y preciosa, y le dice que ya que le han aparecido tantos pétalos mejor dejan estar lo de la cancelación. Ranma-h se queda parado y Akane se va, y Ranma-h sólo puede pensar: "¡Qué guapa estaba!", y decide guardarse la verdad, aunque tras ver que Akane le ha hecho la cena se lo piensa...
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